Juan Casanova, Montevideo Agoniza: Un clásico reeditado
31/5/2008
El filo del cambio institucional en el Uruguay significó bastante más que el pasaje de la dictadura a la democracia: de un lado estaba la cuestión medular de recuperar la libertad perdida pero también, la eventualidad de instaurar un modelo más justo y equitativo. De ahí que casi todas las canciones populares del momento hablaran de pájaros, amaneceres, horizontes abiertos, y un nuevo tipo de relación humana, y ese clima además, se respirara en las calles.
Como astilla clavada en el maquillaje de una época, Los Traidores vinieron a contradecir ese espíritu romántico horadando la mampostería de las verdades absolutas: “Orientales, la patria o la tumba / con libertad o con gloria, igual van a morir (…) Atrapados en el fondo de su propia tumba / es difícil creer que puedan salir”.
Y si en aquel entonces parecían unos “loquitos sueltos”, el tiempo transcurrido del 85 hasta hoy les vino a dar la razón porque, pasada la moda del país más justo y la solidaridad, y habiéndose constatado la manera en que media nación jugó al sálvese quien pueda sin importarle la suerte de la otra mitad, sólo quedó a la vista aquel hueso descarnado que ellos cincelaron como nadie: “Estoy viviendo en un país / donde tenés que ser cheto o terraja / donde si nada tenés te odian / donde si tenés dinero te aman. / Estoy viviendo en un sitio / esclavo de lo material / donde tu por ti mismo no importas / porque el precio de tu ropa / sí importa mucho más”.
Juan Casanova no registra la importancia del disco desde esa mirada, o prefiere hacerse el desentendido. Acaso porque sus posiciones actuales están más cerca del humanismo que del nihilismo rabioso de sus años juveniles.
PIEDRA EN EL ZAPATO
¿Los discos son hijos de una época o “Montevideo agoniza” también podría hacerse aquí y ahora?
En el caso de “Montevideo agoniza” creo que sí porque, si no fuera por el contexto histórico en el que me movía -o sea, una dictadura espantosa-, yo hubiera seguido estudiando y no se me hubiera ocurrido ponerme a cantar o a decir cosas. Es algo muy claro que las dictaduras en Latinoamérica cumplieron con el objetivo de imponer un patrón cultural, una cierta manera de percibir el mundo, y nosotros, éramos “traidores” a esa idea. Mi adolescencia tampoco transcurrió por carriles de normalidad y entonces, tuve que salir al choque con una banda. Lo que yo buscaba entonces, era contrastar y combatir en el terreno de las ideas, contrastar esa forma de percibir el mundo impuesta a sangre y fuego. De cualquier manera, el contenido o leit motiv de ese registro podría haber servido para un disco de ahora y de hecho, me parece bastante necesario.
Decís que la primera placa de Los Traidores es hija de la dictadura pero como producto, ve la luz en democracia.
El disco fue grabado en el 85 y editado en el 86, pero los temas fueron gestados antes y en ellos se hablaba del egoísmo total, de la falta de solidaridad de las personas, del dominio de una pequeña elite que explota al ochenta por ciento de la población mundial, de la gente que tiene hambre. Y además de cosas más profundas, tales como la manera en que debe ser una persona para ser bienvenida en esta sociedad, para que no te marginen, te maten, te metan en la cárcel, o en un nosocomio con chaleco.
Pero para el público que estaba escuchando ese disco en el 86 o el 87, esas canciones hablaban de la nueva situación institucional, del país democrático. Y en ese país había dos grandes paquetes mentales: uno que no estaba tan a disgusto con la dictadura y que era partidario a lo sumo de una democracia neoliberal como la que tenemos, y otro que quería una democracia más abierta y equitativa y que tenía esperanzas de que eso pudiera hacerse realidad. Sin embargo ustedes, ya desde el vamos, vienen a plantear que no había lugar para la esperanza.
