Y sí, nos tuvimos que ir a “Punta del Diablo” a grabar este disco.
Pasamos allí una semana y tiramos cables de cabaña en cabaña y de alma en alma para hacer de todos uno y de cada uno el todo. Prendimos el fuego interno, alzamos las antenas y pusimos los volúmenes en cero y la imaginación en diez.
Así que para un disco que marca nuestro año número 15 en la ruta, tenía que tener un poco de “Buceo”, algo de “Seguir Mejor”, una pisca del “Tres”, pasar por el “Caos Natural”, bastante del “Ciento Tres” y alguna visión afiebrada de futuro.
Porque desde lejos se ve mejor y no hay mejor promesa que una canción que nos toque. “Agua y Sal” es el inicio, el medio y el fin.
Cuando las ideas se desvanecen en el aire todo puede ser posible. “Agua y Sal” cura, se suda, se llora y se ríe.
Es el manantial primordial de vida donde no hay ni bueno ni malo, ni amor ni odio, ni cielo ni infierno ni arriba ni abajo... sólo “Agua y Sal”. Allí donde estamos todos, en una marea inconstante, que vamos y venimos y a veces tenemos la suerte de encontrarnos. “Agua y Sal” es eso... el encuentro.