Elsa Morán, ¿Qué más querés de mí?

30/3/2008

Es una de las voces legendarias del tango en Uruguay. Fue la primera cantante uruguaya en actuar en Japón estrenando "La Cumparsita" en japonés. Acaba de lanzar su más reciente trabajo discográfico "Qué más querés de mí" por el sello Ayuí. Junto a Mario Núñez, un referente máximo de la guitarra en Uruguay y su compañero artístico y de vida, marcó una época fundamental en el ámbito tanguero. Días atrás, conversamos con Elsa Morán de su presente, sus proyectos y algunos recuerdos.

Elsa, ¿cómo surge tu nuevo disco "Qué más querés de mí?

Es una pincelada de todo, de nuestro pais, nuestra patria, de todo lo que uno conoce del Uruguay. La canción que le da nombre al disco: "¿Qué más querés de mí", es de Alba San Juan, una argentina enamorada de nuestro país, radicada aquí. Una gran autora.

En este disco, luego de trabajar por mucho tiempo junto a Mario Núñez, te lanzás a un repertorio nuevo con un formato diferente al que estabas habituada, ahora un trío de piano, bajo y bandoneón?

Tango por tres. Son tres músicos de Maldonado. Julio Cesar Delgado en bandoneón, Aurelio Alvira en piano y Nelson Fernández en bajo. El disco incluye, además de clásicos cantados por mi como Malena, El Choclo o Los Mareados, tres temas instrumentales interpretados por el trío: Libertando, Taconeando y Temperamental. Y también incluí otros temas menos "trillados", como se dice comúnmente, buscando una selección más equilibrada.

¿A qué edad empezaste a cantar?

Uhhh!, era una chiquilina. Era la época en que los micrófonos se colgaban y yo era tan bajita, tan pequeña, que me subían a una tarimita para alcanzar el micrófono. Mi padre no me dejaba cantar, no quería, pero yo insistí y escuchaba mucho a Gardel. Aprendí cantando con Carlitos.

¿Qué referentes de voces femeninas has tenido?

Yo no tenía referentes, pero siempre me comparaban con Nelly Omar. Incluso cantantes y músicos argentinos me dicen que me parezco. Tal vez por tener un timbre de voz similar o el mismo registro.

¿Cómo se vivía el ambiente tanguero en tu época de mayor proyección, por los años 60?

Lleno de trabajo. Impresionante. Teatros, cines, actuaciones en los famosos recreos... en aquella época, inaugurar un recreo era una cosa maravillosa.

¿A qué le llamaban "recreos"?

A los festivales al aire libre. Eran grandes espacios que se llenaban de gente, y era un honor inaugurarlos

¿Tenías competencia en aquel momento?

No que recuerde, porque además yo no sólo cantaba tangos, hacía también folklore; siempre junto a Mario, fue él quien me tomó prueba a ver si yo servía para cantar o no. Y así empezó todo.

Una vida junto a Mario y muchos recuerdos junto a él, mucho aprendizaje ya que es un referente máximo de la guitarra en Uruguay.

Sí. Una historia muy fuerte. Si bien Mario se retiró y ya no está tocando, sigue siendo un gran apoyo para mí.

¿Te enamoraste de Mario ni bien lo conociste?

Me enamoré inmediatamente. Pero pasaron tantas cosas y tantos años, que recién ahora pudimos concretar lo nuestro, ya que el año pasado, después de cincuenta años juntos, nos casamos. La vida nos separaba, volvíamos a juntarnos y al fin el destino quiso que estemos juntos.

Tu que has vivido tantas épocas diferentes del tango, ¿cuál considerás que ha sido el período de auge del género?

La década del 40 fue sensacional, que yo no la viví, pero todos dicen que el tango era la música de moda en aquel momento y por donde fueras había aroma a tango.

¿Cuántos temas llegabas a cantar en una misma noche?

Y por lo menos veinticinco temas, y nos pedían bis y seguíamos cantando.

¿Te cuidabas la voz para poder tener un rendimiento constante?

No, nunca. Al contrario, cuanto más canto es mejor, porque más se templa la garganta. Y hoy, después de tantos años, sigo conservando bien la voz.

Has tenido, como muy pocos tangueros uruguayos, la posibilidad de alcanzar un gran éxito en Japón, uno de los centros en el mundo de mayor proyección y difusión del Tango. ¿Qué ha significado para vos esa experiencia?

Yo fui la primera cantante uruguaya que cantó en Japón y que incluso estrenó La Cumparsita en japonés. Fue algo sensacional. Incluso hacía unos pasos de baile sobre el escenario para impresionar más. Te estoy hablando del año 82. Yo tenía el pelo muy negro en aquella época y como tengo los ojos medio "encapotados" como los japoneses, pasaba desapercibida entre ellos y me decían que por mi tamaño y mi estilo físico parecía una japonesa más.

¿Considerás a Buenos Aires el templo del tango, el lugar donde todo tanguero quiere estar o vivir?

No, ya no. Yo creo que nosotros queremos más el tango y lo interpretamos más y mejor que ellos. En Buenos Aires ha evolucionado más el tango bailado, que está de moda en el mundo entero por cierto.

¿Por qué creés que el baile, como una de las ramas dentro del tango, ha logrado evolucionar más que el tango cantado o instrumental?

El problema es que al tango, como música o canción, no se le da la difusión que necesita y sí se le da al baile. Como dijo Maria Graña recientemente -que es la mejor cantante argentina a mi entender-, que no iba a cantar mas tango y se retiró, porque estaba desilusionada ya que grababa un disco y se lo pasaban una o dos veces y luego quedaba en un cajón. Lamentablemente, los medios de comunicación no están ayudando para nada al tango y acá todos nos quejamos por eso. Uno lucha, se preocupa, se esfuerza para grabar y luego... no pasa nada.

Sin embargo, hay todo un nuevo movimiento tanguero en Montevideo, un gran fenómeno a nivel especialmente de voces femeninas; ¿has tenido oportunidad de escuchar a los nuevos talentos?

Sí, aquí hay unas cuantas personalidades, como Malena Muyala, Laura Canoura o Mónica Navarro que les está yendo muy bien. Ellas son las que deben luchar porque son más jóvenes que ¡yo!

Te voy a nombrar algunas personalidades y en una frase me respondés que significan para vos.

Carlos Gardel.

El mago. No se puede decir más nada que eso; no hay otro como él.

Aníbal Troilo.

El más grande. Si le decís a Mario, que pasa todo el día escuchando Troilo, que muere con él, te dice que fue el número uno de los creadores.

Tita Merello.

Una fenómena. Sin tener gran voz, era sensacional porque hablando lo decía todo.

Astor Piazzolla.

Yo no soy devota del tango de Piazzolla, pero fue un gran músico sin duda.

Alfredo Zitarrosa.

Una maravilla. Me acuerdo cuando me dijo una vez: "Elsa, ¿querés ir a cantar a La Clarabolla Amarilla?". ¡Y yo contesté que sí inmediatamente! Un hombre fabuloso con esa voz hermosa para cantar que te erizaba la piel.

Y seguís sonando. Tenés varios discos editados, has cantando en muchas partes del mundo pero seguramente algún viaje te queda en el tintero... ¿cuál podría ser tu próximo destino para representar una vez más nuestro tango fuera de fronteras?

A mi me gustaría cantar en Francia y en Italia, que increíblemente nunca fui y que son dos países que aman profundamente el tango... veremos si tengo suerte y se da.

Ana Karina Rossi

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