Laura Canoura, desde la experiencia
28/4/2003
No es fácil dedicarse al arte en este país. No es fácil ser artista siendo mujer. No es fácil tener más de 20 años de trayectoria y continuar teniendo vigencia. Pero lo más difícil quizá, sea poder superar todo eso y seguir sorprendiendo. Laura Canoura lo ha conseguido, y lo ha hecho transitando el costado menos sencillo: incursionando en estilos diversos, arriesgándose en proyectos poco seguros, y escapando de todos los rótulos, aún de los más exitosos. Bolero: su último trabajo discográfico, es una prueba fehaciente de ello. Él y el espectáculo homónimo que le dio origen y que se estrenará próximamente, eran la razón de esta entrevista. Razón que devino en excusa para reencontrarnos con Laura y conversar sobre su música y sus proyectos, y sobre el especial momento en el que se encuentra.
- ¿Cuándo surge la idea de hacer Bolero? Porque tengo entendido que hace bastante tiempo que están ensayando...
- La idea original de este espectáculo surgió a comienzos del año 2002. En realidad fue una idea de Gerardo Grieco que es el productor. Lo convocó la gente de República AFAP para hacer una gira con algún espectáculo por el interior, un poco al uso de la que había hecho con Camerata el año anterior, que había sido muy buena, con mucho éxito. Y ¿viste cuando caen las fichas?, bueno: hacía mucho tiempo que yo venía hablando con él de un espectáculo solamente de género. Sobre todo motivada por lo que es la participación mía en las Galas de Tango... que de todas maneras siento que yo no estaba... y tal vez no esté todavía pronta, como para un espectáculo íntegro de tango... porque es un género mucho más difícil, más complejo, que uno necesita cantar y preparar mucho, seleccionar, es muy vasto el repertorio... Y a Gerardo se le ocurrió que entonces ese espectáculo fuera un espectáculo de bolero. A la gente de República le gustó pila y a mí me encantó. La idea era hacer un espectáculo de bolero, casi de cámara digamos, con los boleros más tradicionales, pero siempre pasados por el filtro de Canoura, por el tamiz de Canoura. Cosa que estaba muy garantizada porque el arreglador era Jorge Nocetti que hace años que toca conmigo, que es arreglador y director de mi banda, y porque trabajamos muy bien juntos: hay como mucha referencia uno al otro. Y bueno ahí pasó todo lo que pasó en este país, con el quiebre del dólar y qué sé yo, se demoró, pero a último momento se decidió que sí, que se hacía la gira. Se aceptó un presupuesto que era más o menos lo que se había presentado, y se lanzó la gira en Canelones, en octubre del año pasado.
- Y se trata de una propuesta que obviamente es musical, pero que también tiene algo de teatro, de actuación ¿verdad?
- Sí, es un espectáculo que tiene el libreto de Ana Solari y los lineamientos escénicos de Mariana Percovich. Es un espectáculo de una cantante de bolero, una gran diva de todos los tiempos, que ha cantado boleros desde que se acuerda. Que ha tenido una vida muy agitada por llamarlo de alguna manera: ha tenido muchos amores y muchos desamores y entonces es una mujer que canta desde la experiencia, ya de vuelta de todas esas cosas.
A mí me sirvió muchísimo lo que escribió Ana Solari que fue el perfil del personaje que yo tenía que hacer, porque me libera mucho a la hora de hacer un repertorio que es tan tradicional, tan conocido, pero que siempre tiene, como te decía al principio, la impronta Canoura, que es como el sello, que es inevitable que lo tenga.
- Justamente por tratarse de un género tan popular y de un repertorio tan conocido, debió haber sido todo un desafío ¿no?
- Totalmente. Fue tomar el repertorio con mucho respeto, porque es un repertorio que ha sido muy transitado: bien y mal. Vos vas a cualquier disquería en cualquier ciudad del mundo y hay una batea del ahora mal llamado "melódico internacional", donde encontrás a Los Panchos al lado de Chavela Vargas... Además el bolero es un género histórico, que estuvo como mal conceptuado por la intelectualidad del mundo en algunas épocas. Yo creo que ya desde hace unos cuantos años hay una cantidad de artistas que lo han desmitificado, no solamente desde el ámbito de la música como puede ser la vuelta de Chavela Vargas o lo que hace [Joaquín] Sabina que está muy emparentado también; sino lo que ha hecho [Pedro] Almodóvar por ejemplo, eso de reconocer "sí yo me muero con los boleros, ¿y qué?, no me da vergüenza decirlo". Entonces la idea fue esa: tomar ese repertorio de los más clásicos, los tradicionales, el disco trae "Adoro", trae "La Puerta", "La Mentira"...
