Leonardo Baroncini, No era tan tonto

16/6/2000

Los golpes de batería de Leonardo Baroncini dieron ritmo a algunos de los discos más recordados del rock nacional post dictadura de mediados de los '80. Grabó con Los Estómagos y fue uno de los gestores de Los Tontos. Se fue del país hace casi diez años y es poco probable que vuelva definitivamente. Estuvo unos días de visita por Montevideo y conversamos con él.

¿Qué sentiste cuando te enteraste que de la mano de Renzo Teflón volvía esta onda de Los Tontos?

Me fui enterando de a poco en realidad, porque yo me fui con la idea de que estaba todo mal con Los Tontos. Cuando volví, Tabaré Rivero me decía: "¿por qué no se reúnen otra vez?". Y yo le dije: "pero no creo que haya apoyo, no creo que a nadie le interese". Y me dice: "no, no, incluso nosotros cantamos algún tema que otro de Los Tontos"; y me pareció que estaba todo muy atadito para todo el mundo excepto para Renzo y para mí, así que decidí ir a verlo a Renzo. Nos dimos un abrazo enorme, ciclópeo, con fractura de costillas y empezamos a charlar, dijimos sobre qué lindo sería que pudiéramos volver a tocar otra vez pero que las realidades de cada uno lo imposibilitaban. Yo estaba en Europa, él aquí, Calvin (Rodríguez) en Buenos Aires. De manera que no era viable. Así que un día me llamó Renzo para insistirme que me viniera para aquí a hacer Los Tontos, le dije que era imposible, y acá un tipo me volvió a llamar para preguntarme si me importaba que él hiciera algo con otra gente, y por supuesto que no me importaba para nada, al contrario, contentísimo de que esos temas se volvieran a tocar. Así que sentí alegría por Renzo, por esos temas y porque la gente recordara esas canciones.

Estuviste al tanto de que al show fue gente y que estuvo todo bien...

Sí, sí, Renzo me mantiene muy al tanto, me manda recortes de prensa, los shows que hace por lo general los graba y me los manda en CD, o sea que estoy super al tanto.

Con Los Estómagos, ¿cuánto tiempo estuviste?

Creo que un año, un año o un poquito más tal vez.

Grabaste el disco "La ley es otra".

Exactamente.

Qué época ¿no?

Sí.

¿Fue la etapa musicalmente más divertida para vos?

Fue la etapa de más creación tal vez, porque yo ahora soy un mercenario, un músico profesional que toca en Inglaterra con una banda de country, y mío hago muy poco; las cosas que hago no tienen el peso ni la difusión que tenían las cosas que hacía antes cuando estaba aquí. Económicamente es mucho mejor, pero a nivel de creación no. En aquella época era genial, era impresionante porque los que son músicos y leen esto sabrán lo que digo cuando digo que hacés una canción o participás de una canción y después la tocás, y la gente la recibe muy bien; es realmente entusiasmante, es como la culminación de algo, decís: "qué suerte que me estoy dedicando a esto". Así que fue una época genial; genial realmente.

¿Quién te puso Trevor Podargo? Mucha gente todavía no sabe que vos sos vos.

Claro, sí. Te explico la historia como es. Teníamos un grupo con Alberto Wolf que eran "Los Cortapalos", antes de Los Tontos, mucho antes de Los Tontos. Y él había inventado un personaje que era un tal Sebastián Podargo, y yo decía que era el hermano de Sebastián Podargo: Trevor Podargo. Cuando hicimos Los Tontos yo todavía tocaba en Los Estómagos, de manera que Los Estómagos no querían compartir baterista, entonces decidí cambiarme el nombre y ponerme Trevor Podargo, aquel personaje que habíamos inventado con Alberto Wolf. Incluso cuando tocábamos con Los Tontos me ponía una peluca para que no se me reconociera ¿no? En solidaridad, Fernando Rodríguez se cambió para Calvin Rodríguez y Renzo Guridi para Renzo Teflón, que era Teflón porque no se le pegaba nada según él, así que por eso Trevor Podargo. Era una joda, una joda de momento, y bueno, cuando dejé de tocar con Los Estómagos podía haber vuelto a mi nombre pero ya nos pareció gracioso, aparte era un poco ridículo: Trevor Podargo, no se sabe de donde podía venir ese nombre ¿no?

Vos me decías hoy que Los Tontos no fueron muy entendidos por alguna parte de la gente.

