Beatles, Gardel, Zitarrosa, Viglietti, los Rolling, Fabini y Mateo son algunos de los artistas que llegaron a los oídos de estos músicos cuando estaban creciendo. También escucharon las murgas y los tambores por las calles, al igual que escucharon a verduleros y diarieros vocear su mercadería. Contraviento es un grupo que aprendió de todos ellos y de todos estos sonidos. A través de este nuevo CD, que marca la vuelta de Contraviento, quienes escuchamos somos nosotros y quiénes hablan sobre esta nueva etapa son Fernando Yánez y Susana Bosch.
- ¿ Cuál fue el motivo principal por el cual volvieron a juntarse?
Fernando: No sé si habrá un motivo principal; pero de alguna manera Contraviento fue un grupo que se planteó desarrollar una propuesta musical en determinado momento donde las cosas eran muy difíciles en el país. O sea, teníamos las mismas dificultades que ahora, sumada la dictadura. Hasta el nombre del grupo incluso, obedece un poco a querer decir que uno está dispuesto a hacer las cosas a pesar de los contratiempos. Claro; ese momento desarrolla la actividad de Contraviento dentro del período del gobierno de facto y también imposibilita bastante: había prohibiciones, algunas veces teníamos que subir al escenario sin uno de los integrantes... entonces sí bien Contraviento tuvo un desarrollo importante, grabó tres discos, también hubo un desgaste que nos llevó a todos a seguir haciendo música pero en proyectos de otra índole y se enfrío un poco la actuación en vivo. Pero la vigencia de la propuesta se mantenía, por lo menos parece claro que seguimos haciendo las cosas a contraviento ¿no?, y en definitiva todos más o menos mantuvimos un contacto permanente; inclusive tuvimos proyectos en común con algunos de los actuales integrantes, trabajando en los arreglos de un disco o como músico de sesión para alguien...
Y un buen día nos replanteamos la posibilidad de volver a juntarnos; sobre todo porque además nosotros creemos que en la música popular pasó un poco, tal vez por las condicionantes del mercado, que las bandas grandes, en el sentido que tienen un buen número de integrantes, quedaron un poco relegadas. Y también pasó que había muchas propuestas de solistas, que de repente sí se acompañaba con una banda grande, pero que el proyecto era del solista. No era un proyecto grupal donde de alguna manera lo que hace al resultado final del tema fuera procesado por el grupo. Nos parecía que era una variante interesante de trabajo y decidimos retomar el proyecto con algunos integrantes e invitamos a cuatro músicos más que son: Susana Bosch (voz), Norma Galfetti (voz), el Boca Ferreira (batería y percusión) y el tecladista que en estos momentos es Aníbal Pintos. Y con cinco integrantes de la vieja guardia del grupo rearmamos Contraviento. Empezamos a trabajar con mucho entusiasmo, también con muy buena respuesta por parte del público y al poco tiempo decidimos grabar este material nuevo; que es un poco la consecuencia de todo este tiempo pasado. Nos pareció que habíamos reunido un buen repertorio y que era razonable pensar en la edición de un material discográfico; material que sacamos por primera vez en forma independiente; con la total responsabilidad del grupo, apoyado por el FONAM, SUDEI y AGADU. Los dos primeros discos que sacamos fueron para el sello Phillips, que es una característica bastante insólita, es más, nosotros y si mal no recuerdo Carlevaro, fuimos los únicos músicos uruguayos que grabamos para ese catálogo.
- Obviamente que son distintas épocas pero, ¿qué diferencias encontraron al grabar para un sello grande como Philips y grabar de forma independiente?
Fernando: Hay una anécdota curiosa y es que cuando nos llamaron de Philips para grabar nuestro primer disco, Contraviento entendía que tal vez todavía no era el momento de grabar. Nos daba la sensación de que el grupo tenía que hacer un poco más de carretera antes de plantearse a grabar. Y curiosamente esto nos permitió sacar un buen resultado, es decir; al manifestar ellos su interés, accedieron a planteos nuestros que de otra manera de repente no hubieran accedido. De cualquier manera se grabó en un tiempo muy breve, para lo que sabemos que lleva grabar un disco, y desde ese punto de vista en esta edición independiente tratamos de fijarnos los límites de la responsabilidad; no los límites del acogotamiento. Nos tomamos mucho tiempo para grabar, más de doscientas horas, trabajamos muy tranquilos; con Daniel Báez, un excelente técnico de grabación, en el estudio de SUDEI, y creo que a nivel técnico, de competitividad con otros materiales, estoy hablando de lo técnico no de lo artístico, que eso es materia opinable, creo que el disco suena muy bien. Y desde el punto de vista de que la tecnología también nos ha ido ayudando a lo largo de todo este tiempo, creo que es el disco de Contraviento que suena mejor, sin duda. Esto es porque ahora tenemos más herramientas a nuestro alcance que en la época del vinilo, evidentemente nuestro país estaba en inferioridad de condiciones. Creo que ahora competimos en mejor forma en lo técnico, no en otras áreas, pero sí en lo técnico.
