SieteNotas

Yulele, lo nuestro con el resto

3/7/2004

Los términos “mezcla” y “combinación” en el lenguaje coloquial suelen utilizarse como sinónimos. Sin embargo esas mismas palabras en el terreno de las ciencias significan cuestiones distintas. En una “mezcla” los elementos que la componen pueden separarse. En una “combinación” los elementos que la forman no pueden ser separados.

En materia de música y en especial bajo la denominación fusión, es posible encontrar muchos ejemplos de “mezclas”: de collages, de elementos distintos recortados, pegados y yuxtapuestos; y menos ejemplos de “combinaciones”: de piezas aisladas perfectamente encastradas, constituyendo una unidad.

Si tuviéramos que clasificar, seguramente Yulele integraría esa segunda minoría, porque sus experimentos no suenan a pastiche y su fusión es integración y a la vez original construcción.

Del candombe, de la fusión, de su disco debut y de esa original construcción, hablamos con Julio Ojeda (guitarra y voz) y Rodrigo Vicente (bajo) directores y productores artísticos de Yulele.

De un tiempo a esta parte se ha vuelto usual en muchas propuestas musicales nacionales incorporar candombe, ¿qué es lo diferente en el caso de Yulele?

Rodrigo: El candombe no siempre estuvo bien conceptuado dentro del ambiente de los músicos y muy poca gente lo tomó como herramienta. No hay un gran desarrollo del candombe: eso de popularizarlo y transformarlo en canción. Lo que hay es, por lo menos desde mi humilde punto de vista, en algunos casos bastante primitivo. En otros casos está más experimentado: el caso de músicos como Jaime Roos, Rada; pero después generalmente es una cuerda de tambores con una canción arriba. Entonces queríamos empezar a insertar el candombe en lo que es el lenguaje actual de la música, el lenguaje popular, el lenguaje universal. Esa es un poco la apuesta: poder fundir el folclore uruguayo con el resto del mundo o con el resto de las músicas. Básicamente lo que pretendemos hacer con Yulele es eso: mezclar, hacer una gran ensalada de la mejor manera posible de lo nuestro con el resto.

¿Eso sería el “candombe matrix”?

Rodrigo: “Candombe matrix” nombramos a todo aquello que es más la fusión del candombe con la electrónica. Eso todavía lo tenemos en vías de experimentación, porque creemos que hay muchísimo más para explotar porque el candombe es un ritmo muy versátil y muy rico.

Eso se percibe a lo largo de todo el CD [Yulele: opera prima de la banda], porque se lo fusiona con distintas cuestiones, pero el candombe siempre es la vedette.

Rodrigo: Es que el punto clave del folclore uruguayo es el candombe. Es el sello del Uruguay. Podemos hablar de muchas cosas: de zamba, de chacarera, de malambo, de vidala, pero yo creo que el candombe dentro de lo que es el folclore, dentro de lo que es la tradición musical uruguaya, es como la pieza madre, lo más importante. Aparte es lo que realmente es único en el mundo.

En el disco, además de candombe hay tango...

Rodrigo: En realidad con el tango es una cuestión distinta porque no hay tango directamente. O sea tomamos “La Cumparsita” que es un tema que originalmente es un tango, “El Choclo” que tiene versiones en tango también, pero lo incorporamos al candombe. Lo que pasa es que el tango proviene, es hijo directo del candombe, de hecho el candombe antes se llamaba tangó. Es más: si vos musicalmente empezás a hacer experimentos y a desglosar y a unir piecitas, llegás al tango a partir del candombe perfectamente.

La intención sería entonces hacer el candombe más universal...

Julio: La intención de Yulele es transmitir emociones.

Rodrigo: Sí, transmitir emociones de la manera que más nos guste o mejor nos parezca. Yo soy solista, tengo otra historia musical, en mi disco no hay ningún candombe porque tampoco me sale componerlo; pero cuando me metí en el grupo -soy uno de los más nuevitos- siendo muy poco experiente con el candombe, aprendí mucho. Empecé a entender un montón de cosas desde el punto de vista técnico-musical que me parecieron interesantes y me pareció interesante hacer el trabajo de experimento, de laboratorio.

