Llegó la alegría, vieja !!!

Si el domingo 13 de octubre te levantaste con calor y no tuviste mejor idea que después de comer ir a la rambla, fue lo mejor que pudiste haber hecho. Eso por lo menos fue lo que hice yo: chapé la chiva y quedé de encontrarme con unos amigos y amigas en la rambla, frente al Parque Rodó. Allí me enteré que el I.N.J.U. lanzaría algo llamado: La Movida Joven o algo por el estilo (por más información consultar en el I.N.J.U.), y debido a esto actuarían murgas jóvenes, iban a haber tamboriles y algunas cosas más en el Teatro de Verano con entrada totalmente gratuita. Como tantos que estábamos ahí, nos prestamos a seguir a los tambores para terminar dentro del Ramón Collazo para ver que algo más había. Cuando subió un tipo al escenario y dijo que en “algo más de cinco minutos” tocaría La Vela Puerca, casi me caigo de espalda. Pero así fue: en algo más de cinco minutos empezaron a sonar los primeros acordes de Por la Ciudad, y comenzó una vez más la fiesta. Ante un Teatro de Verano que reventaba de gente e intercalando temas del Deskarado y De Bichos y Flores, La Vela se reencontró con su público después de un largo tiempo de no tocar en Montevideo (estuvieron tocando en Argentina y México), y lo hizo con las ganas y esa polenta que de tan sincera se convierte en ternura. Entre los temas que tocaron, se destaca una versión de Potosí sin los “chiches”sonoros que tiene la grabada del disco, pero con guitarras filosas y unos buenos vientos; y una magnifica José Sabía que Sebastián Teysera interpretó a guitarra pelada nomás, y con cinco mil personas haciéndole el coro de la murga. Pero no sólo de discos vive el grupo, también hubo lugar para la ya clásica versión de Radio Crimen de La Polla, la introducción del tema de Titás para luego interpretar Rebuscado y un cover del tema Escuadrones de la Muerte del grupo español Barricada. También hicieron temas que todavía no han publicado en ningún disco (por lo menos oficialmente), pero que todos ya conocen, como ser Soy de La Ciudad.

Durante buena parte del recital y después que terminó, me fue inevitable pensar en la primera vez que vi a La Vela Puerca en vivo: fue un 24 de diciembre de algunos años atrás en circunstancias muy parecidas a estas. Yo me había quedado de encontrar por el Parque Rodó con tres amigos más, para festejar e ir a tomar algo a la rambla: hacía calor y se nos dio por seguir el borocotó de unos tambores que sonaban... y allí nos encontramos, en la canchita de básquetbol tras El tren fantasma, a La Vela brindando la fiesta que ya nos tiene acostumbrados. Lamentablemente tengo que decir que eran circunstancias parecidas y no iguales, ya que dos de estos amigos que estaban festejando conmigo, hoy están peleándola en otro país y no están acá para corear las canciones. Así que me tomé el atrevimiento de dedicar este comentario y el concierto a ellos: a Pablo y Richard, y a todos los que como ellos se fueron, se van y se tienen que ir porque en este paisito no les dan las oportunidades que realmente se merecen. Y esta dedicatoria también va para Martincito, ese otro amigo que estuvo ese 24 y se quedó en Uruguay, como tantos que nos quedamos y estuvimos el pasado domingo 13 junto a La Vela, haciendo escuchar nuestra voz para que estas cosas cambien de una vez por todas.

Nicolás Hidalgo