Exilio Psíquico, “Vejestud humano tesoro”
22/9/2002
“Yo sé / que todo el mundo envejece / pero para mí / esta es la primera vez” canta el vocalista de Exilio Psíquico cada vez que termina un show. No es que Angelieri sea un tipo “viejo”, tiene poco más de treinta años. Es que ya no es un adolescente y su música es consecuente con eso, es producto y reflejo de ese sentir. En esta nota, Maximiliano repasa parte de la historia del singular dúo que en realidad es un septeto; presenta su nuevo disco que en realidad tiene 6 años; opina sobre la movida musical uruguaya de la que forma parte pese a ser italiano; y reconoce sin decirlo que, como escribía Tálice, la “vejestud” es un tesoro, pero humano.
Maximiliano Angelieri llegó a nuestro país hace diez años, cuando según él, el “empuje para arriba”, el “entusiasmo” e incluso una especie de “boom económico” traducido en el colectivo y simultáneo “cambio de auto” hacían de este rincón ubicado al sur del sur, un sitio distinto al actual, “otro Uruguay”. “Nosotros somos Exilio Psíquico... y ustedes no” solía decir Maximiliano al comienzo de cada actuación. Él y su partner Orlando Fernández, aparecían entonces con sendas cicatrices en la frente y llevaban al extremo sus excentricidades escénicas. Juntos grabaron los álbumes “Ipse Dixit” y “Oi Antropoi”, luego de los cuales el dúo devino en banda, formato que enriqueció la propuesta inicial, ahora más rayana con lo pop, que con lo estrictamente electrónico. Como septeto grabaron un disco unplugged que no llegó a ver la luz, porque para entonces tenían temas nuevos que incluyeron en el CD “Música Cheta”. Hoy, seis años después de la grabación de ese desenchufado, el sello argentino Ultrapop lo edita con el mismo nombre de entonces: “Sin luz, sin gas sin teléfono”, y esa es la excusa de los próximos toques, de la ida a Argentina y de este encuentro...
“En realidad me llamaron de Buenos Aires para sacar el disco "Sin gas, sin luz y sin teléfono" que fue grabado y mezclado en el ’96. Cuando me llamaron de Ultrapop en noviembre del año pasado me dijeron: ‘Maxi ¿tu no tenías un disco grabado unplugged que suena bien?’ y dije ‘sí lo tengo todavía, no lo quiere nadie’ (risas). Entonces me preguntaron ‘yo lo edito pero ustedes ¿van a presentar el disco o lo edito y queda como la lápida para Exilio Psíquico?’ (risas). Y le respondimos ‘no, si tenemos el disco tenemos una excusa para juntarnos de vuelta y empezar a tocar, porque ganas no nos faltan’. Entonces lo mandamos y salió en junio, y el contrato incluye dos discos más. O sea que, en el año peor en la historia de la Argentina moderna, tenemos un disco editado. Llegamos... llegamos tarde... (risas)”.
- Uno de los rasgos más identificatorios de la banda es el sonido electrónico, la incorporación de máquinas. Debido a esa característica la gente los suele asociar con la música tecno, y en más de una oportunidad has dicho que no, que lo que ustedes hacen puede rotularse como pop o incluso como rock and roll, pero no como tecno.
- Y lamentablemente no porque tecno es un género de discoteca, o por lo menos cuando se hablaba de esto era bien de discoteca. Ahora ya se mezcló más, pero en el ’94, '95 el tecno era la marcha y lo que hacíamos nosotros no era marcha. Nosotros usamos la batería pero no es una batería electrónica, marchosa, para bailar; y un tecno que no hace bailar, no es un tecno. Tampoco es música electrónica, para nada. Era un recurso... cómodo, que nos gustaba y que nos daba posibilidades de ensayo también, porque con Orlando sacábamos en una semana ocho canciones nuevas. Porque claro nos juntábamos nosotros dos todo el día y lo hacés: no tenés problemas de horario ni de vecinos porque tocás todo enchufado con los auriculares, y después con la consola es muy fácil.
Pero no hacíamos tecno. Para mí siempre hicimos pop. Hasta ahora yo creo que hacemos pop, con instrumentos acústicos, pero es pop.
- Si lo tuvieras que definir dirías que es pop.
- Pop entre comillas, porque viste que en el pop metés cualquier cosa: vas desde Britney Spears a Nick Cave, pasando por los Chemical Brothers. Nick Cave no es pop, pero él mismo dijo: “si querés vender un disco estás haciendo pop”. Entonces nosotros hacemos pop. Sería más fácil si hiciéramos rock and roll. Por ejemplo, los Ratones Paranoicos hacen rock and roll, que es un género bien definido del pop. Pero si no tenés un género definido... Yo creo que hacemos pop, después cada uno dirá “música folclórica contemporánea”, o lo que quiera.
- Bien. Otra de las características de la banda, es la importancia que le otorgan a lo visual, es como que más allá de la música hay un espectáculo para ver, ¿siguen apostando a eso?
