SieteNotas

Fernando Cabrera, orfebrería hecha canción

1/5/2004

"Viveza" son sus rarezas, sus experimentos y también las canciones que canta habitualmente. "Viveza" es su otra cara, es un paseo por su interior, sus gustos y sus delirios. "Viveza" es parte de un archivo, un cancionero en el que coexisten, dialogan, se entreveran los más diversos mundos musicales. "Viveza" es orfebrería hecha canción.

Aprendió música desde los 6 años. Su primer instrumento fue una guitarra, aunque confiesa entre risas que se rebeló "contra lo que hasta ese momento había sido la obligatoriedad del solfeo...". Asistió al colegio y liceo Maturana "hasta que se les rebeló a los salesianos...". Era hincha fanático del Nacional de Artime, pero también se rebeló y como Eduardo Galeano pasó a ser "mendigo del buen fútbol". Pudo ser profesor pero prefirió cantar. Entonces el Prado le quedó chico a este joven con aspiraciones de cantor, por lo que un día hizo su maleta y comenzó a transitar el camino de la canción uruguaya.

Así, en el ’77 se acercó a la música popular. Primero con los grupos Montresvideo, Baldío y desde el ‘84 como solista. A partir de ese momento nunca pudo desprenderse de esa pasión. Tocó con todos y de todos aprendió. Dedicó su vida al duro trabajo de componer canciones. Tras varios años en el escenario, tiene en su haber una prolífica producción musical, como cantautor y como compositor con destacada participación también en la música culta o para teatro y cine. Hoy con 15 CD editados se ha convertido en uno de los rostros más representativos de este arte popular.

Quizá la clave de esta afectuosa personalidad está en que el hombre, el músico, el docente no tiene más que una cara, la que sonríe y explica sin alterarse, amablemente -pero con la contundencia de quien sabe exactamente cómo es el mundo en el que vive- que "la vida ha sido muy generosa ya que con la música me he sacado todos los gustos, tocando y acompañando en el escenario a los ídolos de toda la vida... haciendo canción". Para él la canción se compone de los pequeños detalles como un acento en la voz, un elemento en la escena, o la palabra justa en medio del verso. No se trata de realizar muchas estrofas, sino de lo que implica cada una.

Por ahora, se conforma con seguir recorriendo los escenarios, guitarra en mano, dejándonos su mejor canción. Él es Fernando Cabrera y esto es lo que tiene para decir. Después de un tiempo de haberse editado "Viveza" la excusa es hablar sobre él.

¿Qué valoración hacés de este material y de la proyección que está teniendo en el exterior? ¿Qué es lo que sentís por ejemplo cuando leés que la revista Rolling Stone lo propone como candidato a disco de la década?

Mirá lo que siento con esa y otras críticas de acá de Uruguay también hermosas sobre el disco es... ¿Cómo decirte?... Paz. No sé, me da como tranquilidad. Más que eso, satisfacción. Una especie de sensación de bueno, gustó, sirvió. No fue en vano todo el esfuerzo, todo el trabajo, todos los años de preparación. Cumplió o está cumpliendo su cometido. Eso te da paz, te da tranquilidad de espíritu para seguir en lo tuyo. Yo he tenido desde mis comienzos buenas críticas y no lo digo por jactancia ni nada, pero es la verdad estricta. Algunas por parte de los medios especialistas, de los críticos, de los periodistas, pero también de los colegas. Entonces, quizá no esté demasiado acostumbrado a la sensación de abrir un día un diario y recibir un palazo. No sé cómo será. Me imagino que no debe ser muy cómodo. No creo que se sienta muy feliz nadie. Pero bueno, no me ha pasado. Me pasa todo lo contrario y eso me da paz, tranquilidad. Me hace sentir en parte que bueno... que se puede seguir. Es como un cheque en blanco. Igual yo seguiría, aunque me dieran ¿no?

Con "Viveza" se abre una nueva etapa, hacia el exterior, sobre todo en Buenos Aires...

Sí, no sé si ya se abrió o más bien se está abriendo, pero bueno... En el correr del año anterior fui 3 o 4 veces a Buenos Aires y este año ya fui una vez en febrero a hacer un pequeño ciclo, eso está empezando de a poquito. Se trata de conseguir más espacios y poder ir más a menudo y quizá en un futuro editar también discos allá. No es nada fácil ni lo uno ni lo otro: ni tocar en vivo ni editar discos. Por más que yo tengo ya un camino recorrido, no soy digamos un principiante, igual o tal vez más aún, es difícil insertarse en un medio totalmente nuevo, en un mercado que no te conoce, que no sabe quién sos. Es muy difícil, muy difícil. Estoy empezando a ir. Las primeras intentonas han sido positivas y espero seguir en el futuro, pero pasa que Argentina es un país muy grande. Ojalá de a poco yo pueda tocar no sólo en Buenos Aires sino también en otras ciudades en donde, como todos sabemos, los uruguayos abundan y abundan también personas muy parecidas a nosotros, con quienes es tan sencillo comunicarse. Yo estoy recién iniciando ese proceso, no como otros colegas que ya hace muchos años que van. Yo hace meses nada más.

