SieteNotas

Los Mareados, no te podés quejar

4/6/2005

¡La Gran 7! ¿Quién iba a imaginar a un coro de murga cantando tangos de Gardel, Lepera o Discépolo?

Los Mareados es un conjunto de selectos murguistas dirigido por Guillermo “Flaco” Lamolle (voz y arreglos corales) y Ney Peraza (voz, guitarra y arreglos corales), que se lanza a fusionar a la murga y el candombe con el tango y el bolero.

“Por una cabeza” es el primer disco editado de un conjunto que ya tiene diez años. Son trece temas versionados -al estilo Los Mareados-, dentro de los que encontramos tangos clásicos, añejos saludos, retiradas de murga y un tema inédito de Lamolle, dedicado a la ciudad de Montevideo, que cuenta nada más y nada menos con la participación de Jaime Roos en bajo.

Conversamos con Rafael Bruzzone de la evolución de este conjunto, del disco y del Carnaval 2005.

La mayoría de ustedes son de La Gran 7. ¿Los Mareados es una excusa para cantar todo el año?

Así arrancó. Allá por el ’92, nos dimos cuenta que nos quedaba corto el carnaval. Nos entramos a juntar en boliches porque nos extrañábamos; y ahí cantábamos retiradas de murga después de tomarnos una (risas) y terminamos en el tango. Tango clásico, con guitarras. Después, el “Flaco” Lamolle empezó a arreglar tango “Uno”, que fue el primero que hicimos, y ahí lo tiramos en los boliches a ver cómo funcionaba. La respuesta fue favorable desde el principio y nos empezamos a entusiasmar porque estábamos haciendo lo que nos gustaba. Y determinado día dijimos: “¿y si lo hacemos un poquito más profesional?”.

Pasaron como 10 años y éste es el primer disco, ¿por qué dejaron pasar tanto tiempo?

Había un casete grabado en el ‘96 que editamos con Ayuí. Pero tuvimos mala suerte con la producción; no dimos nunca con la persona indicada para que pudiera difundir el producto, lo cual es muy importante, porque te va dando auto-confianza para disponer más cantidad de tiempo en esto. Son muchos años invirtiendo tiempo para después no tener un lugar donde mostrarlo. Es como un electrocariodrama: arrancamos muy alto y después estuvimos mucho tiempo sin tocar, y si no tocás no tiene mucho sentido, hasta que dimos con Adrián Minutti en marzo del año pasado, que era como la piecita que nos estaba faltando en cuanto a continuidad.

Además, el tema del tiempo debe ser difícil porque siendo nueve para arreglar los horarios se complica; aparte cada uno tiene sus cosas…

Totalmente. Cuando éramos más mozos, más jóvenes, teníamos esas ganas, esa polenta y por suerte dejamos todo un repertorio establecido con todos los arreglos hechos. Estuvimos de repente años sin cantar y nos juntábamos al año y salía todo igual; teníamos muy asimilado todo.

¿Cuál es la propuesta del disco?

Sería mostrar toda esa cantidad de temas que teníamos masticados y plasmarlos en un CD. Bien grabados para que la gente los pudiera escuchar a nivel masivo. Esa fue la primera idea; después se nos ocurrió meter un tema inédito del Flaco Lamolle: “No te podés quejar”, y viene por ese lado, estamos investigando.

¿Lo del tango como surgió?

Básicamente porque a todos nos gusta. Todos conocíamos algún tango y cantábamos tango medio clásico, y el resto fue saliendo solo. Se fue metiendo música, candombeando la cosa. Hubo varias etapas, primero el Flaco Lamolle, luego Ney Peraza. Ellos son los directores, los dos músicos que tiene la banda.

¿Les quedó algo afuera?

Sí, una parte de boleros que hacemos en vivo y que todavía no estamos muy preparados; capaz que más adelante.

¿Es el género más complicado para ustedes?

Es algo que lo hacemos medio para nosotros mismos. Es otra emisión, para hacer un poco más versátil la cosa. Además para hacer bolero, que hay una infinidad de propuestas a nivel mundial, hay que hacerlo bien; estás como más exigido.

