SieteNotas

Mandala, esa simple complejidad

2/10/2004

Si le preguntás a alguien por qué le gusta la cumbia, te suele contestar porque es divertida. De esta manera el resto de los mortales que no escuchamos este género musical quedamos como las personas más aburridas del planeta.

Si le preguntás a alguien por qué le gusta el punk, seguramente te salga con un discurso anarquista con bases en la problemática social actual. De esta manera el resto de los mortales que no escuchan punk quedan como unos insensibles alienados por el sistema.

¿Qué pasa cuando una banda punk es divertida? Así de simple y de complejo es Mandala: punk con toques de ska y melodías rápidas; letras que hablan de minas, amigos y cervezas; recitales con mucha y muy poca gente, en gira por el interior de nuestro país y también por México.


En esta entrevista Pablo Abayián (voz y guitarra), Guillermo Prosper (bajo) y Andrés Coutinho (batería) nos presentan su nuevo disco: “A pesar de todo”, e intentan explicar esa simple complejidad.

¿Cómo consiguieron los toques en México?

Pablo: Fue todo muy bizarro. Yo ni sabía para qué funcionaba el messenger y un día estaba en el laburo, lo pongo y me salió una persona que vivía en el D.F.

Guillermo: Evidentemente estaba muy compenetrado con su trabajo. (Risas).

Pablo: El tema es que un día me dice: “Mirá, yo produzco bandas”; era el loco que había llevado a La Vela a tocar a México. Nos seguimos contactando. Habrán pasado cuatro días cuando el loco me pregunta: “Si les digo para venir a tocar a México en octubre, con 2 Minutos, ¿vienen?”. Yo pensé que me estaba jodiendo...

Andrés: Aflojale a los tequilas. (Risas).

Pablo: Seguimos las negociaciones y bueno, hicimos la gira.

¿Por dónde?

Pablo: Tres ciudades, cuatro toques. El primer día nos subimos al escenario y habría dos cuadras, tres cuadras de gente.

Andrés: Ocho mil, diez mil personas. Fueron pocos toques pero estaba todo muy prolijo: te iban a buscar al aeropuerto, hotel cómodo, comida, te pasaban a buscar para la prueba de sonido, ibas a la a prueba de sonido y había cosas de verdad, no como acá...

Guillermo: Había cerveza...

Andrés: Además los escenarios estaban buenos.

Pablo: La gente nos pedía autógrafos, se sacaba fotos con nosotros.

Lo normal de una banda de rock.

Andrés: Claro, lo que pasa es que acá vas a tocar a algún lado y parece que el bolichero te está haciendo un favor a vos.

Pablo: La verdad es que lo de México fue increíble, lástima que no se repitió todavía.

Además de pedirles autógrafos, ¿cómo era la reacción de la gente en los toques?

Pablo: Imponente. Mismo el último día que tocamos, antes del concierto nos venían diciendo: “Miren que el público del D.F. es medio jodido”. Nos llenaron la cabeza mal, poco más que nos iban a tirar piedras... Bueno a las bandas que tocaron antes que nosotros les tiraban con hielos.

Andrés: Hielos, carozos, caía de todo.

Guillermo: Lo que pasa es que en México parece que es común que, les guste o no la banda, los caguen a pedradas igual. Hay una banda escocesa que se llama Diexploited, que dicen que cuando fue a tocar le gustó tanto a la gente que subieron al escenario y les partieron la cabeza a piñazos.

Andrés: Yo me puse a hablar con un batero de otra banda y me contaba: “La vez pasada estábamos tocando” y me mostraba cicatrices en la cara, “Esto fue un hielazo, estuvo de más”. La puta madre, espero que no les gustemos. (Risas).

Pablo: Aparte que los pogos mexicanos son distintos a los de acá. En general son medios pacíficos porque hacen en círculo, no se pegan todos juntos. Pero por ejemplo se tiran para arriba pero no caen de espalda... Caen de frente y se parten la jeta, pero tá. (Risas).

Andrés: No, pero cuando vi a los tipos corriendo por arriba de la gente me quería morir.

Pablo: ¿Pero te acordás cuando tocamos en el Hard Rock de Guadalajara? No sabés cómo se daban: parecía que se estuvieran agarrando a las piñas en serio.

¡¿Tocaron en el Hard Rock?!

Andrés: No sabés lo que era eso. En el back stage tenías las fotos de los Maná.

Pablo: Maná tocaba al otro día o el día anterior a nosotros.

Guillermo: Había fotos de Aterciopelados.

Pablo: Pero aparte en el back stage tenías un livingcito con sillones re cómodos y un dormitorio que tenía una mesa llena de comidas, bebidas... había unos baños bárbaros.

Andrés: Igual con el baño no alcanzaba porque lo locos de 2 Minutos meaban en los tachos, en los jarrones...

Pablo: Tenían flor de baños y meaban las plantas. (Risas).

