SieteNotas

Fernando Peláez, crónica de una identidad adolescente

28/7/2003

Fernando Cabrera suele decir que nuestra identidad es adolescente, en el sentido de que no está del todo creada, que todavía está en proceso, en construcción.

Si entendemos cultura por todo lo que hace el hombre, de algún modo todos estamos colaborando en la construcción de esa identidad. No obstante el aporte de cada uno es distinto. Algunos contribuyen más y otros menos. Y hay quienes hacen lo que muchos quisieran hacer.

Este último bien podría ser el caso de Fernando Peláez. Un tipo que se embarcó en una aventura que era una vieja aspiración de muchos. Un tipo que se sumergió y buceó por años fermentales de nuestra movida musical. Un tipo que lejos de naufragar llegó a buen puerto y logró unir un montón de retacitos que forman parte del lienzo que nos pinta.

Ese collage tiene nombre y tiene forma: se llama "De las Cuevas al Solís" y es un libro. Pero no es solamente eso. Es también un aporte invalorable. Un punto de inflexión que marca un antes y un después en la historia de la música uruguaya.

De lo que este material es y de lo que representa, hablamos con Fernando Peláez Bruno, su creador.

Fernando Peláez es Profesor de Matemáticas, tiene 45 años y ejerce la docencia desde hace más de 20. Es casado y tiene dos hijas. Es hincha de Peñarol y es fanático del basketball y de la música uruguaya, en especial de Días de Blues.

Según dice un amigo suyo en el prólogo: "Treinta y cuatro años de infructuosos intentos por convertirse en un violero decoroso, lo convencieron de que su mejor aporte a las lides artísticas consistía en escribir un libro al respecto". Y concluye: "De las Cuevas al Solís es el resultado".

Seguramente ya te lo hayan dicho: lo primero que llama la atención es que alguien que viene de las ciencias "duras", se interese por estos temas... Obviamente es un prejuicio...

Me lo han dicho, sí. Incluso cuando hacía las entrevistas, un poco la parte más graciosa era esa: "ah tu sos matemático, ¡estás loco de la cabeza!".

Además el libro tiene un rigor histórico importante, uno consulta como si fuera un libro de historia, siendo que no provenís de la historia. ¿Te preocupaste especialmente por eso?

Claro, mi primera idea había sido escribir sobre el movimiento de los ’70, que en realidad es el tomo II, que era lo que yo más había vivido. Pero me dio realmente lástima no empezar desde el principio. Y eso es lo que me dio más trabajo: yo no lo había vivido, los recuerdos eran más complicados, la gente tenía recuerdos equivocados, había que dirigirlos... Ahí traté de tener bastante cuidado en las fechas y de ir ordenando todo en las etapas que iba descubriendo que habían sucedido.

En la introducción decís que es el libro que vos querías leer y que, como nadie lo hizo antes, tuviste que tomar la posta...

Sí, vino por ahí la cosa, principalmente por ahí. Además me daba cuenta de que a medida que iba pasando el tiempo cada vez era más difícil, porque hay cosas que se pierden... Un poco cuando Guilherme [de Alencar Pinto] editó el libro ["Razones locas"] sobre [Eduardo] Mateo ponía ese alerta: que un montón de cosas si hubiera demorado más tiempo, de repente no las hubiera podido hacer. Las cintas de televisión por ejemplo ya están todas borradas, es imposible conseguir nada...

En ese sentido, ¿sos consciente de que este material mañana lo pueden incluir en las escuelas y puede ser un libro de consulta, una fuente bibliográfica?

Yo creo que puede ser sí... en el liceo... Justamente ahora en un ratito voy hasta la Inspección de Música de Secundaria a llevarles un libro...

Mirá... ¿Tuviste apoyo de ese tipo de sectores?

No lo busqué.

Básicamente la financiación viene del FONAM [Fondo Nacional de la Música] ¿verdad?

Sí el FONAM dio la financiación para la investigación. El gran problema que tenía cuando empecé a escribir y a recolectar material y a escannear material, era guardar la información. Porque los discos compactos vírgenes en aquél momento eran carísimos y además no era tan fácil que alguien tuviera una copiadora de CD. Parte de la plata del FONAM fue para eso. Lo mismo pasó con el tema de la comunicación: hoy prácticamente todos los músicos uruguayos que están en el exterior tienen dirección de correo electrónico, pero al principio era una cosa imposible. De hecho con los primeros que me conecté del exterior nos comunicamos vía carta. Y eso no fue hace tanto tiempo: fue hace 5, 6 años atrás.