En el tema “No te podés quejar”, de Guillermo, que es un tango hecho murga, ponen en el librillo que sería interesante ver el proceso inverso, ¿piensan que funcionaría?

Sí, supongo que sí. Son dos cosas que están muy arraigadas en cualquier uruguayo. Además no creo que haya ninguna traba en cuanto a los ritmos, funcionaría fenómeno. Es un tema que tiene Guillermo desde el año 96, que lo sacó en un concurso de tangos para Montevideo, una cosa así para la Intendencia; llegó de finalista y se ve que quedó medio caliente porque dijo: “Lo voy a sacar igual”.

¿La próxima etapa de “Los Mareados”?

La próxima etapa no sabemos cuál va a ser, tenemos ganas de meter más temas inéditos pero despacito y por las piedras. Vamos a ir investigando y disfrutando cada etapa. Ahora nos vamos para Bs.As. y esperemos que funcione allá y después hacer Interior; esperemos encontrar el canal preciso para minimizar los gastos para llegar a cualquier parte del Interior, que es lo más costoso. Tenemos muchas ganas de ir por allá.

¿Componer?

Hay temas para el próximo disco, temas que no se hicieron para éste y quedaron pendientes.

Cambiando un poco de tema: ¿qué te pareció el Carnaval 2005?

Me dejó un sabor agridulce. Prácticamente el treinta por ciento de los conjuntos trabajan y van a los tablados, y el setenta por ciento queda absolutamente desamparado, independientemente de cómo te vaya en el concurso oficial. Nosotros este año entramos a la Liguilla, pero no pasa por ahí. Fuimos al primer Teatro de Verano con un tablado encima solamente, y al segundo fuimos con doce. Es complicado. Me dejó un sabor agridulce porque por un lado nos fue relativamente bien, pero si vos estás cuatro meses preparando algo y no podés mostrarlo en los tablados, te condiciona absolutamente todo, hasta la opinión de la gente. Entonces terminan trabajando pocos conjuntos, y aclaro que no es culpa de ellos, sino del sistema que está mal establecido.

Claro, hay como un favoritismo…

Sí, hay un amiguismo. Hay un amiguismo en general que me parece que… saca ganas.

De todas formas, el Carnaval ha cambiado bastante, en el sentido de que se ha perdido un poco el folclore; está más profesional, más competitivo.

A nivel técnico, sí. Lo que habría que ver son disposiciones equitativas para la mayor cantidad de conjuntos posible. Para que no muera, porque creo que en la variedad está el gusto. Porque no es lo mismo que haya veinte conjuntos que sesenta como hay ahora; y si sigue la tendencia creo que no va a durar demasiado. Porque la mayoría de la gente no vive del Carnaval, hay un porcentaje altísimo. De última es una elección, vos lo hacés porque querés al Carnaval. Es como patear un clavo descalzo, si lo ves lo evitás. Pero yo no hablo sólo de la parte económica sino del tiempo que le dedicás: te alejaste un tiempo de tu casa y de tu familia para preparar algo, para mostrárselo a alguien. Y cuando viene el Carnaval, que son cuarenta días, vos te lo pasás quince días mirándolo por la televisión. Ésto lo digo personalmente, pero creo que es un sentimiento bastante común dentro de los carnavaleros, porque además yo tengo amigos en los conjuntos que laburan (risas), y lo entienden y lo interpretan así.

¿Y en la noche de los fallos este amiguismo corre? ¿El producto equitativamente?

