“Música para niños tristes” salió al mercado careciendo de cualquier tipo de respaldo publicitario y sin el soporte de un andamiaje de producción. El disco igual se coló en los medios despertando tan rápido interés, que un par de sus canciones (“Irreal” y “Domingo”) llegaron a ser parte de la programación de FM Urbana y sus hacedores –el colectivo Buceo Invisible- debieron conceder un buen número de entrevistas en la prensa oral y escrita.
En medio de los aprestos para la grabación de un nuevo registro (que tentativamente podría estar listo para mediados de este año), conversamos con Santiago Barcellos, Diego Presa y Marcos Barcellos.
INCERTIDUMBRE
¿Qué se siente luego de haber logrado llamar la atención en un medio superpoblado de bandas y propuestas musicales?
M: Cuando terminamos la mezcla del disco quedamos muy conformes y contentos con el trabajo, y sinceramente sentimos que habíamos generado algo interesante. De cualquier forma, nos sorprendieron las buenas críticas, los comentarios en los medios (sobre todo en la prensa), y la atención que despertó. Es bueno recordar que si bien esta fue nuestra primera edición ‘tradicional’, ya antes, en los diez años que la banda lleva trabajando, habíamos realizado unas cuantas cosas: dos casetes cuasi piratas, fanzines, libros de poesía y muestras de arte.
Con más trabajo y difusión, ¿no hubieran podido llegar a más gente?
D: La escasa difusión del registro, tiene que ver con que el sello para el que grabamos (Perro Andaluz) es un sello pequeño y con el hecho de que nosotros venimos de muchos años de hacer un trabajo cultural a pequeña escala. Recién con este disco nos propusimos pasar del segundo piso del subsuelo al primero. Acaso es cierto que no nos movimos todo lo necesario en pos de la promoción del material y esa actitud tenga que ver con una cuestión seudo ideológica proveniente de aquella etapa de trabajo a pequeña escala, pero también tiene otra parte de torpeza, de ser nosotros mismos productores muy torpes.
S: Siempre bromeábamos con que nosotros estábamos en el underground del underground. Ahora buscamos acceder al underground con las posibilidades que tenemos.
M: De cualquier manera, lo que hacemos nosotros no tiene pinta de que pueda ser muy masivo, aunque sí creo que puede llegar a gustarle y a interesarle a mucha más gente que la que hasta ahora hemos llegado.
¿Qué datos de la estética de Buceo Invisible te hacen pensar en la escasa masividad de la propuesta?
M: Me parece que nuestra idea musical no es muy común en el medio y que al mismo tiempo, en lo que hacemos, hay un interés manifiesto por la poesía. Desde nuestros comienzos hemos valorado la importancia del texto, de la letra de canción como algo que tiene que valer, no por elementos pirotécnicos circundantes sino por sí misma; desde siempre hemos necesitado presentar a la poesía desde ángulos y formas diferentes a las que veíamos por ahí, justamente para evitar ciertos nichos, ciertas formas de decir idénticas a sí misma, que veíamos que alejaba y nos alejaba. Lo poético está en los textos pero también hay un énfasis en el tratamiento poético de imágenes y de climas. No sé si hay un deber pero sí, una necesidad imperiosa de decir algo del tiempo en que uno vive desde lo simbólico. Generalmente hay un discurso más ligado a lo histórico, pero también hay que aportar desde lo poético. Dejar cosas en función de lo que uno está viviendo, de lo que uno está registrando a través de lo más racional, y de cosas que se filtran a nuestro entendimiento y que están ahí y de repente uno escribe y no domina tanto.
S: La expresión artística es un intento de libertad y para esa causa, lo simbólico resiste más que lo panfletario, tiene mucha más fuerza...
M: ...y es mucho más subversivo. Hoy vemos que algunas cosas que parecían revolucionarias acabaron no siéndolo...
S: ...aunque tampoco se trata de que uno quiera ser revolucionario, se trata de una expresión del espíritu, de algo con lo que estamos hechos...
M: Antes sabíamos a dónde había que ir a hacer los mandados. Ahora es como una cosa que... ¡qué sé yo lo que hay que hacer!, y es como que la línea se baja de otra manera que siguiendo tendencias o reglas. Nosotros nos alineamos como en esta cosa de decir: “vamos a encontrar la belleza que hay en esto”, en toda esta tragedia, para que algo de lo humano sea posible. En la incertidumbre hay toda una posibilidad investigativa que nos seduce.
Puestos en consumidores, ¿les seduce esa misma incertidumbre?
M: El arte que nos interesa es cuando llegan cosas que exigen la participación nuestra como oyentes o lectores de algo, que sea importante lo que nosotros tengamos para poner en eso, que haya como un trabajo de descifrar pero no sólo para llegar al sentido último de las cosas sino, por el goce estético de eso, el goce de poder encontrarse con eso y generar una relación con lo que a uno le llega.
Si hubiera que ponerle nombre propio a ese arte, ¿cuáles serían sus preferencias?
D: Beatles, Bob Dylan, REM, Darnauchans, Radiohead, Syd Barrett...
M: ...y también en la parte de la poesía están César Vallejo, Lorca, Dylan Thomas, Rulfo, y Los Redonditos de Ricota que creemos que es poesía de alto nivel.
Por la información que aparece en la carátula del disco, ¿se puede decir que Buceo Invisible tiene una conformación básica y un montón de gente que colabora desde la periferia?
S: Sí, es correcto. La banda originalmente estuvo conformada por cinco personas –una de las cuales falleció hace poco y otra que actualmente vive en España- pero dado que nuestras presentaciones en vivo eran más muestras de arte que recitales convencionales, necesariamente debíamos incluir gente que hiciera sus aportes desde el cine, la plástica o el diseño.
Todo ese entorno, ¿se siente integrante de BI o son simples colaboradores que aparecen y aportan cosas?
S: Hay de los dos.
D: En este último año se logró consolidar un grupo de trabajo más estable. El núcleo se amplió.
M: Se trata de construir en común y no tipo tenemos esta idea y queremos que la ejecuten. Nosotros creemos mucho en el intercambio porque ahí se da esa cosa de incertidumbre, esa cosa de asombro, que cuando uno tiene todos los hilos de la marioneta, está todo bien pero no sorprende a nadie ni te sorprende a vos mismo porque no hay accidentes. Cuando ellos llegan con ideas, nos abren una perspectiva diferente.
Leonardo Scampini