Bien. Todo el arte del libro es responsabilidad de Rodolfo Fuentes y de Pablo Menezes ¿verdad?

La idea del arte fue de Rodolfo Fuentes, se la pasó a Pablo que hizo todo el pre-armado y después Rodolfo hizo todos los retoques finales.

Es de muy buena calidad. Quiero decir: más allá del contenido, estéticamente, la calidad del papel, la cantidad de fotos...

Sí, ellos fueron los que sugirieron incluir muchas fotos, porque incluyendo las tapas de los discos son más de 400. Eso creo que es un gancho para la gente: podés tenerlo y solamente mirar las fotos. Fijate qué distinto hubiera sido si estuviera todo el texto junto y algunas fotos al final.

Ahora que mencionás las tapas de los discos: ¿cómo hiciste para pesquisar todos esos títulos que figuran en los apéndices? Porque con las ediciones en compacto debe haber sido más sencillo, pero con lo otro ¿cómo fue?, ¿los tenías vos?

Yo tenía un montón y conocía muchos que habían salido y que yo no tenía; pero principalmente del año ‘69 en adelante. De ahí para atrás fue sí un tema de investigación, donde conté con la colaboración de Ángel Atienza que es un especialista en eso. Y también con dos o tres coleccionistas con los que nos hicimos muy amigos, que son de esos fanáticos que quieren tener todo, que vienen coleccionando desde hace 20 años y que siguen yendo los domingos a la feria a ver si encuentran algo. Por otro lado Sondor tenía algunas cosas de alguna época que podías encontrar. Pero la Revista "Hit" fue fundamental: era una revista que te regalaban cuando comprabas un disco y que además de algunas notas periodísticas, traía comentarios sobre los long plays editados en el mes anterior. Traía por mes comentados cerca de 50 long plays y montones de simples y dobles. Eso para las fechas me sirvió mucho: ahí estaba todo, de todos los géneros.

En ese sentido el libro reúne todo un material que estaba disperso, lo organiza. Eso sin duda es un mérito. ¿Qué otra cosa te parece que tiene de bueno este material?

Yo creo que lo que me pasó a mí cuando lo corregí, lo leí y lo releí, veo que le está pasando a la gente que me hace comentarios, llama o escribe y es que les resulta ameno. Porque eso podía ser un peligro, por la cantidad de información. Entonces bueno, me quedo contento de que lo que me pasaba a mí cuando de repente lo dejaba varios meses y lo leía: que era el libro que siempre quise que alguien escribiera y que quería leer, le está pasando a la gente. Me parece que eso es bueno.

Una vez que tuviste todo el material, durante la etapa de sistematizar, de armar y de escribir ¿en algún momento sentiste que era un caos, o siempre lo tuviste muy ordenado en tu cabeza?

Sí, me hice un esquema de cuales serían las etapas, los capítulos. Por ejemplo cuando le hice la entrevista a [Gastón Ciarlo] Dino, en realidad no fue una entrevista: él me invitó a ir a la casa a Dolores a almorzar, nos quedamos todo el día juntos, yo con un grabador y el conversando desde cuando empezó hasta lo que está haciendo hoy. Si bien todo eso se pasó después a la computadora, creo que tuve la suerte de tener buena memoria y si yo estaba queriendo hablar sobre por ejemplo lo que había pasado en el año ’64, acordarme de que Dino me había dicho tal cosa, que [Roberto] Kano [Alonso] me había dicho tal otra. Entonces iba a buscar a los diferentes archivos donde estaban las entrevistas para ir armando eso. Pero igual cuando empecé a escribir dije: "con esto no termino nunca más en mi vida".

¿En total cuántas entrevistas?

70.

120 horas de 70 entrevistas...

Algunas fueron muy cortitas, pero yo te diría que 60 de ellas fueron así como te decía: charlas de varias horas.

¿Y a la hora de editar? Porque todo no ibas a incluirlo, sino era una biblia. ¿Sufriste en ese momento?

Bueno, cortamos un poco pero no demasiado. Incluso cuando leyeron la primera versión que yo había escrito, yo les dije "bueno de repente hay que cortar en tal lado o en tal otro". Y Ángel me dijo que me prohibía quitar algo, que no sacara absolutamente nada. Así que si bien después cortamos algunas cositas que se hacían un poco largas, esencialmente está todo lo que yo pensé en un principio.