No creo. Esos son códigos de gustos. Yo creo que le bajarían pila de presiones, pila de decibeles al concurso si cada conjunto tuviera cincuenta o sesenta tablados por Carnaval. El concurso pasaría totalmente a un segundo plano, más allá de que a todo el mundo le gusta ganar, y todos queremos estar arriba porque es una competencia. Además los carnavaleros nos dejaríamos de mirar por arriba del hombro, con recelo y con desconfianza, como si la culpa la tuviéramos nosotros mismos. Somos los que generamos y de última somos los que menos la vemos pasar. (risas) Parezco un “llorón de Momo” (risas), pero es bastante real, por lo menos es lo que yo pienso; no sé si tengo la verdad absoluta pero considero que el Carnaval se lo están llevando diez personas, o diez conjuntos, o diez tipos, y los que hacemos el Carnaval no es esa gente.

¿Te parece que en todo este tema de intereses, Tenfield tendrá algo que ver?

Creo que acentuó determinadas tendencias (risas), nada más. Lo bueno que tiene es que metió al Carnaval dentro de las casas, y la gente que le arrancan la cabeza a setenta mangos la entrada al tablado, de última sale beneficiada. Lo otro es que lo único que hizo es aumentar una tendencia; como se dice en la jerga, es para los que les gusta “el color”.

¿A la hora de escribir presiones no sienten? ¿Se portan bien en ese sentido?

Sí, se portan bien. Pero hay códigos no establecidos, que si querés ganar o si querés estar cerca de los primeros lugares tenés que… yo siempre lo comparo con los informativistas de los canales oficiales de aire: no cualquiera puede serlo. Hay muy buenos periodistas pero para estar en el noticiero de canal 10, 4 o 12, tenés que cumplir con determinados requisitos. Creo que para ganar el Carnaval también. (risas). Tenés que hablar políticamente correcto las cosas. Algunos se prestan y otros nos “rebelamos” (risas).

En el fondo para eso está la murga, la meta es justamente decir las cosas.

Sí, hay conjuntos que se prestan a ese tema porque su objetivo es ganar, y quienes nos prestamos, la llevamos y sabemos perfectamente que jamás vamos a ganar. (risas) La idea es pasarla bien, son respetables cualquiera de las dos…

Alguna más que otra…

Mmm…

Y para cambiar todo esto ¿qué habría que hacer? ¿Tiene solución?

Es larga. Pasa por la cabeza. La retirada de La Mojigata habla de eso: “¡cómo tarda la mudanza de la cabeza!”; algo así. Creo que pasa por nosotros mismos, en la medida de que cada uno siga cuidando su chacrita creo que las cosas van a seguir igual.

¿Nosotros los espectadores podemos hacer algo para que “los de arriba” entiendan esto?

Nada, no. Creo que los espectadores están sujetos a lo que es la comunicación, vos ves lo que te muestran. Si vas a un tablado y ves la programación vas a ver diez o doce conjuntos que laburan siempre; vas a hacer una evaluación de esos conjuntos. En la tele y en la radio lo mismo, es como condicionado, vas a ver lo que ellos quieren que veas.

Y al murguero le importa mucho, más allá del concurso oficial, el voto popular.

¡Sí! Por lo menos el respeto de la gente. Después si le gusta o no es otro tema. Es horrible quedarte con la leche en tu casa y no poder mostrarlo. Nosotros, por ejemplo, hay tablados que no fuimos, que no nos llevaron, y es raro. A nosotros nos pasó y a otros también, y es insólito. Y el cambio es muy profundo, más para nosotros los uruguayos que nos cuesta pegar los cambios, pero creo que pasa por ahí.

En la transmisión televisiva del Concurso Oficial, vi a Guillermo Lamolle muy irónico: Dijo: “Nosotros sabemos que vamos a ganar”, y estuvo muy bien, fue una forma de hacerle saber a la gente todo esto.

Exactamente. Es la mejor forma de tomarlo, además. Porque estamos en Carnaval y todo se ironiza y se satiriza.

Pero fue en una buena, con todo el respeto del mundo.

Sin duda. Pero es que no nos queda otra, ¿qué vamo’ a hacer? Es una elección, vos elegís lo que te hace bien, sino seríamos idiotas (risas). Por eso es que está complicado, en la medida de que no cambie un poco, me parece que están corriendo gente. Gente que le puede aportar pila al Carnaval.

Rodrigo Ribeiro

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