Tabaré Leyton presenta su segundo trabajo llamado Charrúa: “Sinceramente, creo que es un disco fácil de escuchar. A mí lo que más me interesa es que la gente le preste su oído con la tranquilidad necesaria, como para poder empaparse de todas las texturas que tiene, ya que es muy variado. Mi lugar preferido para escucharlo es en auto, haciendo carretera y con las ventanas cerradas”.

1. ¿Por qué Charrúa? ¿Tiene una explicación?

La idea de ponerle Charrúa fue de mi productor Max Masri, el líder de Tanghetto.

Cuando hace unos años atrás ni siquiera soñaba con tener un disco o una carrera, hacía viajes a Buenos Aires para trabajar con Max planeando una posible carrera.

Fueron tiempos difíciles y llenos de incertidumbre, pero cuando las cosas se ponían al borde de lo imposible,  yo metía para adelante igual. A Max le llamaba la atención esa perseverancia y me preguntaba: “¿Qué fuerza hace que vos nunca abandones?”. Yo le respondía siempre lo mismo... ¡Es la garra Charrúa!

Se ve que siempre quedó intrigado con eso y hace un tiempo me dijo: “Escribí un tema para vos... Se llama Charrúa y ¡espero que te guste!”.

El tema tiene una energía increíble, a mí me encantó y enseguida empezamos a hablar de que tenía que ser el nombre del  segundo disco, dado que esa palabra había tenido tanto que ver en nuestro camino hasta aquí. Lo grabé junto a Emiliano Brancciari de NTVG y la banda argentina Tangocrisis.

2. ¿Qué diferencias y qué similitudes podemos encontrar en este disco con respecto al anterior, La Factoría del Tango?

La diferencia principal es la experiencia que tengo ahora y que no tenía cuando empecé a grabar La Factoría.

Esta grabación fue menos caótica y había un plan claro desde el principio. La cosa era trabajar con libertad artística y escribir canciones llenas de elementos de este, nuestro lugar en el mundo.

La similitud principal es la de haber apostado a unificar los sonidos y textos del ayer con nuevas canciones cargadas de nuestras influencias, nuestro amor por las cosas de acá y una sinceridad absoluta. 

3. ¿Qué elemento o situación disparó la composición de los temas?

En el caso de los 7 temas que yo aporté para este disco, te puedo decir que es una mezcla de situaciones reales, con un poco de imaginación. 

A mí me gusta escribir sobre cosas personales o que tengan que ver con lo que le pasa a gente que tengo en la vuelta. Escribo sobre amor, olvido, deseo, culpa, caída y resurrección.

Los ritmos de los temas prefiero que sean sudamericanos, en particular, ritmos uruguayos y argentinos. Me concentré en que mis temas fueran caminando por algunos de esos ritmos, buscando variedad y estética regional.

Max también escribió 5 temas, que me gustan mucho y que tienen impreso ese trazo inconfundible que le da un hacedor de canciones tan inspirado y efectivo como él.

4. ¿Qué caminos musicales transita el disco?

Charrúa es un disco que tiene muchas cosas para mantener interesado al escucha hasta el final. Esencialmente es tango, folclore, electro y canciones salpicadas de los timbres y colores que suenan en mi cabeza desde siempre. 

5. ¿Es un disco para escuchar dónde, en qué momento, con quién?

Sinceramente, creo que es un disco fácil de escuchar.

A mí lo que más me interesa es que la gente le preste su oído con la tranquilidad necesaria, como para poder empaparse de todas las texturas que tiene, ya que es muy variado.

Mi lugar preferido para escucharlo es en auto, haciendo carretera y con las ventanas cerradas.

6. ¿Cuáles son las tres canciones que más te gustan y por qué?

Esta es difícil, porque quedé conforme con todos los temas. Igual me la juego por Charrúa, Zamba para querer y No va más.

Charrúa porque tiene tremenda onda y el tema y su instrumentación son un caño.

Zamba para querer porque me gusta el clima que tiene y porque es un tema al que le di una dedicación especial que veo reflejada en el resultado final.

No va más porque es un tango electro, que escribimos con mi productor, especialmente para la voz de Rada.

