El músico y compositor Martín Buscaglia presentó el 23 de junio en el Teatro Solís su show Siento que aprendimos algo, frase tomada de “No vamos a parar nunca”, canción que integra su último disco Temporada de conejos.

Diferentes atmósferas atravesaron el Solís. El hombre-orquesta acaparó escenario, con narraciones humorísticas al introducir las canciones, como lo hizo con “Oda a mi bicicleta”, en la que explicó que ese tema forma parte de un estilo compositivo que requiere ser compuesta en los momentos precisos que nombra la canción. Por ejemplo, en este caso la escribió andando en bicicleta. También provocó carcajadas en el público al recomendar actitudes a los espectadores a la hora de colaborar con el coro en, por ejemplo “Jaula de Motos”.        

Rememoró también la historia tras “Ir y volver e ir”, inspirada en Amy, una chica que conoció siendo músico de crucero y a la que años después pidió que grabara una de las frases de uno de los tantos e-mails que intercambiaron para incluirla en la canción.

Y presentó, además, “Cerebro, orgasmo, envidia & Sofía”, alegando que era una canción cargada de sonidos, voces y ruidos imposibles de interpretar por el hombre-orquesta; entonces se escuchó mientras Buscaglia explicaba encima, los efectos y ruidos que estaban sonando, como la voz de Arnaldo Antúnez o un fragmento de batería robado de un tema de Michael Jackson.

Luego sí se sumó la banda: Matías Rada en guitarra, Martín Ibarburu en batería, Herman Klang en teclados, Fernando “Pomo” Vera en bajo, Martín Morón en vientos y Mariana Lucía, Elena Prieto, Mariana Vázquez, Rodolfo Vidal y Nico Varela en coros.

“Un apagón anunciado”, según dijo Buscaglia, se escenificó con luces muy tenues, que sirvieron de marco más íntimo para desarrollar un set especial junto a Martín Ibarburu y Matías Rada tocando un poco de cada uno de los nueve temas que, previa consulta, eligió la platea, dejando así a todo el mundo satisfecho.

Finalmente, los espectadores que llenaron el Solís fueron desalojando la sala coreando por lo bajo el “si puedes, síiii”, de “El evangelio según mi jardinero”.

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Gisselle Noroña