SieteNotas

Los Terapeutas, amor profundo y en lo alto

22/9/2002

En diciembre del año pasado Los Terapeutas se internaban en los estudios Sondor para grabar su cuarto trabajo discográfico. En agosto de este año se edita Amor en lo Alto, uno de los mejores discos de 2002. Con Hilda Lizarazu, Martín Ariosa y Eddy Porchile como invitados de lujo, y con once temas formidables, los liderados por Mandraque Wolf entran a la cancha y demuestran que están en su mejor momento

- Antes de entrar a grabar Amor en lo Alto, ¿tenían algo armado?

Mandrake: Este disco lo armamos antes, en el sentido de que muchos de estos temas ya los estábamos tocando en los conciertos para que los temas fueran agarrando maduración. En una de esas vas a grabar un tema nuevo y no tenés idea de cómo suena, entonces lo que hicimos fue irlo tocando, y ahí lo fuimos puliendo. Entonces hay un gran trabajo de pre-producción: hace dos años y medio que estamos trabajando para este disco, y se vio después en el estudio que, si bien teníamos limites de horas, fue todo bastante digerido. Lo que trabajamos más fue el sonido, tanto batería como guitarras y todo eso. Bases y estructuras.

- Cambiaron de sello discográfico ¿no?

- Cerró Dakar desgraciadamente, unas personas muy bien, pero esto es muy complicado: el mercado este es muy ingrato; y bueno, cerraron y sabíamos que había cierto interés de Sondor de renovar un poco el stock musical. Nos presentamos y todo perfecto. Les interesó la idea nuestra y lo empezamos a grabar en diciembre, todo el verano, que estuvo buenísimo porque el estudio estaba a nuestra disposición y eso es impagable. También estábamos todos más o menos sin dar clases, entonces estábamos más concentrados en el disco.

- ¿Qué diferencias tiene Amor en lo Alto con Nada de Cosas Raras?

- Bueno, es distinto. Este es un disco que tiene un sonido general, o sea, hay que pensar que de estos once temas, había por lo menos siete u ocho que quedaron fuera del disco; no porque fueran feos, sino que no daban en el tono del CD. Nada de Cosas Raras es una especie de dos discos a la vez; es una antología actualizada de toda nuestra trayectoria más seis temas nuevos. Este no. Son once temas que están en una sintonía especial –si bien está Ella 1 y ½, un tema que está en un disco mío como solista-. Claro, es un disco amplio, como somos nosotros. Y después hay un gran laburo de producción de sonido. Hay una gran preocupación nuestra a nivel del sonido que podemos lograr. Es un disco más homogéneo, más eléctrico. También se nota la maduración de nosotros: pasaron cinco años de un disco al otro y creo que ahí está la cosa.

- Cuando hiciste el tema Ella 1 y ½, ¿lo hiciste pensando en que lo cantara una mujer?

- Cuando lo escribí no. Pero cuando lo tuve que grabar para el disco Primitivo, lo canté yo, pero la que hacía un arreglo era Chavela Ramírez -una gran cantante de candombe-, que hacía más o menos lo que hace el saxo ahora. Ya ahí, sin que lo hubiera pensado, se ve que tenía la intuición de que hubiera un sonido femenino. Acá le hice un arreglo más pop, digamos, y para que lo cantara una mina. Y una mina ideal era Hilda Lizarazu.

- ¿Y cómo hicieron para que viniera a grabar Hilda?

- Fue un divague: un día estaba cantando el tema y dije: “esto lo tiene que cantar una mina, y la mina tiene que ser Hilda Lizarazu”. Una artista que a Los Terapeutas nos gusta mucho; gran compositora además. Si bien acá es conocida por Caribe Sur, ella es más que eso. Silvina (Natale) –la muchacha que nos maneja-, se pudo contactar con ella vía mail, le hizo la propuesta, le mando la canción y nos contestó diciendo: “me encanta la idea. Consíganme un toque y yo voy de onda”. Le armamos un toque en Plaza Mateo, que estuvo buenísimo, y cuando vino grabó el tema.

