SieteNotas

Abuela Coca, del barrio y otros ritmos

22/8/2002

Hace 10 años, cuando La Abuela Coca nació, la escena local estaba dominada por las bandas de rock n’roll, pero su arte, su forma de concebir la música provocó un sacudón en el medio. Ellos se animaron a fusionar el reggae con el hip hop, la salsa con el rap y el uy uy uy con la música más universal, para así llegar a nuevos puertos. Desde ese momento han trabajado ininterrumpidamente, han recorrido el Uruguay entero y han logrado lo que pocos músicos pueden: vivir de su arte.

Hoy, el 2002 los encuentra trabajando -y muy fuerte-, en la difusión de su tercer trabajo: El ritmo del barrio. Un CD con el que intentan -según palabras de su vocalista-: “enamorar a aquel viejo ´abuelacoquiero´ que se había alejado con Después te explico”. Según Chole, este es un trabajo al que: “la banda lo tiene ahí... como una joyita. Es un disco muy sincero, con canciones del corazón. 12 temas que deben ser escuchados con cuidado para poder apreciar los más crudos pero pulidos sonidos y la más amplia gama de arreglos, que le agregan color y credibilidad al asunto”.

En un ámbito pautado por la calidez, pero en el que todavía pulsan los ritmos que más resuenan por estos días: el de las marchas callejeras, tuvimos la excusa perfecta para charlar con el Chole y ponernos a punto con la obra de la Abuela. Así, café mediante, hablamos sobre los 10 años de la banda, el reciente viaje a Córdoba y el contenido de su próximo espectáculo en la Sala Zitarrosa; pero sobretodo del ritmo del barrio.

- ¿Qué cosas tuvieron que pasar para que aquel grupo que tocó en el Polonio, se convirtiese en lo que es hoy día: una banda que apuesta a lo distinto, a lo innovador, pero que a la vez intenta conservar sus raíces? ¿Cómo han sido estos 10 años de Abuela Coca?

- Y... normales me parece ¿no? O sea, para lo que es la actualidad y teniendo en cuenta la actitud con la que vivimos y el hecho de ser parte de un país tercermundista ¿no? La banda siguió un proceso que fue muy lento; muchas veces a los ponchazos, otras con altibajos, pero siempre aprendiendo. Este proceso está en su décimo año y hoy nos encuentra un poco más maduros y con ganas de seguir, de abrir las fronteras. De hecho, esa es una materia pendiente para la banda, era algo que siempre estaba en los planes, pero siempre se posponía porque salía algo antes, por ejemplo: el Interior del país. Es cierto que nos fue muy en el Interior -de hecho estuvimos tres años dando vueltas por ahí y seguimos estando-, pero siempre quedaba esa puerta al exterior y esas ganas de ir y tocar a la Argentina. Con esto te quiero decir que me parece que a la Abuela Coca se la puede definir como una banda que siguió su curso natural y aprendió de todo, de sus fracasos y de sus aciertos.

- Hablemos de los discos. Viendo hacia atrás y desde el hoy: Abuela Coca fue el primero. ¿Qué opinas de ese disco?

- Y bueno, ese disco era como necesario... la banda estuvo cinco años tocando antes de sacarlo. Allá por el ´95, ´96, no se escuchaba nada de lo nuestro en las radios. No habían demos, no había nada, y sin embargo la gente tenía su cassetito con las grabaciones en vivo y después iba y cantaba los temas. Entonces se había vuelto una necesidad el que tuviéramos ese disco porque la gente lo pedía. Ese fue un disco en el que aprendimos en el estudio lo que era realmente grabar un CD… experiencias individuales teníamos todos, pero eso de meterse 9 o 10 músicos a armar un disco fue como una locura, pero una locura linda. Después salió un disco que mostraba fielmente lo que era la Abuela Coca por aquel entonces: una banda para tocar en vivo, que no tenía la menor idea de lo que era grabar (risas)... y eso creo que lo hizo más sincero. Para nosotros fue uno de los mejores discos; además fue el que nos dio el impulso para luego grabar el segundo, ahora sí con el apoyo de un sello multinacional: Sony Miusic.

