SieteNotas

Omar Correa, re-nuveau del tango-danza

15/11/2001

22:45hs. TAVARIS.

Baila, se detiene y marca el paso a sus alumnos: hombres, mujeres, jóvenes, veteranos, que lo intentan una y otra vez, como dicen: “hasta que salga”. Todos prestan, diría, una extremada atención a cada indicación, a cada nuevo movimiento; parece como si se exigieran a sí mismos una sana perfección. Cada uno está en su mundo; ese mundo enlazado, del abrazo, desconocido para muchos. Cada uno está en su mundo, pero todos pertenecen a una misma familia...

Mientras, otros, que también pertenecen, observan sentados, tomando una copa o comiendo una picada o fumando, deleitando su vista con tales modelos de hombres y mujeres que bailan a ritmo incansable, al compás de un tango y luego de una milonga...

Omar Correa, su instructor, recorre la pista con su mirada, sigilosa. Danza al unísono de la música que se escucha desde los parlantes enseñando, dejando fluir su cuerpo que vive cuando toma contacto con otro... y son dos; en realidad, sólo uno.

cosa de viejos

¿Cómo llegaste al tango?


En un principio el tango me llega naturalmente, porque mis padres se conocieron bailando tango, y cultivaban tango. Yo tengo cincuenta y tres años, cuando yo era un niño todavía existía ese amor de barrio, ese amor ciudadano por el tango. Entonces me vinculo naturalmente en un medio de tango, pero a disgusto. ¿Por qué? Porque mis padres, como la gente que en esa época tenía sus años, hablaban con el tango; es decir, a mi madre, por ejemplo, le encantaba cantar tango y le gustaba la poesía del tango, y decía cosas del tango ¿no? Bueno, yo me críe inmerso en esa alegría.

En ese lenguaje.

Sí, en ese lenguaje, en esa historia... y cuando fui creciendo, es decir, el medio externo era un medio... el medio que yo conocí después, estudiando y demás, era un poco hostil al tango. Los jóvenes no se interesaban en el tango. Cuando yo empecé a ser un adolescente, por encima había otro tipo de música y otro tipo de gustos.

Años ´60: Beatles; llegaba otra música, en inglés...

Claro, en el ´60 yo tenía trece años, un poco para adelante. Cuando yo era un joven de dieciséis, diecisiete, diecicocho años, era otra historia. Y a su vez, los veteranos, como eran mis padres en ese momento, vivieron esa cultura; estaban inmersos en esa cultura. Y yo, un tanto joven en ese momento, era influenciado por otras cosas ¿viste? Si bien conocía el tango así, también consideré, como muchos jóvenes consideraban, que el tango era una cosa vieja, que rompía un poco las bolas. Es decir, el tango en tanto cultura está muy ligado a los fenómenos de la época en la que le toca vivir. En los años ´60, para adelante, empiezan a dominar los problemas sociales; los conflictos sociales, las ideas políticas, los cambios ideológicos. Y bueno, yo fui muy sensible a esa problemática y el tango fue una cuestión que no le presté ninguna atención. Muy posteriormente yo lo recupero, y curiosamente...

Es como dicen, que “el tango llega a los treinta”.

No, el tango te llega en cualquier momento de tu vida. En el Río de la Plata nacés con el tango. Y hay momentos en los que te puede atrapar más o menos. El tango tuvo distintos períodos. Va y viene. Tiene períodos que sube, tiene períodos en que se estanca. Yo recuerdo en el sentido de que me vuelve a impactar, y curiosamente no es por el baile, es por la música. Lo re-descubro en Bruselas.

¿En Bruselas?

En Bruselas. Lo re-descubro con un grupo de belgas que estaban copados con la música de Piazzolla ¿viste? Y me invitaron y fui. ¡Y yo, en un concierto de Piazzolla, lleno de gringos! No sé, la emoción de los gringos se me hizo contagiosa y el tango tenía otra dimensión, ya no esa dimensión familiar, del tanguito. Otra dimensión que conmovía al mundo europeo ¿verdad? El tango impactó profundamente. Y lo vuelvo a re-descubrir en la emoción de los gringos y a través de la música, increíblemente escuchada en Europa.

Si tendrá su poder que muy lejos del barrio y del bar, del Río de la Plata, te impactó allá, en Bruselas.

