El 2 de Julio Cantacuentos se instaló en la que alguna vez fuera la casa de Canciones para no dormir la siesta: el Teatro Circular. Y al igual que sucedió en el pasado con Canciones, Cantacuentos se quedó más de lo esperado… Tremendo homenaje para aquel fenómeno a 30 años de su creación y tremendo éxito para éste!
Las vacaciones de invierno terminaron pero, sin embargo e inesperadamente, la música en vivo para niños sigue sonando en el Circular. Y es que Cantacuentos, que en un principio tenía planeado estar en cartel sólo durante julio, se quedó también durante el mes de agosto tras un éxito rotundo. Más de cinco mil personas disfrutaron ya de un espectáculo que trae diversión, alegría y color para los niños pero que además evoca muchos recuerdos para los adultos.
Nancy Guguich, Martín Buscaglia, Paolo Buscaglia, Gonzalo Brown, Gustavo Montemurro, Macarena González y Pablo Notaro son los músicos-actores que “cuentan y cantan” las canciones de aquel fenómeno artístico y social que fue Canciones para no dormir la siesta. ”El año pasado empezamos a ver que en el 2005 se cumplían 30 años de Canciones y empezamos a analizar qué podíamos hacer desde el afecto y desde lo profesional”, explicó Nancy Guguich, quien junto a Horacio Buscaglia dirige el espectáculo.
Cantacuentos transitaba su séptimo año de existencia y tenía dos discos en su haber cuando sus integrantes decidieron realizar el homenaje. Al principio pensaron en hacer un libro, idea que aún se mantiene en pie pero no se ha concretado todavía, y de ahí surgió la posibilidad de grabar un tercer disco y de presentarse en el teatro con las canciones de siempre y las versiones de ahora. “Estoy orgullosa y muy contenta”, aseguró Nancy haciendo referencia al excelente recibimiento que tuvo este tributo entre el público más diverso y de todas las edades. “Queremos mucho este producto, lo hicimos con amor y con mucho cuidado en lo musical”, agregó.
La gran concurrencia que suscitó Cantacuentos sorprendió gratamente a sus creadores, quienes de inmediato recordaron lo sucedido con Canciones 30 años atrás.“Se empezó a llenar de una manera desbordante y empezó a pasar algo similar pero en otro momento a lo que sucedió con Canciones”, señaló la actriz. Los jóvenes de antes que hoy son padres, llevan a sus hijos; los más mayores que antes llevaron a sus hijos van hoy con sus nietos… Así, no sólo la música del ayer se funde con la de hoy sino que también el público del ayer se mezcla con el de hoy en Cantacuentos. Nancy contó con emoción cómo una señora que estuvo presa durante la Dictadura y escuchaba las canciones en un cassette pudo ir a verlas ahora. “Esto sucede por el lugar histórico que ocupa Canciones independientemente de sus integrantes y eso nos emociona. Los niños bailan, los grandes te agradecen, es muy particular vivir y compartir esto que está sucediendo”, aseguró Nancy.
Pero Cantacuentos no es lo mismo que Canciones para no dormir la siesta. El sonido de Canciones era uno y el de Cantacuentos es otro bien diferente, así como la estética de la puesta en escena es bien distinta. Nuevas versiones de las viejas canciones, con otros ritmos como el funk y otros recursos tecnológicos, afinan el musical al oído de las nuevas generaciones. “Las canciones no las hacemos igual, nada hacemos igual, tampoco yo hago igual mis cuentos. Los integrantes son músicos y jóvenes de ahora. Nosotros creemos en el hoy y los niños de hoy saltan con La Chivita de hoy, no con la de ayer”, opinó Nancy. De esta forma, Cantacuentos no se trata de repetir lo de antes sino de recrearlo y aggiornarlo para seguir contando y cantando.
Teatro, disco, libro, dvd… más y más
Cantacuentos es un proyecto muy ambicioso que comprende la concreción de cuatro etapas. La primera, que ya se cumplió, incluía estrenar el espectáculo en El Circular, lugar donde Canciones se desarrolló luego de que la Dictadura clausurara el teatro El Galpón. La segunda apuntaba a lanzar la tercera producción discográfica de la agrupación y también se cumplió. “Fue muy costoso elegir entre tantas canciones los trece temas que se incluirían en el disco”, señaló Nancy, lo cual era de esperarse ya que Canciones para no dormir la siesta editó nada menos que ocho long plays en sus quince años de existencia. “Había que considerar lo emblemático del Chim Pum y El País, pero también los juegos que siempre acompañaron el espectáculo, fue realmente difícil el proceso de selección”, agregó la artista al tiempo que aclaró que no hubo tantos inconvenientes en cuanto a los derechos de autoría de los temas por tratarse en su mayoría de creaciones de ella misma y de Horacio.
El disco Cantacuentos, producido por Martín Buscaglia y Gustavo Montemurro y grabado en el Estudio del Monte a comienzos del 2005, salió a la venta durante la segunda semana de julio, mientras el espectáculo ya estaba en cartel en el Circular.