En algunos de los temas que componen este CD parecería que retomás la idea de los "paisajes ciudadanos", con relatos que hablan de las cosas que nos están pasando hoy a los uruguayos, pero a la vez hablás cosas que trascienden lo Montevideano y son fácilmente reconocibles y situables por otros; ¿buscabas eso?

No. ¿Tu notaste eso en "Viveza"?

Sí.

No. Ese parámetro o ese enfoque que tu me estás sugiriendo no lo intenté para nada. Es más, pienso que desde siempre o sea desde que yo comencé a hacer canciones y discos tuve -no de manera consciente, pero imagino que sí subconsciente- una actitud universalista. Y la tuve siempre porque si vos te ponés a mirar difícilmente encuentres en mi repertorio y en mis discos referencias o utilización de lo más evidente de la cultura musical uruguaya: la murga, el candombe, la temática del Carnaval o el fútbol en las letras. Algo tan caro a los uruguayos y que otros colegas han tocado, siempre con suerte, porque el público uruguayo es muy afecto a esa temática. No vas a encontrar en mis canciones eso. No vas a encontrar canciones dedicadas a personajes mitológicos del Carnaval ni nada que se le parezca ni murga ni candombes. En mí siempre hubo una intención de utilizar elementos y gestos musicales y referencias de la cultura musical de la humanidad. Por lo menos de todo lo que yo conozco. Me refiero a lo contemporáneo, pero también al pasado musical. Me he manejado toda mi vida con muchísimos elementos musicales, nunca me quise circunscribir a un género o a un estilo... y si algo sí he utilizado de la cultura musical uruguaya es más bien esa otra mitad tal vez menos cultivada por los músicos más desarrollados de acá, que es la música de origen criollo, folklórica. De allí sí yo he tomado ritmos o algunos giros melódicos de géneros como la milonga y sus distintas variantes como la huella, la vidalita, la chamarrita. He tomado algo del mundo del tango, pero también he tomado mucho de los Beatles y de Bach y de quién venga. Del lugar y de la época que sea. No creo o sea, si tú lo apreciaste me parece perfecto, no te lo voy a negar ni a discutir, cada uno aprecia... Yo no puse en "Viveza" un especial hincapié o una intención en ser más universal, para que me entiendan mejor en Argentina o en Brasil. No, en absoluto. "Viveza" es un disco más mío, como todos los demás. Pero lo podés ver así... No hay problema. Mejor.

Es precisamente esa búsqueda de ritmos y géneros la que te conduce a cosas nuevas. En "Viveza" por ejemplo jugás con compases próximos a la cumbia... Imagino que si antes confesaste que era difícil hacer del "candombe", canción, mucho más difícil debe ser hacer de la "cumbia" canción.

Esa canción a la que te referís es "La batalla del siglo". Pasa que en la música, como en cualquier otra cosa hay siempre un ingrediente de azar y de no sé... de suma de opiniones... hay un proceso. Yo compuse esa canción en un ritmo que originalmente era una especie de chamarrita. La chamarrita es un ritmo muy sencillo, binario, con compases de división binaria perfectamente asimilable a muchos ritmos de la humanidad que son muy parecidos y que tienen la misma velocidad o el acento en el mismo lugar. Entonces me acuerdo que en los ensayos, cuando estábamos recién empezando a tocar ese tema con los músicos, la primera vez que se los mostré y lo ensayamos los percusionistas (Ricardo Gómez, Edú Lombardo) se pusieron a tocar un ritmo de cumbia que calzaba perfectamente en la chamarrita que yo hacía y que también podía calzar arriba de un reggae o arriba de yo que sé, de miles de ritmos ¿no? Era una milonga así, muy rapidita... A todos nos gustó como quedaba y a partir de ahí empezó a desarrollarse como una cumbia o por lo menos con ese gesto musical en la percusión, porque no es una cumbia tampoco. Yo no estoy haciendo géneros estrictos. Tiene la rítmica y la percusión elementos de la cumbia. Precioso. Aparte la cumbia es un ritmo que me encanta. Y así quedó, pero si tu escuchás el tema en el disco vas a ver que también coexisten con la cumbia otros mundos musicales, que dialogan y se entreveran.

"Décimas de Prueba" el tema en el que te acompaña Ruben Olivera es un ejemplo de milonga clásica.

Sí, siempre lo hago en vivo y gusta mucho, en Argentina también. Es una milonga clásica, con estrofas en décimas, por eso se llama así. Ahí ves como está reflejada sí una cultura musical más criolla ¿no? No pretendí yo en esa milonga "vanguardizar" o incorporarle otros cruzamientos musicales; es una milonga.

Dejemos los ritmos y hablemos de la otra parte de la canción: las letras. Algunos entendidos –y no tanto- señalan que en este trabajo se ve a un Cabrera reflexivo sí, pero también más alegre, ¿vos te ves así?

Puede ser sí. Reflexivo me parece que fui siempre, quizás ahora lo sea más. Alegre quizás sea más ahora que antes. Bueno me alegro que se vea eso en el nuevo disco. No fue una intención así consciente, pero quizá... O mi vida esté un poco más así en la actualidad... Me alegro. Es una linda definición: que un disco sea reflexivo y alegre es una linda manera de venderlo ¿no? Lo convierte en atractivo aunque no lo hayas escuchado. Ojalá sea así.