- Así, en el ’98 regresan con el esperado: Después te explico...

- Sí, con ese CD se empezó a escuchar más la Abuela Coca en las radios. Era la época en que vinieron varias multinacionales a acaparar el mercado uruguayo. Recuerdo que ahí se van varias bandas como: Peyote, Platano, Trotsky y la Abuela Coca incluida... Empezamos a trabajar para Sony, y eso fue como aprender intensamente lo que es el trabajo en un estudio profesional: grabar en estudios argentinos, con productores argentinos y toda la cosa.

- Pero ahí ya tenían un público cautivo ¿no?

- Si, ya teníamos seguidores, pero ahí se abrió más el espectro. Los temas salían en todas las radios, tocábamos en todos los canales de televisión, tocábamos en el interior, ganamos el disco de oro y el premio Iris, etc. Fue una explosión de cosas, todo así de repente. Y bueno, un poco eso es lo que pasa cuando hay una multinacional detrás de una banda. Pero... es como todo, hay cosas buenas y malas ¿no? Entre las malas, está el hecho de que vos estás atado a una forma de trabajar, a un pensamiento y a un grupo económico que quiebra y te hace quebrar, ¿me entendés?

- Entonces tuvieron que cambiar y dejar cosas para poder trabajar con Sony...

- Hubo de todo, pero fue más un consenso. La banda trató de mantenerse fiel a su estilo, pero obviamente ellos buscan lo otro. Entonces tuvimos que encontrar un punto medio para seguir avanzando, pero en la parte económica dominan ellos, entonces siempre tenés que transar. Eso hizo que se trabajara con ellos durante dos años, después la multinacional dio quiebra y ya no nos podía sacar el segundo disco; o sea, si queríamos hacerlo había que esperar un tiempo, si no teníamos la libertad de abandonar el contrato terminado el CD -ellos por su parte tenían la libertad de renovarlo o no al terminar-, entonces decidimos no renovarlo y hacer el tercer disco por la nuestra. Ya nos había salido bien la primera vez y ahora nos encontraba con más experiencia. Así que nos arriesgamos.

- En esas vueltas pasaron tres años ¿no?

- Tres años no, un poquito menos. Fijate que estuvimos como dos años tratando de editarlo por la Sony, pero todo se iba posponiendo hasta que se dio la oportunidad de cortar la relación, o mejor dicho: cortar el negocio, porque hay buena onda con la gente. Nosotros nos quedamos con esa buena experiencia. Después de eso, tuvimos todo un tiempo para poder adaptarnos nuevamente: conseguir un lugar, un estudio y un productor. Cosa que hicimos todos nosotros, pero claro, en un tiempo que es más uruguayo digamos... y en eso pasamos un año y medio más o menos... Sí, como dijiste vos: fueron tres años de trabajo.

- Ahora es El ritmo del barrio, que es un disco... ¿cómo? ¿Cómo lo definirías?, o sea, si tuvieras que decir: "este disco es diferente porque..."

- Porque tiene todo, no sé, es... tiene todo el trabajo de toda la banda. Se nota que no es sólo uno que trae una canción y ta’, sino que cada tema pasa por los colores de todos los integrantes. Se ve también como algo muy real, muy actual. Quizás podría definirse como un recorrido por la realidad del Río de la Plata, o por la actualidad del mundo ¿no? Pero sobretodo es un disco muy sincero, son canciones del corazón y la banda lo tiene ahí... como una joyita. Nos sentimos muy identificados con el disco.

- Este Ritmo del barrio es una experiencia diferente porque lo hicieron solos ¿no?

- Claro, la producción ejecutiva y el estilo es el de la banda. Ya lo habíamos hecho en el primer disco ¿no?, pero un poco más a la aventura. Este fue como más organizado internamente: la banda ya sabía lo que quería y ya tenía la experiencia de hacerlo independiente y de hacerlo para un sello discográfico y... entonces volcó lo que aprendió en estos 10 años en todo y eso nos hizo bien. Incluso sirvió para unirnos más y sacar un producto puramente Abuela Coca.

- Tiene mucho de cada uno de ustedes ¿no?