- ¿Y cómo fue esa selección? ¿Los elegiste vos?
- Sí, fue una selección media como en equipo también, porque te podrás imaginar que cuando abordás un repertorio así, tan extenso y conocido, como que uno tiene que escuchar un poco lo que dice el entorno. Nosotros lo hacemos a propósito, ya lo hicimos con Esencia y nos ayudó pila: decirle a la gente con la que más te ves "che, qué bolero harías vos si tuvieras que hacer un repertorio tradicional". Y ahí fuimos juntando, llegamos a tener un montón, y terminamos eligiendo por el gusto nuestro: porque las melodías eran muy buenas, muy potentes, muy poderosas. Después que teníamos unos 25, 30 boleros, elegimos porque habían algunos que se repetían en el género. Porque viste que el bolero es un género con mucha variación: está el bolero cubano, el bolero mexicano, el bolero más tirando al pop de los últimos tiempos de [Armando] Manzanero; entonces hubo que seleccionar para que no hubieran momentos repetidos en el espectáculo. Y si bien quedaron algunos afuera que me da mucha pena, yo creo que la selección es una selección que contempla el gusto nuestro, y eso que es el repertorio tradicional del bolero.
- ¿Conforme con el disco entonces?
- Sí súper. Por varias cosas: primero que nada porque es el fiel reflejo de lo que se ve en vivo, o casi te diría, porque es imposible. O sea cada vez que uno hace un espectáculo en vivo, sobre todo cuando estás en gira y hacés muy seguido el espectáculo, casi podrías grabar cada día y quedarte con una versión mejorada de cada uno de los temas, eligiendo día por día. Pero eso no se podía hacer porque requería una parafernalia tecnológica que no estábamos en condiciones económicas. Entonces en la mitad de la gira, cuando realmente vimos la necesidad de hacer un disco, no teníamos muchas variables para grabarlo. No teníamos mucho tiempo, había que buscar un estudio donde pudiéramos grabar todos juntos, cosa que no se puede en todos, porque ahora hay estudios pequeñitos donde los técnicos trabajan con una computadora en una salita. Este es un espectáculo casi acústico, y no es totalmente acústico porque no tenemos posibilidad de tocar con un piano de media cola en cada lugar que vamos, pero la idea era que respetara el aire acústico que tiene el espectáculo en vivo. Entonces había que encontrar, primero: un sonidista que nos gustara, que hay muchos acá por suerte.
Segundo, un estudio que cubriera esas condiciones, porque tienen que haber pequeñas salas aisladas para cada instrumento, para la percusión, para el contrabajo, para la guitarra, y para el piano. Que además coincidiera con la semana que teníamos libre entre la gira, porque no podía una cosa hacerle trampa a la otra, o sea no podía el disco matar las funciones porque estabas agotado, ni viceversa. Entonces la verdad que encontramos la mejor manera. Primero grabar en Octopus que era un estudio que ahora ya no existe porque está armado en otro lado, que es de Daniel Báez que es uno de los mejores sonidistas que hay acá y con quien yo grabo, a pesar de que es un tipo muy joven, hace muchísimo años. Es un gran sonidista, casi productor te diría, porque opina, opina bien, es mesurado. El espectáculo venía muy ensayado de tanto tocarlo por eso fue rapidísimo, grabamos así a ultra velocidad. Yo canté muy rápido también, porque con tanta función tenía muy claro lo que quería hacer, o sea yo no iba a ir al estudio a improvisar ni a inventar nada. Después mandamos a mezclar a Chile y a masterizar, jugándonos porque en general cuando uno hace la mezcla alguno de los artistas tiene que estar presente: o la cantante, o el sonidista, o el productor, o el arreglador; y no podíamos ir porque estábamos en gira. Pero yo creo que eso jugó en nuestro favor con Warner, porque ellos se sintieron tan comprometidos con esa actitud nuestra tan entregada, que consiguieron un súper buen sonidista, que tiene mucha experiencia con discos así acústicos, que tuvo mucho sentido común, y que arregló cosas que inclusive fueron, por errores nuestros, con problemas. Mezcló y masterizó un disco que para nuestro gusto... o sea no puedo decir que es el mejor disco de boleros del mundo, ni siquiera el segundo (sonríe), pero sí digo que es el disco que nosotros queríamos tener, o sea que colmó por demás nuestras expectativas desde todo punto de vista. Estamos muy orgullosos de este trabajo.
