Cargo con la pesada cruz de ser libre, siempre estoy de turno, siempre estoy full-time", la frase suena contundente y pegadiza en la voz de la murga Los Rebeldes. Es el puntapié inicial de Full-time, el tema que da nombre al segundo disco de Daniel Drexler. Un disco suelto, que plantea cuestiones cotidianas y recorre estilos (candombe, murga, milonga, dance) con perfil pop. Un tipo suelto, con el que hablamos sobre el disco que salió, la gira que avanza, la identidad uruguaya que no está y el beneficio de tener dos hermanos músicos para explorar e intercambiar cosas.
Yo te decía el otro día que me llamaba la atención el título del disco. Ese "Full-time" tiene varias puntas ¿no?
Sí. Tanto los títulos de los discos, como las letras de las canciones, o las artes de tapas, a mí siempre me gusta imaginármelas como juegos de espejos, esos laberintos de espejos que vos te ves desde muchos ángulos diferentes. En el caso del disco… Full-time juega por muchos lados; quizá si me preguntaras cuál es el lado principal es que yo realmente pasé una etapa de mi vida, y quizá todavía esté saliendo de esa etapa, en la que estuve full-time; estuve inmerso en un montón de cosas, siempre corriendo atrás del tiempo con la sensación de que me costaba mucho ser dueño de mi tiempo. A su vez está relacionado con la letra de la canción que da nombre al disco que es Full-time, que básicamente lo que habla es de que en este momento se han multiplicado las opciones en todos los sentidos; en la vida de cualquier persona la cantidad de opciones son mucho mayores de las que podían haber de repente dos o tres siglos atrás, o ni siquiera yendo tan lejos, de repente yendo treinta o cuarenta años para atrás. Solamente con la oferta que hay en una tv cable con setenta canales de televisión diferentes, o cuando uno prende la radio que hay un montón de estaciones nuevas, o al bombardeo permanente al que somos sometidos por la publicidad, hace que muchas veces uno pase más tiempo tomando decisiones que disfrutando de las cosas que elige ¿no?; entonces como que la toma de decisiones se transformó en algo un poco opresivo. Yo lo siento como algo opresivo. En mi vida siento que tengo que tomar muchas decisiones y que esa es una cosa en la que estoy full-time. Yo estoy todo el tiempo… todos los días me tengo que enfrentar a decisiones y de eso no tengo escapatoria, no tengo vacaciones de eso.
"La pesada cruz de ser libre…"
Esa es la pesada cruz de ser libre ¿no? Es como una cruz omnipresente. Yo amo la libertad, soy un enorme defensor de la libertad en mi propia vida, y creo que la libertad no es un monolito que vos lo ganaste te dieron el trofeo y te dijeron "loco, sos libre". No, es una lucha de todos los días. Pero bueno, en esa canción estoy resaltando un poquito el otro aspecto ¿no?, de que a su vez la libertad lo que trae es un enorme esfuerzo de uno por tener que tomar decisiones, y que a veces eso es un poco opresivo también.
También eso se relaciona con otra de las canciones que es La no identidad, ¿pasa por ahí también?
