SieteNotas

Santiago Montoro presenta Jardín

5/10/2017

Santiago Montoro presenta Jardín

“Es un trabajo ecléctico pero bastante introspectivo. Tiene momentos rockeros con mucha energía y contundencia,  otros más “viajados” con sutileza en los timbres y giros inesperados a nivel musical”.

 

 

¿Por qué Jardín? ¿Tiene una explicación?

 

Se llama Jardín por el poema de Eduardo Nogareda musicalizado en el álbum. Todo el proceso de composición sucedió muy rápido, a comienzos del año pasado en una etapa muy especial a nivel personal, con un gran movimiento emocional similar a ese confuso laberinto cada vez más oscuro que plantea el poema. Por otro lado, la palabra Jardín evoca un lugar mágico, sensorial, misterioso, exuberante, luminoso, lleno de vida y color. Un bosque frondoso rebosante de felicidad a los ojos de un niño.

 

¿Qué diferencias y qué similitudes podemos encontrar entre este disco y el anterior?

 

Aunque tiene puntos de contacto con el disco Trampolín, Jardín es un trabajo más introspectivo y con una búsqueda musical muy personal, más profunda y experimental, con un tratamiento tímbrico y rítmico diferente. Tiene además más presencia de guitarras y trabajo vocal.

 

¿Qué elemento o situación disparó la composición de los temas?

 

La mayoría de los temas fueron compuestos el año pasado en un período muy corto de tiempo. Disfruté muchísimo de todo el proceso creativo del disco.

 

¿Qué caminos musicales transita el disco?

 

Lo definiría como un trabajo ecléctico en el que se unen tintes rockeros, folklóricos y jazzísticos. Tiene diez temas, entre ellos cinco musicalizaciones de poesía de Eduardo Nogareda que están incluidas en su libro Los Hornos. Me gusta mucho lo que escribe en estos textos que transitan de una manera reflexiva e introspectiva por los entresijos de la mente y los pensamientos.

 

La experiencia de musicalizar textos de otro resultó sumamente liberadora a nivel musical. Hay algunos temas con un sesgo más rockero o pop y hay otros con un sonido mucho más acústico, en algunos casos austero, como es el caso del único tema instrumental que está dedicado a Andrés Mera que construyó para mí, con el apoyo del FONAM, una guitarra española maravillosa. Un nuevo timbre se incorpora.

 

¿Es un disco para escuchar dónde, en qué momento, con quién?

 

Como te decía antes, es un trabajo ecléctico pero bastante introspectivo. Tiene momentos rockeros con mucha energía y contundencia,  otros más “viajados” con sutileza en los timbres y giros inesperados a nivel musical. Los instrumentos también acompañan esa diversidad de intenciones, por ejemplo, la presencia del bajo eléctrico o el contrabajo o los timbres de guitarras acústicas y las eléctricas más rockeras.

 

 

¿Cuáles son las tres canciones que más te gustan y por qué?

 

Es una pregunta difícil, empiezo por Te alimenta porque es el corte de difusión. Es un tema rockero con un riff que me encanta. Tiene unos cambios rítmicos bastante inesperados y habla de que no somos tan distintos aunque perseguimos cosas diferentes.

 

Otra de mis favoritas, ya en la línea más “folk”, es Pregunta. Aquí el texto de Nogareda reflexiona, con cierto humor, sobre los pensamientos. Es una canción en 11/8 en la que se suman a la banda 2 timbres; el violín y el timple canario. Este tema originalmente era instrumental y tiene una estructura que fui armando muy de a poco. El proceso creativo de esta canción fue como una especie de juego, donde luego me doy cuenta de que mágicamente la melodía encaja con el texto de Eduardo.  Es la única canción del álbum en que sucede esto.

 

La tercera podría ser Jardín. Creo que el clima que se logró en esta canción representa a la perfección ese tránsito que transcurre en el poema de Nogareda. Donde “todas las cosas se van desprendiendo de sus formas” y se va internando en ese jardín de pensamientos cada vez más oscuro y frondoso en el que teme mirar hacia atrás por miedo a no ver la salida. Este tema además cuenta con un video clip, dirigido por Victoria Giménez, que se publicará próximamente.

 

¿Se te ocurre alguna anécdota sucedida durante el proceso de grabación?