- Bien. ¿Es verdad que Manzanero quiere grabar un tema contigo?
- Ya lo grabamos.
- ¿Ya lo grabaron?
- Lo que pasa que me olvido siempre de contarlo, soy cero marketinera. (Risas).
- Contalo.
- Manzanero que es el "number one" contemporáneo en el bolero, hizo un par de discos de dúos, de duetos: distintos artistas haciendo sus boleros con él. La gente de Warner le propuso hacer una versión del disco para Latinoamérica que contemplara una selección de esos dos discos, más algunas versiones nuevas de algunos boleros con otros artistas que tuvieran que ver con Latinoamérica. Warner Chile que es mi sello, le mandó un disco mío de boleros a Manzanero para ver si él aprobaba que yo fuera una de las invitadas. Él dijo que sí, que le gustaba mucho como yo cantaba, y me mandó un par de discos con 3 o 4 temas como para que yo eligiera cuál me iba mejor por mi estilo. Yo elegí uno que se llama "Me vuelves loco", que en la versión de España lo hace Rosario, que es un bolerazo y tiene un arreglo impresionante. Y bueno en esas cosas de la "cibernautez": lo grabé acá y él ya lo había grabado en otro lado, y me parece que estaba saliendo en éstos días en Chile. Yo tengo pila de expectativas con eso.
- ¿Lo has podido escuchar?
- Sí, lo escuché mezclado sin masterizar, y está impresionante. Tiene un arreglo que va súper adelante, al final tira como al bolero acubanado, con mucha percusión y muchos caños, muchos bronces. Es muy lindo y para mí es una emoción que ni te cuento. Es una cosa que siento que me distingue y que me privilegia, y yo lo recibo como lo que es.
- Me sorprendió eso que dijiste que te sentías más segura en el terreno del bolero que del tango, cuando has recibido críticas súper elogiosas y...
- Es que le tengo mucho respeto al género del tango. Yo creo que hay muy buenos intérpretes en el tango. A mí me ha tocado en las Galas de Tango cantar con gente muy valiosa: con Gustavo Nocetti, con Daniel Cortéz, con Miguel Ángel Maidana; que son gente con mucha trayectoria, que sabe mucho de tango. Porque tanto Gustavo como Daniel, son tipos que empezaron a cantar a los 11, 12 años, o sea tienen una trayectoria hecha, siendo tipos súper jóvenes... Fijate que Daniel si empezó a los 11 años, tiene 40, ¡hace 30 años que canta! Yo no llegué a los 30 todavía cantando y soy más grande que él.
O sea yo lo tengo en mente y es un proyecto que te diría que ya ni siquiera está en un cajón, está encaminado. Lo que más me complica es elegir el repertorio, porque el tango es muy diverso: está el tango lunfardo, el tango más moderno, el tango canción como lo que hacía Gardel, o más recio como lo hacía Julio Sosa; pero hay muy poco tango que sea cantable por una mujer y que sea creíble, porque son letras en general muy masculinas. O sea si yo tuviera que agarrar los tangos más tradicionales para hacer como hice Bolero, sería muy difícil. No tengo muy claro que disco haría. Me gustaría como experimentar con distintos formatos dentro del mismo disco: hacer algo con la filarmónica, hacer algo con un trío, hacer algo con Mario Núñez, hacer algo con algún director y arreglador argentino; cosa que está buenísima para un disco, pero horrible para un espectáculo porque te lo hace imposible de realizar, o sea lo hacés una vez y después no podés tocarlo nunca.