Hay varias canciones en el disco que están ligadas al tema Full-time. Yo diría que las que más están ligadas a esa cosa media como introspectiva de toma de decisiones son Gozas mi amor y Dinero. Creo que son como un esqueleto, es como una columna vertebral el disco en la parte conceptual. Dinero, Gozas mi amor y Aves de paso también. Esas cuatro aparte están distribuidas en el disco: Full-time es la número uno, Gozas mi amor es la número cuatro, Dinero es la número seis y Aves de paso cierra el disco. Están distribuidas estratégicamente en ese sentido porque son las canciones que están más ligadas al tema de las tomas de decisiones personales. Aves de paso es una celebración de decir "bueno, tomé la decisión de jugármela y vamo’arriba; y acá estoy parado, y en muchos momentos me costó tomar esa decisión pero ahora estoy contento de estar en el juego". Es tipo "voy a salir al ruedo para jugarme entero, para capear el temporal; y que venga lo que venga". Dinero es un sueño; una vez que estaba en el Cabo (Polonio) yo me daba cuenta que cuando empezaba las vacaciones demoraba cuatro o cinco días en desconectarme y empezar a disfrutar realmente, y en ese momento se me empezaba a acabar la plata y me tenía que volver. Entonces es un juego que realmente apareció en un sueño, yo estaba durmiendo en el Cabo y empecé a decir "si genero dinero no vivo mientras genero dinero, cuando empiezo a sentir que estoy vivo se empieza a acabar el dinero", a partir de eso fue que se fue haciendo la letra de la canción. Y Gozas mi amor es una canción un poco más vieja que también habla de eso, de la estabilidad, de tener que estar tomando decisiones, de cosas que uno las cree como muy fijas y que de golpe uno llega a una esquina, ve un accidente y se da cuenta de que estamos parados arriba de una cáscara de nuez. La no identidad es una canción un poquito más basada en una frase de Fernando Cabrera, que yo se la escuché a través de Jorge (Drexler), que dice que somos un país de identidad adolescente; y me pareció una frase curiosa porque somos un país de población envejecida y de identidad adolescente. Y creo que eso es clarísimo, que es una frase brillante, que la identidad del Uruguay es una cosa que se está creando, eso a mí me genera una enorme alegría. Por eso ese "vamos a ver lo que saldrá" ¿no? Es una canción alegre en realidad, no es tipo "¡que horror!, no tengo identidad", no, es tipo "estamos en un lugar donde se está moviendo el piso día a día; donde el tablero cambia". Yo jamás hubiera soñado unos años atrás de ir a Vantix y encontrarme a los Nietos del Futuro, porque Punta Gorda era un lugar donde no entraba la cumbia; y jamás me hubiera imaginado ver a los Nietos del Futuro vestidos de rapers, o sea, hay un tablero que se está moviendo, que se está moviendo todo el tiempo, muy rico. En las últimas Llamadas hubieron un montón de comparsas… en Trouville, en Malvín, en Punta Carretas ¿no?, que el candombe antes… digo, yo me crié en Punta Gorda y el candombe no existía por allá.
Yo creo que, no solo a nivel de Uruguay sino que también a nivel argentino, acá hay una identidad regional del Río de la Plata y es una identidad que sufrió una enorme masa inmigratoria europea a principios de siglo; sufrió en el siglo pasado una enorme masa inmigratoria también africana; y hay una raíz indígena, que está mucho más presente de lo que nosotros nos damos cuenta. Y eso es como una enorme marmita donde se está cocinando la cosa a fuego lento. Vamos a dejar que las cosas se sigan cocinando que está divertidísimo.
Ahora, hablando más que nada de lo musical, en el disco hay una identidad. O sea, el disco corre sobre ciertos rieles de lo que podríamos definir como "pop uruguayo". No sé como te sentís vos dentro de esa categoría…
Me siento muy bien con la palabra "pop". Es una palabra que me cae simpática y es de las palabras donde más cómodo me siento. Porque yo concibo como pop la música que refleja de la forma más real posible un entorno sonoro de determinado lugar en determinado momento histórico. Entonces en ese sentido yo me siento contento y es lo que estoy tratando de hacer. Yo estoy tratando de reflejar el entorno sonoro en el que yo vivo ¿tá?. Por eso en el disco está el ruido del despertador de Antel que me despierta de mañana y está el ruido de la alarma que suena del auto de enfrente, que se grabó de casualidad al comienzo de Dinero, también está el ruido de los taxis al comienzo de Milagro en Milán, porque es el ruido que yo escucho cuando me tomo un taxi. Hay ruido de ómnibus de Cutcsa bajando por la bajada de enfrente a casa; los tengo grabados casualmente pero los dejé a propósito; y también está el sonido de MTV, el sonido de Telemúsica, está, hay un montón de influencias en La no identidad mismo de cosas de música tropical. Yo estoy tratando de reflejar el entorno sonoro de un montevideano en el fin-principio de milenio. Y creo que ese es el riel del disco. Sé que es un disco muy variado ¿no?, que te salta de repente de una canción dance como La no identidad a una milonga como La letra del alma y… bueno, yo creo que la realidad que estoy viviendo es muy variada, asumo el riesgo de que el disco quizá no sea un disco etiquetable fácilmente. Es como decía (Jaime) Roos de sus discos: que los discos de él son como estar cambiando de radio, pasando de una estación para otra, que te detenés en una y están pasando tango, pasás a la otra y están pasando candombe, pasás a la otra y están pasando rocanrol, y bueno, es un disco así.
