Cuando el balón está en el centro del terreno, pueden pasar dos cosas: una, que el partido no haya comenzado; otra, que el tanteador haya cambiado. En este caso el tablero indica dos a cero y el partido para La Sonora del Sur, aún no ha terminado. La pelota está en el medio y los muchachos, como dicen en el barrio, están prontos para la foto... Antes de que la saquen, Guillermo Daverede, uno de los jugadores del equipo, nos cuenta...
Hoy la excusa es hablar sobre éste nuevo disco que después de tanto madurar, salió a la cancha. Si tuvieras que definirlo, ¿cómo lo harías?
Mirá hace exactamente dos años que empezamos a grabar el disco y fue todo un proceso la grabación. Fuimos a un estudio móvil a Sala Uruguay con César Lamschtein e hicimos todas las tomas bases del disco. Después nos fuimos a un estudio que tiene César en su casa –un lugar alucinante: un pent house con un cuartito chico, pero con una vista increíble-, y ahí grabamos toda la parte de voces y algún detalle más de instrumentación. Se terminó de grabar en abril-mayo de 2002 y a partir de ahí, empezamos a movernos para conseguir un sello que lo editara. Estuvimos a punto de editarlo independiente, pero surgió la posibilidad de Bizarro y en abril o mayo salió el disco. Un parto severo, un parto largo, pero bueno, muy conformes con el resultado final del disco.
Podría decirse que La Sonora está en la ruta buscando ganarse un lugar en la escena musical local, pero ¿cuál es la receta que nos propone?
¿Cuál es la receta?... Qué buena pregunta... Yo creo que el génesis de esta banda empezó allá por el ‘99 a partir de una idea de Daniel Hazan y Rafael Antognazza. Daniel tenía unos temas y llamó a Rafael como cantante y ahí se armó "La ventana". Después de eso, hicieron el sistema al revés, o sea terminaron de grabar ese disco y empezaron a armar el cuadro.
El cuadro que se fue armando a posteriori de grabar ese disco, la esencia y la energía que se creó a partir de ese nuevo grupo le dio un perfil mucho más roquero al equipo, manteniendo a la murga y al candombe como géneros básicos. Además hay mucha gente que viene de ese palo, del Carnaval: varios hemos salido en murgas y en cuerdas de tambores, pero al mismo tiempo todos somos asiduos consumidores de rock and roll. Así se armó ese sincretismo entre esos dos elementos. Creo que básicamente esa es la receta: música ciudadana, utilizando los ritmos más clásicos de Montevideo que serían la murga y el candombe, pero con un espíritu y una esencia marcadamente roquera.
Todos ustedes son músicos que han tocado con otros músicos y quizás (o sin quizás) por eso tienen diversas visiones de esto que llamamos música uruguaya. En ese sentido, ¿qué cosas te parece que le aportan esas visiones a la banda?, ¿la potencian, la contaminan?
Mirá, creo que la contaminación no es tal, porque como hay una esencia de la banda, el que entra inmediatamente aporta lo suyo, pero al mismo tiempo es "atrapado" por esa esencia grupal. En general no sucede que venga alguien y –de buena fe por supuesto- intente meter una cosa que se salga de una esencia que está como muy identificada, se produce el proceso inverso y en realidad aporta muchísimo. Por ejemplo: el último ingreso a la banda es un guitarrista que viene del riñón más puro del metal. Eso es raro ¿no?, pero al mismo tiempo el tipo supo adaptar toda esa cualidad a esta nueva musicalidad. En la mezcla de esas cosas, en realidad todo el mundo aporta, e incluso salen cosas nuevas... escalas o semi escalas disminuidas típicas del metal, aparecen en determinados temas, pero se acomodan perfectamente. Enriquecen y no contaminan. El se acopló a esa energía grupal y el resto, que somos los más viejos de esta formación, ya como que nos conocemos mucho, entonces nos resulta más fácil. Cada uno aporta desde su lugar.
¿Cómo hacen para reunirse?
