Darío Iglesias, Encontrar la propia voz

30/3/2008

Él dice que venía haciendo música desde el 97, pero para muchos el nombre de Darío Iglesias comenzó a repicar con la salida de “Espejismos” (2002), su primer disco.

Montadas sobre el riel de la canción urbana y rodeadas de un aura juvenil, sus primeras composiciones exhibían demasiado apego a determinados prototipos sonoros construidos por otros artistas nacionales, seguramente almacenados en el bagaje formativo del joven cantautor.

En “Souvenirs” (Ediciones Ayuí, 2007) hay más variación genérica (se anima con el reggae, se anima con el rock) y el río subterráneo de las influencias ya no sube a la superficie.

¿Cómo hace un artista joven en un país como Uruguay, para darse a conocer y llegar a grabar un primer disco? ¿Cuál fue tu experiencia al respecto?

No tengo la fórmula pero supongo que dependerá de cada caso en particular. Creo que las motivaciones iniciales siempre es mejor que sean artísticas y no mediáticas. En mi caso cada disco es una consecuencia del trabajo musical que voy haciendo. El camino más saludable me parece que es ir estudiando música, juntarse con gente, ir tocando donde se pueda, ir grabando primero para uno, luego para editar... Yo grabé mis primeros demos desde fines del 97 hasta principios del 98 y esas canciones nunca las edité porque luego consideré que no valían la pena. Empecé solo y de a poco se fue sumando gente que quiso tocar y grabar conmigo, hasta que llegó el momento de dejar un registro público de lo que hacía. Se lo llevé al sello Ayuí y a ellos les interesó.

Siempre se dice que los padrinos ayudan, ¿ese es un dato con el que hay que contar en el mundo de la música?

Supongo que ayudan pero si lo que hacés no tiene valor no hay padrinos que valgan. Yo no los tengo pero quien quiera apadrinarme será bien recibido...

En "Espejismos" -tu primer disco-, eran notorias las influencias de otros artistas de la M.P.U. ¿Hubo un trabajo específico de tu parte para que eso no fuera tan nítido en "Souvenirs"?

No específico, pero es natural que con el paso del tiempo uno vaya encontrando su propio camino. A mí siempre me han interesado las corrientes estilísticas más diversas a la hora de escuchar, y eso lógicamente después se nota. Es posible que en “Souvenirs” haya una maduración de ciertos elementos y también la incorporación de otros nuevos.

Independientemente de la razón que haya generado ese cambio, ¿creés que a partir del mismo hay un perfil Darío Iglesias que vio la luz?

Ojalá que sí, aunque creo que no es tan de un disco al otro sino una cosa más gradual que va desde que empecé a escribir hasta ahora, y supongo que seguirá. No es fácil darse cuenta de cuándo uno empieza a tener su propio estilo. Eso lo ven los demás. Algunos tienen su sello personal desde el principio, otros lo van forjando disco a disco y otros se destapan de pronto. También están los que nunca logran encontrar su propia voz. Todo esto no tiene nada que ver con el éxito.

Otra diferencia con tu primer disco es que te permitís navegar por géneros pertenecientes a otras latitudes planetarias que te hacen sonar con más energía y diversidad. ¿Esos ingredientes ya formaban parte de tu formación o fue una apropiación de los últimos años?

Siempre han estado ahí. Lo que pasa es que buena parte de los temas de mi primer disco representan una etapa más acústica con respecto a mis cosas inéditas anteriores y luego me fue pasando a la inversa. En este disco vuelve a asomar una faceta más eléctrica que siempre existió. De todas maneras hay también temas intimistas como “Sucede”, “La luz del sol” y otros.

En los textos también veo un movimiento. Había una cosa vivencial en tu primer disco que ahora también está presente pero de la mano de una reflexión más profunda sobre la realidad. ¿Fue timidez lo que no te dejó decir en Espejismos una frase como: "Daría lo que sea por un poco de fe ciega en lo que sea, en lo que fuera"?

No, yo creo que las canciones son un reflejo de cómo uno es y de cómo uno siente y piensa, pero en la época de “Espejismos” aun no había logrado decir determinadas cosas sin caer en el panfleto o en cierta sensiblería. Y como de última lo que realmente importa son las buenas canciones, las que sobrevivieron en ese entonces resultaron ser canciones de amor fallido en su gran mayoría. Me hubiese gustado escribir “Un poco de fe” en el 2002...

En esa canción, por un lado pintás a la sociedad en la que vivís, y a la vez, te mostrás como un tipo que no compra cualquier buzón. ¿Te definís como un escéptico?

No, en general no. La idea para la letra de “Un poco de fe” me vino escuchando un tema de Lennon que dice: “yo no creo en esto, yo no creo en lo otro...”. Y ahí me vino a la mente otra canción no tan célebre que es lo opuesto: “creo en esto y en esto otro...”. Se me ocurrió que podría ser interesante la postura de: “quisiera creer en...”. Una postura optimista en realidad, pero no crédula.

En otra zona de ese mismo tema decís: "creer en Kurt Cobain / creer en la T.V. / creer que cada uno da lo que recibe", y me quedé pensando si acaso se trataba de una crítica velada a Jorge Drexler cuando dice: "cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da"...

No, la canción de Drexler sonó en momentos en los que yo escribía “Un poco de fe” y cayó dentro de ella. No es un ataque, para nada. Yo quisiera creer en esa frase, realmente. También menciono al buen Kurt, que fue un ícono para los que fuimos adolescentes en los noventa.

Muchos ven a Drexler como un creador livianito y extremadamente meloso -algunos incluso lo han catalogado de maricón. ¿Qué opinión te merece a vos la música que él hace?

Me parece muy bueno, tiene canciones notables. Hay gente que cree que hacer un tema de fácil escucha es fácil y no lo es. Lo más fácil es hacer un tema raro y aburrido. Drexler tiene buenas letras, buenas músicas, canta bien y suena bien. ¿Qué más quieren? Si alguien siente que no conecta con su propuesta, bueno, eso es otra cosa. Me parece un error juzgar a un artista por lo que no es.

A la generación más joven, como que la palabra 'evolución' le cae pesada. ¿Te pasa lo mismo y preferís definir como 'movimiento' el cambio acontecido entre tu primer y tu segundo opus?

Bueno, la palabra cae pesada porque implica que antes de evolucionar eras una especie de “menor de edad” en términos musicales, lo cual en algunos casos es cierto. Lo que pasa es que la madurez creativa no tiene nada que ver con la edad de las personas. Cada uno tiene su propio proceso. Quisiera creer que efectivamente lo mío se trata de “movimiento” pero también de, digamos, “crecimiento” para no usar el término “evolución”... las palabras siempre son terribles.

En "Sucede" ¿tuviste la intención de hacerle un homenaje a “Blackbird” de los Beatles?

No de manera intencional, pero es cierto que se desprende directamente de las canciones folk del álbum blanco de los Beatles, donde además de “Blackbird” están “Julia”, “Mother nature´s son” y “Dear Prudence”. Creo que también se la debo a Paul Simon (en su período más Garfunkel). “Sucede” la hice en un rato, de un tirón, aunque está llena de elementos con los que nunca había trabajado antes y por eso es importante para mí.

+ www.darioiglesias.com

Leonardo Scampini

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Darío Iglesias, dulce y melancólico