Hasta allí las críticas, ¿pero qué pasa con la relación con el público que te va a ver, que te acompaña?

Con el público yo me siento cada vez mejor porque en los últimos años... bueno en realidad desde siempre fue buena. Fue una cosa lenta, pero con los años ha mejorado mi relación con el público. Cada vez es más linda, cada vez es más emotiva, cada vez es más numerosa. Para mí un recital, siempre es... siempre tengo la seguridad de que va a ser algo hermoso... Nunca pienso: "hay capaz que falla algo", siempre tengo la certeza -porque ya la estadística me lo indica- que va a ser algo hermoso, emotivo y feliz, que todos vamos a disfrutar mucho. Claro, el que me va a ver ya sabe lo que va a ver, va predispuesto, pero eso pasa cada vez que vamos a un recital, uno de algún modo ya va predispuesto a disfrutar porque o es su músico preferido o ya conoce las canciones o lo que sea ¿no? Yo no escapo de esa situación. Es como una hinchada que va a ver a su cuadro preferido. Lo va a disfrutar, no va a criticarlo, lo va a apoyar.

Sí, en realidad sí, pero por ejemplo hace unos días en la Sala Zitarrosa cuando te invitó Kevin Johansen el público no sabía que ibas a estar y sin embargo escuchó con el mismo respeto y aplaudió con las mismas ganas esa actuación...

Sí, me recibió muy bien. Tenés razón sí, fue muy lindo eso. Me pasó otras veces cuando he ido de invitado también. Con La Tabaré por ejemplo que tiene un público bien distinto al mío fue algo similar. Yo actué con ellos acá y en Buenos Aires y sentí lo mismo. Otra vez también con la Bersuit, fijate que cosa más diferente que yo que la Bersuit ¿no?

Con La Tabaré recorriste también parte del camino no sólo sobre el escenario sino en la producción. Si bien ya tenías experiencia a partir de la producción de tus discos y anteriormente con Dino, la etapa con La Tabaré debió haber sido un desafío distinto. ¿Cómo te viste en ese rol?

Muy bien. Muy bien porque me encontré con un producto muy bien elaborado ya. No había que opinar en cuanto a la composición y a la construcción del material. Mi tarea fue considerar algunas cosas, dirigir la grabación, lo propio de un productor artístico ¿no? Algunas sugerencias, algunos mínimos arreglos locales, algún arreglo de bandoneón en algún tema. Unas poquitas cosas y más que nada ordenar un poco algunos asuntos de sonido, pero después el material que ellos ya habían elaborado era notable. Yo me encontré con un grupo que estaba en un momento de cambio, en proceso de transformación y eso se nota... Me parece que el Tabaré de ahora es un poco diferente al de hace algunos años ¿no? Y no es por mí eso, ojo, porque alguien puede pesar: "ah, porque Cabrera les produjo el disco". Y no, ellos elaboraron esa transformación, yo participé de un momento.

Cuando le preguntábamos a Tabaré acerca del proceso que realizaron para preparar "Sopita de Ganso" él decía que ese CD era el producto de un trabajo que dejó de ser individual para ser una producción colectiva, que ese era un disco de toda la banda.

Sí. El grupo está muy consustanciado. Ellos están muy unidos y hace varios años que mantienen la misma formación. Claro, es un equipo ya, son una patrulla. No es un cantante con un grupo de acompañamiento o un grupo contratado por unos meses. Eso ya es una familia. Eso se nota porque ahí se da la magia de un grupo que es cuando todos suman, entonces el resultado se potencia de un modo increíble, porque todos sienten la camiseta. Todos son un poco los dueños del grupo, todos ponen todo, todos son muy buenos en lo suyo. Con La Tabaré pasa eso, es una familia y todos suman. Yo creo que vos vas a ver a La Tabaré y te pasa por arriba el espectáculo. El sonido es una cosa tremenda y te ponés a pensar y son tres personas tocando instrumentos nada más: un bajo, una guitarra, una batería y dos cantantes, eso es todo y te arrancan la cabeza. Además la sabiduría escénica de Tabaré se nota cada vez más "al servicio de". Es que lo que él monta no son meros recitales, vos sabés que vas a ver una especie de "ópera", vas a ver algo macro, algo que está minuciosamente pensado y ensayado, con mucho movimiento escénico y actividad teatral.

Y en tu caso, porque si bien la composición no es colectiva, también te rodeás de un equipo muy completo que aporta, opina y disfruta en los ensayos. Lo mismo con los músicos invitados, gente como: Darnauchans, Drexler, Olivera, Magnone, Ubal o La Otra...

En "Viveza" hay músicos con los que desde hace varios años estamos juntos. Yo he cambiado muchas veces en mi a vida a los integrantes de mi grupo de acompañamiento. Eso por un lado es porque a veces tu estás tocando con ciertos músicos y por ahí les aparecen ofertas laborales mejores y no tiene más remedio que irse a tocar con otros, porque van a ganar mejor, es una lógica del hombre. Entonces tenés que cambiar de músicos. Me ha pasado varias veces eso a lo largo de mi vida, pero a veces se da que por un período de varios años estás con los mismos y ahí empieza a pasar un poco, sin ser lo mismo, pero empieza a pasar un poco lo de la dinámica del grupo ¿no? El conocimiento profundo, el saber qué da cada uno, el entendimiento tanto en escena como en la charla de boliche...