Es que claro, un poco es eso. Sí fue bienvenida la democracia, y tuvimos cierta esperanza de que realmente se pudieran hacer cosas, pero el asunto fue que la cultura del terror siguió impuesta, y que bien pronto nos dimos cuenta cuando empezaron las razzias. Lo que pasa es que la esperanza es el motor que mueve todo esto y ya el hecho de hacer canciones, aunque no sean muy esperanzadoras, demuestran que tenés algo de confianza en que las cosas cambien porque si no, te pegás un tiro. Nosotros queríamos transmitir ideas, generar reacciones. Sabíamos que lo que se necesitaba era una piedra adentro del zapato, algo que molestara, que te hiciera pensar en otra vía. Para mí, además, era un modo de vida. Yo estaba las 24 horas del día viviendo Traidores.
Los Estómagos, por ejemplo, tenían una postura más constructiva frente a la realidad. Había una canción de ellos que decía “la solución / no es salir a matar gente” mientras que ustedes, en uno de sus textos hablan de matar personas.
Esa letra, que es “Barrio rico”, primero que nada es una versión que yo no sé de dónde sacaron, no sé por qué está grabada ahí, y es un tema que nunca estaba terminado y que de hecho, yo le pensaba sacar esa parte. Eso fue un ensayo y el tema no estaba compuesto todavía.
¿No acostumbraban a cantar esa parte en vivo tampoco?
Algunas veces lo tocamos pero pronto no nos gustó la idea. Ese tema estaba en plena elaboración y no sé de dónde salió esta grabación ni de dónde tienen permiso para editarla, pero no tuvo mi aprobación. Yo no les voy a hacer un juicio por eso, me chupa un huevo este asunto. Todo bien pero es el pasado y yo vivo el aquí y ahora. No vivo en función de aquél disco de Los Traidores. Entiendo que “Montevideo agoniza” tenga una cierta importancia, por lo menos en la historia de la música nacional, pero tampoco vivo atado a eso ni me quita el sueño. Bienvenido que se reeditó, me parece bárbaro, pero no me importa.
¿Qué te parece el disco como concepto? ¿Todas las canciones siguen teniendo el mismo interés o alguna de ellas suena a cosa adolescente?
Sí, son letras de lo más boludas que te puedas imaginar…
Bueno –interrumpo- algunas son impresionantes…
Era lo que pudimos hacer, tanto para bien como para mal. Éramos unos niños y muchas de esas letras las escribí teniendo 16 años. Aparte, “Montevideo agoniza” fue un disco muy particular, muy complicado en su gestación, por la censura de los temas agregados en la actual reedición, que nos obligó a componer y a echar mano de material que no estaba del todo elaborado.
¿Se puede decir que Los Traidores te sirvieron a nivel personal como para reelaborarte como individuo?
Y… yo… Sí, puede ser…
Lo pregunto porque escuchando lo que cantabas y opinabas en los primeros años de Los Traidores, y conversando contigo ahora, me das la impresión de un tipo más tranquilo, más sopesado, que meditás lo que hablás.
Es que claro, son épocas muy diferentes… y capaz que cambia la forma pero el contenido, o la línea básica, es la misma. Hoy por hoy puedo escribir y sé como pasar a palabras más efectivamente lo que pienso, y respecto a mi manera de encarar la entrevista es lo mismo: después de tener dos mil entrevistas, me es más fácil elaborar y tomarme mi tiempo para pensar las cosas. Y aunque nunca me sentí muy cómodo en los reportajes, he ido aprendiendo a manejarme.
¿No te gusta que te entrevisten?
No, porque yo escribo canciones y lo que tengo para transmitir lo digo ahí. No trabajo de entrevistador aunque no tengo más remedio, comprendo que es parte del laburo, que trabajan muchas personas en torno a la música, y entiendo que se necesita. Pero no tengo mucho para decir en las entrevistas, donde aparte, parece que siempre tenés que ser inteligente al momento de responder y saberlo todo.