El otro día hablábamos y vos me decías que notás un cambio y una ganancia lógica de tu disco anterior (La llave en la puerta) a éste en un montón de aspectos. Creo que en la manera de componer, en la forma de las letras y en la manera de cantar ha habido una ganancia en relación al disco anterior, ¿vos lo sentís igual?
Yo estoy muy adentro todavía del tema. Como que recién tiré la piedra y no sé donde va a caer ¿no? Y me cuesta darme cuenta incluso porque estuve un año trabajando en el disco. Aparte yo a La llave en la puerta lo quiero mucho, es un disco al que le tengo un montón de cariño. Sí sé que en estos últimos años empecé a disfrutar de la cantada, cosa que antes no lo percibía como una cosa central y ahora me gusta mucho cantar, cada día me gusta más y estoy disfrutando de interpretar las canciones. Antes disfrutaba muchísimo de la composición y gustaba mucho de llevarlas adelante, terminarlas, grabarlas y todo lo demás. Ahora estoy en un momento en el que estoy disfrutando un montón de cantar como placer orgánico, como placer físico. Es una situación de placer físico; sentir cómo se mueve el diafragma, sentir cómo pasa la voz por la laringe, sentir la vibración de la voz en la cara… bueno, quizá eso esté reflejado un poco porque yo en este disco canto muchas canciones solo, que en el disco anterior no las cantaba.
Estás en un primer plano en ese sentido
Claro, yo noto que hay una maduración en cuanto a jugarme un proyecto personal. Porque el disco anterior viene de una fase de transición entre lo que era La Caldera y un proyecto personal. También desde el punto de vista compositivo aquello fue como una especie de resumen de los últimos diez años, de cosas que había hecho a los dieciséis años, como Tirado en Anaconda, hasta Luz de una vela que era una canción que había hecho unos meses antes de entrar a estudio. En este disco si bien hay dos canciones que son viejas, casi todas las demás son canciones de un plazo de un año, un año y medio. Entonces en ese sentido yo creo que hay una solidez; hay una coherencia compositiva un poco más marcada ¿no?.
¿Cómo se dio la conexión con Los Rebeldes?, fue algo más que el hecho de contratar a una murga para cantar…
Sí, yo en esas cosas así de contratar no creo globalmente. Creo que las cosas esas no funcionan mucho. Tampoco creo mucho, y tal vez esto esté relacionado con lo que estaba diciendo de La no identidad, de cuando las cosas son tan meditadas. Cómo se dio la incorporación de la murga a la canción Full-time es un ejemplo muy claro de lo que estoy queriendo decir. Yo había hecho Full-time acá en casa, fue una canción que cuando la hice realmente sentí que no la había escrito yo, que era algo que me había caído de algún lado, incluso se la mostré a mis amigos y les preguntaba "¿alguien escuchó esto alguna vez?" (risas). Y fue una canción que yo me la imaginé bien como una canción introspectiva, de un tipo cantando solo. Cuando fui a presentar La llave en la puerta a San José yo ya la tenía a la canción y Mauricio (Martínez) me sugirió que hiciéramos algo en conjunto con la murga Los Rebeldes. Yo no conozco mucho de murga, recién ahora estoy entrando al mundo de la murga, y en ese momento no conocía prácticamente nada. No tenía ni idea de quienes eran Los Rebeldes. Y me fui tres días antes a San José a hacer prensa, nos juntamos con ellos y les dije "bó, vamos a ensayar algo para el día del toque". Cuando empezaron a cantar me quedé helado. O sea, estábamos parados en el patio donde ellos ensayan, en el club (Centenario) de San José, los diecisiete tipos parados en semicírculo; arrancaron a cantar y yo dejé de tocar, y vino Fito (Lacava) el director de la murga y me dijo "¿pasa algo?", "no, sigan, sigan, sigan que está bárbaro"; fue un flash. Nunca había visto diecisiete hombres cantando así de frente con esa claridad desde todo punto de vista: tener claro un tipo de impostación, un tipo de afinación, con un sello totalmente autóctono ¿entendés?, y totalmente marcado a fuego. Y… me mató. Me mató eso y me mató también que me di cuenta que esa frase que yo la había concebido como una cosa muy introspectiva y que pensaba cantarla yo solo, enganchaba como anillo al dedo con la temática de la murga también.