Eso se nota en el escenario...

Es cuando ya no hace falta ni hablar. Yo con Ricardo Gómez, con Federico Righi, con Edú Lombardo, con Mariana Ingold y con otros que han tocado conmigo en el pasado también, nos sentamos y nos ponemos a ensayar algo y yo creo que ni hablamos ¿no? Son miradas, gestos. Hay una comprensión muy grande, confianza en el otro. Hace varios años que estoy con ellos y son muy buenos además, no es sólo entendimiento, además son buenos, son Brillantes. En escena entramos en una especie de trance cuando tocamos, entonces no puede pasar nada que nos desequilibre, que nos afecte, estamos muy metidos. A veces tocamos diferente también, a veces aplicamos, yo más que nada tiro variedades en el momento de la interpretación. Un poco improvisaciones o pequeñas diferencias y eso también enriquece porque hace que todo el mundo esté concentrado en establecer esos distintos tipos de diálogos musicales que se pueden establecer cuando el estímulo cambia ¿no? Si en vez de la nota de siempre viene otra, tu que estás tocando otro instrumento vas a tener otra reacción. Es muy lindo. Es una dinámica un poco jazzística digamos. Siempre tender a hacer jazz, no es que hagamos jazz sino que aplico ese aspecto del riquísimo género que es el jazz. Improvisamos un poquito, no mucho, un poquito. Yo cambio algo en el canto o en la guitarra y se establecen así como novedades ¿no? El público que me sigue, se ha dado cuenta de eso y muchos lo aprecian y lo esperan también. Lejos de quejarse, les gusta.

¿Cómo entra el género canción en este trabajo? Porque vos al igual que Darnauchans son caminantes eternos de ese camino por el que también transitó Mateo, que quizá tiene como único destino el género canción.

Ese camino es más viejo que la humanidad. La canción existe desde siempre. Yo hago canción, pueden ser muy distintas unas de otras, pero todas son canciones. Todos hacemos canción, los roqueros hacen canción, el género tropical está haciendo canción también, porque la canción es eso: una melodía con una letra. El tango es una canción. Pero cuando me preguntan digo: lo que yo hago es música uruguaya, canción uruguaya, porque siento también que formo parte de una cultura musical que es la nuestra, que es la propia del Uruguay, que tiene como cosa orgánica unos 40 o 45 años. De repente antes no existía un gran plantel de gente componiendo canciones de forma organizada. Desde mediados del ‘50 para acá comenzaron a surgir muy buenos compositores que tomaron conciencia de este vacío que la cultura popular uruguaya tenía: el de no poseer un cancionero propio y comenzaron a trabajar de forma seria, organizada y sistemática en la conformación de eso ¿no? Esos pioneros fueron Aníbal Sampallo, Rodrigo Castillo, Víctor Silva, Ruben Lena, Daniel Viglietti, Marcos Velázquez, Anselmo Grau. Un poquito después Zitarrosa, al mismo tiempo que Mateo y Rada en otra área... Ya han pasado cuatro décadas y hoy podemos decir sin ningún pelo en la lengua: ahora sí tenemos un cancionero. Hace 50 años no lo había. Hay una famosa anécdota de Ruben Lena: uno de los más importantes autores del repertorio de Los Olimareños. Él era maestro e inspector de primaria y le tocó ir a un congreso de maestros en Venezuela de varios días y como siempre sucede cuando se reúne gente de varios países, es frecuente que a la noche surjan guitarreadas o se van a un boliche o se conocen el colombiano con el brasilero o este con aquel. Y Ruben Lena contaba que le pasó esta penosa experiencia de que cuando se reunían todos, cada uno era capaz de tocar una canción de su país: el colombiano cantaba una canción porque ya existía un folclor colombiano y toda una tradición y el chileno cantaba lo suyo y el venezolano lo suyo y él no tuvo qué cantar. Esa misma persona volvió al Uruguay y se puso a componer canciones junto con otros también que dieron origen al brillante repertorio que Los Olimareños hicieron tan conocido. Yo siempre cuento esto: cómo en tan pocos años se pudo construir esto de lo cual yo me siento formando parte.

Darnauchans dijo alguna vez qué el no era un "cantor", pero los que sabían de canto, sabían que él tenía esa fuerza, esa riqueza que lo convertía en una especie de orfebre, un artista que iba puliendo ese canto. Si vos tuvieras que suscribirte o no dentro de esa definición ¿qué dirías?

Bueno yo tampoco me considero un cantor así, técnicamente bueno, o mejor dicho con bella voz, con linda voz. Cargo con mi voz, es la que me tocó, pero me encanta cantar y lo hago desde siempre, canto y toco canciones desde que tengo 6 años. Ya te digo no creo que tenga una hermosa voz, pero me las arreglo. Me parece que no es lo más importante, en la transmisión de una canción quizá lo más importante no sea que el cantante sea Frank Sinatra o Gardel. Tenemos ejemplos muchísimos de grandes cantautores de la humanidad: Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui, Bob Dylan que no se puede decir que tengan la voz más linda del planeta ninguno de los tres y te puedo nombrar varios más... Así que bueno, yo me consuelo pensando en eso.