- ¿Y cómo hacen para interpretar en vivo esa canción?

- Ah, muy fácil: la bajo de tono y la canto yo. Pero me voy a dar el gusto de que la cante ella. Cuando vino a Plaza Mateo la cantó y me di el gusto de acompañarla con la guitarra. Pero le bajo el tono a la canción y ya está; pero no tengo ganas, me gustaría que la cantara ella.

- Otro músico invitado es Martín Ariosa de Elefante, que hizo los arreglos del tema Hombre Oscuro, Roto.

- Sí, co-produjo el tema conmigo y con Jaques. El productor del disco somos Jaques y yo. Cuando le mostré este tema a Jacques me pareció de una onda no tan nuestra. Se lo mostré a Martín y lo cambió todo; le puso los dileis; nosotros empezábamos el tema con una máquina, él le saco la máquina y lo empezó con esa guitarra que es todo ta ta ta ta tá... viste que no para, y a él le encantó esa guitarrita y dijo: “esto tiene que quedar, y mantiene el ritmo esta primera parte, después entramos con la batería...”; y bueno, un maestro el guacho este. Yo lo conozco desde que era un niño, soy muy amigo de la madre; aprendimos en pila laburando con él. Un capo.

- ¿Qué tiene la Isla de Flores como para dedicarle un tema?

- Tiene muchísimas cosas en particular: yo en una época vivía en la Costa de Oro, y ahí fue que empecé a mirarla con detenimiento. Y fue tanto su visión desde la Costa, espectral, las tres islitas juntas, se ve el crematorio... parece la isla de El Doctor Moreau, tiene esa cosa... es muy romántico también. Estás cerca y decís: “qué lindo estár ahí”. Y bueno, me instruí en la isla, fui al museo marítimo que está ahí en el Buceo, y muy amablemente me dieron todo un folio con datos de la isla y su historia. Yo sabía algunas cosas, pero ahí me terminó de impresionar y terminé haciendo la canción. No sé, nunca pisé la Isla de Flores pero tengo unas ganas de ir... además es muy lindo porque a mí me gusta la pesca, y ahí es un pesquero excepcional.

- ¿Si tuvieras que elegir entre componer y pescar?

- Es parecido ¿no?, porque uno está haciendo canciones y es como estar tirando la línea. Uno tira el rill y uno intuye lo que está ahí abajo, no tiene ninguna certeza de nada; lo mismo que cuando hacés canciones; vos tenés un hilito que va, y a dónde va ni sabés. Y yo qué sé, gracias a Dios nadie me está diciendo que tengo que hacer una cosa o la otra. Las dos cosas me nutren de una forma impresionante.

- Todos los temas de este disco son tuyos, excepto dos que son, uno a medias con Jacques y otro a medias con Wilson Negreira: ¿en los otros discos fue igual?

- No. Lo que sí es que Wilson de tres discos a esta parte canta siempre una canción. A mí me encanta como canta Wilson y no me gusta que todo el disco lo cante yo. Me gusta darle otro color al disco. Y Wilson es perfecto, me parece que canta fenómeno y siempre tiene algo ahí entre manos cuando estamos haciendo los discos. En Candombe De No Sé Quién Soy tiene un tema él; en el disco anterior cantamos una canción de Urbano que está buenísima; y en este es un tema que tenemos a medias y que nunca le habíamos dado pelota y lo reflotamos: hicimos un arreglo nuevo. Jacques en Casa de Alquiler lo que hizo fue el riff de esa canción, pero me pareció que ese riff está tan bueno que merecía la co-autoría.

- ¿Qué opinas de la tapa del disco?