- Pero igual está ahí, evidentemente está pensado...
- Está ahí, ni que hablar. Es un proyecto que está... no muy atrás en las hojas del cuaderno...
- En ese sentido sos muy mesurada a la hora de elegir ¿no? Porque si bien sos muy ecléctica, -este disco es un ejemplo claro-, y además siempre has corrido riesgos, -también este disco es un ejemplo claro-; sin embargo no sos impetuosa, sos metódica, reflexiva...
- Sí, en lo profesional yo creo que sí. Con los años he aprendido, me parece que al principio no era así. Creo que tiene mucho que ver con la edad también. Uno aprende como a medir las distancias, a saber cuándo podés saltar y cuando no. Además ya conocés tu herramienta, sabés lo que podés hacer bien. Hay gente que es muy generosa conmigo y me dice "vos cantás bien cualquier cosa", y yo sé que no es así, yo sé que hay géneros que yo no los cantaría bien, o que tendría que esforzarme muchísimo para hacerlo bien, que no me provoca nada malo, que al contrario, si el proyecto llegara y fuera interesante y a mí me generara adrenalina; yo lo haría. El otro día en una entrevista de estas por Internet en la que pregunta gente de todas las edades, una persona joven me preguntaba qué opinaba de la movida del rock and roll uruguayo ahora, y si yo estaría dispuesta a hacer algo con los grupos nuevos. Y yo parto de la base de que el mestizaje perfecciona la raza, entonces si ese concepto se puede aplicar al arte, creo que es así: que uno mezclándose, entreverándose con otros, logra lo mejor. Lo interesante es buscar gente que tenga cosas para aportarte, no importa la edad ni el género musical; sí que el objetivo sea el mismo, eso es muy importante.
Si yo lo que quiero hacer es algo artístico, y no me importa nada si no vende, y vos querés hacer algo que venda y no te importa nada lo artístico; no vamos a poder trabajar juntos. Entonces no importa la edad, ni el género musical, importa la intención artística. Y el Uruguay es un buen ejemplo, la música uruguaya es una buena demostración de que nosotros somos un país de fusión, un país donde se han fusionado históricamente los ritmos tradicionales rioplatenses, con lo que vino de España, con lo que vino de Italia, de Francia, con las Islas Canarias, y con lo que viene después: con esto de meterte en Internet y escuchar la última versión de Limp Bizkit y atrás un tango de no sé quién ¿entendés? Entonces hay que aceptar que eso es el mundo ahora y que nosotros somos parte del mundo, y está bárbaro. Esos para mí si son desafíos, pero no son riesgos, porque cuando uno lo hace con autenticidad, "el" fracaso y "el" éxito no es algo enorme, gigante.
- Es relativo.
- Son cosas relativas que tienen que ver con lo macro, tienen que ver con toda una carrera, con toda una vida haciendo esto. Entonces uno puede tener pequeños fracasos y pequeños éxitos que va acumulando. Para mi la clave es que me atrape, que me seduzca, que me guste. Es como en el amor: si el hombre no te genera una chispa ahí que se enciende, no pasa nada; con el arte es exactamente igual.
- Y este proyecto en particular te sedujo, te atrapó...
- Sí, me encantó. Me encantó por todo: por el género, porque la propuesta venía totalmente abierta a que nosotros hiciéramos lo que quisiéramos, porque iba a haber una mezcla de música con teatro, porque además yo creo que logramos conformar un cuarteto de músicos de primera categoría, y porque sobre todo teníamos un gran anzuelo que era la gira por 15 ciudades del interior que para nosotros eso es equivalente a fiesta. Cada vez que ensayamos acá para algún espectáculo, algún toque, estamos todos diciendo "¡gira, gira!"; porque nos encanta, porque la gente es súper receptiva, porque es generosa...
- Porque además está ávida de escuchar espectáculos en vivo, y son pocos los músicos que pueden hacerlo.