- Si, tiene el Ritmo del barrio, totalmente... es eso sabes. Aparte es como una cosa creada, -desde la música hasta el arte- todo por la banda, entonces se le tiene más cariño porque no transaste con nadie para hacerlo. En el caso de Después te explico, por ejemplo, para que saliera el disco tuvimos que hacer canciones que quizá no las haríamos si no estábamos con ese productor y con esa multinacional. Ahora hicimos canciones nuestras, canciones que queríamos hacer, incluso decidimos el orden de los temas. En el disco se nota la composición de muchas cabezas. Antes era yo el que hacía todas las letras, después Morón se animó un poquito y ahora Andrea trajo lo suyo y Gonzalo también está componiendo mucho; incluso el Palillo, en la guitarra, está haciendo mucha música, y entonces levanta la banda. Hay cosas de todos los estilos. Cada uno le pone ritmos, cada uno le pone la onda que tiene y se arma un ta-te-ti de cosas que están buenas. Y es que así es la música de la Abuela Coca: una gran mezcla.

- Y ¿cómo se compone esa mezcla?, hay reggae, hip hop...

- Hay de todo: candombe, milongón, reggae, folklore, rock pesado, hip hop... y más.

- Para lograrla tuvieron que adaptarse a los cambios de integrantes y componer en base a estos cambios sobre todo en los teclados y en la percusión ¿no?

- Claro, y el cambio se notó en la parte armónica. Se fue el tecladista, el percusionista también y ahora se nos va el bajista... y estamos en esa crisis de los que se van. Todo el mundo se está yendo para afuera, cada uno está buscando su lugar y está bien que lo intenten. Ahora nos tocó a nosotros, por eso cambiando de instrumentistas: ahora se nos va Carlos Pla para Nueva Zelanda y esto se ha transformado en una eterna búsqueda, es increíble ¿no? Perdón, me colgué en esa... pero te decía que con esos cambios tuvimos que ajustarnos. Yo agarré la guitarra, volví en este disco a encontrarme con mi primer amor... Los cambios hicieron que el sonido de la banda quedara más crudo, al no haber teclados ya no está toda esa fantasía... y eso se nota por ejemplo en las partes de salsa, donde los sonidos de guitarra le dan un aire más cubano, más hondo. Ahora no está ese medio entre las guitarras y el saxo que hacía a la armonía, porque el teclado siempre baña a todo el resto, hoy eso quedó todo mucho más libre, más crudo.

- ¿Dejaron muchos temas afuera?

- Claro, pero eso siempre pasa porque cuando se piensa un disco se tiran más canciones de las que realmente salen al final y está bueno eso porque tenés para elegir, y de ahí salen las mejores. Inclusive cuando hacés temas para una banda te salen temas de distintas familias: este es de la familia de tal tema, y este de esta otra. Hay varios parecidos y de esos escogés el mejor y van quedando. Al final de una lista de treinta temas te quedás sólo con 12 canciones...

- No te voy a preguntar por los 12 temas, pero sí te voy nombrar tres que me llamaron la atención y me gustaría que me des tu opinión ¿sí?

- Dale.

- El primero: Walking, y el trabajo con los tambores...

- Walking es un milongón, es una antigua canción mía. Es un estado de ánimo, una esperanza. Sí, es eso: una canción de esperanza a la que Brown le puso el coro y acopló mágicamente. Y quiere reflejar eso... es... una brisa.

- ¿Es el ritmo de tú barrio?

- Si, es uno de los ritmos de mi barrio, es un corazón sereno, esperanzado.

- El segundo: Ta` salao.

- Ta`salao es la actualidad. Es definir en dos palabras lo que estamos pasando y es que verdaderamente: ta`salao. Recuerdo que cuando lo estábamos armando nosotros también estábamos pasando por eso: no llegábamos a fin de mes. Es una canción que la hicimos a medias con Gonzalito, y que recoge las cosas que nos pasan a todos. Está eso de que uno quiere hacer cosas pero de pronto las cosas no salen... y es que vas en bicicleta por la ciudad y ves que todo es un kilombo y crees que todo está en contra tuyo y sin embargo... (hace una pausa) seguís adelante ¿no? Ésta es la historia de un pibe que se cuestiona todo eso, se hace preguntas, piensa en el consumismo y llega a la conclusión de que: ta` salao, pero igual hay que seguir adelante.

