Malena Muyala, Entre líneas

16/12/2000

Malena Muyala reafirma lo que dice por cómo lo dice. Puro Verso es el título de su segundo disco, que no sólo huele a tango, sino que incorpora sonidos nuevos a un mundillo de varones. Malena canta....

- Cuando empecé a pensar en el segundo disco, no tenía ni idea cómo se iba a llamar. Después un poco atando como se llamaba el primer disco (Temas Pendientes), que esa frase juega un poco con los temas, por las canciones, y juega también con un dicho que es bastante popular ¿no?: tenemos asuntos pendientes, tenemos temas pendientes, tenemos cosas pendientes; como que es muy fácil de que la gente lo registre. Y el tema Puro Verso me parece que también combinaba las dos cosas, el tema de los versos, los versos de las canciones y Puro Verso porque bueno, porque es una frase así también como muy popular.

- ¿Seguís siendo un nombre de tango?

- Y sigue siendo un disco con las características del primero, quizás acentuando más algunas cosas que se podían visualizar en el primer trabajo. Creo que el primer trabajo sobre todo mantenía una línea como más en el medio y este tiene como más polos. Hay cosas que de golpe las escuchás y te parece que no tienen nada que ver con el tango y hay otras versiones que son tango tango. Aparte con una orquestación muy tanguera. Quizás un poco mi intención no fue así una cosa muy razonada ni premeditada sino bueno, dejar fluir el estado en el que yo me encuentro en este momento, que obviamente no tiene nada que ver con lo que era hace dos años, pero sí creo que esencialmente uno no cambia. Más allá de las orquestaciones o del repertorio que elijas, creo que lo más importante es que la gente pueda captar que sigue habiendo como un sellito: bueno, esta igual es Malena, y esto está bueno (risas).

- En el disco anterior decías que era todo muy chiquito, muy sutil, en este ¿estás más suelta?

- Sí, yo creo que este es más zafado...

- ¿Hay temas tuyos?

- Sí, en esta ocasión hay dos temas míos. Uno se llama Verso repetido y el otro se llama Nada más. También hay un tema de Samantha Navarro, hay una milonga de Fernando Cabrera... Después sí, hay un tango tradicional tipo La última curda, Pasional; hay versiones muy raras, hay una versión de El último organito pero que es totalmente atípica.

Yo creo que a mí me permitió mostrar una cuestión así como más para afuera ¿no?, con más energía, pero una energía desde un lugar como más caliente, más rockero digamos, que lo que es el primer trabajo, que yo creo que tiene mucha fuerza interpretativa pero pasando más por la cuestión de la sutileza.

- Además te acompaña una banda...

- Sí. A mí hace dos años me acompaña un cuarteto, que en este disco me acompañan, si mal no recuerdo, en cuatro de los temas. Los demás temas juegan mucho; o sea, hay arreglos que son con cuerdas solamente. Este disco tiene en algunos temas la participación de Gustavo Etchenique haciendo percusión... que bueno, es totalmente nuevo para mí trabajar con percusión. También hay contrabajo, que en el disco anterior no había. Creo que en cuanto a nivel arreglístico y de sonoridad tiene como otro cuerpo, una cosa como más... es más gordo que Temas Pendientes.

- ¿Vos te encargaste de los arreglos?

- O sea, yo generalmente planteo la orquestación, y de acuerdo al perfil del tema de repente le digo a Bernardo (Aguerre) que haga el arreglo. Y bueno, obviamente que a veces llega el arreglo y yo lo empiezo a desmenusar ¿no?: vamos a recortarle acá y vamos a sacarle acá. Con Bernardo sobre todo trabajamos así, como una cuestión como de equipo.

Y después no, hay temas que directamente planteo una orquestación determinada y le digo a Miguel Trillo, que es el bandoneonista: "Miguel, haceme un arreglo de este tema", que yo ya sé más o menos cómo es la cabeza de Miguel, que es como el más tanguero del grupo.

- Y el repertorio, ¿gira en torno a una misma idea?

- Mirá, yo no había reparado en eso hasta que mucha gente que lo escuchó, y sobre todo en la grabación, decía que todos los temas son una cuestión de amor desamor permanente. Todos los temas apuntan a eso. Que quizás... bueno, en Temas Pendientes era distinto, tenía un tema como Paso Molino que de repente no apuntaba a nada afectivo en cuanto a una relación; o el tema La Trampa que es más genérico. Pero en este disco sí, puede ser que la mayoría de los temas fue una cuestión de encuentros desencuentros, amores y desamores. Yo creo que es un disco, como te decía hoy, como mucho más... mucho más caliente, como mucho más pasional.

- ¿Buscabas expresar esa cuestión de amor desamor o fue todo inconsciente?