- En realidad la tapa... nos gusto la tapa de un disco viejísimo de Stephen Stills, se lo mostramos a Rodolfo (Fuentes) –que es él que hizo la tapa-, y bueno... yo he visto una tapa que estaba más clara la foto; no sé que mierda pasó que quedó media oscura esta impresión. A mí no me desagrada; siento gente que está como que la odia a la tapa esa, yo que sé... creo que no es para tanto. ¿Desde cuándo se le dio tanta pelota a las tapas? Me parece que lo que importa de un disco es lo que está adentro; no sé, es mi opinión. La tapa quería ser una tapa de una banda, con todos los músicos. Creo que la foto no quedó bien lograda, quizás quedó oscura; no es la misma impresión que me dieron para aprobar la tapa, y bueno, capaz que no quedó muy feliz.

- Me da la impresión de que con este trabajo por fin están teniendo la difusión que se merece el grupo.

- Creo que gustó el disco. Es un disco bastante accesible, pero creo también que muchos se sacaron el balde; la gente dice: “estos son del candombecito”, y somos gente que nuestros héroes vienen del candombe beat, por decirlo de algún modo. Eso no quiere decir que nosotros no estuviéramos escuchando otras cosas, otra música. Entonces, cuando sacamos un disco más rocker dicen: “pero esto es rock and roll”; claro que somos rock and roll, lo que pasa es que ellos no se dan cuenta que el candombe es rock and roll. Y bueno, yo que sé, problema de los medios ¿viste? Si les gusta este CD, fenómeno. Los anteriores trabajos nuestros son tan buenos como este. Este suena distinto, es otra cosa, pero para mí no es ni mejor ni peor que los otros.

- Te voy a nombrar uno por uno al resto de Los Terapeutas y vos dame tu opinión.

- Bueno.

- Daniel Jacques.

- Es un músico del carajo. También tiene un mal humor horrible (Risas).

- Alejandro Roca.

- Uuuuh, Alejandro es de las pocas personas que cuando viene por casa, se pone a tocar la guitarra y ni hablamos; yo lo escucho tocar la guitarra y me deleita. También es una de las poca personas con las que hablo de cosas muy espirituales; místicas.

- Wilson Negreira.

- Es mí hermano; todo lo bueno y lo malo que tiene un hermano, lo tiene él.

- Gonzalo Gravina.

- Gonzalo fue el último que entró a Los Terapeutas y le inyectó al grupo la improvisación, que yo adoro eso en la música. Siempre está en esa, el juego de él es ese.

- Luis Martínez.

- Es el mejor baterista que hay acá en el Uruguay.

- El 9 de setiembre Eduardo Mateo hubiese cumplido 62 años; ¿qué le hubieses regalado?

- Vos sabés que Wilson me dejó de cara el otro día en el concierto (el mismo día 9 Los Terapeutas dieron un concierto en la sala Zitarrosa), porque el que sé acordó fue él. Me erizó cuando dijo lo del cumpleaños. Y después hicimos Nombre de Bienes (canción de Mateo) con una polenta impresionante. (Se queda pensando) ¿Qué me dijiste? ¿Cuál era la pregunta?

- ¿Qué le regalarías a Mateo?

- ¿Qué le regalaría?, ¿qué le regalaría...? (piensa y se sonríe). Medio kilo de porro le regalaría (Risas).

Nicolás Hidalgo

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Un día como hoy, pero de 1998 ... Con la participación de bandas uruguayas y argentinas, se realizaba el festival "Rock en ROU" en el Teatro de Verano

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"Cuando yo fui a grabar con Roberto Grela a Argentina, en el año ´82 -yo tenía treinta años-, él me preguntó: `Pibe, ¿cuánto hace que tocás la guitarra?´. Yo le respondo: `hace ya unos años, yo tocaba con Zitarroza en los años ´70...”. Y Grela remata diciéndome: “Mirá pibe, yo toco desde el año ´29, estamos en 1982 y todavía sigo aprendiendo´.
Julio Cobelli, 29/11/2007
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