- Mucho menos lamentablemente. Aparte de que todos nos vestimos intentando que se note que nos vestimos para hacer un concierto; nada más. Porque estamos tocando con guitarras españolas, violín, acordeón entonces queda bien que estemos todos de traje, uniformados entre comillas, porque hay que marcar que estamos arriba del escenario, por algo estamos ahí.
Pero desde el punto de vista de la producción una cosa era cuando éramos dos y otra cosa es ocho personas. Es imposible preparar ocho trajes de preso, es imposible preparar ocho trajes de cura, es imposible preparar ocho cabezas con serpiente. Es como que cada cosa que hicimos era posible porque éramos dos. Además con el maquillaje ya me sentía muy incómodo. Hace tiempo que me sentía como un pelotudo con treinta años y los ojos pintados. Me lo saqué, ya no uso más maquillaje. Es una cosa que hasta cierto momento te sale natural y te gusta; después no. Además no tiene sentido cantar “Yo sé” y estar maquillado y disfrazado de algo. Por otro lado aunque ahora hay menos agite que cuando éramos dos, la propuesta es como más emotiva, va un poco más por el lado de la comunicación. El humor siempre lo tenemos, los chistes entre una canción y otra también, las conversaciones con la gente se mantienen. Pero las canciones tienen como un tono mucho más emotivo, que el jueguito intelectual de antes.
- Podría decirse que esa sería como la ventaja de la banda respecto al dúo.
- Sí, cuando éramos dos era como mucho más intelectual el asunto. Además largábamos la secuencia y había que seguirla. Pero ahora es más cálido todo. La parte de las canciones que salieron para afuera, fue la más emotiva, que no quiere decir romántica, no, más emotiva, más emocionante que cuando éramos dos.
- Apelan más a otros resortes
- Claro. Buscamos otra cosa también. Y como siempre cambiamos de edad, no hay duda. Es una banda adulta. El más joven es el tecladista que le nació la hija el viernes. Una banda donde el más joven tiene una hija, es una banda adulta.
- Y la música es producto y reflejo de eso.
- Y sí, es la vida que hacés.
- Hasta ahora, el único disco de estudio con formato de banda es “Música Cheta”, que además ha sido el material que ha tenido mayor difusión. ¿Cómo definirías ese disco y cómo lo ves respecto a los otros dos?
- El primero, el “Ipse Dixit”, el cassette cuando yo lo escucho es como mucho más enojado, mucho más inmediato, menos razonado, más distorsionado, más chirriante. El “Música Cheta” ya es menos así, es un poco más reflexivo. Además es un disco que pasó por el filtro de toda la banda. Y a pesar de que “Música Cheta” no es un unplugged: es un disco enchufado; es muy acústico o por lo menos muy tocado: tiene piano, acordeón, violín, mucha guitarra española de Riky (Musso), batería tocada con unos sampleos. Pero cada uno es como una foto de la época. Claramente entre los tres discos yo veo como un cambio, como un cambio de edad: son bien reflejo de lo que estamos haciendo. Además yo y Orlando vamos creciendo entonces ya le buscás otros recursos: “esta parte es arpegiado con la guitarra limpia, acá metemos distorsión y no sé qué”; como que le buscás otra vuelta.
- Y el video de uno de los temas del disco, salió en MTV ¿no?
- Sí, salió el video de “Nico” de Pablo [Stoll] y Juan [Pablo Rebella] directores de “25 Watts”.
- Además es el primero de (el sello) Ayuí que sale en esa cadena...
- Sí, el primer video de Ayuí que salió en MTV. Sí, quedamos todos muy contentos, muy emocionados, lo grabamos con el loguito y todo (risas). Y fue por mérito de ellos.
- ¿Cómo surgió el contacto?
- Ellos me llamaron, por amigos comunes así, que querían hacer un proyecto de un video clip para una canción mía, para presentar a un concurso en el I.N.A. [Instituto Nacional del Audiovisual]. Primero dije ¡qué embole esto!, porque ya había tenido un par de experiencias de video bastante trágicas. Una no, buena, del “Sin letras” que lo pasan en TV Ciudad, que lo había hecho Alejandro Escuder, el mismo director de “En órbita”. Ese clip me había gustado, pero otros habían hecho un par de clips que les había dicho que no salieran de donde estábamos, porque me daban vergüenza. Entonces cuando llamaron de vuelta dije “pero no hagan de un disco viejo porque nosotros estamos por grabar el disco nuevo”. Me dice “bueno entonces danos una canción”. Y dije “no, todavía no lo grabamos, tenemos los demos en casa hechos por mí y por Orlando, si quieres te doy el demo y elegite la canción”. Y para mi decía “estos fantasmas de la Católica (risas) me vienen a romper las pelotas” (risas). Entonces ellos me llamaron y me dijeron “mirá elegimos Nico”. Y les dije “sí, sí te gusta, bien hacé el video” (risas). Otra vez me llamaron “che queríamos hablar contigo el guión”. Y yo “no, no tu hacé el guión y yo te firmo todo, no te preocupes, está muy bien”. Y pensaba ¡bo como rompen las pelotas estos dos mongólicos! ¡Y el único fantasma ahí era yo! (risas) porque ellos ganaron cinco mil dólares por hacer el clip. Después de ahí empezamos a frecuentarnos más, vinieron a conciertos y descubrí que eran muy simpáticos y además que era gente muy inteligente (risas). Y que en realidad me tenían que haber mandado a cagar en su momento (risas). Y tá, filmaron el video, fueron dos o tres días de rodaje, toda la idea totalmente de ellos. Y el video nosotros lo tuvimos cuando estuvo pronto el disco. Cuando estábamos grabando el disco teníamos 19 canciones y decíamos “bueno alguna vamos a tener que tirarla” y “Nico” la hubiéramos tirado tranquilamente; pero teníamos el video hecho, ¡cómo vamos a tirar la canción que tenemos el video!, ¡la primera vez que sale el disco y el video juntos! (risas). Entonces dijimos no, “Nico” queda.
