Todavía suena en mi cabeza el Grito de Earl Nesta Pine al final de cada canción: Uooooooooio!!!!!! Uoiooooioooooioooooooo!!!!!!!!!, y las 8 mil gargantas rojas, verdes y amarillas haciéndole eco al vocalista.

Me gusta mucho el reggae y Bob Marley, pero no soy fanático de la primera hora. Me imagino lo que deben haber sentido los que sí lo son...

Hubo momentos mágicos, durante los cuales confieso me sentí extasiado, por momentos deseaba ponerle pausa al correr del tiempo y que ese momento fuera eterno. Por ejemplo, durante No Woman No Cry y Redemption Song (Con Chole y Brown de Abuela Coca).

Para muchos fue una noche con Dios. Yo creo en Dios y también lo sentí así. Había una paz que pocas veces la experimenté en una concentración de gente.

El lugar es imponente, único, el mejor lugar de Montevideo para hacer un recital. Y creo que estos tipos se impactaron con la majestuosidad de esa bóveda metálica que los albergó.

El tren llegando a la Estación saludando a los rastas con chorros de vapor, Abuela Coca recibiendo a sus maestros musicales, La Dominguera, que al final se amalgamó a la perfección con la banda durante Exodus y resultó un candombe-reggae espectacular...

Natural Mystic, Them Belly Full but be Hungry (la que versiona La Vela Puerca), Get Up Stand Up (idem No te va Gustar), Crazy Baldhead, Lively Up Yourself, Jamming fueron algunos de los puntos altos de la noche.

Las coristas impresionantes, las mejores voces femeninas de la música mundial; deben ser las hijas de las originales por que lo hacen igual. Unas diosas.

Felicitaciones a la gente de Roberto Vive de X fm por este emprendimiento.

En fin, podría seguir escribiendo horas sobre esa noche inolvidable... La noche en la que 8 mil rastaman uruguayos hicieron vibrar AFE al ritmo de los Wailers.

Y de esto no tengo dudas: Marley no se lo quiso perder y estuvo ahí.

Así lo sentí.

Javier Alfonso