Nada más saludable para un género tan añejo como el tango que una infusión de sangre nueva. Deluruguay.net les invita a deleitarse de una entrevista a Ana Karina Rossi, voz líder de Planeta Tango, en la que relata de qué se trata este nuevo proyecto y analiza el papel del tango en una época tan acelerada y cambiante. La intención del grupo es combinar el tango con el jazz, el blues, la milonga y la música electrónica, dejando como resultado un nuevo mundo en el que abundan texturas y colores hasta ahora desconocidos para el público uruguayo.
Una propuesta arriesgada y renovadora que intenta rejuvenecer los estándares del tango clásico, y que aventura llegar a lugares hasta ahora inexplorados.
¿Quién es Ana Karina Rossi? Sos cantante, comunicadora…
Me autodefino como artista. Más allá de cuánto tiempo dedico a una carrera o la otra: la comunicación y el arte, siempre me voy a quedar con la música. Ya hace tiempo que está tomada una decisión. Circunstancialmente se me han dado las posibilidades de trabajar en la comunicación, soy co-conductora del programa informativo de la mañana de radio Carve, y es algo que también estudié y me gusta.
¿Siempre tuviste afinidad por la música?
Sí. Desde chiquita empecé a estudiar piano con una profesora de barrio, y estando en la escuela descubrieron que tenía talento para cantar. A los catorce años, ya avanzada en los estudios de piano, ingresé a la Escuela Universitaria de Música. Hice tres años de preuniversitario profundizando siempre en los estudios clásicos, porque en aquél entonces todavía era todo muy estricto, los programas de piano eran exclusivamente clásicos y académicos. Cuando llegué a los diecisiete o dieciocho años, salí del liceo y me surgió la posibilidad de trabajar en Canal 12. Yo andaba buscando un trabajo y todavía no tenía las herramientas como para trabajar y ganar dignamente por el lado de la música.
¿Cuándo fue que pudiste dedicarte más de lleno?
Un buen día conocí a Fernando de León, un muy buen guitarrista de blues, y me propuso hacer un dúo que se llamó Summertime. Durante dos o tres años anduvimos tocando en boliches temas de Van Morrison, Janis Joplin, versiones de los Beatles, los Rolling Stones y Eric Clapton. Lo que teníamos era cantar en inglés, haciendo nuestras propias versiones, que si bien tenía cierta cuota de creatividad, no era que estábamos haciendo temas propios ni cantando en nuestro propio idioma, o sea que le faltaba autenticidad. Ahí hice un proceso, había que dar un paso adelante. Entonces yo le planteo a Fernando que teníamos que componer temas propios, porque interiormente yo me hacía esa pregunta: “Si yo quiero crecer como artista, ¿qué tengo que hacer?”. Evalué dentro de los géneros en español, cuál era el que más me atrapaba, y yo siempre había estado vinculada al tango. Mi padre era amante del tango. Ahora él no vive, pero me acuerdo que él siempre cantaba y yo lo acompañaba con algunos tangos que sacaba de oído. Entonces empecé a pensar firmemente en la posibilidad de profundizar en el género, y todo se fue dando. Cuando uno energéticamente pone toda su voluntad para enfocarse en algo, funciona. Conocí al Trío Sur, que es uno de los grupos emblemáticos de tango de acá del Uruguay, les gustó la interpretación que hice como invitada en uno de sus conciertos, y después ya me empezaron a llamar. Entonces pasé a ser la solista del grupo, porque ellos en ese momento no tenían.
Noto que el tango para vos es mucho más que un género musical.
El tango es tan profundo… es una filosofía, es una expresión social. El tango es baile, es una manera de pensar. Es como sucede con el rock, vos no podés pensar al rock sólo como música, tenés que pensarlo como un concepto social, como un movimiento revolucionario…
Que va evolucionando…
Que evoluciona de distintas maneras, pero que tiene connotaciones clarísimas de ser un movimiento social. Con el tango pasa lo mismo. Eso no implica que salgas por ahí siendo un malevo o disfrazada de tanguera. No tiene que ver solamente con lo arrabal, el tango te da pila de posibilidades. Podés jugar con lo arrabal, con lo contemporáneo, con la seducción, con la tristeza; no es que uno tenga que pensar en el tango e inmediatamente asociarlo con el sufrimiento o con la nostalgia, el tango es lo que vos quieras que sea. Pero sí hay algo claro y que nadie puede discutir: el tango te lleva a lo profundo de las cosas.
¿Cómo es eso?
Cuando te metés en el tango y empezás a prestarle atención a las letras, encontrás un montón de palabras que no conocés, y que no sólo tienen que ver con el lunfardo, porque el tango es de un nivel intelectual y artístico sumamente alto. Si uno se fija en los orígenes del tango se da cuenta que son de Cuba, de las culturas afro-americanas que llegaron al Río de la Plata, de Europa, etc. Cuando vas a Colombia, te das cuenta que se escucha mucho tango, si vas a Cuba también, y los cubanos te dicen “Ustedes los tangueros tienen los mejores poetas”. Y es cierto, porque si te ponés a comparar dentro de los géneros musicales te das cuenta que, como dijimos, el tango es filosofía. Y en ese camino yo entré a descubrir y redescubrir a cada minuto un nuevo rinconcito dentro del tango. Un nuevo recurso, todo lo que te brinda el camino interpretativo: cómo aprender a frasear, cómo incorporar el lenguaje corporal para que el que cante sea tu cuerpo, lo escénico, la versatilidad vocal, etc.
