Cambiá la biblia, las cosas por su nombre

27/9/2004

Una visión abierta, una revolución en el corazón y un compromiso en el alma.

Cambiá la Biblia no es un dictador que viene a imponer un cambio, no es una fuerza suprema que busca construir fieles bajo su luz; es una banda que convierte en música la rabia de oler tanta necedad en el aire monótono del país.

“Algún culo va a sangrar”, su reciente primer trabajo discográfico, condensa una denuncia que espera respuesta, pero que en su más profunda conciencia sabe que aunque los oídos escuchen, las manos están entumecidas por la frivolidad.  

¿El cambio es su bandera?

Primero, no tenemos bandera. Una bandera es una representación en un paño de un montón de cosas que me parece que no entran en un paño. Pero sí, un cambio en esta tierra conservadora vendría a ser para nosotros como el aire, algo imprescindible para todos los días. Me parece importante hasta en lo más chico. En mi caso los cambios siempre fueron mi forma de vivir. Pero es una de las tantas cosas que hacen a la banda: perseverancia, constancia, palabra, respeto. Esos son los valores que yo, personalmente, quise inculcar en el mensaje.

Pero el disco gira básicamente en torno al tema del cambio...

Sí. Las canciones del disco hablan del cambio en todo aspecto. Nunca me gustó la frase “el cambio a la uruguaya”. Me parece al revés. Es empezar a aprender a abrirnos y eso no quiere decir vendernos, solamente aprender de los que realmente hicieron cambios, porque por la cabeza que tenemos nos estamos quedando un poquito atrás. Esa es mí experiencia. Tampoco es todo. Hay que saber qué cambiar. Tenemos mucha cosa linda, tenemos una tierra espectacular, pero me parece que estamos un poquito atrasaditos, tanto en ideales como en formas de hacer las cosas.

El nombre de la banda encierra en sí mismo el tema del cambio, lo que podría encasillarlos en esa única temática a la hora de producir nuevo material. ¿Crees que las letras seguirán hablando siempre de lo mismo?

El cambio también está en el no esperar nada. Los próximos discos van a ser de lo que vaya pasando. Yo sueño que un día no esté la banda porque no tenga nada de qué hablar. Más allá de mi motivo personal de trasmitir algo, la banda está presente por un montón de cosas. Me gustaría sentarme y no tener nada para escribir porque todo está bien.

Escribir cosas buenas...

Claro, tirar para adelante... Eso estaría buenísimo. Pero lamentablemente va a haber veinte discos más, porque no me voy a cansar de escribir cosas que me pasan. Como las que te pasan a vos cuando vas al ministerio o a la intendencia a hacer un trámite, cuando vas a la esquina a comprar algo. Nosotros mismos somos los culpables de estar donde estamos. Con la banda jodemos mucho con el “Uru-Walter”, que quizá sea el título del segundo disco, para el que ya hay varias canciones. Que no te atrape el Uru- Walter que no te deja pensar, que te dedica un domingo entero a hablar de Peñarol y de Nacional y de cosas que no gravitan. Está bien que disfrutes, pero me parece que hay temas que no merecen el tiempo que merecen otros. Son formas de pensar; no quiere decir que lo que yo diga sea así. Esa es la forma de pensar de la banda. Cada canción del segundo disco va a ser una obra dedicada a un tema: el suicidio, el aborto; cosas de las que acá nadie habla y se matan dos uruguayos por día. 

¿No te parece que seguir siempre dentro del mismo juega puede aburrir a la gente?

No, si no me aburre a mí no voy a pensar que la va a aburrir a nadie. Si yo tengo la seguridad de que lo mío está bueno, que agarre quién quiera pero yo lo voy a hacer, yo necesito hacerlo. Vos mirás para afuera para ver lo que está sonando si querés vender. Pero nosotros no vivimos de esto y tenemos la libertad suficiente de hacer lo que queremos. Yo ahora no ando con tachas porque están diciendo que somos una banda punk. Yo no voy a cambiar por eso.

