Jaime Roos en El Teatro

16/10/2003

se va la murga

"El rock and roll, el buen rock and roll" le dijo John Lennon a Jann S. Wenner en su famosa entrevista para Rolling Stone publicada en 1971 "es verdadero, y el realismo siempre conmueve a la gente... Hay algo de verdad, reconocible en el rock and roll... Y, en general, si es real, es simple. Es auténtico".

Y fue precisamente el 9 de octubre, día en que Lennon cumpliría 63 años, cuando Jaime Roos comenzará su laaaaarga despedida de los escenarios para luego reclutarse momentáneamente a trabajar en su próximo disco. En principio iban a ser tres los conciertos realizados, pero por la demanda de entradas se agregaron ¡doce funciones más! De yapa, Jaime y su banda estrenaron flamante sala: El Teatro.

Hablar de la calidad musical de los espectáculos de Jaime Roos a esta altura es llover sobre mojado: tiene los mejores músicos del medio, el profesionalismo con el que se mueve es envidiable, la puesta en escena de su show es formidable y sin duda alguna ahora está viviendo su mayor momento de popularidad. Tanto acá cómo en Argentina, Jaime tiene la aprobación y el aprecio del público y de la prensa especializada, de los jóvenes y de los viejos, y de los músicos y no músicos.

Con estos antecedentes era de esperarse que estos conciertos fueran por lo menos buenos: y lo fueron. Pero no sólo fueron buenos: fueron de lo mejor del año. Ya desde el arranque, con ese coro murguero que te despeina cantando una vieja retirada de Los Patos Cabreros, seguido por "Vamo Arriba la celeste", el Jaime deleita con canciones que nos llegan a todos de un modo indiscutiblemente uruguayo. Canciones que conocemos de toda la vida y que han servido de cortina musical de nuestro Montevideo: "Los futuros murguistas", "Adiós juventud", "Que el letrista no se olvide", "Cometa de la farola", "Durazno y Convención", "Si me voy antes que vos" y la lista sigue. Canciones hechas hace años pero con una total vigencia, como el caso de "Los olímpicos" que muy atinadamente Jaime Roos presentó como "un cuplé de actualidad". Estupendas versiones (ya no tan nuevas) de canciones como "El hombre de la calle" y un "Se va la murga" totalmente instrumental que sirve de continuación de "Las luces del estadio". Canciones ajenas a las que, tal como lo demostró con el disco "Contraseña", es capaz de darle su sello personal y al mismo tiempo homenajear nuestra música. Hasta hubo tiempo en el concierto para interpretar la mejor versión de "Milonga de pelo largo" que he escuchado.

Fueron dos horas y pico a toda murga, candombe, milonga y mucho rock and roll, del buen rock and roll: del auténtico, del real, del simple, de ese que cómo decía Lennon: "siempre conmueve a la gente".

Nicolás Hidalgo

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