Eso es lo más difícil, un músico dijo y me parece que fue maravilloso que "la música en este país no es el arte de combinar sonidos, sino el arte de combinar horarios" y tiene toda la razón del mundo. Más para una banda de ocho tipos donde uno tiene un pique en el hipódromo con un grupo Entre Murgas, el otro está arreglando Rebelión de noche, y el otro tiene un toque en Paysandú con una banda de boleros y ese tipo de cosas. Por eso a veces se hace difícil juntarnos, pero tomamos la decisión salomónica de que, en detrimento de la cantidad de ensayos que debe tener la banda, elegimos un día y una hora una vez por semana y le ponemos cabeza a eso, en vez de tratar de poner más ensayos y estar más tiempo juntos tocando. En general como hace mucho tiempo que venimos tocando, esa esencia de la que hoy hablábamos nos facilita mucho, entonces sólo es cuestión de encontrar ese "click" en la cabeza y las cosas salen como por arte de magia.
¿"Haciendo tiempo" para qué?, ¿qué es "Haciendo tiempo"?
Es un disco de música uruguaya. Es un disco de rock and roll que utiliza como géneros básicos la murga y el candombe, pero es un disco de rock and roll. Es un signo de nuestro tiempo también: el primer tema del disco dice "Llegaste tarde" y el último dice "Haciendo tiempo" y creo que es muy sintomático de este momento del país y de las cabezas de estas personas. Es como aquello de que estamos "aguantando la guinda, contra el banderín, esperando que pase el temporal". Creo que es muy sintomático de lo que ha pasado en este país después de la debacle terrible de hace un año. Yo creo que, lo que salvó al país fue la cultura y eso es una cosa muy loca. O sea, estábamos hundidos en el "hondo bajo fondo, donde el barro se subleva" al decir del tango, y había cien obras de teatro en cartel y aparecieron doscientas mil bandas con una calidad alucinante. Creo que eso fue lo que nos mantuvo la cabeza medianamente sana dentro del caos terrible ¿no? Lo que habla muy bien de la cultura de este país. Y este disco es, en cierta medida, representativo de eso y representativo también para nosotros de todo un período de tres años de macerar esta nueva onda. De pasar de ser una banda evidentemente candombera y más de tipo melódico –no del candombe tradicional sino el candombe más pop digamos- a una banda roquera, intensamente roquera, no necesariamente por el sonido -aunque también es así- sino también por la actitud a nivel de escenario y la cabeza de los músicos. Yo creo que eso sería "Haciendo tiempo".
Recién hablabas de la cultura vista como una salvación, un escape, ¿te parece que en este momento los músicos están siguiendo la línea que otros siguieron en el ‘85?
Creo que el rock and roll en este país siempre se fue midiendo por olas. Otro músico también dijo una cosa maravillosa: dijo que "la música de un país es sana cuando todas sus vertientes son representadas". Y acá nunca pasa eso, acá hay como olas ¿no? Por ejemplo en el ‘85 fue el rock and roll, antes había venido el canto popular. Y siempre había una pica: el rock and roll decía que el canto popular ocupaba todos los espacios y después en el ’86, ‘87, el canto popular decía que el rock and roll le había robado todos los piques. Después volvió el rock y más tarde apareció el pop latino y todo el mundo acusaba... Acusaba bah, la estructura se había armado para escuchar en todas las radios ese tipo de música. Ahora vuelve el rock o vuelve el candombe y la murga. Hoy hay diecisiete mil murgas jóvenes en barrios en los que nunca hubo interés por ese tipo de manifestación carnavalera, o cuerdas de tambores en todas las esquinas ¿no? Lo que pasa con el rock es muy loco: es el momento más álgido y las dos radios más importantes de rock desaparecieron. Y sin embargo debe ser el negocio más fácil del mundo poner una radio que pase rock uruguayo, a los tres días seguro tenés 65 avisadores pidiéndote por favor que los dejen entrar porque hay mucha gente que tiene necesidad de consumir ese estilo de música. Es de esas cosas únicas que pasan sólo en este país. Igual creo que es un buen momento para el rock y un buen momento para la síntesis entre el rock and roll y determinadas vertientes culturales del Uruguay como la murga y el candombe. Vos ves bandas por ejemplo muy arquetípicas de este momento como La Vela o No Te Va Gustar, que están tomando elementos de la murga o del candombe y los integran al rock y eso nos hace muy bien y nos da una diferencia comparativa con tros países en términos de poder proyectar culturalmente determinadas cosas que son propias, en un formato que es mucho más digerible para el resto del mundo.
¿Cómo entran ustedes en esa historia?