Las canciones se van armando solas a veces ¿no?
A veces uno las larga y van como creciendo, incluso hay veces que a la propia canción uno le da una patada en el culo y no pasa nada ¿viste?, como que ya agarró un camino propio. En este caso yo tuve la sensación de que esa temática tipo "cargo con esta pesada cruz"… pero a su vez en el tono jocoso en que está dicha la canción, en su tono divertido, va mucho con la murga. Ellos también lo sintieron así y automáticamente yo les dije "loco, cuando grabemos el disco quiero que participen". Me fui hasta San José con la computadora, lo grabamos en el Teatro Macció, los grabamos a ellos así en vivo. El rever que aparece en la grabación es el rever mismo del teatro, no tiene nada agregado, ni siquiera les pusimos auriculares, se escucha el metrónomo atrás con la guía que yo les estaba tocando mientras ellos cantaban. Realmente esto originó todo una historia que en este momento que estamos hablando está creciendo más todavía porque la murga se sumó a la presentación del disco en El Ciudadano y me llamaron para avisarme que ellos habían conseguido la forma de sponsorear una camioneta para ellos durante la gira, y me confirmaron que van a estar en toda la gira. También se amplió el repertorio porque ellos también están cantando en algunas otras canciones. Yo creo mucho cuando las cosas se dan de esa manera. Por eso también en la forma de organizar la gira no me plantee de entrada decir "voy a hacer una gira con ‘tal’ formato y todo". Puse un riel y sobre ese riel se van sumando cosas; y resulta que una gira que cuando yo la pensé originalmente iban a ser diez toques yo solo, dando la vuelta por el país con la guitarra, ahora se transformó en una gira que ya vamos por dieciocho y creo que va a seguir creciendo, y es con una banda de cuatro músicos, con plomos, con conductor de camioneta, con murga, como que la cosa está creciendo mucho. Y me gusta que sea así ¿no?.
Y también con una apuesta al futuro…
Totalmente
O sea, no se acaba el mundo en esta gira… la idea es plantar la semilla ¿no?
Realmente, yo me di cuenta por ahí por los veintiséis o veintisiete años de que la razón por la que hacía música era porque me hacía bien a mí, físicamente. Un montón de problemas que tenía en ese momento se fueron solucionando tocando. Y es una cura. Cuando me di cuenta de eso me di cuenta que iba a hacer música el resto de mi vida, eso me quitó mucha ansiedad, dije "esto es a largo plazo". Y en ese sentido yo apuesto a que mi proyecto vaya creciendo en forma concéntrica y sin grandes saltos. Si uno va aumentando el diámetro del círculo paulatinamente yo creo que las cosas tienen un desarrollo más… más real.
Lo que es real sí es que es muy difícil para un músico de Montevideo tocar en el interior y para un músico del interior tocar en Montevideo. Y esta gira es también una apuesta a eso; vos cruzás cien kilómetros hasta otro lugar y… somos un país tan chico. Yo te contaba recién lo que me pasó en Libertad: mi abuelo era el maestro, tenía una escuela rural en Libertad. O sea, era el maestro de la escuela. Y el otro día cuando llamamos a Libertad para ofrecer una actuación el tipo que nos atendió preguntó si yo era algo del maestro Prada y resulta que él era un alumno del maestro Prada, o sea, los vínculos humanos en un lugar, un país que no tiene accidentes geográficos, que no hay grandes distancias, llegar de un lugar a otro es tan fácil… entonces de una vez por todas vamos a salir.
Yo encuentro, volviendo al tema de los discos, y capaz que es normal, ciertas similitudes musicales entre los tres hermanos Drexler... ¿Cómo te puedo explicar?, más que líneas comunes hay como un "aroma" común en las cosas que hace Diego, en las cosas que hace Jorge y en las cosas que hacés vos. ¿Cómo lo viven eso ustedes desde adentro?, no sé si de repente lo sienten así o no.