- No, creo que fue todo inconsciente. Quizás era por un estado mío que... cuando armé el repertorio fue así también, una cuestión como de amor con los temas ¿no? También me pasó en el primer trabajo. Pero es fundamental que yo lo escuche y diga: "pah, este tema me parte la cabeza", o que ya lo visualizo automáticamente cómo lo haría.

- ¿Un disco que venís pensando desde hace cuánto tiempo?

- Y creo que desde que grabé Temas Pendientes ya al muy poquito tiempo empecé a decir: "bueno, bárbaro, ¿y ahora?". Porque cuando uno termina de grabar y lo ve ahí, hecho consumado, enseguida empieza a decir: "bueno, ¿ahora qué viene?". Por más que la gente recién lo empieza a digerir y a escuchar, para vos es un proceso que ya lo hiciste, que ya pasó; es la culminación pero que venía de mucho tiempo antes. Entonces: paso siguiente, ¿ahora cómo seguimos?, ¿qué otra cosa puedo mostrar?

- Buenos Aires, Argentina...

- Buenos Aires. Este fue un año importante, importantísimo, porque fue el comienzo de todo un trabajo en Argentina que había comenzado en enero cuando llega el disco a Buenos Aires. A partir de marzo, abril, se empieza a editar en Buenos Aires, se empieza a distribuir... y recién en agosto hice cuatro presentaciones en vivo en Buenos Aires. Fue bárbaro. Fue bárbaro porque obviamente yo era totalmente desconocida, y la gente que me conoció, me conoció por el disco o por haberme visto en alguna nota por ahí...

- O en alguna crítica...

- O en alguna crítica... Y es una historia totalmente distinta el tema de un disco. Uno a veces tiene un disco y te puede partir la cabeza, y vas y ves el espectáculo en vivo y no te pega, o al revés. Entonces yo estaba muy temerosa con eso; bueno, aparte también porque conozco las diferencias de lo que es el disco a lo que es el vivo. Todas esas sutilezas que se dan en el disco y esa instrumentación tan despojada, en el vivo es muy difícil de mantenerla; y sobre todo si vos estás tocando en un pub donde tenés trescientas personas adelante. Es como mucho más difícil. Entonces los arreglos están un poco modificados para el vivo.

- Pero todo bien.

- Pero no, fue bárbaro. Y aparte en muy poquito tiempo porque fueron cuatro funciones corridas viernes-sábado, viernes-sábado. Fue así también como un boca a boca ¿no?, gente que fue que convocó a otra. Y el disco funcionó muy bien en Argentina. Estuve entre los primeros veinticinco discos en La Tower Records...

- Me imagino que todo esto te da fuerzas para seguir...

- Sí, sí, es otra historia, porque aparte mucha gente que había comprado mi disco, me dijo que descubrió el disco acá en Uruguay, porque había leído una crítica en algún medio argentino. Entonces una revista como la Planeta Urbano, la Rolling (Stone), que leen eso: "¡ah, mirá, es de acá!, a ver...". Y estando acá ni habían reparado que yo existía (risas).

- Ya abriste una puerta, ahora podés volver con este nuevo disco...

- Se abrió una puerta importante. Y la gente que distribuye el disco en Buenos Aires está interesada en seguir difundiendo mi trabajo ¿no?, si no es como perder también todo lo que se sembró con el primero...

- Por supuesto, ahora tenés que reafirmar el producto (risas).

- Claro.

- ¿Ves el disco como un producto?

- Depende del día, depende del día. Si me levanto muy cruzada: "este disco...", me salen culebras de la boca. Pero no. Generalmente lo que más me preocupa y me obsesiona es escucharlo y que me movilice y que me toque algo y que me emocione. Entonces, a veces, lo que hablamos al principio, estás tan cansado y venís, yo que sé, de repente de un mes de estar metido ahí adentro grabando y mezclando, que ya empezás a escuchar más que un total de un tema. Vas y estás escuchando sólo un bajo, sólo una guitarra o sólo tal: "hay, esa nota que está más o menos... vamos a grabarlo...". Yo ahora estoy en una etapa que no lo estoy escuchando. Pienso que cuando pasen un par de meses lo voy a volver a escuchar con el placer que me traía de repente el primer casetito de cuando lo grabé. Pero no, generalmente no lo veo como un producto. Temas Pendientes nunca lo vi como un producto, espero que no me pase con este.

- ¿Estás contenta?, ¿lograste lo que querías?

- Eh... yo creo que sí. Creo que es un disco en el que dejé muchísimo... siento que yo me vacié muchísimo más que en Temas Pendientes. Quizás porque el primero... bueno, yo estaba también como muy contenida. Como era el primer disco que iba a tener estaba como muy enfrascada en eso. Y en este fue una onda: bueno, tá, basta.

- ¿En el primero pensabas mucho en qué diría la crítica o el público, si te aceptaría o no?

- En este pienso más. En el primero no, en el primero no. Yo estaba como muy cuidadosa porque era una experiencia totalmente nueva para mí grabar un disco. Lo viví como una cosa muy mía, muy de un logro mío, personal, y en este segundo...