¿Vos crees que son una banda punk?

Es un rótulo que se le pone a las cosas. Yo no me siento punk. O sea ¿Qué es ser punk? Para mí es hacerlo por vos mismo, ahí sí te digo: “Soy punk”. Entonces la murga es punk, porque lo hacen todo por ellos mismos... Nosotros teníamos una murga que se llamaba La Punkie Murga... Y bueno si punk es eso, bien. Pero si punk es ponerse una cresta y romperle el vidrio a alguien que no se merece que le rompan un vidrio... Si eso es luchar contra un sistema el hijo de puta ahora sos vos, porque el vidrio lo paga ese tipo.

Por el nombre de la banda y por las letras del disco supongo que ninguno de ustedes es católico y que además no están a favor de ninguna religión.

A favor del libre culto sí, libertad absoluta. No soy católico pero respeto. Lo que no respeto es la institución porque me parece que se ha subido al carro en un montón de cosas. Yo fui a colegio católico y privado y sentí en carne propia lo que es una mano privatizada. Fui al Ivy Thomas, al Seminario, a las Domínicas y terminé en un público. La monja de las Domínicas me decía hjjo de puta por fumar en los pasillos. No por eso voy a armar una banda que se llame “Cambiá la Biblia”. Lo de la Biblia es algo llevado al extremo, es como cambiar el manual del televisor. Ya que la gente no cambia, porque hay pruebas evidentes de eso, bueno, vamos a cambiarle el manual que capaz que llegamos a algo.

¿No crees en Dios?

Jefe personal no tengo. No le tengo que rendir cuentas a nadie. Hay gente que lo necesita porque le funciona, la gente hace lo que le funciona. Yo no te digo que lo que crean esté bien o mal, pero que no le rompan los huevos a la gente. Que no traten de llenar en otros lo que a ellos les falta. Yo no creo en Dios... Creo en los extraterrestres, porque van a llegar…

¿Me estás hablando en serio?

Yo creo que hay vida afuera, tiene que haberla (Risas). No, creo en mí y en lo que veo. Creo en la energía, somos seres eléctricos. Creo en lo que veo y en lo que siento…

Siguiendo con el disco, ¿por qué se llama “Algún culo va a sangrar”?

Es el primer disco de la banda y es como que llegó a un tope. Todo lo que estamos diciendo lo estamos diciendo por algo. Es porque algún culo va a sangrar. Puede sonar a: “estos quieren dar la nota, quieren sacar algo re violento, re radical, a ver si alguien les da bola”. Pero a lo que va es a: “ta, se acabó, basta”. Lo que está pasando en la educación, que los maestros no tengan qué comer, que los niños se caguen de hambre, que más del 50 % de los pibes estén en pobreza... Lo que hacemos es presentar doce canciones y decir: Algún culo va a sangrar, alguien tiene que caer. Y ya no va a ser por la justicia, porque la justicia está totalmente corrompida. Es hora de que la gente empiece a percatarse y esa es nuestra expresión.

¿Por qué vieron la necesidad o la conveniencia de enfatizar el nombre del disco, que ya es bastante impactante, con la imagen de la tapa?

Iba a ser mucho peor, muchísimo peor. Iba a ser una foto en vivo de un dedo en el culo, porque creo que el mensaje es un dedo en el culo por hablar de un montón de cosas que acá no se está acostumbrado a hablar. Vamos a decir las cosas por su nombre. Si hay una iglesia católica que no sirve para una mierda en este país, si hay un Estado que nos hace estar en este estado; vamos a hablar de eso. Y ese fue el dedo en el culo. A la vez es irónico porque no soy quién para amargarle la vida a un pueblo, ni para poner un grano de arena a esta amargura. Yo creo mucho en la ironía, en reírnos de la desgracia; reírnos en el dicho y comprometernos en los hechos. Finalmente la tapa del disco terminó siendo una caricatura porque Ramón, que es el que tiene más color en la banda con respecto a su cabeza y a su forma de ver las cosas, quiso hacerlo así. Igual yo creo más en el contenido que en la tapa.