Es un trabajo de laboratorio, es un álbum debut y es casi un EP: tiene siete canciones. ¿Tiene esta cantidad de temas porque no dio el tiempo para más o porque era la idea mostrar ese pedacito?

Rodrigo: En realidad hay un poco de las dos cosas, pero lo principal es que no daba el tiempo. El primer tema del disco: “Chinguiling” llevó la misma cantidad de tiempo que el resto. Llevó más de cincuenta horas de producción -horas efectivas de trabajo dentro del estudio- desde los arreglos, la grabación, la edición. Y ya te digo teníamos menos de una semana para el resto de los temas. Había muy poco tiempo entonces no podíamos hacer veinte temas, producirlos, arreglarlos y grabarlos rápido, era muy difícil. Entonces elegimos, eligió Julio un repertorio: los temas que ellos venían tocando y los que podían ser más interesantes para trabajar con el tema del turismo. Hay un octavo que no fue incluido que es una presentación de lo que es el candombe y cómo se toca, pero que más bien es para los extranjeros, para los turistas. Es una forma de mostrarles, de que la gente vaya entendiendo un poco cómo es.

Esa es otra faceta del grupo ¿no? Esa conexión con el turismo, esa concepción de la música como producto exportable. ¿Eso surgió como propósito o fue casual?

Rodrigo: Yo no formaba parte del grupo cuando eso pasaba. El que te puede explicar mejor esa parte es Julio.

Julio: El grupo nació básicamente en Plaza Mateo. Empezamos a tocar como trabajo y se fue formando. En ese momento éramos tres tambores, viola y teclados. Era trabajo todos los días. Empezamos con un trabajo para el turismo porque nos contrataban para hacer candombe. Primero agarramos el candombe tradicional, tuvimos distintas formaciones muy ricas y después empezamos a meter ensaladas, se fue ampliando la cosa.

O sea que fue un proceso muy natural...

Julio: Es el proceso que sigue hoy en día: tocar de diente apretado y emocionarnos arriba de las tablas. De eso se trata.

Y arriba de las tablas, además de la banda hay una bailarina, ¿verdad?

Rodrigo: Hay una bailarina en el grupo: Gabriela Fernández. Es un caso bastante inusual para un grupo que pretende ser popular. Más allá de que en el candombe el tema del baile es muy importante, en un grupo musical que haga canciones, que haya una bailarina es algo bastante inusual. Me atrevería a decir que acá en Uruguay de todas las experiencias que han habido con candombe canción -al menos de las que yo conozco- no ha habido un caso así.

Recién hablabas de que lo habían hecho prácticamente todo ustedes, pero me contabas el otro día que obtuvieron el apoyo de Perro Andaluz para la cuestión legal de editar el material...

Rodrigo: Sí. En realidad queríamos hacer un sello nuestro, pero para eso teníamos que abrir una empresa y como la situación económica y sobre todo la nuestra, de los músicos, es bastante jodida; no pudimos. Porque los sellos discográficos son una fantasía, los podés inventar. Además no tenés que pagar nada ni al principio ni por mes ni nada. Lo que sí tenés que hacer es tener para facturar una empresa para ponerlos a la venta en una disquería. Y nosotros no estábamos en condiciones de hacer eso. Pero está en nuestros planes hacerlo y hacer una productora para concretar un montón de proyectos que tenemos. Además de Yulele, además de mi trabajo solista, además de muchas cosas que tenemos individualmente, tenemos proyectos en conjunto para hacer más adelante y seguramente desarrollemos a partir de muy pronto. Igual estamos muy contentos y eternamente agradecidos a Angel Atienza por darnos la posibilidad de editar bajo el respaldo de su sello: Perro Andaluz.  

Decías que no participaste en esa primera etapa, ¿cómo y cuándo te integrás a Yulele?