Totalmente. La realidad es que hay un vínculo muy estrecho. Por un tema de cercanía de edad, yo con Jorge me llevo cinco años, nos criamos juntos, los dos somos médicos, los dos tuvimos procesos muy parecidos en relación a la medicina y en relación a la música; hay un diálogo muy fuerte. Pero a su vez en este momento hay una distancia geográfica con Jorge y con Diego hay diez años de diferencia pero hay una vivencia continua, un intercambio de información continuo, no solo con él sino con Fabián Krut, que con Fabián sí somos de la misma generación, incluso nos conocimos como amigos antes que como músicos y los dos nos fuimos descubriendo como músicos mutuamente. Entonces tanto con Cursi como con Jorge hay… yo siento que es como una especie de mesa de trabajo donde se van tirando ideas todo el tiempo y donde hay un enorme debate ideológico. Yo creo mucho en una frase que escuché de Aznar de que para ser músico no alcanza con tocar bien y componer bien, hay que tener también una intención ¿no? Esa intención hace que la punta del iceberg esté puesta donde está, a pesar de que no se ve, que el noventa por ciento está abajo del agua, si el iceberg está parado de esa manera es porque abajo hay un noventa por ciento que lo sustenta. Y en ese debate hay un constante intercambio entre los tres. Constante, constante, hay un… es como un juego de espejos también, donde los tres nos estamos reflejando. Yo, parte de la incorporación de Full-time acá con una murga, obviamente que estoy muy influenciado por el trabajo que hizo Cursi en su primer disco. Cursi grabó su primer disco en el mismo estudio en el que lo grabé yo, y yo noto mucho las influencias. Tengo canciones adentro del disco de ellos también y tengo cosas compuestas con Fabián también. Jorge cuando yo estaba grabando La llave en la puerta me trajo el Verdade Tropical de Caetano, yo lo estaba leyendo y estaba viendo lo que hizo Caetano con los Mutantes cuando recién surgió el tropicalismo. El me trajo ese libro en la mitad de la grabación y fue a partir de ahí que surgió la idea de trabajar con Carlitos Casacuberta en el tema Fraile Muerto de ese disco. Porque claro, ellos estaban en la otra vereda ¿no?, haciendo todo lo que estaba pasando con El peyote asesino que era increíble. Y con Carlos somos amigos de infancia, entonces fue muy natural también llamarlo. Y ese experimento fue muy fructífero me parece. Jorge cuando escuchó Fraile Muerto dijo "bó, esto me interesa", y fue a partir de eso que surgió todo el sistema de laburo de Frontera. Jorge ya se fue más hacia el lado de la música electrónica y me trajo un par de aparatos, me trajo aparatos que se usan en el lenguaje de la música dance y que el ya los tiene incorporados, bueno, yo también los incorporé, es un ida y vuelta constante.
Hay una conexión real
Es real y constante, y es muy pa’delante. Creo que aparte los tres lo vivimos con la alegría de decir "tres cabezas piensan mejor que una sola". Y uno no tiene en la vida de repente el tiempo para experimentar todo lo que quiere, pero de repente tiene aliados que están experimentando en el mismo sentido y le ahorran a uno un montón de camino. Me hubiera costado mucho hacer una canción dance como La no identidad si no hubiera sido por la participación fundamental que tuvo Jorge y si Jorge no hubiera grabado Memoria del cuero antes ¿no?. Como que me parece que yo con lo de Fraile Muerto tiré una piedra, Jorge la agarró y la tiró muchísimo más lejos, y la tiró tan lejos que cuando yo la fui a agarrar de vuelta me di cuenta que yo que había tirado la piedra primeramente estaba retrasado, y tuve que ir para adelante. A su vez eso pasa todo el tiempo con Diego. Las cosas van, vienen… es muy rico ¿viste?, y a mi me gusta que el agua corra, no me gusta que el agua se estanque. Y es más fácil hacerla correr cuando hay muchas cabezas moviéndola.
Juan Castel