Hoy decías que la gente te comentaba que era una lectura amena. Lo que yo encontré muy disfrutable fue que, para los que no vivimos esa etapa, de algún modo era como que estar ahí... Con lo que vos contás y los testimonios de los distintos músicos, lográs recrear el clima de la época. Estoy pensando por ejemplo en todo el período de la Beatlemanía y de la Shakermanía...

Yo digo para llamar la atención en la introducción, que las entrevistas fueron todas independientes entre sí. O sea, si de repente vos ves tres tipos que dicen prácticamente lo mismo, no es porque se escucharon. Lo cual en ese caso recalcaba que había certeza de que había sucedido ese hecho así. Y bueno con el tema de Los Beatles todos me comunicaban lo mismo, la misma sensación. Es algo que sigue siendo medio sorprendente incluso hoy...

Si ese fenómeno...

Yo no llegué a vivirlo de esa manera porque soy un poco más joven y además no tengo hermanos mayores. Lo veía un poco por los hermanos mayores de mis compañeros. Porqué se dio tan así ¿no? Es cierto que cada long play era igual o mejor que el anterior, que todos los temas eran... pero igual era una cosa medio rara. Yo no he leído así cuestiones de investigación histórica, sociológica, psicológica de por qué causaron ese furor.

Hablemos del el segundo tomo: ya está pronto ¿verdad?

Sí, ya está pronto, porque yo escribí el libro entero: desde el capítulo 1 al 30. Lo que queda ahora es, como estamos recabando más información de gente que ha leído el tomo I y se comunica con nosotros y eso; vamos a poner algunos complementos: algunos pequeños errores que hay, alguna cosita que apareció en la discografía. Y lo que nos están sí acercando para el tomo II, son más y más fotos. Teníamos un montón pero están apareciendo cada vez más, algunas rarísimas. Así que lo único que falta es el diseño final. Eso y la preparación de un disco que va a salir con el tomo II.

Me parece bárbaro que la gente busque materiales y que los aporte, porque no tiene sentido que los sigan teniendo guardados en un cajón.

Y lo hacen porque entienden que el proyecto es serio. El hecho de que se haya editado el primer tomo, genera toda una cuestión de legitimidad...

Sí, eso me sucedió. Recién te nombraba a la revista "Hit": uno de los errores que cometí fue que no llegué a contactarme, a entrevistar al director de esa revista Guido Ley. Él se enteró del libro, lo compró, lo leyó y después de eso me llamó para ofrecerme todo el material de la revista "Hit". Todas las fotos originales y las grabaciones, que se van a usar en el tomo II.

Decís que de repente ahí cometiste un error. ¿Qué cosas de metodología aprendiste? ¿Qué cosas no harías de nuevo y qué cosas seguramente reiterarías?

Creo que a los golpes aprendí un montón de cosas, pero de repente tendría que haberme asesorado con gente que hace investigaciones históricas. No te digo ponerme a hacer varios cursos, pero por lo menos algunos lineamientos básicos de algunas técnicas que tengan para manejar la información. Bueno, con el material gráfico me pasó, porque antes de contactarme con Ángel y con Rodolfo estuve averiguando por ahí, cómo hacer, cómo no hacer y no estaba seguro con qué calidad tenía que escannear las fotos: si las podía guardar en algún formato que comprimiera, si eso perdía calidad o no. Todo ese tipo de cosas que también eran consecuencia de los problemas técnicos y tecnológicos, porque ahora si uno tiene una computadora con un grabador de CD, escanneás una foto a la mejor calidad posible, así esa foto quedé de 30 mega, porque enseguida la respaldás. Yo no tenía eso, entonces de repente algunas fotos podían haber quedado mejor, pero el original ya no quedó tan bien y después los diseñadores tuvieron que hacer malabarismos para mejorarlo. De eso aprendí mucho.

O sea que en este segundo tomo, la calidad de las fotos va a ser...

Igual o mejor.

¿Y cómo es ese tema del disco? ¿Qué cosas van a incluir?

Bueno, todavía no nos pusimos de acuerdo si va a incluir solamente temas clásicos por llamarlos de alguna manera, o no. Una opción es poner varios clásicos y algunas rarezas y otra opción es poner muchas rarezas que hemos conseguido, ya para los más entendidos.

¿Y las dos cosas? Dos discos: uno por tomo...

No sé... vamos a ver (risas).