¿Tienen editado el disco en México?

Pablo: En México no se editó. El tipo que nos llevó se quedó con doscientas copias, el CDR y doscientas tapas.

Andrés: Lo que pasa es que en México es muy fuerte lo que pasa con la piratería. Nosotros un disco que llevamos allá lo estamos vendiendo a lo que son ochenta pesos mexicanos y en Tepito lo estaban vendiendo a cero con veinte.

Pablo: No, cero con veinte te costaba hacerlo. En Tepito lo vendían a quince pesos, lo que es acá cuarenta y cinco mangos.

Guillermo: Tepito es un barrio en donde vos ya sabés que vas a comprar piratería.

Andrés: Es como un súper Paraguay. (Risas).

Pablo: Así que nuestro disco en México está pirateado, pero editado no.

¿Tiene alguna ventaja ser pirateado y no editado?

Guillermo: Para ellos será una ventaja, para nosotros no.

Pablo: La única ventaja puede ser que te escuchan y tenés más posibilidades de que te lleven a tocar.

Guillermo: Para mí es al revés.

Andrés: Para mí también.

Guillermo: El tipo que invirtió equis plata para editar el disco tiene el compromiso de venderlo, de moverlo, de llevarte a tocar para poder vender el CD.

Pablo: Pero yo no digo que esté bueno que te pirateen, digo que es preferible que te pirateen a que no lo hagan y que tampoco te editen el disco.

Guillermo: En Chile por ejemplo el disco sí está editado y quien lo editó nos va a llevar a Chile porque a él le sirve.

Bueno, pero a pesar de que está pirateado allá, mal no les fue.

Pablo: Eso ni hablar. Incluso un día estábamos tocando “Quince Años” y se subió un pibe mexicano y la cantó: la sabía toda de memoria. En algunos lugares que fuimos se movió un poco el disco.

Andrés: Lo que pasa es que el loco que nos llevó era terrible piratero, entonces para cuando nosotros llegamos el disco ya estaba en todos lados.

Pablo: Nosotros estuvimos en una ciudad que se llama Tepi, que es el estado de la capital más chica de México y ahí era de no creer. De estar en la ventana del hotel y de abajo nos hacían señas para firmar autógrafos hasta llevarnos a la radio y a la tele...

Guillermo: Igual que cuando fuimos a Paysandú. (Se ríen).

Andrés: Pah, qué clavo loco. Hacía años que no me cagaba tanto de frío. (Risas).

Pablo: Yo toqué con cuatro buzos, una polera y las luces de frente, y no tenía calor. Cuando bajamos del escenario habrían cuarenta personas, cincuenta a reventar. En un momento antes de empezar el toque había treinta y cinco personas –yo las conté-, en un lugar en donde entraban setecientas.

Andrés: Yo hablé con gente a la que le gusta la banda y me decía: “Bo, qué quieren si no promocionaron una mierda”.

Pablo: Para peor, como era lejos el local en donde tocábamos, había un ómnibus que llevaba a la gente de la plaza al local y el bondi se rompió. Así que se clavaron unos cuantos en la plaza.

Guillermo: Después me enteré de que habían vendido treinta y cinco entradas anticipadas y no fue nadie. Si haría frío que los tipos gastaron cincuenta mangos y no fueron.

Andrés: Creo que nunca habíamos tocado para tan pocas personas. Ni en el peor toque que hicimos, que fue en Arteatro.

Pablo: En Arteatro vendimos cuarenta y tres entradas y habría sesenta personas.

Andrés: Casi el doble.

Guillermo: Aparte Arteatro es diez veces más chico que ese local.

Pablo: Ojo, hemos tenido peores experiencias en donde perdimos plata. En este toque nos pagaron los pasajes de ida y de vuelta, la comida, todo el chupe y encima nos pagaron. Hemos tocado para quinientas personas y tenido que poner guita nosotros.

Guillermo: Pero en este toque de Paysandú había más gente trabajando en el local que público. (Risas).

Pablo: Es como todo, todas las bandas tienen esa etapa de tocar para tres personas. Yo me acuerdo que una vez...

Andrés: Pará, no vamos a hacer de esta nota un recopilado de toques del orto. (Risas).

Guillermo: Una vez tocamos en México y estuvo buenísimo. (Más risas).

Ya contaron la parte buena de tener una banda, ahora viene la parte mala...

Pablo: No, pero los últimos tres toques que hicimos acá estuvieron buenos: al que fue menos gente, fueron trescientas personas.

Andrés: Eso te tira para arriba.

Pablo: O sea, nosotros sabemos que prensa a nivel de medios masivos no tenemos, pero gente sí. Nosotros sabemos que hay bandas que meten mucho menos gente y que tienen diez veces más prensa. Por ese lado estamos tranquilos.

Ustedes, a diferencia de otras bandas punk locales, tienen temas con muchas melodías.