Pero como hablábamos hoy la canción no es solo voz, es también la fugaz melodía, es la palabra indicada en la mitad del verso...

Sí y por eso cuando a mí me preguntan: "¿vos qué haces?" respondo: "hago canción uruguaya, formo parte de un conglomerado, de un movimiento de autores que en los últimos 40 años han forjado eso". Autores a los que he estudiado y me han inspirado, he tomado sus ideas, sus formas y he tratado de poner lo mío dentro de ese marco. No pienso que mi música sería igual si yo hubiera nacido en otro lado. No. Yo hago canción uruguaya verdaderamente. Lo que pasa es que la canción uruguaya es muy diversa y está al mismo tiempo Leo Maslíah con José Carbajal. Todos coexistimos. Está Rada y está Samantha Navarro. Estamos todos al mismo tiempo, pero todos hacemos esto. Todos estamos ensanchando el cancionero uruguayo para el disfrute de todos nosotros. Ahora lo que yo soy verdaderamente es una persona que construye canciones, eso es lo que soy. Si vos me preguntás: "¿qué soy?" Yo te digo "soy compositor de canciones y además o por añadidura... las canto". Yo no hubiera triunfado... no me hubiera ido bien como cantante ¿te das cuenta? Si yo tengo algo diferencial o algo que hace que haya una pequeña demanda de lo mío, son las canciones, no mi voz. Es más, soy consciente y no me alegra para nada que mucha gente no se acerca a mi trabajo porque rechaza mi voz.

Y en "Críticas" lo confesás, lo asumís...

Sí, es una lástima, pero es así. Yo podría tener de repente más cultores de mi trabajo si hubiese tenido una voz más linda, pero bueno... mala suerte.

Pero tampoco es tu intención trabajar con la voz por ese lado...

No, no. Tuve una cierto ¿cómo te puedo decir? Como estuve cerca de gente que sabía de voz y de canto y de educación vocal siempre -porque integré coros de muchachito y conocí profesores de canto- de las charlas y de ese tipo de cosa uno va pispeando... Pero nunca tuve una formación sistemática de la voz. Nunca jamás estudié canto, ni nada que se le parezca. Tal vez debiera haberlo hecho ¿no? Pienso que no hubiera estado mal, pero quizá la pereza o no sé... No lo hice nunca.

¿Qué fue lo primero que compusiste? ¿Te acordás?

Lo que pasa es que debería distinguir lo primero que compuse y quedó, que tuvo un valor y que yo después luego hice público ¿o lo primero que compuse, mismo?

No, lo primero que compusiste para vos.

Y bueno... fue una canción... Yo empecé a componer alrededor de los 14 o 15 años, no antes. Tocaba y cantaba desde los 6, pero se me ocurrió un día que yo también podía armar una canción a los 14 o 15 por ahí... Y la canción era una canción de amor, una balada así romántica, sumamente banal. No sé, si la escuchara hoy... No recuerdo mucho cómo era, pero recuerdo como algo muy pasajero, parecido a las canciones porteñas de aquella época, de la música comercial porteña de fines de los ‘60. Algo así, nada del otro mundo. Pero bueno, seguí componiendo y pocos años después, en realidad 2 o 3 años después ya estaba haciendo algunas de las canciones que sigo haciendo hasta el día de hoy.

Era el tiempo de Montresvideo...

Sí y un poquito antes también. Tenía 16 años más o menos. Yo estaba en lo que hoy sería quinto o sexto de bachillerato por ahí, empecé a hacer algunas canciones, algunos experimentos y algunos quedaron bien... O sea, quedaron bien: hasta el día de hoy yo las tengo incorporadas a mi repertorio, por ejemplo "Paso Molino" o "Vidalita Fea". Esas las hice en el ‘74 o ‘75, tenía menos de veinte años, bastante menos... Y hasta el día de hoy me siguen pareciendo canciones más o menos correctas y cantables en un recital mío. "María Elena", "Agua", "El loco", un poquito después, "Méritos y Merecimientos", "Llanto de Mujer", "Desbordando Barrios". Esas fueron mis primeras canciones. Tienen veinte años o más.

¿Y cuánto de ese gurí de 14 años, del niño perfecto en la escuela, del hijo del Paso Molino que quería ser profesor de historia pero que se escapaba cuando podía para ver a Tótem y a Psiglo sigue con éste Fernando?

Todo. Yo soy el mismo. Esto es paradójico porque uno es el mismo y no lo es, porque también la vida y los años y la experiencia te van, no sé si cambiando, pero si agregando matices. Ahora yo a veces pienso que soy el mismo que cuando tenía por ejemplo 3 años o cuando tenía 8, o cuando tenía 12. Yo me pongo a pensar así y capaz que me engaña la memoria, no sé, pero me da la impresión de que la visión que yo tenía del mundo en esos distintos momentos que te acabo de decir, es la misma que la que tengo hoy.

¿Y cuál es?

No sé, la que tengo... yo qué sé. O sea, la inserción que yo tengo en la vida, no la siento diferente de cuando era un niño, cuando era un adolescente, cuando era joven o con la de hoy. Me parece más o menos lo mismo como yo me relacionaba con las cosas y con la gente. Como aceptaba o no aceptaba los hechos del destino, como operaba, como actuaba. Creo que más o menos es lo mismo. No sé si a todo el mundo le pasará, pero yo siento eso. Los cambios son agregados que la vida te va dando. La visión se va ampliando, tenés más experiencia, más conocimiento, pero lo más primario así el cómo te enfrentas vos a la vida, al mundo, me parece que es lo mismo. Es una mezcla de confianza y también atención y precaución frente a la vida... No sé.