Sí, hubo un cierto rechazo a medida que iba creciendo la “popularidad”, siempre a nivel de Uruguay ¿no?, pero hubo un rechazo de algún sector del público y también de algún sector del “movimiento” del rock nacional. Además teníamos un discurso completamente diferente, nosotros no éramos dark, no éramos ni siquiera punk, a pesar de que habíamos adoptado la estética del punk pero no éramos punk, ni dark, ni... éramos Tontos. Entonces en algún momento notamos que no nos aceptaban y que nos rechazaban, pero por supuesto la propuesta era aceptada mayoritariamente, ahí tenés los discos de oro y las giras, etcétera ¿no? O sea, yo muchas veces he dicho en momentos de amargura que "no nos merecían", pero estoy siendo injusto con todos aquellos que compraron nuestros discos, que iban a nuestros conciertos y que nos recuerdan.

¿Cuándo te fuiste para Europa?

Me fui en febrero del ´91, hace nueve años y pico.

¿Te corrió la crisis o te fuiste por algún motivo particular?

Siempre tuve en mente irme, incluso antes de Los Tontos. Con la época de Los Tontos, Los Estómagos y todo aquel agite del rocanrol vi la posibilidad de quedarme, y uruguayo al fin quería quedarme ¿no? Pero después, cuando nos separamos con Los Tontos y Calvin se fue para Buenos Aires con un trabajo allí, yo me vi aquí viviendo un poco de las clases de batería que daba y de los pocos derechos de autor que quedaban; me di cuenta que me tenía que ir. Tenía muchos amigos en Europa tocando, que me llamaban y me decían: "vente para acá tío", y yo decidí irme en ese momento. Dije: "bueno, ¿qué hago?, ¿me consigo un trabajo o sigo de músico?". Y seguir de músico en Uruguay era imposible, así que por eso decidí irme. Y me fue bien, me fue muy bien a nivel profesional, fantástico. Sigo estando en un sitio donde ser músico no es vergonzoso, sino que es envidiado incluso. Trabajamos poco y ganamos bien.

Estuviste en España un buen tiempo y ahora te vas para Inglaterra...

Bueno, yo estuve tres años en Galicia tocando en orquestas grossas, de muchos integrantes, diez, doce, hasta dieciséis integrantes; era un trabajo muy interesante. Galicia tiene una enorme concentración poblacional, en cada pueblo de Galicia se hacen cinco o seis fiestas para celebrar distintas etapas del pueblo, como el santo del pueblo o el día en que se inauguró: eso le da mucho trabajo a las orquestas y a los músicos. Tienen una cultura de la fiesta que es muy arraigada. Estuve tres años allí hasta que me separé de mi primera mujer, entonces quise poner un poco de distancia y me llamaron de Tenerife para un trabajo, un grupo de música country y no lo dudé, me fui al sol de Tenerife rápidamente y estuve cinco años con esa banda. Después formé otra banda, la Buffalo Band, y estuve otros dos años hasta ahora que tenemos niños, porque allí en Tenerife conocí a la que es mi segunda mujer y tenemos dos niños; con niños ya es necesaria la familia, por eso nos vamos para Inglaterra. Allí están los abuelos de mis niños, sus primos, sus tíos, etcétera.

A nivel de proyecto musical personal, ¿te dio el tiempo o la cabeza para hacer cosas?

Sí, me dio el tiempo, pero Tenerife es una isla muy pequeña de unos ciento veinte quilómetros de largo, evidentemente turística y es un poco difícil. Hay una sola compañía de discos que se llama Manzana y que graba más que nada merengue y música folklórica canaria. Entonces es un poco difícil hacer algo a nivel personal ¿no?, y los músicos además, como te decía hoy, están muy aburguesados trabajando, todos muy cómodos y no tienen muchas ganas de encarar ningún proyecto, entonces me costó, pero bueno, hice dos proyectos personales; uno era Moby Dick, un trío con Arturo Meneses, que fue el primer bajista de Zafharoni, y otro uruguayo, Bernardo Arteaga, que toca la guitarra y el piano. Con ellos habíamos hecho este grupo. Tocábamos una especie de pop español y entre las cosas que tocábamos hacíamos versiones rockeras del jingle de Bergantiños, que decía: "Bergantiños, Bergantiños, la ortopedia de los niños", y otra de Pastas Glutina que decía: "tengo pasta de buena cocinera, con Glutina, con Glutina, Glu, Glu, Glu, Glutinaaaa", quedaban los canarios que no entendían nada pero nosotros nos divertíamos mucho. Después otro proyecto personal, con el que grabamos un CD producido por nosotros mismos, se llamaba La Culo Roto Blues Band y también tocábamos más bien para nosotros en pubs, cobrando siempre pero más que nada para disfrutar nosotros. Y no llegó a mayores porque no había posibilidades de que lo editaran, porque no había interés en Tenerife por lo menos por editar nada que no fuera salsa o folklore.

¿Sentís nostalgia musical al estar allá?