Sí, muchos años después. Al principio hay un impacto del tango, es decir, como que lo vi desde otra dimensión, ya no en esa dimensión familiar sino que me llamaba la atención. Y después, a partir de los años ´80, en Europa empieza a llegar lo que se llama "Tango Argentino" a nivel de la danza... Y a veces, los uruguayos nos reuníamos en el exterior y en algún lugar, y bueno, se jugaba un truco y se bailaba un tanguito. En ese momento me impactó muchísimo esa forma, esa forma de la danza, esa forma del baile que yo en realidad no la había conocido acá. Yo había conocido, mismo de muchacho, lugares de baile tradicional en los cuales funcionaba el tango, la típica y la tropical, pero era más bien que íbamos bandas de muchachos de barrio y tenía otra dimensión, como que tenía otra trascendencia. Eso me impacta desde Europa y me empecé a interesar por la danza, y después la empecé a cultivar...

un corte...

El baile. ¿Por qué?


Y resulta que tenía condiciones para bailar, cosa que no tengo ninguna para cantar; pero tenía condiciones para bailar y fue como una cuestión que me llevó a hacer todo un estudio. Estudié muchísimo. Fui con maestros, fui con grandes maestros. Intenté conocer todo lo que existía. Estuve viviendo en Buenos Aires. Estudié y enseñé en Buenos Aires. Y traté de frecuentar a todo aquel que me podía aportar algo; entonces me costó mucho ¿no? Y bueno, y hoy en día enseño... enseño una especie de síntesis de lo que aprendí.

¿Qué es para vos el baile?

El baile... el baile es algo fantástico en el sentido de que, más allá de distintos sectores sociales o tendencias de los demás, te permite una relación corporal directa con alguien donde hay un lenguaje, otro, de las palabras: es un lenguaje del abrazo, es un lenguaje del movimiento. El baile también se unifica con... una vez que se instala esa práctica de baile, el tipo de mundo con el que te encontrás, que te reunís acá, conversás... es decir, el baile no solamente es un problema en sí mismo sino que es todo un entorno alrededor de él que me resulta fantástico. En la situación en que está el tango hoy se mezclan distintas edades. Vas a ver a jóvenes bailando con veteranos y siempre en distintas proporciones. Hay jóvenes que saben más que los veteranos, hay veteranos que saben más que los jóvenes; pero se mezclan ¿verdad?, intercambian cosas y se forma otro núcleo relacional. Y justamente en un mundo que parece... ¿no?, tiene peso ese atractivo. Y viene la danza en sí mismo. Depende como cada uno la tome. Yo como ahora vivo de esto y trabajo con esto, es un afán de superación, entonces siento una búsqueda, quiero el afán de mejora personal. Entonces buscás la estética del movimiento, buscás la técnica del movimiento, buscás ver qué es lo que se está haciendo en el exterior, qué es lo que se hace acá y tratás cada vez de nutrirte para poder nutrir. Yo lo veo en tanto profesor, no necesariamente es así para todo el mundo. Lo que te decía antes, como se mezclan las distintas edades y se mezclan los distintos sectores sociales, es muy probable que los jóvenes, dentro de poco tiempo, tengan mucho más para decir que los veteranos, sin ninguna duda. Cuando hablan de tango se dicen: “Porque yo bailaba con mi padre, bailaba con...”. Es otra forma plástica hoy día que está llegando a Uruguay.

¿Quién quiera puede bailar tango? ¿Se necesitan ciertas condiciones básicas para poder bailarlo?

Yo creo que la sorpresa. A mí me sorprendió. En cualquier momento. A mí me sorprendió y a partir de ese momento... yo llegué un poco por la sorpresa, por una cuestión que me conmovió, y creo que desde ahí... ese sentido, para no llegar de un modo rutinario, porque hoy día no es el tango de antes, no es... no está masificado en la cultura, son islotes de gente que cultiva el tango. En la época de mis padres era la cultura ¿no?, formaba parte de la cultura del Río de la Plata, era mucho más localizado. Y creo que se necesita la motivación, la influencia al descubrirlo. Y hoy día es muy rico el tango. Hay un enorme desarrollo a nivel de la danza; te hablo nada más que de la danza ¿eh?, en otras áreas tenés que hablar con alguien que cante o componga o toque música... Hay que ser atrapado.

¿Por qué atrapa a la gente; y en especial y actualmente a los jóvenes?

