Guillermo Casanova comparte su experiencia como realizador
- A nivel del videoclip existe un poco el nivel de no amateurismo, el nivel de que nunca hay un mango y se hace todo a pulmón; que está todo bien. Siempre tiene un costo, digo, un costo mínimo, yo que sé, de dos mil, tres mil dólares: alquiler de equipos, edición, luces... Y a veces los músicos ni siquiera llegan a esa plata para poder promover su disco ¿no? Yo en realidad hice pocos clips. Me ha tocado hacer siempre clips de mujeres veteranas (se ríe). Le hice a Estela Magnone, le hice a Diane Denoir y le hice a Laura Canoura.
- ¿Qué te decidió por hacerlos?
- Primero el tema, digo, si me gusta la música. Y dos, la realización en cuanto a decir: "bueno, lo que me gusta de mí videoclip es que no hay cincuenta tomas y las edito, sino que trato siempre de buscar alguna historia, alguna forma de poder contarlo de forma distinta a lo que sería el clásico videoclip, que es agarrar una cámara y después en post producción meterle todo tipo de chirimbolos".
- ¿Cómo trabajaste, por ejemplo, con Laura Canoura?
- Había una idea, íbamos creando el guión, a partir del guión íbamos desarrollando los planos... O sea, yo soy mucho de trabajar los planos de antemano, no de ir a una escenografía y empezar a tirar; si no llevar antes una idea de rodaje en cuanto a los planos y ubicación de cámara y ubicación de luces, como para hacer las cosas más prolijas, porque es mi forma de trabajar ¿no?, y no mucho más.
- ¿Qué buscabas expresar?
- Primero lo que necesitaban ellas en cuanto a qué era lo que necesitaban con respecto a la canción, y dos, buscar alguna vuelta de tuerca siempre en el clip para poder darle otra cosa.
- La función del clip...
- Es promocionar el disco. A esta altura del partido creo que la historia de enroscarte para hacer un videoclip por las ganas de hacerlo a mí por lo menos se me fueron, en cuanto a que los músicos buenos tienen sus sellos internacionales donde juega dinero y decís: "bueno, pero para qué yo voy a hacerle un video gratis, si estamos jugando a nivel internacional donde se juega mucha plata". Entonces, una cosa es un sello independiente, que tiene ganas de hacer un clip: vamo´arriba, si yo no lo hago, cedo mi isla para que lo puedan promover y promover la música nacional. Ya cuando juegan en otro tipo de canchas ahí se juega distinto.
Lo que sí me parece, es que el tema del videoclip sirve mucho también a nivel de aprendizaje para los gurises que arrancan queriendo hacer cine, video o lo que tengan ganas. El clip te permite experimentar mucho más que en cualquier otro lado. Si vos querés hacer una ficción no podés experimentar mucho, digo, si no sabés el plano, el contraplano y los cruces de eje y todo ese tipo de cosas en una ficción, no lo podés desarrollar porque te queda mal. En un clip podés hacer todo lo que se te cante, pegar plano general con plano general... te da la posibilidad de experimentar.
- Técnicamente, ¿qué hay que tener en cuenta?
- A nivel de lenguaje cinematográfico vos siempre editás con un tiempo y un ritmo que se asemeja a la música, o sea, tanto la música como un trabajo de imagen lleva su ritmo, que si no lo encontrás, como que se pincha por algún lado. Y eso tiene su similitud en cuanto a los tiempos internos de la música y cómo lo contás y los soniditos y los tiempos de cada toma; y la duración total la ves y decís "bueno, se desinfla en tal lado"; es todo trabajo técnico.
- Tomando como referencia el videoclip actual, producido al máximo, de imágenes superpuestas, muchas veces sin sentido, ¿no te parece que puede estar reflejando la sociedad, tan dinámica y vertiginosa, de nuestros días?
- Sí y no, digo, yo creo que estamos en un tiempo donde ya nada vale o todo vale ¿no? O sea, que no hay parámetros en donde agarrarte para decir "bueno, esta historia va para acá". Es como la vestimenta, cada uno hoy se viste como se le canta, tiene el pelo como quiere, este... no hay parámetros de una moda rígida como en las décadas de los ´60, ´70, ´80. En este momento ya hay como una cierta apertura de decir "bueno, cada uno hace lo que tiene ganas y está todo bien". Entonces, eso creo que lleva a una cultura más grande también, digo, hoy yo puedo hacer una película sobre el Pericón Nacional y está todo bien. Antes era imposible.
- Siguiendo con el tema, ¿qué pasa cuando la imagen pasa a ser la protagonista...
- Bueno, de eso hay toda una discusión entre los músicos. Yo no sé que músico era que decía... no sé, nunca me puse a pensar mucho, pero algo de razón tiene: quizás cuando vos hacías un disco, el que escuchaba la canción, vos, te hacías la película ¿no?, vos ponías la mina, vos te ponías en el actor, vos eras protagonista, el cuarto era tu cuarto, no era terrible cuarto de no sé donde, o sea, el bocho que vos te hacías con una canción ahora no te lo hacés más. Hace referencia a la idea de un director que se le ocurrió hacer una cosa, y cada vez que escuchás esa canción te acordás del clip; entonces, no sé hasta donde está bueno o no.
- Cerrando, el videoclip uruguayo ¿tiene buen nivel?
- Yo pienso que está bárbaro. Los clips de Peluffo están alucinantes, son los mejores ¿no?, como que Guillermo Peluffo se dedica mucho a eso, tiene un grupo de rock... o sea, como que se engancha muchísimo con ese tema y con tres pesos te hace un muy buen videoclip, que no es tanto a nivel de presupuestación sino la cabeza que tengas para hacerlo.
- El talento...
- De acuerdo. Peluffo hizo un clip reciente de los Buitres (Cada vez te quiero más), que eran todo luces cenitales focalizando a los músicos, y estaba de puta madre, o sea, qué gastos tuvo eso no sé, alquilar un estudio, cuatro luces y una cámara y no mucho más, ni mucha post producción.
Carlos Bassi