Sordromo en Sala Zitarrosa
20/9/2002
a las nueve y sin parar
Eran las nueve, y una Sala Zitarrosa repleta ya no podía darse el lujo de esperar a los cuatro músicos que harían, del veinte de setiembre, una noche cargada de rocanrol. Mientras la inconfundible voz de Dolores Mary O' Riordan llenaba el lugar de “Cranberries”, los jóvenes se acomodaron en sus respectivas butacas para aguardar la revelación de un disco que sonó y sonó.
Nueve y veinte, las luces se apagaron y Rodrigo Gómez (guitarra rítmica y vocales), Fernando Varela (batería), y los nuevos pilares de la banda, Julio Berta (guitarra líder) y Marcelo Gezzio (bajo), ingresaron a escena para presentar su más reciente producción discográfica: Salvando la distancia... Poco alboroto entre los cuerpos del público, algún que otro grito de aguante, y dio comienzo el show.
simple Poder
Una batería extremadamente poderosa, marcó la base de la mayoría de los temas, acompañada por la fuerza de riffs claros y precisos, y por un bajo muy fácil de distinguir por su presencia constante. A eso, se le sumó la voz suave de Rodrigo, que con pocos matices y un espectro muy especial, se mezcló entre los más diversos efectos provenientes de la pedalera de Julio y de grabaciones preparadas. Todo junto provocó un ambiente entre ensoñador y surrealista, que no se dejó perder entre la polenta típica de la banda.
Las primicias fueron todas del nuevo disco: Las cosas del querer y Salvaré sorprendieron a las calmas paredes del lugar que vibraron a más no poder. Al comienzo, el sonido no fue el mejor, y los instrumentos escondían la voz de Rodrigo que trataba de salir a flote, pero afortunadamente, en pocos minutos se consiguió un balance bastante bueno, que se mantuvo a lo largo de todo el recital.
Previo al próximo tema, la “voz cantante” se paró frente al micrófono para dar la bienvenida y decir algunas palabras acerca de su último trabajo. Aplausos fueron la respuesta desde el otro lado, y en seguida la retrucaron con otra de las novedades que acercaron a su gente en la ocasión: Música fea. Las estructuras mantienen la forma de los cortes del álbum anterior: Aquí...Ahora..., y la melodía no se ha alejado demasiado de la esencia que los caracteriza, teniendo en cuenta un plus de rock-pop mucho más notorio, y restándole presencia a los efectos electrónicos que abundaban en su segundo disco. Sin embargo, temas como Sólo palabras, Cuando apagás la luz, o Sólo por si estás, buscan nuevos ritmos, con bases de reggae y arpegios delicados.
Entre focos, que no dejaron de tintinear y de cambiar de color, y una serie de proyecciones en la parte posterior del escenario, que mostraban imágenes de ciudad (haciendo alusión al arte de tapa del nuevo disco), Sordromo prosiguió con su repertorio, en el cual se encontraron clásicos como Sr. Spock II, Lejos de mí, Na na na, y Vuelve, siendo este último uno de los temas más esperados por todos, y uno de los más festejados.
Poco a poco, las tímidas bocas de los presentes empezaron a corear cada estrofa, y silbidos y aullidos se esparcieron por todas partes. Las estrellas protagonistas del show también se animaron de a poquito, moviéndose con más fluidez sobre lo que era su espacio, y sintonizando con sus seguidores perfectamente. El bajista fue el que demostró más espontaneidad, saltando de un lado a otro y reclamando palmas, pero los demás, aunque “más en la suya”, también dieron energía a las almas escuchas.
despedida detonante
Hubo momentos de máxima tensión, y otros de menor excitación, lo que no significa un descenso de calidad. La música fue “de la buena” todo el tiempo, y eso se reflejó en un auditorio satisfecho. Lo que interrumpió en oportunidades la gran nube de fuerza, fueron los intervalos entre tema y tema, que se hicieron algo prolongados y en los que Rodrigo buscó comunicarse con el público sin mucho éxito, ya que sus palabras se perdían entre aplausos y acordes finales de alguna canción. Por otra parte, problemas con los equipos detuvieron por unos instantes la función, a lo que Rodrigo se excusó con un: “siempre se rompe algo”, entre risas, y no tardó en dar arranque al motor.
Una Despedida detonante, hizo poner de pie a muchos en la Sala: dos de ellos no dejaron de agitar frente al escenario hasta que culminó la celebración. Este tema volvió a ser ejecutado por la banda después de Dónde vas (de su EP Supermarket), como cierre triunfal. Una bandera que revelaba: “Sordromo y Cerro” en letras bien legibles, y que había encontrado un lugar junto a la batería, abrazó a Rodrigo en el final, quien emocionado por el éxito de la presentación, agradeció infinitas veces a sus fieles por haber estado ahí y estar ahí siempre... por salvar la distancia que los une en cada ritual poderoso del más “Sordromo” rocanrol.
Viviana Scirgalea