Tótem, “el” Tótem - (cap.2) TOdos TEnemos Música” (Las razones para el éxito)

17/3/2009

Las razones para el éxito

Aparte de la estrategia publicitaria de López Domínguez y de consideraciones estrictamente musicales o de presencias carismáticas, existen otros factores que contribuyen a explicar tan rotundo éxito: que una banda de vanguardia con un sonido basado en ritmos afro–uruguayos y latinos se constituya en el conjunto más popular de todo el país por más de un año, debe entenderse como el resultado de la suma de varios elementos, algunos de ellos, poco conocidos. El primero es el sentido de responsabilidad con que los músicos del grupo encaran esta etapa.

LÓPEZ DOMÍNGUEZ- Nunca llegó un músico tarde a un espectáculo. Habíamos acordado estar media hora antes de cada actuación, y así se cumplía. Sólo una vez, en La Kabaña (en donde podíamos llegar tarde y no pasaba nada por el prestigio que ya teníamos), el mismo domingo dos músicos llegaron tarde: Rey y Useta. Y fue debido a serios problemas personales. Llegar tarde quería decir llegar quince minutos antes de la actuación.

En segundo lugar, López Domínguez (con Tótem) inaugura un singular y estricto modo de relacionamiento con los contratistas: el grupo no toca si el representante no recibe por adelantado todo el dinero acordado. Cuando llega la camioneta al lugar, bajan las tumbadoras de Chichito y, eventualmente, alguno de los músicos se hace ver junto a López; nada más. Recién cuando el manager vuelve a salir y hace una seña, ingresan todo y todos al salón. La seña del flaco quiere decir que ya está toda la plata en su bolsillo. De lo contrario, se dan media vuelta y se van. Y no pierden un peso, porque los gastos de alquiler y utileros ya están cubiertos de antemano por la seña.

LÓPEZ DOMÍNGUEZ- El hecho de cobrar antes estaba en los contratos, era una condición sine qua non. Amagamos irnos de varios lados, pero no fue necesario irnos definitivamente de ninguno. Considero que el hecho de tener el dinero antes, esa diferencia de una hora, es muy importante, porque el músico toca de otra manera. Imagínese al músico tocando y al mismo tiempo pensando: “¿Me pagarán esta noche o me reventarán otra vez como hacían antes conmigo? ¿Volveré una vez más a mi casa sin dinero a decirle a mi esposa que soy un idiota? ¿Podré salir con mi novia mañana o tendré que decirle que me afanaron?” Creo que eso no contribuye a una expresión artística. Mejor decir “ah, el manager tiene la guita, vamo’ arriba”. Es algo más saludable ¿no?

Todos los grupos de esta “corriente” que empieza a generarse son cooperativas, y Tótem no es la excepción. Lo que quizás no se sepa es que las ganancias del grupo se dividen en siete partes iguales (los seis músicos más el manager). Ninguno cobra más que otro y el manejo de las finanzas se realiza con total transparencia. El sistema de administración es el siguiente: López Domínguez reparte la plata en siete sobres. En cada uno de ellos coloca además un impreso con el total del pago del contrato, los gastos de amplificación, gastos de flete, gastos de hotel, gastos de cena, descuento de AUDEM y la ganancia líquida. Los recibos correspondientes a los gastos se los adjunta al sobre de Useta, quien es el encargado de revisarlos, hacer las cuentas y firmar el visto bueno en los siete sobres.

CHICHITO- El flaco se iba de repente con la guita de cuatro toques y decía: “mañana, a la una, en tal lugar, para cobrar”. Y a la una menos diez estaba el flaco, al firme, con todos los sobres prontos. Y todo detallado ¿eh? En tal kilómetro se gastó tanto en nafta, en tal ciudad una pinchadura, en tal restaurante comimos tantas milanesas, se gastó tanto en cerveza. Todo, todo detallado. A ninguno se le podría haber pasado jamás algo raro por la cabeza con el asunto de la guita. En eso pongo las manos en el fuego por el flaco y por el resto del grupo.

USETA- López Domínguez fue fundamental. Debe haber pocos tipos con la capacidad de trabajo que él tiene, con una creatividad brutal y trabajando full time. Los pasacalles los hacíamos nosotros y cuando íbamos al interior, él se iba un día antes con otro muchacho y los colgaban. Además ese día antes coordinaba todo con las radios. Cuando nosotros llegábamos, la gente nos estaba esperando. Además, el flaco les ahorraba trabajo, porque les llevaba las fotos y el texto pronto. Eso era una promoción enorme y además gratis. El flaco ganaba lo mismo que nosotros.

Este sistema cooperativo alcanza también a los utileros, a la empresa de sonido y al propio chofer del grupo, generando así un excelente clima de trabajo. Entretanto, este es el contexto sociopolítico uruguayo del momento: en medio de un clima de violencia, descontento popular y radicalización de posiciones, se acercan las elecciones nacionales. Por el lado del oficialismo, la cabeza más fuerte es la del propio presidente Jorge Pacheco Areco, que propone su reelección. Dentro del Partido Nacional, se agiganta la figura de Wilson Ferreira Aldunate. Pero por primera vez en la historia del país, una tercera fuerza aparece con posibilidades de quebrar la hegemonía bipartidista. Se trata del Frente Amplio, coalición integrada por todos los partidos de izquierda y por diversas personalidades progresistas que han abandonado los partidos tradicionales. En dichas elecciones se juega mucho del futuro del país. Tótem ya es lo suficientemente popular como para ser tenido en cuenta por la clase política.

USETA- Antes de las elecciones del 71, ocurren dos cosas. Un día cae el flaco López Domínguez y me dice: “Mirá, hay una propuesta de la lista 123, la de Pacheco, para librar un crédito en el Banco República que van a pagar ellos, para comprar un equipamiento en el exterior.” Con esa plata podíamos comprarnos todos los equipos Marshall, que para aquella época eran un lujo y además algo imposible. Pero claro, nos teníamos que poner la camiseta de la 123, y obviamente dijimos que no.

Independientemente de su grado de militancia o de su mayor o menor convicción con las propuestas que se plantean, los músicos de Tótem son votantes del Frente Amplio. Y aunque esta realidad no se hace pública, es notoria la simpatía que se tiene ganada la banda dentro de la juventud izquierdista. De todos modos, ellos prefieren no comprometerse ni identificarse con algún partido en particular.

USETA- Tras cartón, viene el cierre de campaña del Frente Amplio, y el Frente quiere que nosotros vayamos a tocar. Fue en el Parque Rodó. El Frente había alquilado todos los juegos para la gente. Y de noche se hacía un gran baile en el Parque Hotel. Viene el flaco, trae el planteo y decidimos que si nos pagaban, íbamos. Les pedimos el doble para que nos dijeran que no. Y mirá que eso fue a pesar de que dentro del grupo, cada uno tenía sus ideas claras. Pero no considerábamos que había que compatibilizar la música con la política partidaria, no queríamos identificarnos. No éramos de derecha ni de centro, pero no queríamos mezclar nuestro trabajo. Nos dijeron que sí, y entonces hicimos un contrato por AUDEM y un contrato con un abogado, pagaderos el cincuenta por ciento antes de empezar y la otra mitad cuando terminara el baile. En el medio del toque hubo un apagón general y se acabó el baile. No llegamos a tocar y nos pagaron igual. Es increíble, pero ese contrato nos salvó la vida a más de uno un par de años después.

Ya a comienzos de 1972, Tótem se ha transformado en el conjunto musical más popular del país.

Fernando Peláez

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