"dominante, intrépido, intruso"
"Dominante, intrépido, intruso". Así era Eduardo Mateo. Uno de los músicos más influyentes que dio Montevideo en los últimos treinta años. Un genio de alpargatas que inventó el candombe beat, que cruzó los mundos de la bossa nova y de Los Beatles para crear uno propio. Un artista que se elevó a la categoría de mito.
No es casual que con estas credenciales y estando en Uruguay, quien en vida fuera marginado, tildado de loco y vagabundo y reconocido por muchos solamente por pedir plata; hoy, a trece años de su muerte se lo reconozca como un maestro, se lo reivindique como un referente.
Algunos de los tantos músicos que lo admiraron y que en alguna medida son sus herederos, se han dedicado desde hace diez años a revisitarlo, a recrearlo a través de su música para acercar, a quienes nunca pudimos verlo en vivo, un pedacito de su maravillosa obra.
Popo Romano, Alberto "Mandrake" Wolf, Juan Carlos Ferreira, Jorge Schellemberg, Ney Peraza y Edú "Pitufo" Lombardo son esos músicos y "Mateo X 6" es el nombre del disco y del espectáculo.
Todos ellos el pasado 27 de agosto (vísperas de un paro general) se presentaron ante una Sala Zitarrosa inesperadamente repleta y deleitaron a un público que se dejó embrujar por el hechizo de la música.
Los pasos del conjuro fueron composiciones bellísimas del "diógenes de la era sixtie".
"Doña Martinica", "Siestas de mar de fondo", "Camiones" y "Cuerpo y alma" fueron algunas.
"Kin tin tan" con la dulzura de Jorge Schellemberg, "Hoy te vi" con la ternura de Edú Lombardo y "Ay La La" y "Yulele" con la delicadeza sutil de Juan Carlos Ferreira, fueron quizá las más emocionantes desde el punto de vista interpretativo.
Pero se escucharon muchas más, todas ellas "condenadas" como el creador y su magia, a la eternidad.
Analía Camargo