¿Sos de pensar cada paso que vas a dar, de reflexionar mucho antes de darlo?

Sí, se puede decir que sí. No sé sí mucho pero sí, algo sí. Porque soy básicamente reflexivo. Tengo una característica, no sé si es una virtud o un defecto, creo que es un defecto y es... adelantarme a los hechos, pensar antes las cosas, pre-ocuparme. Eso tiene sus partes buenas en el sentido de que no te agarren por sorpresa las cosas, pero también tiene su lado malo cuando de repente estás ocupando el tiempo presente en algo que todavía no llegó. A veces sirve y a veces no. En la vida también sucede eso con muchos temas, uno no tiene la certeza de cual es el mejor camino, cual es la mejor opción. A veces tenés que tirarte al agua y decidir por una, porque no sabés cuál va a ser la mejor. Entonces no sé si preocuparme o no preocuparme, porque si te preocupás capaz que es beneficioso...

Sin pre-ocuparte, ¿qué imagen aparece cuando digo: "Al mismo tiempo", cuando digo "candombe-beat" o cuando digo el nombre de "Mateo"?

Bueno... Me nombraste tres cosas bastante grandes (risas).

Una a una.

"Al mismo tiempo" no es así muy hija o muy vinculable al "candombe-beat" y a "Mateo". Tiene algo de candombe, tiene su ritmo pero no está tomado o aprehendido del candombe-beat. Tiene algo de Brasil también. Esa canción en definitiva yo la compuse para ser cantada a dúo con Mateo, es una de las cuatro canciones que yo hice para el dúo mío con él y por el año ‘87 por ahí y la cantamos juntos y la grabamos en ese disco "Mateo y Cabrera". Creo que nunca más la volví a grabar en otra versión. La canción fue hecha para ser cantada a dos voces, por eso tiene unos contra canto, mientras uno va haciendo una cosa otro va haciendo otra cosa distinta, fue compuesta así por mí para el dúo con él.

Ahora, candombe-beat... Me parece un paso, un momento tremendamente lúcido de la historia de la canción uruguaya, que se dio alrededor y a partir del año ‘65, ‘66. Pero no son Mateo y Rada los únicos responsables del candombe-beat y de todo ese concepto. Hay una gran importancia, poco reconocida en ese nacimiento de Manolo Guardia, pero si vos le preguntás a Hugo Fattoruso o le preguntás a Osvaldo o le preguntás a otras personas te van a decir: el papá de esto es Manolo Guardia. Ya lo han dicho por otra parte en otros reportajes que he leído. Manolo Guardia hizo un disco instrumental en el año 6’5 si mal no recuerdo, en donde el bajista era el maestro Federico García Vigil, las letras de Jorge Roos (un tío de Jaime) y él en el piano y la composición. Ahí nacen una serie de canciones que motivaron mucho al ambiente, a Rada, a Urbano, a Mateo y a otros... Luego explota, se organiza o se consolida con El Kinto y posteriormente con Tótem y muchas cosas más, hasta llegar a Jaime y así hasta al día de hoy. Pero bueno, te repito, me parece uno de los momentos más lindos, más lúcidos de la música uruguaya. Inventar ese cruzamiento de la raíz rítmica afro-montevideana del candombe con el jazz, el pop y el rock. Hacer esa mezcolanza de instrumentos que vienen de la cultura del "beat": la batería, el bajo eléctrico con la rítmica del candombe, que nunca se había hecho y hacer canciones sobre esa base. Me parece muy lindo, muy rico ese momento. La época en que juntos trabajaron Rada y Mateo y formaron El Kinto. Una época difícil también, porque ellos estaban haciendo algo que... Hoy es fácil pensar: ah, voy a un recital a ver a fulano que toca canciones de candombe y mueve... En aquel entonces no existía eso y se corría con el riesgo de ser rechazado, porque no era fino, porque cantaban en español además.

Otra cosa que no se hacía, salvo la corriente de origen más criollo, pero en el mundo de la música beat y del rock se cantaba en inglés. Los Shakers, los Mockers cantaban en inglés. Estos locos se animaron en ese ambiente no solamente a incluir esa rítmica y esas influencias afro-montevideanas, sino también a cantar en castellano con letras propias. Letras de Buscaglia, Rada o Mateo. Es muy importante ese momento, es muy lindo. Todo existe gracias a ese momento. Fijate vos qué curioso: Zitarrosa hace su debut discográfico y en vivo en el ’66, prácticamente en el mismo momento que está naciendo El Kinto, en el mismo momento, pero ellos no se conocen. Están en mundos distintos, no se conocen, pero... qué país curioso este ¿no? Tan poquita gente, tan chiquito... y dos tremendos momentos musicales están coexistiendo y capaz que ni se conocían o se habrán conocido después por supuesto, pero lo que quiero decir es que no eran del mismo palo, fijate qué variedad ¿no?