Pertenecés a una generación donde más de uno se arrepintió de lo que escribió, de lo que hizo en escena o de canciones que compuso. ¿A vos te pasa lo mismo?
Yo no me arrepiento de nada porque cualquier cosa que sea, es parte de la experiencia de la vida y eso le pasa a todos. Estamos aprendiendo cosas y todas las experiencias son necesarias: las buenas y las malas. Hice algunas cagadas enormes como todo el mundo y me mandé terribles mamarrachos sí, y también me mandé cosas buenas y rescatables. ¡Hey! –dice con énfasis-, no se puede ser un genio todo el tiempo, ni es mi intención tampoco. Humano, demasiado humano decía Federico.
¿Sentís que Los Traidores pusieron un huevo en la historia de la música uruguaya?
Sí, creo que tiene una cierta importancia lo que hicimos.
Hablando con fans de Los Traidores, encontré que le dan más valor a discos como “En cualquier parte del mundo”, mientras que aquellos que escuchan música en general, tienen a “Montevideo agoniza” como el disco clave de la banda. ¿Vos tenés esa misma percepción?
Sí, yo creo que sí, que es el disco que marcó a la banda aunque a mí me gusta más “Radio Babilonia”, capaz no tanto musicalmente y sí en cuanto a los textos. Pero el que más importancia tiene, comparto, es el MA.
Los temas que integran “Radio Babilonia” conocieron una versión anterior de espíritu mucho más dark. ¿Por qué fueron llevados hacia ese ropaje brit pop?
Cuando empezamos a componer los temas que luego formarían parte de “Radio Babilonia”, pasó un largo período de tiempo (91-96). Son muchos años, en los cuales los temas se fueron transformando naturalmente. Hubo un proceso de cambio, de maduración que llevó a interpretar esas canciones de otra manera. Además, con cambios de integración e influencias que se renuevan, nuestra percepción de los temas era diferente y entendíamos que había que aggiornarse en cuanto a lo que estábamos haciendo. No fue una cosa premeditada.
Sin embargo, a muchos, esa puesta les sonó a concesión…
Claro, puede ser. Cada uno tiene su propia visión de las cosas.
Muchos dicen que Los Estómagos fueron el mejor grupo de los 80 y que ustedes fueron los segundos. ¿Coincidís?
Puede ser… A mí me encantan Los Estómagos pero creo que ninguna de las dos bandas sobresale por encima de la otra. Además, no cabe en mi modo de ver eso de cuál es mejor. Es un tipo de idea que trato de combatir.
¿Víctor Nattero sigue haciendo música?
Tenía una banda sí. Él esta viviendo en Argentina, está casado y labura allá.
¿Vos también te casaste?
No. Pienso que un rockero casado es un rockero muerto. Tengo varias novias y me encanta.
ASSIMO (Algunos apuntes sobre la nueva banda de Juan Casanova)
“El primer contacto con Martín Ariosa, lo tuve cuando él tocaba en Plátano Macho; en la época de `Radio Babilonia´, necesitábamos un batero para grabar ese disco y se lo propusimos pero justo se iba de viaje y no se pudo concretar. Luego, cuando hizo Elefante –una de mis bandas favoritas- los iba a ver cuando tocaban”.
“Terminada mi banda y terminada la de él, nos juntamos para seguir trabajando. Nos llevó dos años juntar a los músicos –que salieron de nuestras amistades- y luego ir armando la propuesta. Ahora estamos en plan de gestación, componiendo temas y siguiendo los pasos que hay que seguir”.
“Con Assimo soy mucho más preciso en lo que quiero decir, ya no soy la piedra en el zapato sino que tengo un láser directo a tu cerebro. En `Radio Babilonia´ ya estaba más específico pero ahora la cosa es quirúrgica. Ya no se trata de una forma de vida sino de un proyecto para expresar ciertas ideas concretas y de una manera concreta. El interés sigue siendo combatir una forma de vivir, una forma de pensar el mundo impuesta por la propaganda”.
Leonardo Scampini