- ¿Así que la hubieras descartado?
- Sí, porque era una canción que yo nunca hubiera usado para hacer un clip, porque no era radiofónica. Efectivamente no es, no la pasó nadie. Porque es lunga, obsesiva, toda igual, repetitiva. No es un tema con gancho. Del disco “Música Cheta” había dos o tres temas mucho más gancheros que ese. Pero igual lo pasaron en MTV, estuvimos muy contentos. Bah... “lo pasaron”... lo pasaron cuatro veces en un horario tipo 3 de la madrugada (risas).
- Pero lo pasaron.
- ¡Pero nos pasaron en MTV!.
- Como músico extranjero que hace más de 10 años que vive en Montevideo, ¿qué opinás de la música nacional actual?
- Bueno, yo además con el programa de radio [“Planeta Pop X”, X FM] tengo como un...
- Un panorama grande...
- Un panorama grande y un problema serio. Porque nos llegan y escuchamos muchos demos para ver qué podemos pasar en la media hora en español. Y muchas veces hay, primero, un problema de grabación, de calidad de sonido.
- Técnico.
- Técnico. Y esto hace que parezca mala la banda cuando no es, porque muchas veces nos llega un demo y decís mirá que buenas canciones, mirá que cosa interesante, pero fáh, mirá cómo suenan. Entonces estás pasando por ejemplo Jorge Drexler que grabó en Madrid y no sé qué, y le pegás atrás una banda así que, aunque hagan una cosa buena, tu estás escuchando y de un momento al otro suena feo. Y por el otro hay muchísimas bandas que yo no puedo juzgar porque no me gusta el género. Hay géneros de música que a mí no me interesan para nada.
- ¿Cómo cuáles?
- Por ejemplo el punk rock o la música así, muy fuerte no la escucho. O el hip hop: tipo a Gabriel [Peveroni: co conductor del programa radial] le gusta, pasa Eminem y no sé que; pero a mí no, no escucho nada rapeado. Y la parte de candombe y fusión y todo eso, tampoco lo escucho. Nos traen cosas así, que yo no puedo juzgar porque es algo que ya de primera a mí no me gusta. Entonces tal vez hay buenas bandas de esto, pero yo no las conozco. Las cosas que más me fijo yo, es cuando son como de electrónica o de pop, como puede ser El Fuerte Punto Baz o Sordromo. Entonces como hay géneros que no escucho más, esto hace que no tenga muy clara la idea de la música nacional.
Lo que te puedo decir es que ahora es un momento trágico en general, y que normalmente en los momentos trágicos la música es muy buena, como en el ‘77 en Londres. Pero también vamos a tener que ver si hay una salida para todas las cosas que hay, porque se organizan los concursos y se presentan miles de bandas. Hay ganas de tocar, y hay mucha gente que toca, y hay mucha gente que toca muy bien. Y en el interior también tiene que haber mucha gente que toque muy bien. Justo hoy estuvimos diciendo eso en el programa: salió el nuevo disco de Sordromo, el nuevo disco de No Te Va Gustar; la banda esta 11 Tiros sacó su primer disco, El Fuerte Punto Baz sacó ahora el simple con el tango, La Trampa sacó disco nuevo, Elefante ahora va a sacar “Elefante Electrónico”, bueno salimos nosotros, vinieron de Plaza Sésamo y trajeron un disco... Tipo hay una montaña de cosas que salen que es increíble. A pesar de cómo está la cosa y de que nadie compra discos. Y es maravilloso que pase eso. Yo siempre me quedé deslumbrado desde que llegué acá, siempre fue así el Uruguay: está lleno de músicos y de bandas y mirás la cartelera y no lo podés creer, es como espectacular, es extraordinario. Entonces la música uruguaya tiene como mucha salud... y al mismo tiempo está sufriendo lo que le pasa al país, entonces es muy difícil llevarla para adelante.
Analía Camargo