SieteNotas

Níquel en El Ciudadano

29/6/2001

...entonces un día acuérdate

Una vez un amigo me dijo que Níquel es para Uruguay lo que Soda Stereo es para Argentina y Maná es para México. Hasta el día de hoy no logro descifrar sí lo que me dijo fue un halago o una pedrada para Níquel. Lo único que saqué en limpio es que, al igual que Soda y Maná, Níquel es un grupo pop; y como todo grupo pop que se precie de tal, es profesional al máximo, tiene muy buenos instrumentos musicales y equipos de amplificación, lo que conlleva a que suene bien en todos los lados en que toque. Esto no serviría de nada si no fuera que los integrantes del grupo realmente son buenos músicos, como en este caso. También tienen, como todo artista pop; canciones formidables que son populares, canciones populares que no son formidables, canciones formidables que no son populares y tienen canciones. Es por eso que sus temas se escuchen tanto en una radio pirata que ande por ahí dando vueltas como en el programa Aquí está su disco. ¿Cómo se comprueba que un grupo pop es realmente bueno? Como lo está haciendo Niquel en este preciso momento: tocando sobre un escenario después de 15 años de trayectoria y 11 discos grabados.

Doce de la noche en el café El Ciudadano; suenan los primeros acordes de Ovejas, tema del último disco: Prueba viviente. Jorge Nasser da la bienvenida y empieza el show: Cruda realidad, Adiós madame y Sin mí sacuden la modorra y van calentando el ambiente. Las guitarras de Nasser y Pablo Faragó se van turnando en los punteos, mientras que Enrique Sosa en el bajo y Javier Villanuestre en la batería sirven de base. Luego viene lo que para el líder del grupo es en su "opinión, una de las mejores canciones de Niquel": Nancy y Sid. La noche empieza a tomar color: Doce Round ( tema dedicado al ex boxeador Alfredo Evangelista) pone emotividad y hace parar la oreja a más de uno, que hasta el momento solamente comían y tomaban sin darse cuenta que había un grupo en vivo. Después interpretan lo que en mi opinión, es unas de las mejores canciones de Niquel: El Solitario. Loco por demás cierra la primera parte; pasaron 45 minutos.

Una de la mañana en el café El Ciudadano; sobre el escenario solamente Nasser y Faragó (guitarra acústica en mano) dan comienzo a la segunda parte del recital con el tema Prueba Viviente. En ese momento parece estar todo dicho: ellos son la prueba viviente de gran parte del rock nacional. De ahí en más, si la primera parte fue buena, la segunda sería mejor. Es momento de los temas "hits", de los clásicos blues, de los invitados y de las gratas sorpresas.

El primer "hit" fue Palabras para Julia; todo el público la esperaba, todo el público la cantó. Segundo "hit" y primera sorpresa: en el momento de más crisis de la historia del Uruguay que alguien cante Amo este lugar parece una tomada de pelo, sin embargo la cantaron. Y debo reconocer que nuevamente se me puso la piel de gallina, al igual que hace 8 años atrás cuando la escuche por primera vez en el Niquel Sinfónico. Es hora de los blues ( Misa, Hoy es unos de esos días, entre otros) y de los invitados: el primero es Francisco Nasser en la batería, todo queda como en familia. Luego ocupa ese mismo lugar el legendario baterista de Psiglo: Gonzalo Farrugia, una leyenda viviente. Siguen los invitados: "cotorra" Cotelo, que la rompe tocando la viola y Philippe Pinet (él dueño de casa) que también le pega bien a las seis cuerdas. Llegó el turno de Claudio Kleiman, periodista de Rolling Stone y (¡oh sorpresa! ) gran guitarrista. Interpretan Algún día yo me iré y una particular versión de Canción para mi muerte de Sui Generi, con la base musical de Elvis Presley, que nos deja a todos con la boca abierta.

Para el final la que todos sabemos; Candombe de la aduana. A esa altura de la madrugada El Ciudadano reventaba, se cantaba adentro y también afuera ( Nasser dedicó algunos de los temas a los que por diferentes motivos, quedaron afuera), engancha Candombe de la aduana con la canción-yingle Pasión (parece ridículo, pero créanme que sonó bien) y culminan con Prueba Viviente, la versión eléctrica.

Cuatro de la mañana en el café El Ciudadano; el recital hace una hora que termino y quedamos pocos en el local. Me quedo pensando que faltaron algunos temas como Gusano Loco o Hay una falla en tu mente, pero todos sabemos que no hay felicidad completa, solo existen grandes momentos, de esos que solo una gran banda como Níquel nos pueden brindar.

Nicolás Hidalgo

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