Andrés: Lo que pasa es que nuestra escuela es un punk popero.

Guillermo: Lo que pasa es que acá se confunde el punk con el grito y con todo eso. Cuando uno dice punk rock está hablando de Los Ramones y más melódicos que Los Ramones no hay. No hay nadie en la vida del rock que haya hecho punk antes que Los Ramones; al que se le ocurra decir que fueron los Pistols o los Clash, no sabe nada. Es por un tema cronológico nada más.

Guillermo: Nosotros nos separamos mucho de lo que es el punk actual porque venimos de la rama de bandas como Bad Religion por ejemplo, que son netamente melódicas, a diferencia de otras bandas de punk que hay en Montevideo que son más del grito.

Otra cosa diferente que noté es que en sus letras no caen en el discurso político-social.

Pablo: Ojo, no es que no critiquemos lo social. Tenemos temas que hablan de eso, pocos pero tenemos. Pero son cosas que te tienen que salir. Yo agarrar y decir muerte a los fachos y todo eso... son clichés. En Uruguay hay mucha gente hipócrita que dice una cosa y hace otra. Hay gente que es muy del juicio social y el discurso y después se caga de risa; son personas que están muy cómodas económicamente. Hay guachos que se les da por romper todos los equipos para hacerse los rockeros. Rompen todos los equipos porque tienen plata para pagarlos o porque nunca tuvieron que laburar para pagarlos o nunca tuvieron que trabajar para grabar un disco: “Papá dame plata para grabar un CD”. Encima las letras de las canciones putean a los viejos, los mismos que les dan la guita. Ojo, hay gente que dice y hace lo que tiene que hacer. Pero nosotros somos lo que dicen las letras, somos gente común y corriente.

Guillermo: Las pocas oportunidades que intentamos abordar el tema político-social, me parece que lo hacemos muy de forma personal: más de sentimientos sobre el problema que del problema en sí.

Pablo: No es que nos importe todo un carajo, nos importan las cosas. Pero tampoco voy a decir que soy un activista por los derechos de los niños porque es mentira: me parece horrible lo que les pasa a los niños en Uruguay pero no soy un activista por sus derechos. No voy andar diciendo: “Pobre los niños” y hacer toda una bandera y poner niños con hambre en el disco... Yo los nombro cuando me nace: si veo un pibe en la calle, llego a casa y hago un tema parecido a lo que vi. Eso no quiere decir que sea un panfleto en contra de.

Andrés: La gran mayoría de nuestros temas son estupideces. 

Bueno, tampoco tires las canciones tan abajo...

Andrés: No, me refiero a que son divertidas.

Pablo: Eso es verdad, la idea es divertir no preocupar.

¿Qué tiene de diferente “A pesar de todo” con el trabajo anterior?

Andrés: Se mejoró en lo que es el sonido, toque...

Guillermo: Para empezar todo este disco lo estuvimos componiendo entre los tres. En el anterior Andrés entró en la etapa de “aprendete los temas y vamos a grabar” porque a pesar de que puso cosas de él ya estaba todo muy armado. Este disco aunque uno componía los temas fuimos participando los tres. Eso es una diferencia muy importante porque lo que aporta cada uno le da diferentes matices al CD. Otra diferencia es que este tratamos de hacerlo a tiempo: el disco pasado como no grabamos con metrónomo tiene algunas desprolijidades, tiene cosas de amateurs.

Andrés: Faltó en este disco la frescura y estupidez que está en el primero.

Pablo: Es mucho más serio. Es como todo, vas aprendiendo: el próximo disco va tener un poco más de joda, un poquito de seriedad.

Guillermo: Lo que pasa es que la frescura del “Por Fin” también la fuimos perdiendo con los años. Es la frescura de tener diecisiete años y hacer el primer disco... Ahora tenés veinticinco... Y ya estás hecho carozo. (Risas).

¿Tienen preparado algo para un próximo disco?

Andrés: Ya hay hechos nueve temas.

Pablo: Probablemente el próximo disco sea para el año que viene. Este disco lo grabamos el año pasado, pero recién lo empezamos a mover ahora por lo que te decíamos: tenés que laburar, tenés que hacer otras cosas...

Andrés: Sabemos que acá es un mercado re chico y vamos a tratar de explotarlo al alcance nuestro: al alcance de una banda que está sacando sus primeros discos. Después que explotemos esa parte, probablemente que para el próximo disco seamos unos viejos de mierda, de esos que se quejan de todo. (Risas).

Y ahí empiezan a hacer temas con contenido político-social.

Pablo: Claro. El próximo disco se va a llamar “Policía Buchón y Todos los Políticos son unos Fantasmas”.

Andrés: Va a haber un tema que se llame “No al ALCA” y la tapa voy a ser yo cagando arriba de la bandera de EEUU abrazado a Bin Laden. (Más risas).

Nicolás Hidalgo

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