Para el 2006, la agrupación tiene planes de publicar un libro y de lanzar un DVD que ya se empezó a filmar y así cumplir con las etapas tres y cuatro del proyecto general. Para este fin cuentan con el apoyo de Leonardo Sala, director de audiovisual, y de Quique Vadano en la parte de ilustración, que es el plástico que siempre ha acompañado a Canciones y a Cantacuentos. No sería extraño que contando con una respuesta tan maravillosa de la gente surjan otras ideas en el camino. “Con esos pasos vamos a cumplir, pero no sé qué otras cosas habrá porque por ejemplo no nos imaginábamos para nada que íbamos a seguir en agosto en cartel”, anunció Nancy.
Un poco de historia…
Canciones para no dormir la siesta, estrenada en 1975, ocupó un lugar muy especial entre los uruguayos cuando el país vivía momentos muy difíciles en cuanto a lo político y lo social a raíz de la dictadura militar. Un lugar inesperado e insospechado hasta para sus propios integrantes.
Comenzó como una nueva propuesta para niños del grupo ”Club de Teatro”, al que pertenecían Nancy y Horacio, en la que se integraba la música con los juegos, requiriendo por ello la presencia de músicos además de actores. Se estrenó en el Galpón chico, que era la sala que alquilaba el grupo de teatro, y después, a raíz del éxito, se pasó al Galpón grande ese mismo año. Más adelante el gobierno clausuraría el Galpón y Canciones se instalaría el El Circular. “Nadie pensó que se fuera a hacer más de una temporada”, recordó Nancy, pero Canciones trabajó por quince largos años, si bien los últimos fueron “una inercia de lo que se venía dando”. “Para mí hubo un cierre a eso de los once o doce años cuando el equipo que sostuvo el trabajo tuvo cambios drásticos; a partir de ahí ya no fue lo mismo, se estiró algo que ya tenía un final, y esto sin desmerecer a ninguno de los artistas que pasaron por Canciones en esos últimos años”, dijo Nancy.
Pero más allá de la duración de Canciones en tiempo real, lo cierto es que generó un sentimiento en la gente que perdura hasta hoy, un sentimiento que hoy se vive y se refleja en Cantacuentos. Canciones para no dormir la siesta cumplió su ciclo y se grabó en la memoria colectiva, después cada integrante siguió su camino de acuerdo a sus intereses y focalizó sus energías en lo suyo. “Nunca se planteó el volver a estar juntos como grupo ni nada”, afirmó Nancy, al tiempo que aclaró que con Horacio (Buscaglia) ya habían trabajado antes y lo siguieron haciendo después de Canciones.
Nancy, por ejemplo, concretó su proyecto de tener una escuela de expresión corporal, donde en el presente trabaja con muchos de los integrantes de Cantacuentos. “Soy docente y desde muy jovencita me especialicé en la parte corporal. Ahora hace 10 años que pude concretar este espacio”, contó con orgullo mostrando el acogedor lugar mientras se retiraba un grupo de niños.
No es igual ni es casual
Cantacuentos es un grupo muy querido entre quienes lo integran porque a su vez fue cuidadosamente elegido por quienes lo dirigen. Pablo, Paolo, Martín y Gonzalo son docentes del taller de Nancy y primeramente fueron alumnos del mismo. Por esta razón, según la directora, tiene una parte más sólida en cuanto al grupo si se lo compara con Canciones para no dormir la siesta. “Cantacuentos se eligió como grupo y se proyecta como tal, las piezas encajan en un proyecto común”, aseguró Nancy destacando la importancia de ese hecho. “Cantacuentos es una corriente no casual, nos elegimos mutuamente y eso es una gran diferencia con lo que fue Canciones. Cuando se creó Canciones la gente de teatro éramos sólo Horacio y yo y se fueron integrando otros músicos muy talentosos compartiendo la propuesta. Pero ahora, en este Cantacuentos, desde el vamos hay un compromiso ya planteado de cada integrante en el hacer educativo y yo creo que eso pesa”, puntualizó.
La escuela de Nancy se ha convertido así en una pieza angular de Cantacuentos ya que fomenta y alimenta permanentemente lo que hacen en el teatro. El taller como docentes alimenta las creaciones musicales y las propuestas desde lo musical se ejercitan con los niños del taller. “La Muñeca, por ejemplo, que es una canción que me encanta, nació después de mucho tiempo de jugar en el taller con los niños a que soy una muñeca, que me doblo, que me muevo…”, explicó Nancy.
Y tan maleable como esa muñeca de trapo, Cantacuentos ha readaptado lo de ayer y reinventado lo de hoy. Ha fusionado la música y la narración con un despliegue de colorido, ritmo y alegría sin igual. Ha mezclado el antes y el ahora acortando las distancias entre las generaciones. Y ha demostrado que la música para niños es música “para usar”, no al estilo consumista de “use y tire” sino al estilo de quienes creen que se puede entretener con calidad y así llegar a todos.
Cecilia Olivera