ESCENARIO AMÉRICA

Escuché el final de Rada y Buitres entero desde afuera. El estado del tiempo no colaboró con la gente que tuvo que esperar más de dos horas en la cola para entrar a la fiesta, como fue mi caso; frío y lloviznas acompañaron cada paso en el correr de la tarde. Cabe aclarar un detalle: los que hicimos la cola ya teníamos la entrada anticipada en nuestras manos. ¿Dos horas de cola, con la entrada comprada, para entrar?

Cuando llegué a la entrada, nueve y media de la noche, estaba contenta y dije ¡Al fin! Saqué la entrada enseguida, se la mostré al hombre de seguridad y estaba a punto de ingresar la famosa “tarjeta magnética”, cuando el señor me hizo señas que pasara nomás. Entré y esperé a que alguien viniera a revisarme, nadie lo hizo. No me revisaron. Si hubiese sabido, hubiera preparado unos refuerzos para la noche y un buen mate. Más de cien personas hicieron casi una hora de cola por una hamburguesa, un pancho o un chorizo. Imposible, o comía o veía a las bandas. Se calculó alrededor de ochenta mil personas en la fiesta. Comida, bebida y baños es parte de la atención al público, fue lo que faltó, no se logró abastecer a tanta gente.

AMERICA

La Trampa otra vez demostró en su show una fuerza increíble. ¡Cómo suenan en vivo!

A diferencia de “Tendencias”, en el escenario “América” tocaron bandas más grandes en cuanto a convocatoria y fue más amplio también el escenario. El sonido se destacó. Cursi presentó su show luego de la Trampa. Buenos Muchachos hizo un show imperdible. Luego de agitar con la Trotsky, vino El Club de Tobi, cuarteto de cuerdas integrado por dos violines, una viola y un violoncello que interpretan temas propios y versiones de temas de los Beatles, Redondos, Marley y otras versiones de clásicos de la música popular. Fue un momento para detenerse en la noche y hacer lo que a uno le vinieran ganas, a mi me hicieron bailar y a más de uno, que estaba a los costados míos, también.

Luego le tocó el turno al Fuerte Punto Baz, le siguió Sórdromo y Hereford. “América” tuvo la particularidad de ser un escenario más “popular” en cuanto al reconocimiento de las bandas. Fue cien por ciento artistas nacionales y de prestigio desde su comienzo: Ruben Rada fue el encargado de inaugurar el escenario, a las seis de la tarde. En este escenario sabías con lo que te ibas a encontrar, a diferencia de su vecino “Tendencias”. Siempre lleno de gente, “América” no descansó hasta el final. La banda que dio cierre a esta recorrida versátil de músicos, fue Once tiros que tocó a las seis de la mañana.

ESCENARIO TENDENCIAS

A la derecha de la entrada a la fiesta, por el lateral de la tribuna Colombes del estadio Centenario, se dispuso el escenario “Tendencias”. A diferencia de fiestas anteriores y como lo anticipó uno de los organizadores, en la conferencia de prensa de la X, el sonido de los escenarios mejoró ampliamente y no se mezcló con el escenario vecino, América en este caso, como solía suceder años anteriores.

“Tendencias” se caracterizó por ser innovador, con propuestas interesantes y nuevas, en algunos casos, para la escena de nuestro país.

Un prestigioso arranque. Hugo Fattoruso, a mi criterio, uno de los mejores músicos uruguayos, inauguró el escenario “Tendencias”. “Los Supersónicos” se ganaron una de las mayores convocatorias. Divertidos como saben serlo, acompañaron sus originales letras y músicas con acrobacias en el escenario; probaron con éxito arriesgadas pruebas en las alturas y Bob “Tito” Sónico fue uno de los valientes: logró tocar con su guitarra eléctrica en hombros de Leo Sónico.

La porción roquero de agite y distorsión la puso Bufón. La gente cantó todas las letras de todos los temas, “yo soy amigo de Aníbal…”, “un viaje a California me vendría muy bien...”, fueron los coros, por parte del público, más altos de la noche “tendenciosa”. La Teja Pride tocó casi a las seis de la mañana, su horario estaba marcado para las cuatro… tanto este escenario (Tendencias) como “América” no cumplieron con el programa estipulado.

Me faltó agregar la participación de Contra las Cuerdas, La Galponera Soul, Gazpacho y Gastón Ackermann; ahora sí puedo decir que hubo una extensa variedad de ritmos y una preferencia a géneros más relacionado con la fusión que con el rock duro.

Argentinos “solistas”

Cuatro de las doce bandas que se presentaron en el escenario “Tendencias” cruzaron el río con nuevas propuestas. Fue el caso del saxofonista de los Redondos, Sergio Dawi, que a parte de ser uno de los saxofonistas de su banda (hay dos más) es el vocalista. No podía faltar, al principio del toque, la hinchada “ricotera”, pero cuando el show terminó se sentía “Sergio, Sergio”. La última vez que visitó nuestro país fue con el formato DosSaxos2, junto al saxofonista de La Portuaria. En esta ocasión vino a presentar su material solista “Estrellados”, editado en 2004. El saxo alto de Dawi fue el protagonista del show. “Muy contento de presentarnos acá y en esta ocasión, la idea de la fiesta está bárbara”, expresó Dawi luego de terminar su show.

Con una cañería completa de saxo tenor, alto y soprano, dos trombones, una trompeta más una armónica, dos guitarras, un bajo, un teclado y baterías se presentó la banda argentina Dancing Mood, con once músicos en escena. Es una banda instrumental que utiliza en sus temas ritmos jamaiquinos. Su nombre significa algo así como baile alegre o baile de moda. La banda nació en el 2000 y tiene tres discos, el último se llama Dancing groove. Una banda con buena vibra entre ellos y con el público, por lo menos eso aparentó.

Hilda Lizarazu, ex corista de Charlie García y cantante de Man Ray durante doce años, presentó su show como solista por primera vez en Uruguay. Su nuevo material se denomina “Gabinete de curiosidades”. El público escuchó con atención los temas, desconocidos para la mayoría.

Flavio Cianciarulo, bajista de los Fabulosos Cadillacs, el compositor del tema “Matador”, ya tiene tres discos solista y también se presentó en “Tendencias”. El escenario, protagonizado por uruguayos y argentinos, se destacó por sus diversos géneros y sus originales propuestas.

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