SieteNotas

Tango Danza, Montevideo tuvo su 1er Festival Internacional

9/3/2009

No sólo el tradicional Carnaval alegró cada rincón del Uruguay durante el mes de febrero. Montevideo también se vistió de tango este mes al conmemorar con gran éxito el Primer Festival Internacional de Tango Danza. Un evento sin precedentes en nuestro país que contó con la presencia de más de un centenar de participantes provenientes de todas partes del mundo, entusiastas por descubrir “el abrazo tanguero” bajo cielo uruguayo. DelUruguay.net dijo presente durante la variada agenda de actividades, que incluyó clases, milongas con DJs de tango nacionales y extranjeros, exhibiciones, espectáculos, y un complemento denominado Tango Playa, que se realizó en Atlántida.

Si algo le hacía falta a Montevideo en el camino de recuperar el lugar que ha tenido en la escena tanguera del mundo, es el Festival Internacional de Tango Danza. Su objetivo principal: revalorizar a la capital uruguaya en su condición de “ciudad tanguera” del Río de la Plata, de la mano, como ha sido históricamente, de su hermana Buenos Aires.

Más de cien apasionados por el tango provenientes de Argentina, Alemania, Francia, Suiza, Italia, Suecia, Rusia, Estados Unidos y Canadá tuvieron la oportunidad, durante cuatro intensas jornadas, de formarse con seis parejas de profesores y bailarines de destacada labor internacional: Evelyn Rivera y Esteban Cortéz, Moira Daloia y Sergio Rodríguez, Regina Chiappara y Martín Borteiro (Uruguay), Moira Castellano y Gastón Torelli, Claudia Rogowski y Matías Facio, Karina Colmeiro y Raúl Masciocchi (Argentina).

Según uno de sus organizadores, Mauricio Borgarello, “el festival constituye un evento cultural de gran significado, de excelente nivel artístico y de especial valor para el fomento del turismo. A partir de este año el evento pasará a formar parte de la agenda mundial de festivales de tango, consolidándose entre los de mayor prestigio. Ya en la edición anterior, muchos extranjeros compararon a Montevideo con Sitges (Barcelona- España), y en esta oportunidad los comentarios acerca de lo hermoso de nuestra costa (amplificado por el tango playa) y la energía que la ciudad transmite en carnaval, fueron aun más numerosos. La expresión más escuchada de los visitantes de otros países simplemente fue: `El año que viene estoy nuevamente aquí!´”.

El Festival, que contó con el auspicio de los Ministerios de Relaciones Exteriores, de Educación y Cultura, de Turismo y Deporte y la Intendencia Municipal de Montevideo, se desarrolló en el Hotel Radisson Victoria Plaza y en las milongas celebradas cada noche en los locales Vieja Viola y La Morocha.

Borgarello comentó que “los tangueros extranjeros que participaron vinieron fundamentalmente de otros países de Sudamérica y de Europa pero también de países muy lejanos como Rusia, Nigeria, Canadá y Estados Unidos, entre otros. Quizás lo más importante de todo esto es que por primera vez sucedió que gente de Europa viniera a Uruguay exclusivamente por el tango, es decir, si bien es relativamente común que europeos que están en la Argentina hagan un salto para conocer Montevideo, en esta oportunidad se dieron casos de personas que viajaron a nuestro país exclusivamente por este evento. Esto significó para nosotros un gran logro ya que el objetivo principal del festival es colocar a Montevideo en el mapa de los tangueros del mundo”.

Es el caso de Cesira Miceli, célebre bailarina de tango italiana, quien viajó por primera vez a Montevideo especialmente por el festival. Según Cesira, “los uruguayos son particularmente hospitalarios y tienen una forma sincera y respetuosa de comunicarse con las personas y en especial con los extranjeros. Además, los bailarines uruguayos aprecian la calidad del baile y los jóvenes son muy talentosos. La cosa que más aprecio es que los chicos y chicas que bailan el tango en Uruguay se entregan, lo disfrutan, dan el todo”.

Cesira destacó “la buena atmósfera que se respira en la ciudad, un Montevideo que sorprende al visitante por ser una ciudad polifacética, en donde playa, carnaval y tango conviven sumados a una oferta de servicios de nivel y a un ambiente amigable y tranquilo que brinda seguridad y relax”.

Gonzalo Risso, bailarín uruguayo radicado en Turín, Italia, hizo coincidir su viaje a Montevideo para ver familia y amigos, con la fecha del Festival de Tango y así poder estar presente. “Para mí fue una experiencia muy fuerte que no puedo despegar de mi retorno al Uruguay después de casi tres años –dice Gonzalo. Llegué a Montevideo sólo cuatro días antes del inicio del festival. La emoción fue aún mayor cuando recibí una invitación por parte de los organizadores para ser el presentador y maestro de ceremonia del evento. Además creo que simbólicamente el festival representaba mi retorno al mundo tanguero montevideano con gente que no veía desde hacia mucho, imaginándome cómo estaría bailando aquel o aquella y ese tipo de cosas. Partí de Turín con mi mujer, italiana, compañera de baile y la razón principal de mi residencia en Italia. Participamos de todo lo que más pudimos dentro del festival: clases, milongas y tango playa. Quedamos muy conformes con el nivel didáctico y las exhibiciones. Estuvo bueno ver muchos extranjeros participando de un evento así en Montevideo”.