El tango lo atrapa porque tiene la condición intrínsica de atraparlo. El tango, cuando vos lo rastreás en la historia... los historiadores te hablan del tango a partir de 1860, el tango de negros, los conciertos en vivo. Vemos... en alguna medida se desarrolla la milonga y luego esa milonga se aquieta, es decir, la velocidad de los pasos se aquieta y nace el tango. Y luego se transformó en cultura. Muy posteriormente se transforma en una especie de cultura media general. Y hoy día vuelve como un fenómeno de desarrollo y los jóvenes se acercan muchísimo; quiere decir que algo les dice, en alguna medida los conmueve. Y los que se meten dentro del tango, luego son como una especie de militantes del tango. Lo quieren cultivar en todos los aspectos: quieren desarrollar, quieren estudiar la técnica, quieren armar una cosa... El tango tiene esa exigencia, no solamente una cuestión alegre, no es solamente una cuestión de diversión, es una exigencia personal. Fijate en los salones como se da ¿no?, hoy en día en que, por ejemplo, las discotecas pululan de jóvenes... bueno, no hay mucha exigencia para moverse, en cambio, en el tango hay todo un afán de superación. Tiene esa cuestión intrínsica, tiene esa complejidad.

¿Es un baile alegre?

Sin ninguna duda.

¿Se puede hablar mientras se baila?

No, en el salón no.

¿Por qué no?

En el salón no porque... es decir, en el salón es un baile enlazado en el cual hay otras parejas que se mueven, hay otras parejas que están al lado tuyo. Es una danza de desplazamiento, no es una danza fija. El hecho de hablar en el tango es una cuestión repudiada desde que... yo conozco las historias más antiguas del tango, es un problema de concentración entre el hombre y la mujer, en la medida en que el hombre a través de ese lenguaje del cuerpo, le trasmite a la mujer lo que quiere que haga y la mujer lo tiene que interpretar. Y una de las razones fundamentales es no perder el compás, es decir, no perder el paso, no perder lo que la música te sugiere en ese momento, entonces es un problema de concentración. Y por otro lado, en la medida que es compartida la pista con otra gente, el problema de hablar es el llegar a molestar a los demás. En ese sentido son códigos: hacer lo que tu querés respetando el espacio de los otros.

¿Códigos que se aprenden bailando?

Eso fundamentalmente se aprende en la frecuentación de las milongas, cuando las milongas tienen códigos. Una milonga que tiene códigos es una milonga donde los tipos no chocan, donde se respetan el espacio y donde si hubiera algún tipo de interferencia se disculpan. Es decir, tu bailás, te metés en tu universo pero al mismo tiempo estás atento de lo que hace el otro. No solamente la parte tuya sino la parte del espacio de los demás; muy colectivo en ese sentido. Son códigos del tango.

Hay mucho respeto.

Tendría que haberlo, es decir, eso era fundamentalmente una cuestión muy tradicional, hoy el tango es más informal, pero es una de las características que permanece y tiene que permanecer, porque si yo quisiera... es decir, hay distintos niveles en lo cual lo hacés: en una clase tu te podés parar, hablar, discutís el paso; en la milonga no tenés por qué hacer una... en la milonga te digo en el sentido del baile en la noche, fundamentalmente tenés que hacer aquello en lo cual estás seguro, de que no producís una perturbación, aquello que andás seguro que te permite expresarte. Y por fuera de ese espacio social, podés estudiar, desarrollarlo y practicarlo con quien quieras todo el tiempo. Pero, a su vez, tiene un carácter austero el tango, un carácter respetuoso.

Cuando bailan la mujer y el hombre cumplen distintos roles...

Cumplen totalmente roles distintos, pero necesariamente se conjugan, en la medida que es un baile de dos. Eso es lo que te voy a decir: qué te atrapa, bueno, qué te motiva. Depende también con quien bailás. Eso es así, más sabés más exigencias en aprender con quien bailás. Porque una vez que dominás determinado tipo de cuestiones querés expresarte, querés expresar cosas que tu tenés, cosas que te trasmite la música y ahí necesitás también un elemento de destreza de las dos partes.

¿Cuánto tiempo puede llevar aprender a bailar tango?

Y depende la motivación que tu tenés. Depende de cómo te capta... en tu disponibilidad, en tus condiciones, depende de tantas cosas. Ahora, moverte te podés mover desde el primer momento en el tango. Y después depende también en qué lugar lo hacés. Si es una pista donde hay mucha gente que baila y hay bailarines, te cuesta entrar, porque el tango tiene algo así como el miedo al ridículo. Te sentís observado, tenés que llevar a la mujer; no es fácil llevar a una mujer. Sobretodo es complicado para el hombre, que tiene que interpretar a la mujer, no hacerla chocar. Depende de todo eso.

Y vos te lo tomaste como una profesión.

Sí, todo el tiempo. Y enseñar es una forma de aprender, como en todas las cosas. El buen bailarín de tango es un excelente observador. La clase es una parte de la historia, después, de acuerdo a tu motivación: vos viste que entrás, mirás y lo que te apasiona vos lo querés reproducir. Y cómo se hace y lo demás, y a veces lo buscás solo.

Además el tango es muy visual ¿no?

Tremendamente...

