Entre The Clash y Cuareim 1080

El nombre de la uruguaya Elli Medeiros es poco conocido por estos lados pero es una artista muy popular en Francia, el país en el que vive desde su adolescencia. Allí cosechó una vasta trayectoria que incluye las profesiones de actriz, cantante, compositora, modelo y vestuarista. Con 51 años, la artista presentó por primera vez su espectáculo en Montevideo, su ciudad natal, con un repertorio basado en su último disco solista “EM” y brindando a sus compatriotas un excelente show en el que demostró sus dotes como artista.

Sus comienzos en la música fueron en la década de los ´70, cuando integró una de las bandas precursoras del punk en París: Stinky Toys. Luego de grabar dos discos, el grupo se disolvió pero dejó una marca importante de su paso por la escena punk que persiste hasta el día de hoy. Luego, la cantante formó un dúo de tecno y pop (Elli et Jacno) junto a su amigo Denis Quilliard para después sí, dejar paso a su carrera solista protagonizada por discos como “Toi mon toit”, “A bailar calypso”, “Bom bom” y “Vainille”.

Todos continúan asociando a Elli Medeiros a aquella banda que formaba parte de un movimiento que estaba naciendo en Europa. Sin pensar que sería un hecho trascendente, los Stinky Toys compartieron cartel en un festival de punk en Inglaterra junto a los Sex Pistols, The Clash, The Buzzzcocks y Siouxie and the Banshees. Una de las anécdotas que Elli comentó a la prensa local, fue que eran una banda muy desprolija, así que llegaron al festival sin instrumentos. Por ello, tuvieron el gusto de que sus colegas de The Clash le prestaron los suyos…

Una uruguaya que compartió escenario con estas bandas se merecía el reconocimiento de sus coterráneos, que se arrimaron a la Sala Zitarrosa para conocer a la cantante.

Los primeros acordes de “Fugu”, tema de su disco “Bom Bom”, fueron los que abrieron el show, para luego después continuar con los de su último trabajo “EM”. “For you”, tema del video que acompaña esta nota, es una guiñada a los seguidores del punk por la similitud musical y vocal con la primera mujer que incursionó en el estilo: Patti Smith.

Al finalizar el segundo tema de la noche, incitó a los espectadores a acercarse hacia el escenario y a bailar: “ya tendremos tiempo de estar sentados cuando estemos muertos”, dijo. Seguidamente, la gente se fue acercando y algunos se animaron también a bailar. Su frase dio lugar a que una de las presentes, probablemente la primera en saltar de su asiento ante la sugerencia de Medeiros, repitiera constantemente “¡son unos muertos!”, refiriéndose a los que aún no se animaban a pararse.

A mediados del show, sus amigos de la cuerda de tambores Cuareim 1080, aparecieron con un chico, un piano y un repique para acompañar a la artista; quien notoriamente emocionada no paró de bailar al ritmo del candombe hasta el final. Le dieron un toque de candombe a sus temas que en su mayoría transitan entre el pop, el rock y el punk.

Explicó que tiene cuatro estrellas tatuadas en su cuerpo que representan la Cruz del Sur: en sus hombros, en su brazo y otra “más abajo”; mencionó que esa constelación le hace recordar al lugar al que pertenece. Incluso tiene una canción que se denomina así.

A la altura de hacer un bis por pedido del público, ya estaban todos parados y con muchas ganas de moverse, la artista seguía sin parar de bailar y con lágrimas en los ojos saludó y agradeció a los presentes. Mientras, alguien del público gritaba “¡Aguanten los Sex Pistols!”, no pudiendo creer aún que esa uruguaya con alfileres de gancho en sus orejas compartiera escenario con las legendarias bandas punk, y además cuando estaban en pleno auge.

Gisselle Noroña