- Tenés que confirmar.

- Claro. Y encima está el antecedente del primero, que aparte tuvo buena crítica.

- Hay que mantenerse...

- Claro, es dificilísimo. O sea, yo empiezo a pensar en este disco, y desde que lo empecé a pensar me apareció Temas Pendientes y todo lo que han comentado de Temas Pendientes y adónde apunta Malena Muyala y el estudio que han hecho no sé qué... no defraudar, todo eso; pero llega un momento que también basta, basta...

- ¿No te estresa?

- A mí me estresa sí.

- No es contraproducente... digo, por ahí te ponés a pensar en lo que pueda o no andar y dejás de lado...

- A mí me estresa en un proceso muy mío, muy personal, pero en el momento de meterme a grabar y de elegir el repertorio no entré en esas roscas. Porque hubiese sido imposible que en algún momento yo dijera: "bueno, esto va a conformar a todo el mundo", porque es imposible. O "con este disco van a estar de acuerdo todos los que opinaron bien de Temas Pendientes".

- Además, ¿¡qué saben!? (risas)

- Además ¿qué saben?, claro (risas). Pero es un tema difícil ¿no?

- ¿Qué es para vos la música?, ¿qué lugar ocupa en tu vida?

- Y yo creo que ha sido una parte sumamente integrada que no podría disociarla, onda vivir sin ¿viste?

O sea, no sé que sería exactamente pero quizás sería así como fraccionarme una parte o vivir sin un brazo, sin una pierna; no me imagino el mundo sin la música.

- ¿Te estás dedicando cien por cien?

- Y... o sea, yo tengo otro trabajo paralelo, pero sí, estoy más bien dedicada totalmente a esto. Ahora, concretamente en estos días, estoy como medio desconectada de lo que tiene que ver con el tema musical por sobrecarga de todo lo que vengo. Pero sí, estoy así, de hecho bueno, tengo que empezar a planificar la presentación de este disco. Como también la instrumentación es diferente, ver cómo sería la presentación en vivo y no... no puedo pensar en eso, me pongo a pensar en eso y me hace sentir mal.

- Pero antes de fin de año querés presentarlo.

- Yo creo que formalmente se va a hacer una presentación así a la prensa, pero a mí me gustaría de repente en el mes de marzo hacer un buen espectáculo, bien armado, un espectáculo bien montado. Yo tenía ganas de hacer algo en diciembre al aire libre ¿no?, presentar el disco, buscar un lugar así medio mágico, medio copado y hacer un escenario al aire libre, con toda la banda, con todos los músicos invitados y hacer una cosa gratuita de repente, conseguir algunos sponsors y hacer algo veraniego... Pero bueno, es una situación bastante difícil (risas).

- Después de Puro Verso, ¿veremos qué vendrá?

- Y después de Puro Verso veremos qué vendrá. Veremos qué vendrá. Yo siento aparte que estoy así, en una etapa como de buscar bien exactamente dentro de mí qué es lo que quiero, a dónde quiero apuntar. Yo siento que siempre estoy buscando algo permanente...

- ¿Adolescente musical? (risas)

- (Risas) Totalmente, totalmente. Yo siempre estoy en un permanente cambio interno, y eso a veces... tengo gente que me sigue hace muchos años y que se asusta automáticamente: "pero no vas a dejar de cantar tango ¿no?".

- ¿Es bueno o es malo... moverse?

- Y yo creo que es buenísimo, yo creo que es bárbaro. A veces me da la sensación de que mucha gente se asusta: "bueno, Malena va a dejar de cantar tango". Y no, los movimientos a veces no tienen que ver con que uno salte de un género al otro, quizás sí, yo no estoy atada a nada. Yo siento que voy a seguir. O por lo menos mi idea en este momento es seguir buscando dentro de las posibilidades que tiene el tango. Pero atreverme y arriesgarme cada vez más dentro de eso ¿no? Ahora que creo que empecé como a romper así, una puntita, seguir hasta el fondo a ver que hay.

- Claro, pero veo que lo hacés todo muy pasito a pasito ¿no?

- Sí, sí.

- Todo muy medido, muy pensado.

- ... No sé si muy pensado. O sea, yo trato de ser lo más cautelosa posible, y quizás a veces las cosas que se modifican mucho, en apariencia, parece que no, que no se modificaran, pero de fondo sí, hay una modificación importante.

- Muy sutil.

- Claro. La gente a veces repara en el cambio cuando hacen algo que te lo destruyen ahí adelante, entonces: "¡pah, cómo cambió!". Pero podés hacer mínimos movimientos que te modifican totalmente la historia y que después quizás con el tiempo vos te empezás a dar cuenta: "pah, mirá, es realmente diferente esto".

- Es para lectores atentos (risas)

- (Risas) Algo así.

Carlos Bassi

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