No hay duda que todo estaba dispuesto para que fuera un show memorable: Sala Zitarrosa, público del palo, invitados más que especiales y cuatro “locales” en el escenario que saben hacer música a la perfección: Gonzalo Farrugia (baterista de Psiglo y Crucis), Fafa Barboza (bajo en Vinilo), Christian Cary (guitarrista de La Triple Nelson) y Guzmán Mendaro (primera guitarra en Hereford).

Los “Duelos de Guitarras” vienen desarrollándose desde el año pasado en el Bar de Banda Joven (BJ), logrando siempre excelentes resultados y una reacción muy positiva de parte del público y la crítica. El cuarteto de músicos suena como una majestuosa banda –de esas que acá no existen- y mezcla gracia con potencia y virtud espontánea. Los invitados son una parte clave del espectáculo, volviéndolo aún más atractivo.

Estos antecedentes, sumados a las características propias del toque del 4 de octubre, parecían derivar inevitablemente en algo sorprendente... hice mal los cálculos. No hubo punto de comparación con las presentaciones previas en BJ Bar. Faltó creatividad, soltura, solos admirables por su simplicidad y belleza. Sobró ruido y muestras de virtuosismo o algo que se le asemejaba.

Nadie va a negar que frente al auditorio pasaron figuras destacadas del rock nacional: Quique Lafourcade (Pepe Guerra), Mape Bossio (La Triple Nelson), Coné Vecino (Vinilo), Franky Lampariello (Hereford) y Nestor Porto (Desideratum), entre otros. Pero las voces y los sonidos se desdibujaban en una seguidilla de entradas y salidas de escena de escaso sabor. Tal vez se extrañó la intimidad de BJ.

Entre los momentos más altos de la noche estuvo la participación de Nacho Obes (vocalista de Doberman) -definitivamente una de las mejores voces del ambiente rockero regional-, el duelo de baterías “Gonzalo Farrugia versus Mape Bossio” –dos prodigios en materia de percusión- y la interpretación de algunos clásicos de Jimi Hendrix, Voughan y Led Zeppelín.

Para los que aún no habían presenciado un encuentro de guitarras como este, seguramente fue un gran show. Para mí, un disparo más de música, con mucho humo y poca pólvora.

Viviana Scirgalea