- ¿Y en qué otras áreas no competimos?
Fernando: En las áreas de mercado. A nosotros nos cuesta mucho imponer nuestras propuestas... yo muchas veces he tenido que contestar preguntas insólitas; una vez me preguntaron: "¿por qué el candombe, que es una propuesta rítmica muchísimo más rica y más amplia que el reggae, no se impone sobre este?". Primero que nada por una razón fundamental; ni Keith Richards ni Sting veranean en el barrio Palermo, veranean en Jamaica. Por ahí hay una razón de ubicación geográfica en una propuesta que, evidentemente, hace que tenga un potencial de trascendencia más importante del que tenemos nosotros hoy. Más allá de que uno de repente escucha un disco de Waine Shorter y hay una base que es un candombe. Los músicos sí se interesan, pero es muy difícil lograr que a nivel comercial, a nivel de imposición comercial nuestras propuestas puedan acceder porque partimos de un mercado muy deprimido. Por lo tanto es muy difícil acceder a los grandes medios de comunicación. Y ojo que esto lo digo sin dolor, lo digo simplemente constatando un hecho; quién pone una radio, pone un negocio.
Por lo tanto, si un disco le genera mayor cantidad de sponsors que otros, evidentemente elige el que le genera mayor cantidad de sponsors. Lo que es lamentable es que eso va generando un gusto en la sociedad y que ese gusto va a terminar por ser el gusto dominante por un problema de machacar siempre sobre el mismo clavo. Y ahí es donde se produce la injusticia. Que nosotros en el disco lo escribimos diciendo que bueno, que nosotros en realidad no somos chauvinistas, que nos gusta mucho la música extranjera pero que lo único que queremos los músicos uruguayos es tener la misma oportunidad. Que un tipo pueda decir "yo prefiero escuchar a The Clash y no a Contraviento, pero tengo la oportunidad de conocer lo que hacen los dos". Eso me parecería formidable; de hecho a mí hay muchos grupos que me gustan más que Contraviento (risas). Me refiero a que probablemente si estoy en casa escuchando música, escuche muchas cosas; uruguayas y no uruguayas. Creo que también es importante entender que la diferencia de la nacionalidad es de una arbitrariedad y de una injusticia espantosa. A mí me parece un gran letrista Bob Dylan y un gran letrista Mauricio Ubal; y el hecho que uno sea uruguayo y el otro no, me importa muy poco. Uruguay curiosamente produce músicos de muchísimo nivel, produce manifestaciones culturales que de alguna manera generan el interés de los entendidos. Pero es muy difícil desde este potencial de mercado o de esta forma de difusión que tenemos aquí a acceder a otras cosas, de hecho ahora se han producidos algunos fenómenos que han trascendidos fronteras: Jaime, Rada y el fenómeno de la música tropical. Que es interesante; por lo menos se logra por primera vez saltar una cuerda que no se podía. Veremos que consecuencias finales trae.
- Volviendo a Contraviento: ¿Cómo se ven ustedes a comparación de diez años atrás?
Fernando: Desde el punto de vista de lo que pasa hoy con la música de Contraviento y lo que nos pasa a nosotros cuando nos ponemos a tocar es que en definitiva creo que el grupo suena muy distinto a lo que sonaba antes, justamente por tratar de ser coherentes con nuestra propia propuesta. Suena muy distinto porque todos hemos estado escuchando cosas nuevas, cosas que de alguna manera nos han influenciado en esta época y esas cosas hoy están presentes en la propuesta de Contraviento; de repente unos años atrás no estaban. Además nos divierte mucho tocar juntos, incluso es una de las cosas que más nos ha llamado la atención, y lo hemos comentado en el seno del grupo, es que la propuesta original, la reunión, la invitación de la gente nueva, partió de una propuesta estrictamente musical. Hemos logrado una cosa que se dio naturalmente y es que se formó un maravilloso grupo humano, donde nos hemos hecho más amigos aún y compartimos muchas horas que no destinamos especialmente a la música, sino más bien a estar juntos y conversar. Creo que eso se nota también cuando uno toca, cuando nos subimos a un escenario, parte de lo compacto que pasa ahí, también pasa por ese vínculo humano que hay. En la medida que la música es una disciplina en la cual uno expone su sensibilidad, eso es lógico que pase. Que si uno está a gusto tocando con personas que se siente bien, eso además, se trasmite al espectador.
Yo en general me resisto mucho a hacer un análisis de la actitud de Contraviento a través del tiempo, partiendo de la base del paso del tiempo. Porque me parece que nosotros tenemos también un problema grave desde el punto de vista de cómo estamos juzgando en este momento nuestras propuestas artísticas en todo el país y en todas las disciplinas; que es plantear una falsa competencia generacional. Como que los que participamos en aquel movimiento de la música popular hoy somos un sector de gente, y después viene la gente del rock... Esa es una forma bastante fea de ver las cosas, feas e inconducentes. Me parece que todos estamos en el mismo barco y estamos remando en la misma dirección.