Rodrigo: Nosotros nos conocimos a principios del 2002 cuando Julio vino al estudio donde yo trabajo con un tema para grabar. Empezamos a hablar para que yo le hiciera la producción y el arreglo al tema. Me explicó que era lo que quería, que tenía la intención de hacer un video clip. Es un tema [“Chinguiling”] bastante sencillo pero parece muy complejo porque se logró hacer una metamorfosis de eso y transformarlo en muchas imágenes. Aparte el tema pasa por rumba, pasa por son, por mambo, por hip hop, por rock, por música electrónica. Pasa por todos lados entonces hacer la unión de esas cosas sin que quede un recorto y pego nos llevó tiempo. Nos conocimos ahí, yo le hice el trabajo y la producción al tema y a partir de ahí se hizo un vínculo de amistad. Paralelamente yo seguía al grupo, los iba a ver de vez en cuando. Hasta que en un momento me metí de atrevido a tocar el bajo y empecé a sentir arriba del escenario un montón de cosas... Cosas que yo nunca había sentido y mezcla de cosas que me hacían recordar a los tiempos en los cuales yo integraba grupos... Hablo como si tuviera 70 años porque yo empecé de bastante chico y también de muy chico dejé. O sea empecé tocando en grupos y dejé hace casi diez años cuando empecé mi carrera solista. Entonces era una mezcla, una sensación rara... También ya había un vínculo con todos...

Julio: Somos una big family.

Rodrigo: Y bueno fue cuando empezamos a armar todo el tema del disco que fue una producción casera: la fotografía la hicimos nosotros, el diseño también, la página en Internet; todo lo hicimos nosotros. Así decidimos empezar el camino...

Julio: De alguna manera hay que nacer. Aquel es medio disconforme, es muy exigente con el trabajo. Pero bueno de alguna manera hay que nacer. Y hay cosas con las que a veces uno no queda conforme, pero del otro lado sí...

Rodrigo: Claro nosotros conocemos mucho esa parte interna y hay cosas que de repente nos hubiese gustado hacer de tal o cual forma y por cuestiones de tiempo y de desaprovechar el tiempo, de pelearnos en vez de estar laburando; no las hicimos. Nosotros por lo menos internamente sabemos que el material no llegó a lo que realmente por ahí nosotros concebíamos desde el punto de partida...

¿Pero están conformes con el disco o no?

Rodrigo: O sea si me preguntás desde...

Julio: Es una opinión para los demás esa.

Rodrigo: La gente que lea esto por favor...

Julio: Fueron varias discusiones porque así como somos amigos, somos el agua y el aceite y por eso laburamos. Es un poco la combinación yo digo que perfecta porque si hacemos los dos lo mismo el crecimiento dónde está.

Rodrigo: Yo soy el histérico del grupo. Aparte estudié la parte de la cual me he empezado a encargar en Yulele que es la parte de armar el arreglo, la parte de la estructuración del tema. Entonces como que al conocer lo que el grupo puede dar o lo que podríamos haber hecho... Lo que pasa es que... No me den bola (Risas). En realidad es una visión demasiado técnica que como dice él: probablemente lo que la gente busque sea otra cosa.

Julio: Es más: pasa que los temas que nosotros decimos “pa esto está mal” son los que a la gente más le gustan.

Claro, el músico está muy pendiente del virtuosismo, de la cuestión técnica y a veces lo que conmueve no es necesariamente eso.

Rodrigo: Exactamente. Para mi visión que es demasiado virtuosa y está demasiado contaminada de detalle, hay un montón de cosas que... Pero igual está bien, yo creo que como un primer disco está bien. Como comienzo de lo que yo apuesto o apostamos que sea la metamorfosis que pretendemos hacer con el folklore uruguayo y principalmente con el candombe, está bien. Como punto de partida, está bien.

Julio: Y si no es, es lo que es.

¿Y qué es Yulele?

Julio: Que lo diga la gente. Es medio raro hablar de uno...

Rodrigo: Yulele es un gran cúmulo de energía. Creo que Yulele genera una especie de campo gravitatorio y tanto nosotros, como todos los ritmos del mundo, como todo; está girando alrededor de ese agujero negro. También tiene que ver con la tapa del disco... Yo lo definiría como eso: un gran cúmulo de energía y en torno a eso gira todo. Eso es lo que yo veo y ojo que no es que nos estemos pasando la mano: nosotros también estamos atrapados dentro de eso. Nosotros lo integramos, pero va más allá de nosotros...

Analía Camargo

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