El hecho de haber podido grabar un tema original con Rada y escuchar mi voz junto a la de él, sin dudas que es una de las mejores cosas que me pasaron en la vida.

7. ¿Se te ocurre alguna anécdota sucedida durante el proceso de grabación?

Sí, claro, muchas, pero como tengo que elegir una, me quedo con una de mi amiga Ana Stapor.

Ana es polaca, pero vive en Buenos Aires y trabajó ayudando con la producción. Yo estaba conviviendo unos días con ella y me puse a escribir el tema Ahora sé de ti sin poder resolver la letra durante un par de días.

Yo me quejaba por no poder terminar el tema y ella que es muy positiva me decía, con acento polaco: “Vamos TabÁre  (y acentuaba en la segunda A), está bien la frase, no la borres, deja que la gente la entienda y elija, ya sabes que hay quien prefiere el frío, como otros el calor”.

Fue decirme eso y me desbloquee. Borré todo lo escrito hasta ese momento y empecé a jugar con eso del calor y el frío que está presente en toda la letra de Ahora sé de ti.

8. ¿En el disco participan músicos invitados? ¿Qué cosas fundamentales han aportado directamente a las canciones?

La verdad es que los invitados fueron un lujo soñado: Emiliano y Rada le metieron tremendo swing con  sus increíbles voces. Magnone, el Manduco y el Lobito Lagarde, unos mostros con el sonido Montevideano.

Tanghetto y Tangocrisis, el toque moderno y de ahora que tanto me gusta.

Los Fabricantes, el criollismo y el violín de Gabriel Giró le dio un toque Celta a las canciones que realmente las ponen en un lugar diferente.

Todos ellos y los que no nombré le dieron al disco un carácter y una sonoridad; disfruto y agradezco.

9. ¿Y quién se encargó de la producción musical y qué elementos esenciales aportó?

De la producción en general se encargó Max Masri, componiendo temas, mezclando, diseñando y dándome la libertad necesaria para que todo tenga sabor verdadero.

Pude meter cuchara en todo, fui alentado en todo momento y mis ideas siempre fueron contempladas. Sin duda, es algo que no todos los productores hacen.

No puedo dejar de destacar el aporte fundamental de Diego Velázquez, que fue de gran ayuda en cuanto a arreglos, edición y ejecución de instrumentos.

En Montevideo conté con el apoyo y ayuda de Daniel Andino, Teresa Korondi. Andrés Sanabria y Gerardo Alonso, que aportaron su criterio y experiencia, para que todo resultara bien.

Me sentí muy cómodo y feliz  al poder trabajar con un equipo de gente tan sabia en este arte de hacer discos.

10. La última, ¿qué cosas crees que han cambiado en tu música y en el medio musical en estos años de trayectoria?

Bueno, creo que desde mi primer disco hasta Charrúa, las cosas han cambiado un poco, o por lo menos así lo percibí yo.

Hace unas semanas volví de una gira por Finlandia, Dinamarca, Suecia y España y noté que nuestra música gusta desde un lugar más orgánico.

Me refiero a que tuve la sensación de que la barrera idiomática ya no es un impedimento y pude llegarle a la gente con la energía de algo hecho desde el corazón.

En los primeros viajes a Europa me sentía preocupado de que lo nuestro no fuera comprendido y que sólo fuera visto como una atracción cultural un tanto exótica y pintoresca.

En esta última gira noté con alegría que hay un mayor interés por nuestras cosas y que no necesito adaptar nada para lugares tan lejanos.

En Dinamarca, por ejemplo, canté en festivales de jazz. Era un repertorio de tangos, gatos, zambas y chacareras y a los gringos les parecía una maravilla; cuanto más auténtico,  mejor.

En el exterior nadie cuestiona mis lentes negros, mi forma de vestir, ni mi gusto por intercalar los diferentes géneros musicales en el show. Hay un interés cultural genuino y sin los  prejuicios que aún se manifiestan en nuestro país y que a esta altura ya me parecen tóxicos.

Data

Artista: Tabaré Leyton

Título: Charrúa

Sello: Bizarro

Año: 2014

Producción: Max Masri

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