El disco es cortito....

No había más temas grabados: estaban los cuatro demos y los ocho temas. Yo laburo diez horas por día y no se me es fácil bajar un tema, para mí es todo un trabajo interno. Esas eran las doce canciones que más reflejaban los cinco años de la banda. El segundo disco va a ser otra cosa, pero otra cosa en la misma línea. Yo creo que va a ser mejor en sonido, quizá mejor en difusión, porque ya tenés más experiencia. Nosotros nunca habíamos grabado los cinco juntos y lo hicimos gracias a El Enano, [Sebastián Teysera, vocalista de La Vela Puerca] a El Coly [Carlos Quijano, saxofonista de La Vela Puerca], gente que ha tocado en la banda y que dijo: “Yo sigo con mis proyectos pero ustedes tienen que sacar un disco.” Y vos cerrás el telón y decís: “Esto es lo que hay y esto tiene que salir”... Y ahí salió.

¿Cómo surgió la idea de hacer el tema “Desde el Palacio” con la gente de La Tabaré? 

Fue increíble porque yo siempre quise devolverle a Tabaré lo que él hizo por el punk rock, por el rocanrol... Él siempre convocó a todo tipo de cantante, de violero; siempre fue un tipo abierto. Y yo siendo seguidor de La Tabaré desde chico siempre dije que si alguna vez grababa un disco se lo quería devolver. Justamente, un día Tabaré me dijo: “En un momento yo invitaba a todo el mundo y nadie me invitaba a mí”. ¡El pelado es divino! Y un día nos pusimos a hablar con El Coly y dijimos: “¿Por qué no invitamos a Tabaré?”. Por el otro lado yo recibía consejos de que el primer disco tenía que ser sólo nuestro, pero hoy estoy vivo y mañana estoy muerto. Yo quería hacerlo ahora. Invité también a El Ozzy [Osvaldo Garbuyo, voclaista de Bufón], que hace algunas estrofas en “Ofertamos”, a El Enano, que canta y aparte puso sus aportes y sus arreglos, a El Coly, que toca el saxo en “Desde el Palacio”. El Coly es como nuestro padre, es el hermano mayor, es el que cuando estamos bobeando pone las cosas en el piso. Y El Cebolla también, por su humanidad. Faltó El Negrito de Once Tiros. En el fondo somos una gran familia.  

Al escuchar el disco me dio la sensación de que tiene mucha fuerza y que esa fuerza está cargada de agresividad, de arranque. ¿Vos sentís esa agresividad al cantar las canciones?

Yo cuando escribo y cuando compongo siento indignación por todo lo que estoy escribiendo. Si yo estuviera escribiendo de todo lo lindo que pasa, sentiría alegría, sentiría paz y esas canciones las cantaría en paz. Eso es lo que le puede pasar a Drexler, que canta un montón de canciones hermosas, o lo que le puede pasar a Diego Torres... Me chupa un huevo lo que les pasa, a mí me gusta denunciar, me gusta hablar de lo que está pasando. Estamos hablando del tema del aborto y de muchas minas que se están muriendo porque su situación marginal las lleva a decir: “No tengo la capacidad mental para darme cuenta que me tengo que cuidar para no tener un hijo”. Y cuando yo me pongo a escribir eso siento indignación porque nosotros mismos estamos provocándolo. Nosotros le estamos cerrando el vidrio a los pendejos que vienen a pedir una mano, cuando podríamos sentarnos cinco minutos y darles una alegría. ¿Por qué no lo hacemos? Porque estamos estereotipados, porque estamos directamente vinculados a lo que se hace y no somos capaces de generar un cambio, de decir: “Me voy a un barrio, armo una olla y le doy de comer a los gurises.” Es algo tan simple... Pero eso lo hacen otros. Y por más que el Estado sea una mierda, a nosotros nos funciona decir que es una mierda porque así no nos comprometemos. Yo no creo en el sistema y me parece que las bases son las que tienen que mover esto. Y bueno, si alguien se siente agredido con lo que canto, es al revés, yo siento que convoco o que comparto mi forma de pensar. Si vos cuando vas a ver un toque vivenciás que yo estoy caliente, date cuenta por qué y fijate si vos no estás caliente cuando escuchás eso. Creo que entre todos estamos calientes por lo que está pasando y creo que también una patada en el culo a nosotros mismos porque no tenemos compromiso y no queremos nada. Nos gusta fumarnos un porro y hablar de qué bueno que estaría cuando en verdad pasa por nosotros.