Cómo ves la nueva generación de músicos uruguayos, gente como Drexler por ejemplo con el que hace poquito estuviste grabando para su nuevo disco...

Sí, hemos compartido escenario también muchas veces... Y bueno yo por Drexler tengo mucho respeto ¿no? Me parece que de la generación posterior a la mía, es el mejor compositor de canciones, sin ningún lugar a dudas. No en vano le va como le va. Me parece un muy buen músico, buen letrista, buen cantante, guitarrista, todo. Una persona realmente muy dotada. Aparte tenemos una gran amistad, él me ha invitado muchas veces a recitales suyos acá y en Argentina. En mi último disco yo lo invité a cantar una canción y luego él me invitó a cantar en su nuevo disco ahí una frase, un pedacito. Le tengo mucho respeto.

Después hay una generación muy importante de instrumentistas muy buenos ¿no? Ahí ya ni siquiera te puedo dar nombres porque no hay malos... son todos unas bestias. Es una barbaridad, este país es increíble.

En una entrevista decías que si tuvieras la oportunidad de empezar nuevamente, te tomarías más tiempo para elegir el material, para pensar antes de sacar un nuevo disco.

Sí, pienso eso, pero ya no es posible volver atrás. Ya no se puede modificar, ya fue hecho así, pero no sé si de vuelta en la misma situación no haría lo mismo. Me parece que tiene mucho que ver con la juventud eso, con el estado de ánimo de un joven, de una persona de veinte o veinticinco años, que suele ser –me parece que es un tema hasta biológico si querés- más ansioso, tenés más energías, querés hacer más cosas. Es propio de la juventud o sea que seguramente haría lo mismo que hice. Pero hoy y viéndolo desde donde lo miro hoy, me parece una locura, irresponsable, sacar un disco por año. No hay tiempo para terminar de sopesar bien las canciones y que queden bien maduras. Después te pasa que te arrepentís, escuchás un disco tuyo ocho años después y te querés matar porque encontrás muchas cosas que están verdes, que hubieras querido que no aparecieran. Errores, ¿entendés? Eso no hubiera sucedido si yo hubiera sacado un disco cada tres años, en vez de tres discos. Hubiera elegido las mejores canciones de esos tres discos y hubiera hecho uno. ¿No hubiera sido mucho mejor ese disco? Sin puntos flojos. Sin tropiezos. Sin menor nivel. Todas buenas. Hubiera sido mejor para mí, para el público, para todos. Pero... la ansiedad juvenil ¿no? O el creerte que no podés cometer errores, esa típica vanidad juvenil: que todo lo que hacés está bien. Hoy no pienso así.

¿En "Viveza" creés que no cometés ningún error?

No, por supuesto que sí, pero por lo menos yo me tomé más trabajo en evitar que eso pasara. Claro que hay errores, por supuesto. Pero bueno, me tomé tres años para ese disco, no seis meses, entonces hay más corrección, llegás más al fondo de las cosas. No es el primer impulso. Es el impulso más la corrección, la reflexión, el agregado o la quita. Trabajar más la estructura de una canción. Pensar más si vale la pena que se repita dos veces esa frase o va una sola. Ver si la introducción es la correcta o no, o no será mejor este instrumento en vez de este. Darle más tiempo a eso. Pensarlo mejor, no lo primero que te salga. Yo no soy un genio. Si yo fuera un genio, bueno sí... Si yo soy un Jimi Hendrix, soy Dylan que haga lo que haga sé que va a estar bien. Pero yo no soy un genio, tengo que trabajar y tratar de mejorar las cosas.

Mencionabas a Bob Dylan, justamente él decía que "en la vida cuando aprendiste todo, ya es tarde para ponerlo en práctica" pero en tu caso ¿cuánto dirías que aprendiste y cuánto llevaste a la práctica?

Sí, es cierto. Lo que pasa es que también eso es como una condición de la vida me parece ¿no? Me parece que es muy frecuente que siempre aprendamos más tarde las cosas y bueno, es así. Es como saber dónde está el principio o qué fue primero: el huevo o la gallina. El aprendizaje y la experiencia también nacen de los errores cometidos y de las macanas hechas... O sea que tenemos que terminar pensando: bueno, entonces es positivo meter la pata, porque desde allí podremos, si tenemos la suficiente capacidad de reflexión y de autocrítica, aprender algo. No se nace sabiendo. Aparte el hombre tiene una natural propensión a no oír consejos e igual hacer las cosas y equivocarse y tropezar con la piedra dos veces y eso siempre fue así, de niños y creo que de adultos también. Aunque te digan: Mirá, la fórmula es esta. Vos querés experimentarlo igual por vos mismo. Somos así.

Y en el futuro...