- Además, el tema viene con yapa... hay un acompañamiento de lujo en los coros y en la batea, nada más y nada menos que la murga: Contrafarsa. ¿Cómo se dio esa conexión con la Contra?

- Sí, es cierto, estuvimos acompañados por la Contra, tuvimos el aporte del Pitufo (Eduardo Lombardo). El mismo Pitufo fue quien arregló los coros y la batea de murga.

- ¿El tema fue pensando para la Contra o...?

- Sí, lo habíamos pensado para ellos. La verdad es que hay mucha afinidad con la murga. Ellos siempre nos apoyaron cuando necesitamos algún coro; incluso el Pitu fue percusionista de la banda por unos meses haciéndole el cambio a Cacho, entonces es como que en este tiempo se fue generando una onda bastante interesante. Además, él es un maestro, pa` todo; tanto así que le dimos el tema y él en un día lo arregló y trajo una batea increíble.

- El último: el track Nº 4: Santa soledad. Es un tema que además de recorrer varios ritmos, cuenta con el agregado de algunas voces invitadas como las de Larbanois-Carrero y la de Sebastián Teyseira de La Vela. ¿Cómo se concreto eso?

- La canción es de autoría de Brown, y marca esa mezcla de la que hoy hablábamos. El tema va pasando por distintos estilos, están todos los ritmos del barrio: está el folklore, está el candombe y el rock and roll… pero también es como una oración, una súplica, un pedido para luchar por nuestros derechos. Para este tema contamos con el aporte de varios invitados: lo de Mario y Eduardo fue también por un tema de amistad, ya que hemos coincidido en varios escenarios y también ellos nos habían invitado para cantar una canción en su último disco: “Quién pudiera”; entonces cuando estábamos ensayando los coros de “Santa soledad” (entona bajito: hay... santa soledad...), nos acordamos de “Quién pudiera” y alguien dijo: “hay que invitarlos para que vengan a hacerlo ellos”, y quedó. Después invitamos a los tambores de Coque – que toca en La Dominguera- y también invitamos al Seba. Otro que siempre nos acompaña es el trompetista que tocó en los dos discos anteriores: el Pato Olivera. Pero la idea del disco más allá de los invitados, es que le dé fuerza a la gente que lo escucha y que le muestre un camino, una puerta para seguir adelante. El CD es eso: un pantallazo de la realidad. Ya ves que... todo el disco es muy actual, es muy político, pero también tiene canciones de amor como: “007”, que es una canción que habla de un amor intergaláctico, que también es un ritmo del barrio el amor ¿no?... y siempre lo será.

- De todos los temas, ¿cuál es el que más te gusta?

- A mí.

-Si

- “Walking” me gusta mucho porque me identifico con él. “El ritmo del barrio” me gusta. Y me apasiona: “007”.

- ¿Cómo les fue con el público?

- El público tuvo una buena aceptación del disco sabés. Nos pasaba que íbamos a tocar a Paysandú -recién editado el disco- y ya todo el mundo estaba cantando las canciones y todo el mundo lo tenía... eso sí, muchos grabados y con eso es como que no se puede competir. Fijate que el disco salió el 15 de diciembre y el 3 de enero ya se vendían discos re-grabados en el Chuy a 30 pesos cuando el original cuesta 200. Entonces es muy desigual la ecuación. Ese es el lado malo, ahora que lo bueno es que todo el mundo sabía las canciones. En sí, el CD ha tenido una aceptación y un pasaje de mano en mano que es bueno. Yo creo que incluso nos sirvió para recuperar a aquel viejo “abuelacoquero”, que con “Después te explico” se había abierto un poco. Ahora lo volvimos a enamorar y eso es muy reconfortante, y bueno, hay que seguir adelante.

- Obviamente que son distintas épocas pero, ¿qué diferencias encontraron al grabar para un sello grande como Sony y hacerlo en forma independiente? y ¿qué virtudes y defectos tiene eso?