- Claro entonces hay que aprovechar ese privilegio y no dejar que se cierren esas puertas, para que otros lo puedan aprovechar. La verdad que sí, es un proyecto lindo. El otro día me preguntaban "¿y ahora qué?", y yo me reía porque la ansiedad de la gente es mucho peor que la mía. Pero ahora me empezó a pasar una cosa, en esta etapa de la carrera, que supongo que a los artistas que hacen un género único o que hacen su propio producto no les debe pasar mucho; que es que hay diferentes líneas que largamos, que ahora empezaron a recogerse en distintas partes del mundo y que tienen que ver con distintos proyectos míos. Entonces por ejemplo, ahora Bolero salió en Chile, lo que eso va a implicar que en agosto vayamos a hacer una serie de presentaciones allá. Sale en Argentina, para lo cual seguramente combinemos y hagamos Argentina - Chile. Pero en España hay un productor que está interesado en Mujeres como yo, entonces se está negociando con los sellos discográficos para editarlo en España. Lo que quiere decir que, si yo viajo a España para hacer promoción o para tocar, voy a tener que contemplar un poco como ambas cosas; y eso me gusta, me divierte.
- Ahora que hablaste de Mujeres como yo y por tanto de tu faceta como compositora, la gente también está ansiosa con eso ¿no?
- Sí preguntan. Lo que pasa es que para mí eso es una cosa mucho más lenta y además yo no tengo mucha experiencia como compositora. En realidad en los veinte y pico de años que hace que yo soy cantante, digamos que menos de una tercera parte he compuesto. No soy metódica, no soy sistemática, me cuesta mucho enganchar. Y bueno desde Mujeres como yo han estado saliendo temas que tengo guardaditos ahí en cintas, en Cd’s, esperando a ver qué pasa con el siguiente disco, a ver qué es. Porque ya te digo, no lo tengo muy claro, hay diversas opiniones en el entorno: que tendría que ser el de tango, que tendría que ser otro disco de autor, que podría ser ambas cosas... Por lo pronto yo trato de encontrar la disciplina para poder seguir componiendo no importa si es para ahora o para el año que viene; pero es difícil. Es mucho más fácil ensayar y cantar y arreglar y tocar, que sentarse a componer con la rigurosidad que eso implica.
- Sí, por momentos es un sufrimiento...
- Sí, además uno compone desde muy adentro, es casi como una terapia, entonces no es fácil.
- Recién hablabas de tu carrera y del momento en el que te hallás. Si hoy tuvieras que hacer un balance, ¿en qué sitio sentís que te encontrás? Porque hace más de veinte años que estás, sos una mujer exitosa, un cronista dijo alguna vez que estabas más allá del bien y del mal...
- Yo no me siento más allá de mal y del bien, yo me siento siempre como en una carretera de aprendizaje. Una de las cosas que más me gusta de la carrera que elegí, que tiene muchas cosas torturadas también, inseguridades como tiene toda carrera liberal; es que está permanentemente desafiándote en el aprendizaje... Si uno tiene buena actitud para eso, porque uno podría decir ya llegué...
- Exactamente: y seguir por el costado más fácil de repente, sin embargo...
- Capaz que en algunos momentos yo qué sé... hacés eso. Hay días que de repente salís por la tangente. Pero en lo habitual, trato de que cada cosa que me pasa en el día, -que muchas tienen que ver con la carrera y otras no-, sea una instancia de aprendizaje. No importa con quien te cruces, no importa la instancia, en este momento: seguramente de esta charla a mí me quedan cosas, porque vos hiciste salir de adentro mío cosas que yo de otra manera no las pensaría. Entonces me gusta mucho lo que me permite esta carrera que es encontrarme con gente distinta todo el tiempo, aprender de esa gente, tener una actitud humilde en el buen sentido de la palabra: no falsamente humilde. O sea yo sé lo que sé y lo que soy, lo tengo claro; pero no tengo ni idea de lo que puedo llegar a saber ni de lo que puedo llegar a ser de aquí a 1 año, a 10 años. Lo importante es saber elegir bien a la gente con la que estás, en todos los planos de la vida, confiar en esa gente, animarte a ceder espacios. Animarse inclusive a atravesar errores cometidos por decisiones que toma alguien en ese plano: es decir yo estoy dispuesta a que vos te equivoques inclusive, pero en un camino de aprendizaje. Eso genera un clima de trabajo que te diría que es ideal. En este momento y yo te diría que desde hace ya unos 2, 3 años, hemos logrado como un entorno de gente con la que trabajamos, que tiene que ver no solamente con los que están arriba del escenario sino con los que están abajo también; donde hay un mismo objetivo, una misma cabeza y que hace que el trabajo sea mucho más gratificante todavía que lo habitual. Y eso yo creo que se ve arriba del escenario, se ve porque cada quien está dando lo mejor que tiene en ese momento y disfrutando de lo maravilloso que está dando el otro. Eso requiere gente especial: no cualquiera es así, no cualquiera disfruta con el talento que está demostrando el que tenés al lado. Eso forma parte de las características de este grupo y tiene mucho que ver con Jorge porque es su manera de ser, y porque es un poco el que convocó a los músicos y el que se anima a traer gente nueva y joven; y un poco también la cabeza de Gerardo Grieco que también es un hombre muy joven pero que tiene muchísima experiencia, porque es productor desde los 17 años. Entonces yo me siento un ser privilegiado: estoy trabajando con gente que me hace crecer, que me hace ser una mejor artista y también una mejor persona.