Ustedes tocan a beneficio...

Sí, la banda se ha transformado también en una herramienta para dar una mano, Eso es  alucinante. A mí aparte me gusta el trabajo social y antes de apoyar a alguien me gusta meterme en el tema: qué es lo que están haciendo, qué es lo que necesitan. No es ir, tocar e irme. Nosotros vamos a estar siempre que la causa sea transparente, legítima. Además tienen que darse ciertas condiciones, porque tampoco es ir y tocar con un sonido de mierda. Queremos un buen sonido porque a nosotros también nos gusta que nos respeten.

¿Cuál es la idea ahora que ya presentaron el disco nuevo?

La idea va a ser llevarlo a todos lados. Uruguay primero porque somos uruguayos, estamos hablando de nuestra tierra y necesitamos que nos escuchen. Queremos que todo el mundo conozca nuestro mensaje, nuestra forma de decir las cosas, de hacer las cosas. Y después bueno, si fuera por plata, ya tenemos toques por Sudamérica, en España...

¿Han repartido el material en los medios?

Lo estamos distribuyendo. Estamos por firmar el contrato con Koala y el disco se estaría distribuyendo por todas las disquerías y toda esa historia.

El disco lo sacaron independiente...

Lo sacamos por un sello independiente que se llama Precario Records. Son unos amigos de Buenos Aires que fueron los que fabricaron el disco allá. Pero somos nosotros mismos. Nosotros somos independientes porque no apareció nadie con la plata, no quiere decir que saquemos el cartel de independientes. Si hubiera aparecido alguien que me hubiera dado 2000 dólares para grabarlo con las condiciones que a mí me hubieran llenado, no tenía problema, no estoy cerrado.

En mayo de este año Fueron a tocar a Buenos Aires, ¿van a tocar nuevamente en el exterior?

La idea es que en Octubre salgan un par de festivales en dos ocupaciones en el Gran Buenos Aires con bandas de allá. Después la idea es, a través de un amigo que nos mueve allá en Buenos Aires, llegar a Neuquen, La Pampa, Mar del Plata, Córdoba, La Plata... Todo lo que se pueda. La historia acá está en la nafta, porque no tocamos por un cachet para embolsar... Solamente queremos no tener pérdidas.

¿Cómo fue la experiencia en Buenos Aires?

El toque lo conseguimos por este mismo amigo que tenemos allá, por la gente de El Sepulcro Punk, gente amiga que ya conocemos. Tienen un centro cultural en Buenos  Aires, el Salón Pueyrredón y mueven un montón de bandas under. Under porque no tienen acceso a un montón de cosas... En realidad no tan under, porque hasta La Vela ha tocado en el Salón… Bueno conseguimos un canje con la Cachiola que nos dio los pasajes y nosotros le dimos publicidad. Nos manejamos para que tampoco sea pedir, que no sea un mangazo. Y así llegamos a Buenos Aires, tocamos con El Sepulcro y salió muy bien. Fuimos recibidos muy bien, con respeto, que es lo que más me interesa. Lo que generalmente pasa con los toques nuestros es que la gente nos mira, nos observa. Eso me encanta. No es el pogo de: “Vamo´ a armar pogo y rompemo´ todo” o “Vamo´ a saltar y a divertirnos”. Prefiero que me presten atención, que escuchen lo que estamos diciendo.