¿La ropa influye en el baile?

Hoy día lo que domina el tango es la informalidad. Es decir, el problema de la tipificación en el tango es fundamentalmente un problema de mis padres, mis abuelos... Hoy día necesariamente domina la informalidad. Entonces, vas a ver mujeres que se visten, vas a ver vaqueros al costado... lo que sí es indispensable son los zapatos.

Es lo que veo. Todos traen zapatos exclusivamente para el baile. De todas formas, ¿la ropa informal no rompe un poco con ese clima que se quiere crear?

Depende, la milonga es familiar, por ejemplo. Acá es un lugar que viene toda gente que se conoce. De repente, cuando se hace en una cuestión especial, en una programación especial, la gente se viste especialmente para ir. Pero hoy día domina la informalidad y eso es muy bueno, porque no puede haber... es decir, una cosa es que haya un código de no pisar a nadie, de ser respetuoso, eso sí, tiene que permanecer siempre, otro es que para querer ir a bailar tengas que tener un traje y una corbata.

tango uruguayo

Santos Discépolo por ahí dijo que “El tango es un sentimiento triste que se baila”. ¿Vos qué pensás?


Es un punto de vista. Es tan válido como... el problema es si cuando Santos Discépolo dice eso acota solamente el baile a la tristeza. Yo creo que no. Es un aspecto de la historia. Pero me parece que no, en el tango hay todo, como en cualquier danza. Ahora, el tango evidentemente desarrolla contenidos más rioplatenses. En los países centroamericanos la gente se mueve al ritmo de la salsa, naturalmente lo hacen; es otra forma de expresarse. El tango tiene la suya en esta realidad que está rodeada de inmigrantes, en este espacio... tiene sus características peculiares, pero para ser una danza y para formar parte de una cultura, en una proporción u otra tiene que tener todo adentro. Tiene que tener la alegría, tiene que tener la melancolía, tiene que tener todo ¿no? Lo administramos de modo distinto, de acuerdo a nuestras realidades. La música, por ejemplo, del altiplano, no es la misma que la música brasilera; y en el tango sucede exactamente lo mismo, entonces nunca podés simplificarlo, habrá características preponderantes, pero esto se mezcla.

Hoy en día, ¿cómo encontrás nuestro tango?

El tango uruguayo está en vías de desarrollo. Hay una realidad que es una realidad del Tango Argentino muy desarrollado después de una veintena de años ¿verdad? El tango argentino en general, no porque exista una categoría de Tango Uruguayo y una categoría de Tango Argentino; el tango fundamentalmente del Río de la Plata. Y puede haber desarrollos distintos en distintas épocas. Desde hace una veintena de años, los argentinos, muy meritoriamente se instalaron en el exterior, son reconocidos... y hoy día hay una realidad también europea del tango. Uruguay llega tardíamente a ese fenómeno y llega paradojalmente con una tradición impresionante, con una parte de historia notable. Entonces, hoy día hay un enorme desarrollo del tango en Europa, en Estados Unidos ni hablar, y bueno, y en Uruguay como que está llegando. Es decir, esa influencia llega, hay un re nuveau del tango-danza. Hablo de la parte danza ¿eh?, de repente aparece acá un poeta y me dice...

¿Por qué lo volvés a marcar?, ¿son ambientes muy distintos el del poeta, el del cantor y el del bailarín?

... Son vocaciones distintas. Yo por ejemplo, si tuviera alguna condición para cantar, me expresaría y cantaría algo por lo menos. No tengo ninguna, entonces me da una vergüenza enorme, nunca la tuve.

De todas formas, ¿hay una comunión entre todos?

Sin ninguna duda, sin ninguna duda. Es decir, tu podés bailar tangos que son totalmente instrumentales y podés bailar tangos cantados. Incluso en la época de oro del tango, en el ´40, había orquestas que tenían el enorme prurito de no alejarse en la interpretación de lo que era el paso del bailarín, nunca perderte... es decir, la gente seguía a los bailarines... seguía a las orquestas. Entonces D´Arienzo tenía sus seguidores, Pugliese tenía lo suyo, De Angelis tenía lo suyo... o sea, eso en la época de oro: la gente seguía a la orquesta que le gustaba y se expresaba mejor con esa orquesta, eso era así.

¿Qué se les enseña a bailar a los jóvenes?, ¿con qué música los ingresan al mundo del tango?

