Cuarta edición del festival de rock más grande del país

Matías llegó el jueves a Durazno. Hizo dedo con un par de amigos desde el departamento de Salto. La primera noche acamparon en la Terminal de Durazno, luego de haber dejado sus mochilas en una escuela de la ciudad, se trasladaron a la plaza y allí pasaron el fin de semana. “Conocer gente, que todos estén en la misma y disfrutar del buen pogo”, fueron los motivos que los incentivó pisar Durazno ese fin de semana. Matías destacó también “la amabilidad de la gente” y “la buena onda” que le trasmitió el pueblo.

El sábado, cuando todos especulábamos qué iba a pasar si continuaba el departamento bajo agua, el cielo comenzó a despejarse de a poco y la gente fue trasladándose del pueblo hacia el Parque de la Hispanidad. La lluvia atrasó casi dos horas el festival, pero no lo suspendió. Como en el primer Pilsen Rock, el barro nos llegó hasta las rodillas. Ese día tocaron: Pecho e Fierro, Vendetta, Doberman, Rey Toro, La Triple Nelson, La Tabaré, La Chancha, La Trampa, Vinilo y No te Va Gustar, que como el año anterior terminó con el himno nacional. La fiesta ese día culminó con el público gritando “Uruguay, Uruguay”.

Nair hace más de treinta años que vive en Durazno. Según cuenta, el primer año que se realizó el Pilsen Rock, la gente tenía un poco de miedo por lo que sucedería en el pueblo con tantas personas. Confiada que los restaurantes y almacenes iban a poder aprovisionar a los visitantes, no se le ocurrió hacer nada para aprovechar ese fin de semana. Pero con los cuatro años de experiencia, tanto ella como muchos citadinos más, se dieron cuenta que se podía aprovechar ese fin de semana para trabajar ofreciendo diferentes servicios. Este año, Nair junto a su familia, pusieron mesa y mantel en la puerta de su casa y vendieron empanadas y milanesas caseras. Cada milanesa costaba $15. También ofrecía hospedaje y ducha para los alojados y para los que se quedaban en carpas y no tenían donde bañarse. Los precios no estaban nada mal, un buen baño luego de una resaca costaba $25. Este año no faltó comida, la oferta culinaria fue muy variada, en las veredas del pueblo se veía desde puestos con milanesas hasta descendientes de japoneses que vendían en sus puestos comida china, específicamente Chop Suey a $30.

En esta edición no sólo no faltó nada sino que todo estuvo pronto desde mucho antes, tanto que hasta publicaron avisos clasificados en Internet, a toda tecnología, con el rótulo de rockclasificados. En el mismo, días antes del show María alquilaba a $50 las tres habitaciones de su casa y aclaraba “Doña María, soy una señora muy abierta”.

El soleado domingo hizo que la ciudad de Durazno fuera una gran fiesta callejera. Parlantes en las calles, medio tanques, gente bailando y cantando sus temas favoritos, entre ellos no faltó el cantito de “vamo vamo la vela de mi corazón”, a pesar de no haber tocado en esta edición. Niños con camisetas de las bandas que participaron, banderas, camionetas tupidas de gente. La banda que abrió este último día fue Eslabón, ganadora del concurso realizado en Durazno, le siguió Dr. Rocka, Supersónicos, Chala Madre, Buenos Muchachos, Hereford, Trotsky, la banda española de Punk Rock The locos y la fiesta la cerró Buitres. Las tres últimas tocaron a la noche, con un Parque de la Hispanidad repleto de gente con banderas, bengalas y acompañando a las bandas con un coro excepcional, especialmente con Trotsky y Buitres.

Fue la primera vez que se cobró entrada, $100 los dos días o $50 más tres tapitas de Plisen, pero eso no cambió el número de visitantes de todo el país que llegaron el fin de semana del 14 y 15 de octubre.

Las cifras dejan en evidencia lo que implica este fenómeno para Durazno. En una ciudad de 27 mil habitantes, durante el fin de semana, con 130 mil visitantes se cuadriplicó la población. La convocatoria es cada vez mayor. En promedio se estima que cada uno que va al Pilsen gasta 10 dólares durante su estadía. Entonces se puede decir que Durazno recibió una inyección de 1 millón 300 mil dólares durante el fin de semana.

El boom del rock continúa y este año se espera para el 16 de diciembre otro festival de rock, será en el departamento de Flores, en Trinidad.

Analía Puentes