¿Y cómo es el público de Cambiá la Biblia acá?

Voy a lo fresco, a la presentación del disco. Me encantó el pogo respetable. Fue lo mejor. Me encantó la convocatoria. Me gustó que todos estuvieran enroscados en las imágenes. Me gustó que se aplaudiera... Ese es el público. No es clasista porque hay de todo. Perdimos un montón de público con la emigración, porque hay muchos amigos que hoy no están y que les encantaría estar, que están haciendo fuerza en otros países para que vayamos. Nosotros no tenemos un público adolescente innatamente y entonces toda nuestra generación de casi 30 años está vacía o se achancharon. Ahora lo que está pasando, que a mí me deja de cara y está buenísimo, es que hay mucho pendejo que cazó la onda, que la está reivindicando. Lo vi el otro día con La Chancha en la Zitarrosa. Al Juan [Berbejillo] se le suben los pendejos al escenario y cantan con él... Ese es el mejor premio que podés tener.   

Por el documento que entregaron al público en la presentación del nuevo disco puedo deducir que son bastante anarquistas…

No hay ni mucho ni poco de anarquismo. Sos anarquista o no sos anarquista. Lo que se movió el otro día fue un volante de citas anarquistas para informar a la gente de lo que es la anarquía. La anarquía es igualdad de condiciones en todo aspecto, es horizontalidad; no hay un sistema, no hay un dictador. La gente está acostumbrada a que anarquía sea violencia, pero violencia sin argumento, sin construcción. No, la anarquía es totalmente lo opuesto. Como es difícil conseguir las publicaciones la gente le da un contexto a la anarquía que no es: creen que es un tipo con una cresta que viene y te pega porque quiere anarquía y nada que ver. Lo que el otro día repartí fueron citas anarcas del siglo XIX, de los creadores de esas citas: [Mijail] Bakunin, [Pierre Joseph] Proudhon; un montón de gente que yo siempre leí y que han muerto por la causa. Para mí el anarquismo es una forma de pensar. Yo tampoco quiero hacerle la cabeza a nadie. El anarquismo lo que tiene es la autogestión y a través de la autogestión se ha logrado mantener una banda cinco años. Yo creo mucho en la autogestión, es la mejor enseñanza, porque vos solamente te das cuenta de lo que lograste y de lo que sos cuando lo hacés. Nadie te tiene que venir a decir nada. Por eso no creo en los políticos: mostrame qué hjciste y después yo te voto... Con “b” larga (Risas).

¿Realmente crees que sería posible una sociedad humana anarquista o es una utopía?

La va a haber, yo estoy plenamente seguro. Yo voy a estar muerto cuando pase. Quizá Matías mi hijo esté teniendo una banda y disfrutando de lo que su padre hablaba... No sé. Pero va a pasar... El ser humano no está adaptado a vivir en un sistema de estos.

¿Hasta qué punto crees que vale la pena, hoy en día, más allá de lo que pueda pasar, todas las denuncias que ustedes hacen con su música?

Sería muy arrogante de mi parte decir: “Este mensaje lo hago porque voy a lograr esto. Van a cambiar un montón de cosas porque yo cante esta canción.” ¿Sabés por qué vale la pena? Porque vos me hacés una nota. Porque yo estoy laburando al palo, de corbatita y haciendo todas las peripecias para bancar a una familia y se me mete un pibe en el chat y me dice: “¡Arriba eso!”. Me encanta, me siento que alguien piensa como yo. Eso vale la pena. Mientras haya uno, la banda está.

Viviana Scirgalea

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