Según dos de sus organizadores, Evelyn y Esteban -por cierto, una de las parejas de tango uruguaya más reconocidas a nivel internacional – Montevideo se convirtió al menos por cuatro días en la capital del tango. “La experiencia de ser parte del festival, fue muy gratificante para todos ya sea como organizadores, docentes o yendo a las milongas”.

Pablo Collazo, uno de los más de cien participantes, expresó: “la devolución que tuvimos de los maestros invitados fue excelente. En las milongas se vivió también una experiencia diferente ya que las pistas se enriquecieron por la presencia de muchos extranjeros y la interacción plurilingüe y multicultural”.

Uno de los grandes atractivos del Festival fue precisamente su lanzamiento “con bombos y platillos” o, más exactamente, con “bandoneones y platillos”. Un espectáculo al aire libre y gratuito que reunió en el mismo escenario a dos fieles y populares representantes de la murga uruguaya y el tango argentino: Agarrate Catalina, y la Orquesta Típica Fernández Fierro. El mega-concierto reunió a más de siete mil personas en Kibón (playa de Pocitos) que bailaron durante varias horas al ritmo de la murga y el tango por igual y que tuvo su momento cumbre cuando algunos integrantes de la Fernández Fierro subieron al escenario a tocar junta a la Catalina.

“El público que concurrió era en su mayoría joven –dijo Borgarello- pero igualmente se podía ver gente de todas la edades, desde niños hasta abuelos. La Fernández Fierro es una orquesta de tango que toca con la energía de un grupo de rock and roll y que a fuerza de talento y entrega han conseguido que los jóvenes nos identifiquemos con su propuesta y vibremos al tango como propio. Lo bueno es que también los más veteranos ven en estos jóvenes la dedicación y el amor por la música de las orquestas de antes. Por su parte, Agarrate Catalina es una murga que gracias a lo inteligente de sus textos, a la honestidad de su propuesta y a una sensibilidad para interpretar la realidad en que vivimos, se ha vuelto un icono cultural de nuestra generación. Es la murga de nuestros tiempos por excelencia y sus integrantes tienen la capacidad de generar una empatía tal, que sus textos sobrepasan barreras culturales que muchas veces limitan a otras propuestas de este género. Pude ver con mis propios ojos a gente de Canadá o Italia, reírse y emocionarse durante la actuación de la murga, una verdadera demostración que el arte cuando viene del corazón no tiene fronteras”.

Cesira Micelli se mostró sorprendida por el concierto. “Es muy fuerte el mensaje que dan los murguistas uruguayos. La profesionalidad de los artistas, la complejidad del espectáculo, la versatilidad cultural, una cosa muy particular. Para mi fue el primer impacto con la ciudad porque llegué a Montevideo y me llevaron directamente ahí. A mi sinceramente me interesaba más ver la murga uruguaya que ir a bailar a la milonga. Una cosa totalmente nueva que debería ser conocida más en Italia y en todo el mundo”.

Lo cierto es que esto “recién comienza” y que significa solamente el punto de partida de un gran proyecto de Tango-Danza en Uruguay que no sólo desarrollará anualmente el festival Internacional y otros eventos de este tipo, sino que creará un espacio concreto en nuestra capital y otros puntos del país donde bailarines del Río de la Plata y del mundo se formarán y aprenderán sobre una cultura tanguera que en Uruguay sigue floreciendo.

Las perspectivas para el 2010 son muchas y variadas. Seguramente un Festival de Montevideo más grande –dice Borgarello -. “Como organizadores apuntamos a que los visitantes tengan la oportunidad de tomar clases con maestros de primer nivel, que vean exhibiciones de altísima calidad y que a la vez conozcan y disfruten de una ciudad que posee mil encantos y que dio a luz junto a Buenos Aires a la música que tanto amamos. Seguiremos apostando además a mejorar la calidad del Tango Playa, actividad que paso de ser un complemento del festival a ser un evento en sí mismo y del cual me gustaría compartir con ustedes una anécdota: nos encontrábamos en el hotel, una ronda de más de veinte personas -uruguayos, argentinos, alemanes, rusos, italianos, franceses-, entre mates, café y cerveza. En el grupo, podíamos encontrar desde maestros que dan clase por todo el mundo, junto a personas que bailaban hace apenas seis meses. No todos hablábamos español o inglés, pero sin embargo sucedió que esta aparente torre de Babel fue un ejemplo de armonía e integración, donde el idioma o la nacionalidad dejaron de importar y donde todos los que estábamos ahí sentados pasamos a ser ciudadanos del mundo unidos por un interés en común, el Tango, y las ganas de divertirnos” – concluyó Borgarello.

El Tango es Cultura y, como tal, seguirá creando lazos entre los pueblos del mundo y a través de su “abrazo tanguero”, continuará fomentando la “conexión humana”. Desde su cuna, en los albores del 900, el Tango buscó siempre trascender y derribar las fronteras geográficas e intelectuales. Lo escribió el gran Enrique Santos Discépolo en el ´47, cuando se inspiró en la música de “El Choclo”, de Ángel Villoldo, y sus versos siguen recorriendo el mundo: “Con este tango que es burlón y compadrito, se ató a dos alas la ambición de mi suburbio, con este tango nació el tango y con un grito salió del sórdido barrial buscando el cielo… Carancanfunfa se hizo al mar con su bandera y en un pernó mezcló a París con Puente Alsina… Misa de faldas, querosén, tajo y cuchillo, que ardió en los conventillos, y ardió en mi corazón”.
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