 

La anécdota que te voy a contar no ocurrió durante la grabación del disco, pero provocó la composición de Carta para un Fantasma, otra de las canciones que más me gusta y que fue premiada por el MEC en los Premios de la Música. Es una canción especial, muy intensa a pesar de su austeridad.

 

Resulta que durante la grabación del disco de Alejandro Reyes (El Cubano), estábamos solos en el estudio y en la sala de grabación se prendió la luz sola. Viste que cuando pasa algo así enseguida le buscás explicaciones por más inverosímiles que parezcan. Pero luego te preguntás ¿por qué estas situaciones generan temor?, ¿por qué considerar que algo más allá de tu percepción y comprensión deba generar tanto recelo? Así que decidí escribirle una canción a este supuesto ser para que se exprese y se muestre; en fin, una canción de amor para un ser del más allá.

 

¿En el disco participan distintos músicos invitados? ¿Qué cosas fundamentales han aportado directamente a las canciones?

 

Grabamos las bases junto a Gustavo Etchenique en batería. Nacho Mateu en bajo y Nino Restuccia en contrabajo durante el verano en Aceituna Brava.

 

Ellos son músicos muy talentosos y aportaron una base rítmica muy contundente a la que fui añadiendo overdubs de guitarras e incluso me atreví con algún teclado.

 

Hay mucho trabajo en las guitarras respecto a arreglos y al sonido. También conté con la participación de Sebastián Larrosa y Rafael Hofstadter en teclados. Rafael, además, hizo un trabajo fantástico masterizando el álbum. Sebastián Petruchelli grabó violín y mi hija Camila, coros. Para grabar las voces conté con la ayuda de Álvaro Fenocchi como “vocal coach” que fue de gran ayuda a la hora de encontrar la manera de cantar los temas y conseguir los matices que estaba buscando.  Además grabó voces y uno de los bajos.

 

¿Y quién se encargó de la producción musical y qué elementos esenciales aportó?

 

Sentí la necesidad de llevar el control de todas las etapas. Desde la composición, los arreglos, la grabación, las mezclas y también la producción artística. Estoy habituado a cumplir estos roles en mi actividad profesional para grabaciones de otros artistas, pero es la primera vez que no recurro a un productor artístico con quien poder intercambiar las ideas al grabar mi trabajo. Esto resultó desafiante desde un principio, estoy muy contento con el resultado.

 

La última, ¿qué cosas creés que han cambiado en tu música y en el medio musical en estos años de trayectoria?

 

Empecé a tocar en los 80, así que ha cambiado mucha cosa. En mi música ni que hablar, porque esto es un camino en el que se crece día a día. Como músico, tanto acá como el tiempo que viví en España, tuve la oportunidad de acumular experiencia compartiendo con muchísimos colegas que admiro y respeto y de los cuales se aprende mucho. Todo esto, lógicamente, ha hecho evolucionar mi música tanto en la performance como en la búsqueda creativa. Lo que no cambia, a pesar de todo, es el disfrute al hacer música y ese impulso primitivo que me dice que soy muy afortunado en poder dedicarme a esto.

 

El medio musical sí que es otro. La revolución de las comunicaciones cambió radicalmente el acceso a la información al estudiar y la manera en que se difunde y distribuye la música, viabilizando mucho más la producción independiente y dejando a la industria tradicional de la música estancada en un modelo de negocio obsoleto en el que poco tiene para ofrecer.

 

Otra cosa que cambió es el soporte de distribución. Jardín no tiene previsto una edición en CD físico para comercializar, por eso no menciono la palabra disco.

 

Además de todas las plataformas globales (Spotify, ITunes, etc.), elegí para su distribución unas tarjetas con un código para poder descargar el álbum en un formato con mayor calidad que el CD (WAV de 24 bit entre otros formatos a elección). Las razones de publicar de esta manera son tres: calidad, precio y ecología. No reniego del formato físico, hay soportes como el vinilo que me encantan, pero es evidente que el CD está cada vez más en desuso. Es curioso como Uruguay, que utiliza el CDr la mayoría de las veces porque no cuenta con fábricas replicadoras de CD, tiene una industria musical y unas instituciones culturales que siguen considerando este formato como el “oficial” para publicar música.

 

 

Data

 

Artista: Santiago Montoro

Título: Jardín

Sello: Aceituna brava

Año: 2017

Arte: Victoria Giménez

Grabación: Santiago Montoro

Producción: Santiago Montoro

 

Extras

 

Suena Te alimenta

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