Es el primer libro que edita Perro Andaluz ¿verdad?

Sí.

Porque en materia de discos tienen 140, pero...

A nivel editorial es el primero. Y ya tienen varios proyectos más...

Sí, tengo entendido que se está elaborando uno de Los Estómagos. ¿Y tus proyectos? Porque este lo tenés casi pronto...

No, por ahora nada. Que salga el tomo II. En realidad ahora sigo por suerte con bastante trabajo por toda la gente que se arrima y quiere conversar, me quiere contar cosas, me quiere acercar material... Así que sigo en la máquina igual.

¿Imaginabas la repercusión que efectivamente tuvo?

No... no estaba seguro de lo que iba a pasar. Ya te digo, comparado con lo que yo sentía, esperaba que sí, porque a mí me hubiera gustado mucho.

¿En algún momento de esos seis años de investigación dijiste "basta, ya está, no hago más nada"? No sé... de repente cuando tenías todos los papeles y decías "este libro no lo termino más"...

No, ahí le metí para adelante. Fue más que nada el tema de lograr editarlo. Incluso ya cuando Ángel Atienza y Perro Andaluz cargaron sobre sus hombros con editarlo, eso igual se demoró un poco porque entre otras cosas además de la crisis económica, queríamos que saliera con este nivel. Entonces era un libro muy caro, era medio complicado.

A propósito de eso ¿cuánto tiraje sacaron?

1000 ejemplares.

¿Y se está vendiendo acá y en Argentina?

No, en Argentina no. En Argentina estamos llevando cada vez que conseguimos a alguien que viaje porque la gente se está enterando y está escribiendo a una dirección de Internet que aparece en el mismo libro.

En la "Rolling Stone" salió un comentario, por eso te preguntaba si estaba a la venta.

No, no. Salió en "Página 12" una nota muy linda en el Suplemento "Radar" del domingo. Una nota de cuatro páginas donde le dedican la tapa del suplemento y la titulan "Bandas Orientales". Ahí se enteró mucha gente en Argentina.

Así que has tenido repercusión allá también...

Incluso Alfredo Rosso cuando volvió a Buenos Aires después de la entrega de los Premios Graffiti, estuvo en la radio Rock and pop...

Sí, habló de los Premios.

Sí, me comentaron. Pero por ahora no se distribuye en Argentina, lo pueden comprar por Internet porque acá hay librerías que venden por Internet.

¿No se te ocurrió seguir la cronología?

En principio no, porque yo no lo vivé eso de cerca.

Tampoco viviste el principio y sin embargo lo hiciste...

Pero estaba mucho más vinculado con lo de los ‘70. O sea capaz que no fue exactamente la misma generación, pero estaba muy vinculado. Acá hubo un corte muy grande después del ’75 y cuando renace el rock and roll en Uruguay, en el ‘84 por ahí, yo ya estoy bastante desvinculado de esa movida. Entonces no conozco mucho. Tengo idea, pero prefiero que lo haga otra gente. Yo podré colaborar en lo que sea y en los materiales que he conseguido, pero en principio prefiero que lo haga otra persona.

Si tuvieras que decir "qué no es De las Cuevas al Solís" ¿qué dirías?

No es algo (que de repente mucha gente piensa y por eso no se anima a comprarlo), totalmente restringido al rock and roll, principalmente este primer tomo. Creo que aparecen muchas cosas que tienen que ver con la realidad social e incluso política de las épocas que se vivieron y de muchas vertientes musicales que se mencionan ahí.

En la entrega de los Premios Graffiti, cuando te entrevistábamos a raíz de la Mención que recibiste, nos decías que en este libro no había sermones. ¿A qué te referías exactamente con eso?

No sé, me parece que se trata de contar una realidad sin decir... O sea, eso es lo que pasó en esa época, en esas circunstancias.

No quiere decir "todo tiempo pasado fue mejor"

Y obviamente no tiene por qué decir que eso haya que hacerlo así ahora. Sería absurdo tratar de, lo que se vivió en una época, en un momento, repetirlo en otro momento. Pero también me parece bueno conocer qué cosas pasaron, cómo pasaron. Porque creo que algunas experiencias, enterarte que sucedieron, te abre un poco la cabeza.

Analía Camargo

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"Uruguay es difícil para todo, y es como que siempre te estás enfrentando a esa conjura de los necios, de la gente que no entiende, los que tratan de trancar todo".
Roy Berocay (La Conjura), 9/9/2002
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