¿Es viable la filosofía del tango en el siglo XXI? Es cierto que evoluciona, ¿pero esa concepción sobrevive a la época?
Yo creo que hay que luchar contra la banalidad. Me da la sensación que la música que más se consume hoy por hoy está banalizada en cuanto a las letras y también musicalmente. Y bueno, yo soy de las que apuesta a la creatividad. Si vos me preguntás cuál es mi esencia musical, te digo que por más que nací en un lugar donde se mama el tango de chiquita, también nací en la era del rock, crecí en la era de la música electrónica... Son muchos los géneros que me rodean y que me han alimentado. Y esto es propio del siglo XX; de hecho, esa versatilidad, esa diversificación. Yo creo que hay que hacer hincapié en la creatividad mostrando nuevos exponentes. En ese camino, humildemente, nosotros salimos al mundo con Planeta Tango. Desde nuestro lugar vamos a seguir escuchando y aprendiendo de los grandes maestros, y vamos a apostar a algo que sea lo más renovador posible. Estamos mostrando una renovación que considero es muy importante para la supervivencia del tango.
Ustedes combinan una cantidad de géneros y tendencias pero siempre partiendo del tango.
Claro, simplemente que está sumamente abierto a lo lúdico, y creo que hay que verlo así porque la columna vertebral es el tango. A partir de ahí lo fusionamos con un montón de géneros musicales. Pero también en la escena, hay una fusión también en la estética.
En la Fiesta de la X, en la que debutaban, noté que de a poquito y casi tímidamente se iba arrimando la gente a ver qué estaba sonando. Y creo que esa es una particularidad de Planeta Tango: es un tango fácil de escuchar, digerible digamos…
Sí…
Pero no por eso menos complejo, no me malinterpretes.
Está bueno lo que decís, porque nosotros también buscamos eso. Y no por eso pasa a ser banal. Por ahí hay ciertas músicas que te requieren de un trabajo intelectual importante, y al contrario, Planeta Tango pretende que te muevas, que te diviertas y que lo goces.
¿A qué público está destinada la propuesta?
No lo pensamos como si fuéramos a hacer una investigación de mercado: “¿cuál es nuestro público objetivo?”, nunca nos planteamos eso de entrada. Después en la marcha fuimos viendo que les gustaba tanto a los niños de nueve o diez años, hasta los veteranos…
De la vieja escuela… (Risas)
…de setenta y pico u ochenta. Es muy amplia la franja etaria de nuestro público. En la Sala Zitarrosa, que había unas cuatrocientas personas, nos dimos cuenta que le llegan desde los jóvenes hasta los más veteranos. Y a los veteranos les gustó y lo respetaron, más que nada porque nosotros creamos nuestros propios temas, entonces nadie nos puede venir a decir: “¿Qué están haciendo con el tango?”. No es que agarramos un tango de Gardel y lo hicimos pedazos. Ese creo que es nuestro diferencial mayor.
¿Cómo funciona esa fusión con las bases electrónicas?
Utilizamos un formato canción-tango. Cualquiera de los tangos que nosotros interpretamos se amoldan tanto a un formato electrónico como a un formato clásico y acústico. La idea desde el nacimiento de Planeta Tango fue primero enfocarnos a grabar el disco, entonces vos vas a escuchar agregados que pusimos en la grabación, algunos temas con batería, etc., en fin… nosotros para salir a tocar no podemos salir con una banda de diez músicos, entonces las bases electrónicas funcionan de alguna manera como soporte o complemento.
¿Cuál es el papel de Hugo Rocca en todo esto?
Él es compositor de la mayor parte de los temas. Con Hugo creamos la idea, él se acercó a mí y me dijo: “Mirá tengo una canción, quiero saber si te gusta…”, esa canción era “Carta marcada”. Una reunión llevó a la otra, y bueno, así decidimos juntos formar un dúo que después se iba a plasmar en una banda. Hoy él se dedica a la composición y a la producción artística, y yo a la interpretación y también a la producción.
El disco ya lo grabaron hace un tiempo, ¿no?
Ya tiene unos cuántos meses de grabado.
Todavía no salió al mercado.
No, todavía no está en las disquerías. No tiene el financiamiento…
¿Sello?
Sello o alguna empresa que te financie el proyecto. La idea que tenemos este año es tener el disco en la calle y después definir tres espectáculos grandes. Uno seguramente sea otra vez en la Zitarrosa.
Se está generando toda una movida entorno a Planeta Tango, ¿han tenido suerte con la difusión?
Algunas radios lo pasan. VTV ha pasado mucho el toque de la Sala Zitarrosa. Planeta Tango empezó a sonar de una manera interesante en el medio. Lo que queremos es que la mayor cantidad de gente pueda conocerlo, para que el tango tenga la atención que merece, y, como nosotros pretendemos, que tenga larga vida.
Rodrigo Ribeiro