El futuro. El otro día escuchaba en la televisión al Pepe Guerra y decía exactamente lo mismo que te voy a decir yo ahora. No tengo planes, porque ya el modo en el que se ha desarrollado mi vida las cosas van surgiendo, aparecen. O cuando he hecho planes por ahí no fue muy posible llevarlos a la práctica. Entonces bueno, no hago planes. Van apareciendo las cosas, las actividades, las inquietudes y cuando aparecen las hago y si no aparece ninguna, pues no hago nada. Y planes digamos... respirar, tomar agua, leer, tomar mate y si tengo algo para hacer lo hago. Puede ser la producción artística de un nuevo grupo de rock o puede ser dar recitales en tal lado o terminar una canción que estoy componiendo. Ahora estoy componiendo mucho. Mis planes terminar una serie grande de canciones que tengo por la mitad y a punto de terminarse y de aquí a un tiempo, razonable, grabar un nuevo disco. Pero eso ya no es un plan, es una cosa que ya es natural. Ojalá, quiero decir, siga existiendo en esta sociedad la demanda de material mío. También puede suceder un día que yo siga componiendo y prepare todo y me digan en todos los sellos discográficos: no, no me interesa. No Fernando, lo tuyo ya es viejo. Eso también puede pasar. No voy a ser yo el que siempre decida si quiero grabar o no, lo decide un poco el mercado también. Ahora tengo muchas más canciones para el próximo disco, porque estoy atravesando un momento así fuerte, creativo, al menos cuantitativamente no sé si cualitativamente y tengo muchas canciones nuevas. Yo creo que cerca de 50, lo cual es una cifra escandalosa para mí mismo. Yo tengo un promedio mucho más bajo que ese, pero no sé por qué en los últimos meses o de un año a esta parte he tenido muchas canciones nuevas. Y bueno voy a terminar de pulirlas, de corregirlas. Empezar de a poquito a hacerlas en vivo y finalmente, de aquí a 1 año y medio o 2 las grabaré y sacaré un nuevo disco. No de 50, sacaré 15 o 20, vamos a ver.

La última: fue Washington Carrasco el que te dijo que si estabas decidido a vivir de la música tomaras realmente esa decisión, te mentalizaras, ¿no?

Sí, es cierto. Yo ya estaba totalmente inserto en la música, lo que pasa es que acá es muy difícil vivir de la música. Muy, muy difícil. La mayoría de las veces, se hace necesario que un músico tenga otras actividades, otros ingresos porque sino, no vivís de la música. Yo estaba en esa situación, siempre lo estuve y recuerdo que en una ocasión, hará de esto 15 o 18 años o más, no sé... charlaba con él porque él tenía y sigue teniendo una actividad profesional muy nutrida, que le permitía, no necesitar trabajar de otra cosa ni hacer otra cosa, dedicarse sólo a la música y que le fuera bien, ganar plata y tener sus comodidades. Entonces yo viendo eso me acerqué en algún momento para preguntarle, para pedirle un consejo, para saber cuál era su truco y él me contestó así: "Mirá, no sé, si vos creés en lo que hacés, apostá todo. Capaz que después te va mal, no sé. Yo te digo esto y quizá te va mal, pero yo te diría que apuestes todo así. Que abandones toda otra distracción, toda otra actividad y te dediques por entero a esto. Por lo menos inténtalo. Si te va mal, bueno después verás". El ya tenía dos hijos grandes y una familia que sostener y todo... Sin embargo en un momento tomó esa opción. Vos fijate que acá en el Uruguay es un mito eso del empleo público ¿no? Todos desde niños aprendemos y escuchamos a muchos mayores que te decían: Ah el empleo público, nunca lo dejes. Pero Washington tuvo el coraje de dejar eso y dedicarse a la música. Simplemente me transmitió esa experiencia y yo bueno... traté de seguir el consejo. No ha sido fácil para mí sobrevivir de la música, nada fácil y he pasado por momentos muy malos, pero yo hice una opción ahí más allá del consejo. Una opción que fue: prefiero ser pobre, pero ser músico. Ya sé que voy a ser pobre y eso no es culpa de nadie. Que al músico le vaya mal en el Uruguay... Al músico tanto como al actor, al poeta, al pintor o al bailarín o a lo que fuera, no es culpa de nadie. No hay un culpable de eso. Es que el Uruguay no da para sostener una clase tan numerosa de artistas. El país no da. No hay tanto público. Es así de sencillo, no hay que buscar el culpable en la falta de apoyo del estado o la falta de no sé qué, no, no, no... Es que somos demasiados artistas para la capacidad de consumo que de esos artistas tiene la sociedad.

Fuimos un país de clase media, a lo largo de todo el siglo XX, una enorme clase media que facilitó que todos los niños, todas las familias mandaran a sus hijos a estudiar un instrumento o a estudiar esto o aquello otro. Todo el mundo es creativo, todo el mundo estaba bien alimentado y tiene acceso a la información cultural y a la educación cultural... Entonces luego surgen millones de artistas, pero ¿qué sociedad los va a consumir hoy, si somos tres millones y empobrecidos? Entonces no es culpa de nadie si te va mal si sos músico. Vos tenés que ya saberlo de antemano todo eso. Yo pensé así: si yo me voy a dedicar y quiero ser músico en el Uruguay, existe un 95% de posibilidades de que sea pobre... Optá. Ahora soy pobre, pero bueno... siempre fui esto. En algún momento, siendo adolescente pensaba estudiar historia, para ser profesor o algo así. Pero mi gusto, mi vocación, siempre fue la música. Escribir también, pero eso lo canalicé en la canción. Y otra cosa... no sé... porque más lindo que ser músico yo no conozco. No quiero ser arrogante con esto, pero yo no conozco algo que a mí me de más satisfacciones, más emociones, más felicidad que la música y la canción.
Sos músico.

Es lo que quería ser.

Leticia Fraga

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