- ¿Cómo les fue en la vuelta de Contraviento a los escenarios y el reencuentro con el público?
Fernando: Fue una fiesta, fue muy interesante. El otro día salió una nota en Brecha, nota con la cual tengo muchas coincidencias y muchas discrepancias, pero decía una cosa que es muy interesante; decía que Contraviento en sus orígenes había quedado un poco aislado del resto del movimiento porque en definitiva sintetizaba demasiadas cosas. Era demasiado complejo para dos guitarras y un bongó, que era la propuesta del momento del canto popular, era demasiado simple para la gente que hacía música contemporánea, era demasiado rockero para los puristas, no era lo suficientemente heavy metal para los rockeros... y creo que eso es verdad. Y la nota decía otra cosa que también es cierta; decía que finalmente hoy Contraviento se había convertido en una especie de resumen de la música uruguaya, y que en definitiva ese eclecticismo del que nosotros habíamos sido un poco el precursor, se había convertido un poco en la característica dominante de la música uruguaya. Y el reconocimiento de la gente en el concierto reenganche de esta formación, fue muy importante. Fue una maravilla desde todo punto de vista, trabajamos muy cómodos, con mucho relax y mucha diversión, y la gente lo vivió así también.
- Me llamó la atención que gran parte de los integrantes del grupo ha hecho música para niños en algún momento, ¿ esto tiene algún contacto con Contraviento?
Fernando: Nosotros aquí tenemos dos verbos distintos para jugar y para actuar; los ingleses para actuar, tocar y jugar tienen un solo verbo que es play: jugar. Y creo que eso tiene sus razones, lo lúdico está presente en lo que se hace musicalmente y debe estarlo.
Susana: Yo me quedo absolutamente sorprendida con tu pregunta, más allá de mi dolor de muela, porque yo que dediqué prácticamente toda mi vida a la música para niños (Susana era una de las cantantes de Canciones para no dormir la siesta) creo que es la primera vez que alguien pregunta por esta música. Te lo compararía que es como en la medicina el odontólogo; una cosa es ser médico y otra cosa es ser odontólogo. El odontólogo parecería ser el mecánico de los dientes y nada tiene que ver con la salud; y el médico es el salvador. Dentro de la música pasa lo mismo; la música para niño parece ser una música menor, tal vez porque es para niños, y es más, mucha gente que ha incursionado haciendo música para niños, te podría nombrar a grandes autores nuestros, Jaime Roos por ejemplo, difícilmente lo tengan en cuenta a nivel de un currículum, no por descreer de eso, sino porque desde el punto de vista periodístico no es interesante. Es como si la música para niños fuera otro rubro, no se habla de eso. Vos ves mesas redondas donde se habla de música y nunca hay nadie que haga esta música; si se hace una evaluación de espectáculos masivos no se habla de los espectáculos para niños, que son los más masivos en este país; si hablás de la discografía que está en carácter permanente en este país, Canciones para no dormir la siesta editó su último disco hace 14 años y todavía ese disco sigue generando regalías. Yo te diría que en la música en general después de 14 años de editar un disco, de cualquier artista, es difícil tener esa permanencia. El público de la música para niños tiene un recambio permanente, que no lo tiene el público adulto, y de ese fenómeno dentro de la música en general no se habla. Yo considero que no hay una preocupación ni un cierto respeto.
Fernando: Nosotros tenemos una virtud especial, y es que tenemos la capacidad de tomarnos tremendamente en serio la música para niños y de tomarnos no tan en serio la música para adultos. Es decir, de encontrar un equilibrio en eso. Muchas veces en las manifestaciones artísticas en general que se plantean hacia los niños hay una enorme subestimación, y a veces en la música que se plantea para adultos pareciera, por suerte se da menos, haber un afán de trascendencia que sin duda es ajeno a la música.
- Para terminar: de acá al futuro ¿ qué pasa con Contraviento?
Fernando: La gente del grupo de alguna manera u otra, además de estar en Contraviento está en otros proyectos. Contraviento es el lugar donde realizamos más que nada el trabajo de investigación y diversión.
Susana: Es terapéutico.
Fernando: De alguna manera apostamos a largar nuestras propuestas más violentas. Sin duda que el trabajo del grupo se sigue manteniendo, estamos componiendo y trabajando sobre material nuevo. Tenemos mucho camino hacia delante y mucho camino que recorrer, y lo que nos interesa es, en la medida de lo posible, recorrerlo en el contexto de la música uruguaya en general. Es muy difícil que Contraviento se proponga obtener grandes objetivos a nivel individual o grupal, la misma propuesta estética del grupo pasa por el contacto permanente con los otros compañeros que están haciendo música en el país y en todos lados, y esa dinámica es la que señala el ritmo de trabajo del grupo; la viabilidad de un grupo de este tipo se da en un contexto.
Leticia Fraga