Motosierra, She Devils y Culpables en La Barraca

11/11/2005

Motosierra descontrolada

Si hay alguna banda uruguaya que le haga honor a la célebre frase “sexo, droga y rock and roll”, definitivamente esa banda es Motosierra.

El reloj marcaba las 01:30 hs. y recién iba llegando gente al boliche (el comienzo se había fijado a las 24:00 hs.).

Para mi sorpresa, estaba todo muy calmo, grupos de chicos sentados en la esquina tomando su cerveza, otros más separados charlando, ninguno de ellos tenía ese look “motosierrero” que yo esperaba ver. Por momentos dudé, quizás la gente pensaba que tocaba Fernando Cabrera o Tabaré Cardozo, ni idea.

Pero no, que se van a equivocar, minutos más tarde, y de todas las esquinas, empezaron a llegar aquellos que yo esperaba, encadenados hasta las patas, con vaqueros negros gastados y ajustados, maquillados con colores oscuros, con objetos metálicos atravesados en las más diversas partes el cuerpo; esos, los verdaderos seguidores de este estilo de “rock pesado”, que se mezclaron perfectamente y sin problemas entre toda la gente. Esto lo recalco para desmitificar aquello de que seguidores de este tipo de bandas sólo causan problemas y desmanes, todo sucedió en ambiente de buena onda.

Lamentablemente el sonido no fue lo mejor esa noche. Lo sufrieron las bandas invitadas (Culpables y She Devils) y lo sufrió Motosierra.

De todas maneras, la energía que transmite el grupo desde el escenario, ese descontrol generalizado, es espectacular.

Puede gustar o no su música, pero, como pasa con cualquier artista, se puede ver si se deja todo o no en el escenario, no importando el lugar ni si se toca para cien o cincuenta mil personas. Este es el caso de Motosierra, dan todo, el máximo de sus energías en el momento; eso se nota, y contagia. Invita a agitar.

El grupo cantó sus temas de siempre, sin aportar nada nuevo, esto aparte fue aclarado por Marcos (voz) que dijo: “Los que vinieron a escuchar algo nuevo... bueno... no tenemos nada (se ríe)... así que... (y pone cara como diciendo “jódanse”) vamos a tocar lo de siempre, arriba!”

Obviamente a nadie de le ocurrió ni irse ni joderse, se quedaron siguiendo a la banda a muerte y agitaron toda la noche en un pogo violento al cuál se sumó el cantante en varias ocasiones.

En fin, una noche de descontrol con Motosierra.

Droga y Rock and Roll hubo, y mucho, se vio. El sexo seguramente lo dejaron para después del toque, no queda muy bien que lo digamos en público, ¿no?

Martín Giménez

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