Sí, hay momentos que siento. Precisamente vengo de Buenos Aires de ver a Calvin, de revisar todas aquellas músicas que estábamos haciendo cuando nos separamos con Los Tontos y que estábamos preparando un disco solista de él, tal vez musicalmente lo mejor que hemos hecho; al menos lo mejor que he abordado yo a nivel compositivo o por lo menos lo mejor en cuanto a lo que más satisfacciones me ha dado. Y siento nostalgia, sí. Siento pena de no haber podido grabar un disco y de que todo ese material enorme, extensísimo y a mi juicio buenísimo, no vea la luz. Pero por otro lado compenso por el lado de que vivo de lo que sé hacer, que es tocar la batería, y además la vida es muy larga, tengo cuarenta y un años, así que tengo tiempo. Seguramente vamos a seguir en contacto con Calvin y tengo la esperanza de que podamos en el futuro hacer algo aunque sea a través de ese instrumento maravilloso que es Internet… no sé, vamos a ver. Pero sí, a veces he sentido nostalgia, muchas veces.

¿Cómo ves el país desde allá?

Bueno, se extrañan muchas cosas, se echa de menos los amigos, los lugares, los olores, buenos o malos. Pero no me arrepiento de haberme ido, en absoluto, y no creo que vaya a volver, no creo, ya tengo mi vida hecha allí. De todas maneras, como estoy tan en contacto con mi familia y me mandan revistas, me mandan los diarios, etcétera, no he sufrido un shock ninguna de las tres veces que he venido en estos nueve años y medio. Pero claro, hay cosas que van cambiando y te dan una certeza de que estás envejeciendo y las cosas son distintas.

Los primeros días del reencuentro siempre respiro hondo, miro, grabo en la retina todo lo que veo, después un poco me acostumbro y me voy pensando: "bueno, cuando vuelva veremos que tal está". Pero no hay nada que me haya impactado demasiado aparte de que he visto más gente durmiendo en 18 de Julio entre cartones, que eso antes se veía pero no tanto. Y para eso uno nunca está preparado, sobre todo cuando estás en un sitio en que eso no existe, entonces volvés y tal vez eso sea el impacto, o la pena, o el recuerdo: "uy, es cierto, Uruguay es así", y te da un sopapo, digamos.

Capaz que por eso también decís: "no vuelvo", en parte por esas comodidades...

Sí, más que por las comodidades, que suena medio mal, por la dignidad ¿no? Yo creo que todo ser humano tiene derecho a vivir dignamente de lo que hace o de lo que no hace. Y no creo que ahora a esta altura, después de casi diez años, me pueda acostumbrar a esto que yo personalmente lo veo sin solución; sé que es un sopapo a la esperanza pero lo veo así.

Volviendo a la música, ¿cuál fue el disco en el que participaste que más te gustó?

Lo que pasa es que generalmente no me gusta nada después que lo hago. Lo haría todo diferente al cabo de un par de semanas.

¿Sí?

Sí, me pasa eso. A muchos músicos les pasa, lo he comentado con otros.

¿No hay ningún disco en que no te pase?

... Temas, hay algunos temas en los que no me pasa y cosas que he grabado en directo. Yo creo que toco mejor en directo. Pero bueno, de lo que he grabado me gusta El indecente de los discos de Los Tontos, me gusta como está tocado el "puré" (El himno de los conductores imprudentes); de Fernando Cabrera hace muchísimo que no escucho ese disco porque hay un error en una de las canciones que grabé. Fernando eligió una toma que tenía un error, pero le parecía más caliente y la eligió, entonces no puedo escuchar ese disco porque hay un error mío...

¿Qué tema es?

No me acuerdo ahora como se llama el tema.

Te olvidás justo ahora...

No, es que ¿sabés hace cuanto que grabé eso?, hará diecisiete o dieciocho años, no me acuerdo. Pero me acuerdo que me gustaba el disco, no precisamente por lo que toqué yo, me gustaba el concepto del disco, pero claro, no lo podía escuchar por eso, cuando llegaba ese tema y veía que había un pequeño atraso en uno de los tambores yo me quería morir. Lo quería matar a Fernando y me decía: "vos lo ves de otra manera Leo, yo lo veo como compositor y este tema está muy caliente con esta toma así". En realidad las cosas que más me gustan mías son en vivo. Después me gustan temas. Me gustaba mucho tocar Ansias de conocerte, era el tema que más me gustaba tocar de Los Tontos. Me gustaba mucho Fuera de control, a pesar de que no lo grabé yo, pero cuando lo tocábamos con Los Estómagos me gustaba muchísimo.

¿Te seguís sintiendo Tonto?

Sí, eso se lleva en los genes hasta la muerte. Sí, sí, no me lo puedo sacar, incluso cuando estoy allá en España a veces me presentan a algún uruguayo nuevo y siempre me presentan: "mirá, este era uno de Los Tontos", y entonces "uuuy, ¿no me digas?, ¿no me jodas que tocabas en Los Tontos?”. Eso me va a quedar de por vida.

Juan Castel

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