ecos de un concierto

El mal tiempo y la lluvia hicieron que el Rock Latino Festival cambiara a última hora su locación. Lo que en principio estaba pactado en el Teatro de Verano se terminó haciendo en el Cilindro Municipal. Y el Cilindro hizo que lo que podría haber sido un concierto memorable, pasara a ser simplemente un buen recital. ¿Por qué? Creo que ya todo el mundo sabe, pero para el que no, que se dé una vuelta por el Cilindro que seguramente todavía están retumbando las canciones de Molotov...

El festival lo abrió el grupo argentino Árbol, comprobando en vivo lo que ya había demostrado en sus dos discos editados: que es una de las bandas más interesantes que ha dado la vecina orilla en estos últimos años. No sólo son músicos polifacéticos, sino que contagian energía a la hora de tocar en vivo: saltan de punta a punta del escenario, se entreveran con el público para hacer pogo; todo esto sin perder de vista los complejos arreglos musicales de sus canciones. Bajo, guitarra y batería, más trompeta, charango y violín (entre otros instrumentos) hacen que todos paremos la oreja ante esta banda que en la noche del domingo nos deleitó con temas propios: "Mader faker", "Esperar", "La vida" y dos covers: una particular versión de "Something" (el clásico de George Harrison) acompañado solamente por el charango y un cierre de show con "Ji Ji Ji": el himno ricotero cantado a capella por los cinco integrantes del grupo.

"Dos pasajes paramarte" fue el tema que dio comienzo a la actuación de Snake. La banda que jugaba de locataria en este festival, realizó un set integrado por canciones de su hasta ahora único disco: "Dos pasajes paramarte" y presentó algunos temas que estarán en su próximo trabajo. Con su característico estilo pop, con claras reminiscencias funk, Snake realizó una tarea para nada fácil: enfrentar a un público que había levantado temperatura con Árbol y que esperaba ansiosa a Molotov. En este sentido el grupo superó esta prueba (por lo menos para una parte del público) recurriendo a temas como "Suicida" y cerrando con una potente interpretación de "Equis".

El final del festival fue, obviamente, para Molotov: el grupo al que la mayoría de los presentes había ido a ver. Los mexicanos subieron al escenario a eso de las diez de la noche y, vestidos con remeras negras con leyendas en blanco que decían cosas cómo "Papi paga", presentaron durante hora y media su nuevo CD: "Dance and dense denso" y repasaron algunos temas de sus dos trabajos anteriores (más del "¿Dónde jugarán las niñas?" que del "Apocalypshit"). Con potentes bases compuestas en la mayoría de los temas por dos bajos y la batería y una guitarra distorsionada que suma más contundencia, el cuarteto desplegó todo su dinamismo escénico dejando en claro que: ante todo los tipos sólo quieren divertirse. Más allá de su rap-hardcore-metalero y su spanglish combativo, las letras de Molotov están llenas de humor grueso, de chistes pesados y muchas veces machistas (aunque esto último no fue impedimento para que cuando cantaran "Rastaman-dita" subieran un montón de chicas a bailar y cantar con ellos). "Give me the power" y "Frijolero" (dedicada "al puto de George W. Bush"), fueron los temas más coreados de toda la noche, pero también pasaron "Parásito", "Here we kum", "Voto latino", "Matate teté" y la propia "Dance and dense denso". En el final se sumaron a Molotov los músicos de Árbol, los plomos y algunos disfrazados de Titanes en el Ring para interpretar (si se puede llamar así) el tema "Puto".

El Rock Latino Festival sacudió durante algo más de cuatro horas, la modorra de un espantoso domingo montevideano, a puro rock y diversión. Árbol, Snake y Molotov aportaron lo mejor de ellos, el público también, pero... se hizo en el Cilindro.

Nicolás Hidalgo