Cadáveres Ilustres
Cadáveres Ilustres nace en el año 1986 integrada por los muy jóvenes: Pablo Martín, Orlando Fernández, Rafael del Campo y Fernando Couce.
En sus inicios cultivaban un estilo “siniestro”, “gótico”, “postpunk” influenciado por bandas como Joy Division, Bauhaus, The Cure y los españoles Gabinete Caligari, Loquillo y Trogloditas, entre otras. Cabe destacar otras influencias encarnadas, como las circunstancias políticas y económicas que imperaban el entorno, la cual provocaba que al corajudo hecho de alzar la voz –aún más sobre un escenario– le correspondieran contestatarios públicos, enardecidas gargantas desde tiempo enmudecidas, y se oliera adrenalina entre la ansiosa muchedumbre. Hacía falta valor, descaro, fuerza y pasión por el rock, más allá del propio miedo, para componer, y subirse a expresar este arte tan proscripto de ese entonces. UY! Cómo se añora un toque de esos! Al igual que otras bandas que han seguido hasta hoy, e incluso las que abandonaron esta dura senda artística, ilustran ese pedacito de historia sus reales, lineales, claras y crudas letras apocalípticas. Los temas mas acuciantes, terminales, con predominio de la muerte, drogas, perdedores y desilusionados de la vida formaban parte del repertorio protestante de estos valientes músicos.
En Cadáveres, se evidencia en temas como “Pájaro Negro”; o“15 años”, “Buscaré”, etc., dentro de su álbum “Mala Fama”; e “Hijos de la calle”, “Pedro”, entre otros suavizados, ya presenciando el cambio de la banda, en “El Cielo está cayendo”. Sentían la necesidad de acusar, justificada por muchos años de silencio, y lo lograban con una suerte literaria de oscuridad a lo Poe; y un manejo simple y corto a lo Hemingway. En ese entonces, baladas con el corte de “Nada es igual”, “Mirando tus ojos”, “Esperando el invierno”, “Ojos de gitana”, etc. balanceaban el duro peso y rigor verbal que caracterizaba a la banda dando un hálito de sosiego al escucha. Sobre fines de los ’80 el grupo comienza un giro hacia un sonido mas garagero hasta decantarse en un elaborado rocanrol callejero. Nace así entre ellos el rock para gozarlo, sentirlo, componerlo y metérselo en el cuerpo… las descargas ya habían sido hechas.
Tatuado en la sangre de los más viejos, la vida pasa por Cadáveres Ilustres como especie de sanctun rito que purga todas las inclemencias de esta tierra.
Sin embargo, la vida no pasa intrascendente, y circunstancias personales, hacen que se tomen un simple descanso de 4 años, pero siempre con la convicción, en esa parte oculta del alma, de un “enseguida vuelvo” (1996-2001).
Desde siempre han sido una banda con estilo único, sincero, con cero producción , pero muy auténtica; en la cual costó sustituir a los compinches habituales del pasado, finalmente colmado hoy en la composición actual del grupo.
Liviano y trascendente a la vez, la trayectoria o actividades de Los Cadáveres es y será siempre motivo de interés, como un juego de seducción y aparición completa. Hagan discos o toques más o menos brillantes, lo cierto es que cada uno de sus hechos aseguran más horas de vuelo grato que la inmensa mayoría de los personajes que pasean por el rock actual. Te dan: rock, rock, y rock, más o menos dark; más o menos garagero, pero solo rock.
Quizás algo más pueda aparecer, a veces, por momentos, pero sin fusiones, sin contaminarse con otros estilos. Sólo darle climas al Rock mismo. Si algo hay que destacar es la figura de Pablo Martín arriba de un escenario; sólo esa imagen, siempre capaz de proyectarse más allá sólo con ese ángel rockero que Dios le ha dado, y esa mezcla extraña y confusa de expresiones escénicas que lo convierten en paradigmático de algo superior. Asimismo, la precisión y puntualidad de Rafael del Campo, quien parece tener osificados palillos- falanges- nervios- músculos- cerebro, se pone al hombro el pentagrama completo. Carajo, estos niños pertenecen a las tablas!
Sin que los ecos del último sobresaliente “Buscando a Elvis” hayan cesado, hoy están en la etapa más prolífica de su carrera, con la fuerza del primer día y su alma recobrada luego de tanta pasarela musical. Ya preparando su próximo disco con el cometido de darnos un CD coronación, de exquisita composición y estilo asegurando dejar boquiabiertos a la plana mayor de colaboradores y fans que peregrinan su luz cada vez que se anuncia nuevo material.
Obviamente, han participado en innumerables y variados escenarios a lo largo de estos años, y las ganas y disfrute sobran para seguir en esta vida …y las demás...
Actualmente la integran Pablo Martín en la voz, Rafael del Campo en batería, Fernando Vázquez y Sergio Butron en guitarras, y Gerardo Ferraro en bajo.
Hasta la próxima… y para los desdichados que aún no los han visto va mi pésame.
Salud movida rockera!
