“Básicamente son canciones compuestas en soledad, en general con una guitarra, y luego arregladas y tocadas por una banda de seis músicos. Estilísticamente creo que rozan el folk, de acá y de allá, la canción urbana, las baladas y otras cosas que no sé muy bien cómo se llaman”.
¿Por qué Trece Canciones? ¿Tiene una explicación?
Es un no nombre. Pero también el trece es un número que tiene fuerza, ¿no?
Y quería remarcar el hecho de que lo que importa acá son las canciones, ni mi cara, ni mi adhesión a alguna tendencia o lo que sea. Son canciones, tocadas en vivo, cantadas en vivo, ahí, desnudas.
¿Qué diferencias y qué similitudes podemos encontrar entre este disco y el anterior, Diego Presa (2012)?
Varias.
El disco anterior fue grabado en absoluta soledad, toqué todos los instrumentos, diseñé y ejecuté todos los arreglos. Y la grabación fue muy casera, casi low fi.
En este disco quise probar otras formas de producción y sonido. Las canciones fueron tocadas en vivo por una banda (Nacho Durán, Guillermo Wood y Alejandro Ferradás en guitarras, Santiago Peralta en bajo y Ariel Iglesias en batería), por primera vez trabajé con un productor artístico (Ferradás) y fue grabado y mezclado en estudios profesionales.
¿Qué elemento o situación disparó la composición de los temas?
Cada canción es un mundo y lo que dispara su nacimiento es en parte un misterio para mí. Y ese territorio a investigar es lo que hace que todo esto valga la pena.
¿Qué caminos musicales transita el disco?
Básicamente son canciones compuestas en soledad, en general con una guitarra, y luego arregladas y tocadas por una banda de seis músicos. Estilísticamente creo que rozan el folk, de acá y de allá, la canción urbana, las baladas y otras cosas que no sé muy bien cómo se llaman.
¿Es un disco para escuchar dónde, en qué momento, con quién?
Supongo que en algunas situaciones funcionaría mejor que en otras. Pero por un par de auriculares puede provocar situaciones interesantes.
También: en un cuarto, a oscuras y con alguien.
¿Cuáles son las tres canciones que más te gustan y por qué?
Difícil elección.
Puedo nombrar S. Fair porque es la única canción que no fue escrita por mí. Es de Álvaro Bassi, compañero y hermano de Buceo Invisible, que murió en México hace años y dejó un rastro luminoso de recuerdos y maravillosas canciones.
Mis incendios: acá digo más de lo que debería decir.
Caballos: humilde homenaje a los caballos y a los trabajadores que terminan en mataderos y frigoríficos.
¿Se te ocurre alguna anécdota sucedida durante el proceso de grabación?
Fue una preciosa grabación de fin de semana en el Palacio Salvo. El trabajo se terminó a tiempo y en alguna canción hasta usamos el reverb natural del hall del edificio.
¿Y quién se encargó de la producción musical y qué elementos esenciales aportó?
Esta fue mi primera experiencia de trabajo con un productor y resultó muy interesante. Ferradás aportó varias cosas, entre ellas el sonido general del disco, esa textura áspera y directa.
La última, ¿qué cosas creés que han cambiado en tu música y en el medio musical en estos años de trayectoria?
Muchas cosas, por suerte. Uno va aprendiendo, recordando, olvidando, tratando de ser mejor.
Data
Artista: Diego Presa
Título: Trece canciones
Sello: Bizarro
Año: 2014
Arte: Sebastián Santana
Grabación: Vivace, Living Room
Producción: Alejandro Ferradás
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