- Abismales... Esto es toda una producción independiente, no tenemos manager, no tenemos nada, entonces todo el trabajo se divide y cada uno se encarga de hacer diferentes cosas. Yo por ejemplo me muevo por las disquerías para ver si está o no el CD, pero también me encargo de que lo difundan en las radios, amigas o no. Otros se encargan de la parte de propaganda y comunicados de prensa, etc.. Con la multinacional eso no pasaba porque ahí había un apersona a la que le pagaban para hacer eso y por esa razón estaba todo el tiempo moviendo la cosa, exigiendo que pasen el tema o pautando para que lo pasen. Al hacerlo nosotros las cosas salen sí, pero todo se hace más lento.

- De acá al futuro, ¿qué va a pasar con La abuela coca? ¿Tienen pensado algo fuera del país por ejemplo?

- La idea es hacerse presente en el exterior. Justamente el fin de semana pasado estuvimos por Córdoba presentando el disco en un boliche que se llama “990 arte bar” - un lugar en el que reúne toda la movida universitaria y del rock and rol; allí tocó Mimi Maura y Manu Chao entre otros-, ahí presentamos el disco y tocamos con otra banda que se llama “Armando Flores”. La verdad es que nos fue muy bien y quedamos muy contentos con eso. Ahora tenemos dos invitaciones para volver: una es para tocar en un boliche en Bs. As. , y otra para participar en un festival de rock and roll... y en esa estamos. Pero sobre todo ahora lo que vamos a hacer es presentar el disco acá en Montevideo.

- ¿Cuándo va a ser eso?

- El próximo 4 de setiembre en la Sala Zitarrosa, esa va a ser la presentación oficial. Es algo que venimos planificando desde hace un tiempo. Tenemos pensado hacer un espectáculo completo: vamos a cantar todas las canciones del disco sin invitados, sólo la banda y el disco, acompañados por un show de luces especialmente pensado para esa Sala. Además vamos a cantar algunos temas que son clásicos ya, vamos a tener el disco a la venta... eso sí, va a ser algo muy puntual: está previsto para las 21 y a las 21:15 ya va a estar arrancando porque esas son las reglas de la Sala, la puntualidad. Además las entradas van a estar a 60 pesos, y se pueden comprar por la red UTS.
Después del disco tenemos pensado presentar el video de los 10 años de la banda. Un material que recopila sonidos e imágenes que van desde el primer ensayo de “Los asesinos de la Abuela Coca” hasta éste “Ritmo del barrio”, pasando por el toque de The Wailers en A.F.E., y otras sorpresas.

- ¿Con quién lo filmaron?

- Mirá, la mayoría son filmaciones caseras que recopiló la gente de Diablo Film, que son precisamente quienes se encargan de toda la parte visual de la banda y fueron los que realizaron los dos video clip: Asesinos son y El ritmo del barrio. Ellos son nuestra imagen, ellos son Abuela Coca también. Pero bueno, la historia de este video es mostrar en 60 minutos, 10 años de una banda. Ahí nosotros contamos nuestra historia y también está la palabra de todos los que alguna vez tocaron con la banda y que ya no lo hacen más.

- ¿Dónde lo van a presentar?

- En Cinemateca, pero después les vamos a pasar bien las fechas así invitamos a la gente a que vaya a verlo. Después tenemos otras cosas por ahí, pero vamos a ver qué pasa.

- ¿Qué le dirías a la gente que los escucha?

- Primero que compren el disco original antes que nada... o que lo pidan prestado; ¡no lo graben!... y si les gusta lo compran después. En realidad, les diría que en este disco van a escuchar un viaje que arranca con el primer tema y sigue hasta el último. Las canciones del disco tienen una continuidad. También les diría que si lo ponen en el PC van a encontrar un bonus track que es la vieja web de la banda -www.abuelacoca.net-, con la historia de la banda, los videos, algunos juegos y muchas fotos. En fin... éste es un disco muy honesto, es real, es algo para ver y escuchar: es el ritmo del barrio. (risas)

Leticia Fraga

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