(Fuente: www.cadaveresilustres.com)
En sus inicios cultivaban un estilo “siniestro”, “gótico”, “postpunk” influenciado por bandas como Joy Division, Bauhaus, The Cure y los españoles Gabinete Caligari, Loquillo y Trogloditas, entre otras. Cabe destacar otras influencias encarnadas, como las circunstancias políticas y económicas que imperaban el entorno, la cual provocaba que al corajudo hecho de alzar la voz –aún más sobre un escenario– le correspondieran contestatarios públicos, enardecidas gargantas desde tiempo enmudecidas, y se oliera adrenalina entre la ansiosa muchedumbre. Hacía falta valor, descaro, fuerza y pasión por el rock, más allá del propio miedo, para componer, y subirse a expresar este arte tan proscripto de ese entonces. UY! Cómo se añora un toque de esos! Al igual que otras bandas que han seguido hasta hoy, e incluso las que abandonaron esta dura senda artística, ilustran ese pedacito de historia sus reales, lineales, claras y crudas letras apocalípticas. Los temas mas acuciantes, terminales, con predominio de la muerte, drogas, perdedores y desilusionados de la vida formaban parte del repertorio protestante de estos valientes músicos.
En Cadáveres, se evidencia en temas como “Pájaro Negro”; o“15 años”, “Buscaré”, etc., dentro de su álbum “Mala Fama”; e “Hijos de la calle”, “Pedro”, entre otros suavizados, ya presenciando el cambio de la banda, en “El Cielo está cayendo”. Sentían la necesidad de acusar, justificada por muchos años de silencio, y lo lograban con una suerte literaria de oscuridad a lo Poe; y un manejo simple y corto a lo Hemingway. En ese entonces, baladas con el corte de “Nada es igual”, “Mirando tus ojos”, “Esperando el invierno”, “Ojos de gitana”, etc. balanceaban el duro peso y rigor verbal que caracterizaba a la banda dando un hálito de sosiego al escucha. Sobre fines de los ’80 el grupo comienza un giro hacia un sonido mas garagero hasta decantarse en un elaborado rocanrol callejero. Nace así entre ellos el rock para gozarlo, sentirlo, componerlo y metérselo en el cuerpo… las descargas ya habían sido hechas.
Tatuado en la sangre de los más viejos, la vida pasa por Cadáveres Ilustres como especie de sanctun rito que purga todas las inclemencias de esta tierra.
Sin embargo, la vida no pasa intrascendente, y circunstancias personales, hacen que se tomen un simple descanso de 4 años, pero siempre con la convicción, en esa parte oculta del alma, de un “enseguida vuelvo” (1996-2001).
Desde siempre han sido una banda con estilo único, sincero, con cero producción , pero muy auténtica; en la cual costó sustituir a los compinches habituales del pasado, finalmente colmado hoy en la composición actual del grupo.
Liviano y trascendente a la vez, la trayectoria o actividades de Los Cadáveres es y será siempre motivo de interés, como un juego de seducción y aparición completa. Hagan discos o toques más o menos brillantes, lo cierto es que cada uno de sus hechos aseguran más horas de vuelo grato que la inmensa mayoría de los personajes que pasean por el rock actual. Te dan: rock, rock, y rock, más o menos dark; más o menos garagero, pero solo rock.
Quizás algo más pueda aparecer, a veces, por momentos, pero sin fusiones, sin contaminarse con otros estilos. Sólo darle climas al Rock mismo. Si algo hay que destacar es la figura de Pablo Martín arriba de un escenario; sólo esa imagen, siempre capaz de proyectarse más allá sólo con ese ángel rockero que Dios le ha dado, y esa mezcla extraña y confusa de expresiones escénicas que lo convierten en paradigmático de algo superior. Asimismo, la precisión y puntualidad de Rafael del Campo, quien parece tener osificados palillos- falanges- nervios- músculos- cerebro, se pone al hombro el pentagrama completo. Carajo, estos niños pertenecen a las tablas!
Sin que los ecos del último sobresaliente “Buscando a Elvis” hayan cesado, hoy están en la etapa más prolífica de su carrera, con la fuerza del primer día y su alma recobrada luego de tanta pasarela musical. Ya preparando su próximo disco con el cometido de darnos un CD coronación, de exquisita composición y estilo asegurando dejar boquiabiertos a la plana mayor de colaboradores y fans que peregrinan su luz cada vez que se anuncia nuevo material.
Obviamente, han participado en innumerables y variados escenarios a lo largo de estos años, y las ganas y disfrute sobran para seguir en esta vida …y las demás...
Actualmente la integran Pablo Martín en la voz, Rafael del Campo en batería, Fernando Vázquez y Sergio Butron en guitarras, y Gerardo Ferraro en bajo.
Hasta la próxima… y para los desdichados que aún no los han visto va mi pésame.
Salud movida rockera!
(Fuente: www.cadaveresilustres.com)
Integrantes
Pablo Martín - vozGerardo Ferraro - bajo
Sergio Butron - guitarra
Rafael del Campo - batería
Fernando Vázquez - guitarra
Discografía
Compilado Rock 4Compilado Rock 5
Compilado Montevideo Rock
Mala fama
Compilado Rock de Primera
Criaturas del Pantano
El cielo está cayendo
Buscando a Elvis