Reina de la Teja, reflejo de barrio
6/2/2002
Viernes previo a Carnaval. La Reina de la Teja ensaya en su propio jardín, sobre el pasto, a la vista de todo aquel que camine por la calle Benito Riquet en el barrio La Teja. La platea formada por unas setenta sillas de plástico está llena, hay unas cuantas personas paradas en el lugar y varios jóvenes que miran y charlan mansamente desde la vereda, del otro lado del murito de la Casa de la Reina. El barrio está ahí, se siente. La murga repite y repite algunas escenas del cuplé bajo las órdenes del “Pinocho” Routín, que pone bastante énfasis en mostrar algunos movimientos que quiere que los murguistas hagan durante la actuación. El trabajo escénico sigue, mientras José Morgade, letrista y director histórico de la Reina, permanece sentado de frente a la murga; no está dirigiendo, prácticamente no da indicaciones. Tras un buen rato de correcciones se abren los micrófonos y la murga se larga a hacer el espectáculo entero; hay bastante humor, crítica y también alguna que otra mirada hacia la realidad del barrio. El “Pinocho” Routín es el eje del cuplé y parece divertirse más que los que lo estamos mirando; en un momento se olvida de la letra y la inventa, mete algún chiste; está enchufado, contagia. Por momentos Morgade se para y se pone a cantar con la murga, lo hace varias veces, como algo normal. El mundo de espejos que plantea la Reina denuncia y nos muestra cosas duras, pero también deja lugar a la lucha y la esperanza. La retirada se acaba y todos aplauden; los murguistas se quedan por ahí conversando, algunas personas se arriman, otras se van; el clima es de tranquilidad. El ensayo ya terminó hace cinco minutos y José Morgade nos habla sobre la propuesta de la Reina y las expectativas que tiene frente a este Carnaval...
- Este año es una propuesta muy de tribu, muy de reflotar la aureola esa de acá de este barrio; de La Teja. El conjuntar el espacio social, y todo un mundo de espejos ¿no?, de reflejos de la sociedad, que está muy bien desarrollado por Pinocho Routín. La retirada también es un poco a la antorcha, al símbolo de La Teja, que vamos a tratar de defenderla con todas nuestras ganas.
- ¿Quién hizo las letras este año?
- Compartimos la letra. Hicimos un conjunto con Pinocho Routín.
- ¿Por qué estás abajo ahora?
- Voy a subir, pero no a dirigir ¿viste? Tenía algunos problemas… algunos problemas de salud en mi familia. Ahora se solucionó un poco la cosa y bueno, voy a estar dando una mano ahí, en la “cuerdita” de primos.
- Se nota acá el ambiente de barrio. Esa identidad barrial es algo que se retroalimenta ¿no?, desde arriba para abajo y desde abajo para arriba…
- Sí, es cierto. Aparte esto es una casa de cultura. Acá estamos durante todo el año enseñando niños en forma gratuita; en diseño gráfico, en computación, en inglés, en guitarra, en percusión… Niños que de repente en pleno invierno vienen descalzos. Y tenemos que conjuntar la parte del merendero, la parte de mandarlos al comedor infantil de Progreso, la parte de continentarlos para que sean ciudadanos con los mismos derechos ¿verdad?, que en estos momentos no los tienen, evidentemente.
- Vi en la murga mucho movimiento durante la actuación…
- Sí, está muy trabajada. La puesta en escena es del Pinocho también. Yo creo que Pinocho nos ha dado una grandísima mano, por todo lo que significa él, por su experiencia y aparte por la gran amistad que nos une desde hace tantos años. Nosotros entendemos que estamos haciendo un equipo, un equipo que está funcionando bien.
- ¿Cómo ves éste Carnaval que se viene?
- Nosotros entendemos que más allá de la semejante crisis que estamos padeciendo, este Carnaval es una magia ¿no? Carnaval es una contradicción, porque el año en que tendría que haber menos tablados es un año en que va a haber más tablados. El año pasado hubo dieciséis tablados, este año va a haber veintidós o veintitrés escenarios. Eso habla a las claras de la avidez que tiene el pueblo uruguayo por el Carnaval, y es un poco porque conjugan siempre los mismo verbos ¿no?
Juan Castel