En 1992 pusieron proa al Canadá buscando correr los márgenes de un crecimiento que en Uruguay se había topeado. Tenían el dinero enviado por un productor musical para que grabaran en inglés su disco "
Inocente hasta que se demuestre lo contrario", la expectativa del que se lanza a la aventura, y una confianza en las propias fuerzas que los llevó a realizar entre doce y quince actuaciones en sus años más productivos, cuando muchas bandas locales apenas acusaban tres toques.
Nunca pudieron dar el gran salto anhelado y de regreso al país, en diciembre de 1999 dieron un concierto en La Factoría que puso punto final a la historia de la banda.