SieteNotas

La Chicago Blues Band, …estuvimos, estuvimos y no fuimos…

31/5/2008

Una banda uruguaya, de blues y rock and roll, que edita su primer disco luego de trece años de su integración. El nombre del mismo, “Todo es una transa”, refleja lo que vive esta veterana formación en la música uruguaya. José Urrutia, creador de la misma -cantante, guitarrista y compositor- que se definió como quien marca el pulso en La Chicago y “un guitarrista que se acompaña con la voz, no un cantante acompañado por una guitarra”, nos contó pasado, presente y porvenir.

¿Qué toca La Chicago Blues Band?

Nosotros somos mitad blues y mitad rock and roll, el de los setenta, tipo Stones, de a momentos parecido a los Ratones Paranoicos, de a momentos a La Renga, o a Pappo, la gente, en general no “calificada”, nos ha dicho que somos similares al estilo de Pappo, o de La Mississippi Blues Band, que es una mezcla de rock y blues. El blues está siempre.

Una banda de más de diez años, ¿por qué nunca habían grabado disco?

Primero, porque somos una banda amateur que no vive de la música pero tocamos y nos presentamos como si fuéramos una banda profesional. Para trabajar, superarnos y presentarnos, tenemos que ser lo más profesionales posible. Pero por otra parte somos amateur porque ninguno de nosotros vive de la música. Entonces, al tener esa contradicción, te imposibilita desarrollarte a nivel profesional

Segundo, porque uno hace algo que acá en el país no es muy difundido, el blues, o esta rama, que no es sólo lo lento, sino que tiene otro montón de características, tiene rock and roll, tiene country, donde el espíritu lo caracteriza como un género musical que prácticamente no existe acá en Uruguay. Somos muy pocos, prácticamente somos marginales, pero bueno, vos nacés con ese gusto, uno puede vivir quejándose...

Hay una gama impresionante de música que ahora se difunde mucho: candombe, reggae, murga; pero nosotros no hacemos eso, ni queremos que nadie altere eso. Esas mezclas en algunas cosas pueden andar, a mí no me atraen mucho, lo que he visto no me ha gustado.

¿Por qué un sonido setentoso?

Porque nuestra evolución musical fue con la generación del sesenta y del setenta, mucho Rolling Stones, Allman Brothers; los guitarristas negros como B. B. King o Freddie King, algunos blancos también como Eric Clapton; más acá, Pappo, el más grande de nuestra región y otro, que lo descubrió Pappo, Miguel Botafogo; y otra gente que está ahí flotando incluso hoy. Acá en los setenta estaba Días de Blues, tenemos producción nacional de blues que no se difunde mucho.

La banda tuvo varias formaciones, ¿a qué atribuyen las modificaciones?

Creé La Chicago en el ´95 como una banda de blues. Pasó mucha gente, como por ejemplo Virginia Martínez, entre otros. Hoy tenemos una formación más actualizada desde hace dos años con la que grabamos el disco: Héctor “Pato” Díaz, que lo incorporamos en armónica -algo nuevo también-, Rolando Priore en batería, Gabriel Tome, que es ahora el guitarrista y Ronald Busto es el bajista que está desde el principio, con el que compartimos muchos criterios musicales. Pasaron muchas personas, muchos boliches, salas Zitarrosa, Fiestas de la X, Viejos Jack. Tuvimos muchos “a punto de”, de ser teloneros de B. B. King, de Pappo, de La Missisipi... estuvimos, estuvimos, estuvimos y no fuimos. Eso no se puede decir porque no se concretaron (risas).

La mayoría de los temas del disco son tuyos...

El pulso lo llevo yo, porque yo creé la banda, hoy tenemos una productora, pero antes era el que buscaba dónde tocar, los lugares de ensayo; el que hacía las composiciones, los arreglos… La banda también funciona así. Yo no puedo estar sin componer, no puedo hacer temas por encargue.

¿Cómo componés los temas?