Yo creo que cada cual que enseña, enseña con la música en la cual él se expresa mejor. En mi caso, yo desde hace mucho tiempo metí Pugliese. Y me acuerdo que en determinado tiempo, en Montevideo, llegaban una cantidad de veteranos y me decían: “¿Y cuando vas a poner un tango?”. ¿Por qué? Porque preferían los tangos más rítmicos. Entonces les gustaba La Guardia Vieja, los Tubatangos, D´Arienzo, que es muy marcado. Esto que están pasando por ahí, por ejemplo, es una cosa que yo la metí, es el Sexteto Mayor. Y no sé, a los jóvenes les encanta. En una época decía: “Bueno”. Y bueno, te divertías en un salón, en donde precisamente conviven todos los gustos y se acomoda la música. Entonces, cuando viene aquel que te pide un tango, le ponés ese tango, y otro que dice: “¿Cuándo ponés el otro?”; es así.

Es importante que una vez que el joven llega al tango conozca su música, pero está claro que actualmente y la gran mayoría de veces, se engancha por el baile.

Claro, es un fenómeno contemporáneo. En otra época se podían meter por otras cosas, en este re nuveau del tango, en los últimos veinte años, el gran motor dinámico es la danza, no hay otra historia. Es decir, vos en este momento vas a encontrar una cantidad de jóvenes que están bailando... y vas a encontrar un fenómeno de producción en otras áreas menor, salvo excepciones. Ahora, una cosa arrastra a la otra. Ese fenómeno pasó en la Argentina. En Argentina pasó lo mismo. Es decir, la danza tenía un desarrollo, y al costado de la danza aparecieron un conjunto de artistas enormes. Hay algunos que ya están recorriendo el mundo. Ahora, en cierto sentido les pasó una cosa como la que me pasó a mí: cuando vos ves las orquestas que se están formando suenan apiazzolladas, porque Piazzolla, que fue un tipo que mismo los veteranos decían: “Pero eso no es tango”, lo combatieron y lo demás... hoy día todas esas orquestas que tienen alguna pretensión, suenan apiazzolladas. Y ni hablar de Pugliese: hay un cambio fundamental. Pero cuando ese cambio, en alguna medida, está instalado, no es una ruptura con otro tipo de... al revés, es decir, toda aquella forma se recupera. Hay tendencias en la estética o en el gusto o en lo vivido, dominante, pero todo se mezcla finalmente. Hoy día no se podría bailar, por ejemplo, no se me ocurre a mí, a Carlos Vierne, no se me ocurriría pasar Los Tubatangos todo el tiempo, no se me ocurriría pasar Firpo todo el tiempo. Hoy día se escucha música de Pugliese; hay una tendencia “más evolucionada”.

¿El tango se maneja como en una especie de sociedad cerrada?

Es una sociedad cerrada, sí, la del tango en este momento. No porque tenga la vocación de ser cerrada sino porque es necesario que se abra. Y se va a abrir en la medida que participen más jóvenes ¿entendés?, que se rompa ese mito de que el tango es una cosa de viejos. La protección del tango es de ser abierta. Hoy día el tango está en pequeños reductos, acá en Montevideo, pero con una característica en la cual se va a abriendo. Y bueno, es evidente que no es la época del tango. El tango se recrea desde otra dimensión; es decir, se recrea en un momento en el cual existe la globalización, existe la informática, existen las comunicaciones con fax; en el cual hay un decaimiento de los trabajos manuales. Estoy hablando de una época que era realmente influenciada por los trabajos manuales, por los trabajos físicos ¿verdad? Hay una cantidad de figuras, que te las cuentan los viejos maestros, que tienen nombre... es decir, porque el tango es una cuestión fundamentalmente popular, y hay una cantidad de movimientos que están influenciados por el fútbol, que están influenciados por el boxeo, y llevan nombres así. Bueno, hoy día las influencias son otras.

¿Cómo definirías el tango?

No sé, como dijo Troilo una vez cuando le preguntan: “Qué me voy a ir si siempre estoy volviendo”. Es decir, para un rioplatense, como con todas las cosas que hacés en tu vida, tenés distancias y acercamientos. Nosotros nacimos dentro de esa cultura y es fundamental hoy día rever qué fue esa cultura y recuperarla. Es decir, recuperar, no, no, como un botín que vos tenés ahí, que estuvo esperando, sino recuperar la diversidad, lo que es el mundo de hoy. Recuperar esa dialéctica de cambio. ¿Cómo se pueden interesar los gringos?, ¿cómo les puede apasionar?, ¿cómo los puede conmover? Bueno, no sé, en el interior de ese tipo de sociedades, que tienen una seguridad social absolutamente cubierta, es muy probable que el tango tenga una significación para ellos. ¡Y vienen a buscarlo acá! Si vos vieras el desarrollo que tienen, los estudios que han hecho las universidades... es brutal.

Carlos Bassi

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