Falta y Resto, con el tiempo justo
4/2/2002
Cuando llegamos al ensayo de Falta y Resto, la murga estaba sentada en ronda, bastante compenetrada en el trabajo y alejada de los micrófonos. Fuera de ese círculo había mucha gente en la cancha, en la pequeña tribuna de hormigón y en la cantina del Club Paysandú. En determinado momento Raúl Castro se acercó a uno de los micrófonos, saludó a los presentes, agradeció la paciencia y comunicó que la murga se iba a reunir en privado durante cuarenta y cinco minutos ya que estaban trabajando algunas melodías nuevas y necesitaban el máximo de concentración posible. De esa manera se fueron hacia el vestuario del club y cerraron la puerta. A nadie le molestó para nada que la murga no estuviera a la vista, es más, la cantidad de gente aumentaba con el paso de los minutos; la cantina, el puestito de chorizos y el de hamburguesas agradecidos. Ninguno de los presentes parecía tener apuro, la noche era ideal para estar al aire libre. Pasó una hora y la Falta volvió a la cancha de básquetbol y se paró frente a los micrófonos bajo la batuta de Felipe Castro; más de trescientas personas esperaban. Hicieron la presentación, una parte del cuplé y la despedida prácticamente de un tirón, cortaron sólo un par de veces ante entradas mal hechas y algún olvido de la letra. Por momentos no se les entendió del todo bien lo que cantaban, tal vez a causa del cansancio o de la amplificación con la que contaban, de todas formas la gente presente disfrutó esa media hora, apoyó en todo momento y acompañó el final con un cerrado aplauso. Para el público el ensayo terminaba ahí, para Falta y Resto no; se tomaron veinte minutos de descanso pero todavía les quedaba un rato más de trabajo. A todo esto ya eran las doce menos cuarto. Antes de que retomaran el ensayo nos metimos en el vestuario y conversamos sobre éste Carnaval 2002 con Raúl Castro, director responsable y figura de Falta y Resto.
- Este año la Falta es un parque de diversiones. Y el parque de diversiones tiene diferentes juegos, y cada juego es un cuplé. La calesita, el tiro al blanco, el túnel del amor, el mambo de las eliminatorias, el gusano loco… y algún otro que todavía está en el horno como el tren fantasma y la montaña rusa. Bueno, vamos a ver si sale todo, creo que sí.
- ¿Están muy atrasados?
- Estamos medio atrasados para comenzar el Carnaval, no sé si vamos a poder empezarlo con todos los cuplés prontos. Me parece que vamos a tener que venir algún día temprano a ensayar, como para ir al Teatro bien afiatados. Pero creo que vamos a llegar bien.
- En principio van a sacar alguna parte para los tablados.
- Lo que pasa es que en los tablados nunca tenés cuarenta y cinco minutos, hacés treinta y pico… para salir ya estamos prontos. Ahora tenemos una música nueva en la despedida, o sea que vamos a utilizar muchos de estos días de esta semana que queda de ensayo en la despedida. Pero también quedan dos cuplés para poner. Vamo’a ver.
- Hoy estuvieron como una hora y pico para arrancar y la gente no se movió. Eso, ¿cómo se siente desde adentro?
- Muy bien, porque hay mucha buena onda de la gente que viene. Le gusta mucho lo que estamos haciendo, viene mucha gente, vos viste, y se queda. No hay todavía una continuidad grande de ensayo como para que la gente se divierta en el ensayo, mas bien que espera mucho rato... pero bueno, es así. Tenemos que trabajar mucho en privado para poder sacar lo mejor posible al público.
-Implica una responsabilidad ¿no?
- Implica una responsabilidad muy grande; todos los años. Como decía Morena: “no me aplauden por los goles que hice sino por los que tengo que hacer”.
- ¿Sentís la presión esa de ser “la Falta”, la que tiene que salir a demostrar todos los años?
- Sí, se siente. Y por suerte se siente, porque es una responsabilidad que uno nunca quisiera dejar de tener. Porque es lo que hace que en el taxímetro el tachero te diga “Flaco, que bien que anduvo la murga”, o el mozo del bar te felicite… y esas cosas no se pagan con plata. Hoy por ejemplo tuve un placer maravilloso porque Soledad, mi hija mujer, hoy por primera vez en la historia de la Falta le pasó una melodía a la cuerda de primos, a toda la murga ahí, me pareció maravilloso, maravilloso realmente. La murga que te ha dado tantos placeres y a veces tantos dolores de cabeza, te sigue regalando momentos que son inolvidables, maravillosos. Hoy fue un día mágico, por ejemplo.
- Este año, ¿es más placer o dolor de cabeza?
- Es más placer, ya estoy más veterano y es más placer. Yo creo que ahora más dolores de cabeza se lleva mi hijo.
Juan Castel