SieteNotas

Numa Moraes, Haciendo folklore y otras yerbas

15/1/2000

Fue editado Memorias del Pago II y otras yerbas, nuevo disco de Numa Moraes

- Contame un poco que podemos encontrar en este disco.
- Bueno, al igual que el otro Memorias del Pago hay una gran cantidad de canciones basadas en folklore. En el verdadero folklore porque es música anónima ¿no?, del norte. Hay una cantidad de recopilaciones de Walter Roldán con textos, eso sí, nuevos de Washington Benavides . El disco se llama en realidad Memorias del Pago II y otras yerbas, entonces dentro de las otras yerbas hay algunas canciones viejas regrabadas, Nocturno a Rosario, Muchachito Aindiado, hay una cantada con Enrique De Mello que es un poeta y compositor de Rivera, una cantada con el Grupo Horizonte de La Paz, y algunas nuevas como el Shote de la Lunita, que la Lunita es mi hija chiquita, y está El mate del inglés que es una canción inédita también hasta este momento. Un disco con mucho acompañamiento, mucha percusión, con mucha alegría ¿no?, y buéh... en realidad son dos discos en uno, es igual que el anterior, el anterior es muy largo, son dos discos en uno. Y este también, son veintiuna canciones, y dividido en dos partes en realidad.

- O sea, tiene una continuidad con el disco anterior...
- Claro, tiene una continuidad. La carátula fue hecha por otro pintor en aquel caso, el primero fue por un gran acuarelista Ruismar Lopez , uno de los mejores de país, y en éste caso es un pintor, Alejandro Alvarez, que está exponiendo en muchísimos lugares.

- ¿Cómo surge lo de rescatar las canciones de folklore que vos decís, ese folklore auténtico que es anónimo? ¿Lo hicieron especialmente para este disco?
- No en este caso, desde el primer momento que empezamos a grabar en el año '68 siempre incluímos cosas folklóricas. Pero esto surge un poco a partir del trabajo que hicimos con Walter Roldán que es el acordeonista, que es de familia acordeonista. El empezó a tocar a los siete años, aprendió con su padre que a su vez había aprendido con su abuelo. O sea que son músicas muy antiguas. Y son músicas que él guarda en su memoria, comunmente no las tocaba en los bailes y en esos lugares porque ahí se toca música más conocida, y él tenía esto en su memoria. Fue empezar a charlar con él y empezaron a surgir músicas. Estas melodías se las entregamos a Washington Benavídes, con la historia de a quien se la había escuchado ¿no?, entonces ahí surgen historias preciosas de acordeonistas de la zona norteña. O sea que las músicas estaban, los textos no y bueno, por supuesto que los adaptamos a la tonalidad y a la forma de cantar.

- Es importante rescatar esas cosas que si no se pierden para siempre ¿no?
- Claro, porque los viejitos se van muriendo, se van llevando sus secretos. Hay otra problemática que es que el acordeonista, el músico popular, tiene un poco de miedo de que le roben eso que él tiene o que alguien comercie con eso ¿no?, entonces son muy desconfiados. Si no te conocen lo más seguro es que se guarden el secreto y se mueran con él. Entonces es muy importante este rescate que hace Roldán de, bueno, abiertamente... claro, sabía que yo era un tipo serio y que iba a trabajar con el mejor poeta del país (W. Benavídes) ¿no?. Y por otro lado que no es para nada más y nada menos que grabar un trabajo lo más profesional posible, con todas las posibilidades que nos pueda dar el medio. Y con ellos estamos actuando continuamente, digo con ellos, con toda La Colmena: con Roldán, con María Claudia la bailarina y con Carlos Alemán.

- Tanto ustedes como otros músicos que recorren todo el país son los indicados para traer esas historias que andan perdidas por ahí, lo digo porque la gente los conoce, les debe tener cierta confianza.
- Claro, pero no es tan fácil, es decir, vos sabés que todo este trabajo que se pueda hacer de recopilación es a esfuerzo propio. Acá no hay ningún misterio que te dé ningún... ni un peso para un pasaje para ir a trabajar a... a grabar a viejitos en Rivera o en Artigas. Hay que hacerlo todo a base de... bueno de esfuerzo propio, y logicamente si vos no conocés a nadie ahí, vas y caés como... medio rarito ¿no?, muy difícil que puedas recopilar algo. Pero cuando tenés conocimiento con los músicos mismo o con un amigo de ellos, como en este caso Roldán que fijate, es de ahí, vive en Tacuarembó, toda la vida tocó con los viejos, él hace un encuentro de acordeones una vez por año en la Fiesta de la Patria Gaucha que es increíble porque reúne acordeonistas de todo el país, desde niños hasta viejitos. Entonces claro, es una música que él puede conseguir o escuchar y grabársela en la memoria, no queda bien generalmente que vos vayas a un viejo de éstos le pongas un grabador enfrente, lo más seguro es que no le salga nada y se ponga nervioso de pronto ¿no?. Entonces hay que tener mucha calidad. También hay que tener mucha calidad humana en el sentido que posiblemente el viejito ya esté muy viejo, su acordeón esté muy deteriorada, esté toda desafinada, tenga teclas que no marchen, no le funcionen los dedos como antes, entonces lo que vos vas a escuchar es una cosa media como fea ¿no?, hay que escucharlo entonces con mucho cariño, con mucha sensibilidad y tratar de imaginarte como sería aquello que él tocó cuando era joven ¿no?, o cuando el acordeón estaba entero. O sea que es un trabajo difícil, complicado y que se da naturalmente. Como te digo en el caso de Roldán se da naturalmente porque él toca con ellos, él está ahí, y mantiene de su raíz familiar melodías maravillosas en su memoria.

- También es bueno tomar músicas de otros lados, vos hablabas hoy de una música colombiana que hay en el disco, lo que uno siente es que no hay que quedarse solo en lo uruguayo...
- No, por supuesto, claro. Estoy seguro que si un colombiano escucha esa maestranza se debe matar de risa. Pero por eso nosotros tratamos de uruguayizarlo ¿no?, le pusimos un texto uruguayo y la hicimos a nuestra manera, como cuando nosotros escuchamos una milonga por un chileno nos matamos de risa. Pero valoramos el hecho de la amplitud de vista. Es una defensa de nuestra música pero también un hermanarse con los ritmos y formas musicales de otros países que son tan valiosas como la nuestra.

Juan Castel

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