Primero hago la melodía y después trato de encontrar la letra. Las melodías me salen con facilidad, a veces sentado en un cuarto, solo, se me aparece la “musa inspiradora”, a una hora poco habitual, y pienso: “¡qué bueno que sonó esto!”, pero para mí... Igual, como yo toco para mi felicidad y la de mi alma, no compongo para la gente o el consumo. Si fuera así haría otra cosa, me compraría una máquina que midiera lo que le gusta a la gente, me voy a mi casa y hago eso. Si la máquina me dice: “borra todo lo que hiciste ayer porque hoy gusta esto”, tengo que correr para hacerlo. Yo no podría hacer eso, vivir buscando la canción perfectamente comercial.

Es muy visceral lo que uno toca y en la banda la letra no es la composición. No soy un tipo con letra como Darnauchans o Drexler, gente que escribe muy bien. Yo hago música y después veo como relleno con letra una secuencia de acordes. Creo que el medio de expresión es la música, después viene la letra.

¿Y eso cómo lo recibe el público?

Acá cuando tocás parece que estás en un examen, la gente te analiza, uno se siente un poco incómodo. Pero, si bien el uruguayo es muy analítico, cuando te da un aplauso te lo da, no te lo regala. A nosotros nos han hecho muchas críticas por el tema de las letras y te dicen: “Che, ¿por qué no la mejoran?”. Capaz que ni tengo la capacidad para mejorarla, pero estas mismas letras cantadas en otros lados, no les prestan atención; en otros lados el público es más efusivo.

Es una crítica válida la de las letras, tenemos que mejorarlas, pero también consideremos que una de las canciones de Jimi Hendrix, Hey Joe, dice: “hey Joe”, “hola Joe”, vos cantás eso acá y te tiran un cajón de tomates entero.

El disco tardó dos años en salir a la luz, ¿por qué la tardanza?

Sí, lo grabamos en el 2006 y lo sacamos recién ahora, la demora fue en parte porque lo hicimos con nuestros ahorros y fue de a poco. También porque fue nuestra primera experiencia, aprendimos mucho, tuvimos muchos errores. Es una pena, porque recién está saliendo y ya suena un poco atrás. Inclusive el guitarrista que grabó el disco ya no está. Los discos van al momento de la banda y en este caso no es así, pero son esas las condiciones, se hace así o no se hace. Nosotros queríamos sacarlo lo más rápido posible para que la gente nos comience a identificar y a fin de año grabar un segundo disco que represente el momento de la banda en simultáneo. Aparte, los mismos temas que están ahí yo ahora los canto diferente. A mí me gusta el disco, pero si lo hiciera de vuelta le cambiaría muchas cosas.

El hecho de que el disco haya quedado un poco atrás, significa que han evolucionado.

Yo creo que sí, pero también creo que la evolución más rápida y de mejor calidad es la que te exige el mercado. Si nosotros tuviéramos un lugar habitual, una vez por mes, crearíamos un circuito, prepararíamos los shows, los decoraríamos. Pero no se da esa situación, hay muy pocos lugares. Por eso el nombre del disco “Todo es una transa”, porque esto de tocar música en Uruguay, más en este estilo, es una transa. Eso también te achata un poco la producción, es una lástima, porque si hubiera más espacios mucha gente que tiene preconceptos cambiaría de opinión. Pero tampoco podés vivir llorando, hay que aceptarlo.

¿El disco sigue una línea clara o es diverso?

En esta primera aparición es más que nada para sacar los temas que estábamos haciendo como un “somos esto”, una fotografía de lo que éramos en ese momento. Creo que en el segundo disco que ya estamos elaborando va a ir definiendo más el estilo de la banda. El primero es un poco una impresión. En el segundo tenemos que mejorar la letra y creo que va a estar más marcado por el blues.

Andrea Martínez

Comentarios
8/6/2010 | Alberto Mazzini
Arriba Dias de blues y La Chicago....
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