- Aunque no te imaginás lo que vas a hacer dentro de un año, igual planes tenés...
- Planes siempre hay, lo que pasa que en esta carrera es todo tan impredecible... Esto que está pasando ahora con Argentina, con Chile, con España: esto que haya un productor tan entusiasmado conmigo en un país que está tan lejos, que no me conoce, que simplemente nos escribimos por mail, que conoce mis fotos y mis videos pero que sobre todo conoce mi música a través de los discos que le llegaron. Para mí eso es una cosa que fue producto del gota a gota. De la paciencia, la perseverancia. De trabajar fijando expectativas, fijando objetivos realizables, pero siempre con una cañita puesta en las utopías... No olvidarse que las utopías pueden volverse realidad, solo que uno las tiene que alimentar, no vivir para ellas obviamente porque...
- Sería frustrante.
- Claro y además sería muy irresponsable de mi parte; pero...
- Tenerlas en el horizonte...
- Tenerlas ahí en el horizonte. Y bueno ahora se me están acercando, el horizonte parecería estar más cerca... Te repito que no tengo ni idea lo que va a pasar conmigo dentro de 1 año. Ojalá esté complicada tratando de arreglar fechas con varios países, ojalá sea eso. Tengo claro los futuros más personales, por llamarlos de alguna manera: como madre, sé donde voy a estar en ese plano, pero profesionalmente uno tiene que estar como preparado para lo que venga. Eso es lo mejor: estar preparado para lo que venga, sea bueno o sea malo.
- Y esa incertidumbre ¿cómo se vive?, después de tanto tiempo ¿aprendiste a convivir con eso?
- Sí, claro. Los primeros años me costó muchísimo. Porque hace 11 años, cuando mi hija tenía 4 años, decidí que dejaba el trabajo que tenía y que iba a dedicarme solo a la música. Una decisión bastante arriesgada y que la pude tomar porque tengo una familia bárbara, que aguanta ese tipo de decisiones. No te voy a decir que se vive bien cuando uno vive en la cuerda floja, de hecho los primeros años después de esa decisión fueron muy estresantes... Pero hay tantas cosas a favor de una decisión así: que la gente te responde, que sos una persona querida, que te paran por la calle y te felicitan, que generás afecto, que la gente está como expectante de qué va a pasar contigo, si te va bien, si te va mal, si el disco funciona, si no funciona. Eso es súper gratificante y no tiene precio, entonces compensa...
- Claro: toda elección exige una renuncia, y vos sentís que en este caso, la renuncia valió la pena.
- Sí valió la pena, ni que hablar, valió la pena. Yo estoy súper conforme de haberla tomado. Porque eso me permitió no sólo ser la artista que soy hoy, sino ser la madre que soy hoy: con un tiempo horario que muchas madres quisieran tener y no pueden. Tal vez no tuve materialmente una cantidad de cosas que la gente a mi edad ya tiene o desearía tener; pero para mí fue una buena elección en ese momento y no me arrepiento. Si tuviera que volver a ese día, estoy segura que tomaría la misma decisión.
Analía Camargo