En esta nueva etapa evidencia la exploración de una nueva dimensión musical a las canciones, donde la experimentación rítmica y sonora es la base sobre la que fluyen las amables melodías y evocadoras letras.
A diferencia de "Hay un cuerpo tirado en la calle" (2009), un disco de interiores, de habitaciones y Semana Santa en cama, "El Podador Primaveral" refiere al verano, el fútbol y las vacaciones en la niñez. Su resultado es un disco sin duda más introspectivo y personal.
Su título hace referencia a una idea que empapa todo el disco y que se corporiza en la canción homónima. De este disco se desprenden dos cortes: “Ey, Canción” y “En otoño, amiga mía”