Creo que nosotros justo y sin proponernos eso particularmente, estamos en el centro de la ola de esa integración: la murga y el candombe con la cuestión rockanrolera. Vuelvo a insistir, no fue nada intencional, no fue algún tipo de tecnócrata musical que nos dijo: "bueno muchachos, ¿saben qué estaría bueno?, que hicieran esto, porque dentro de dos o tres años la proyección dice que...". Pasó que nosotros hacíamos eso y justo se está dando una integración importante en ese sentido. Pero me parece que eso abre mucho más el espectro, en el sentido de que puede haber mucha gente diferente que puede identificarse con esta idea estética de trabajar vertientes evidentemente montevideanas, con el rock and roll o con géneros y sonidos más globales.
¿Qué pasa con el público?, ¿cómo entra en ese puzzle?
Eso es muy relativo: hay determinados lugares en los que el espectáculo anda muy bien y en otros quizá no tanto. Pero eso también tiene que ver con el contexto: si toca Metallica en una comunión seguro no va a andar demasiado bien... Pero en general la receptividad ha sido muy buena, porque además esta es una banda que es eminentemente bailable, por más que los textos sean bastante poéticos y a veces jugados, los ritmos en general son sumamente bailables y la energía que proyecta la banda desde escenario hacia abajo es muy visceral, eso también ayuda a la transferencia y a la contra transferencia de la energía.
Quizás eso sea porque de alguna forma los temas que reúnen en este disco no son la suma de las partes, sino que es un todo que va hacia un lado...
Totalmente. Ese es un rasgo característico de la banda. Si tuviera que definirla creo que iría por ese lugar: no es una suma de partes. Y eso es un proceso que se da no solamente por lo musical, sino por convivir con gente durante determinado período de tiempo que te hace cambiar la cabeza, que sabés para donde corren. Es como un matrimonio: viste que tu mujer te mira y ya sabe si estás mal o estás bien y eso no te pasa con otras personas que no conocés tanto. Bueno acá sucede eso. Con las rispideces también propias del matrimonio, porque después de tantos años uno se puede permitir eso. Igualmente son muchos más los beneficios que las pérdidas, sino el matrimonio hubiera desaparecido hace quinientos años (risas). Yo creo que eso es algo característico de nuestra banda: mantener la idea general, más allá de las necesidades o las miserias particulares.
¿Qué es lo mejor y lo peor del disco?
Yo creo que lo mejor del disco es que se puede escuchar de principio a fin. Eso me lo dijeron varias personas y creo que es una buena definición. Porque viste que a veces hay discos que ponés y a determinado momento los cortás y lo escuchás más tarde, por más que el disco sea increíble.
¿Qué es lo peor de este disco?... En realidad no había pensado en respuestas malas... Vamos a inventar alguna... no mentira (risas). Creo que si hubiéramos tenido más tiempo y más dinero, podríamos haber sacado un mejor sonido. Igual el sonido es muy bueno, pero se podría haber logrado un poco más de potencia si hubiéramos tenido más tiempo para meterle cabeza, pero no creo que eso incida sobre el resultado final. Un músico siempre cuando termina un disco lo escucha y dice "podría haber hecho algo mejor" y le cambiaría diecisiete mil cosas. Pero en realidad cuando lo terminamos y quiero tener el recuerdo de ese momento -porque ahora uno tiene otra perspectiva del tiempo- quedamos extremadamente conformes. Que tiene defectos... es el segundo disco de la banda o sea, siempre alguna cosita le vas a encontrar y creo que eso tiene mucho más que ver con la visión que tiene uno y con la visión que tienen los demás. Pero en realidad defecto, defecto yo no le encontraría, por lo menos no con ese adjetivo: "defecto".
¿Por qué incluir, a la hora de los covers un tema de Sumo?
Bueno en realidad no tuvo un porqué, Daniel Hazan vino un día y dijo: "vamos a hacer este tema" y el grupo dijo: "ah... mirá, ¿cómo es?", "es mi" respondió, "seis minutos de mi". Todos así quedamos... Vos imaginate: una banda de ocho tipos, cuatro instrumentos armónicos, todos tocando el mismo acorde. En esa época además teníamos tres tambores y no trabajábamos con ningún percusionista, pero eso salió con una energía increíble. Creo que fue una versión muy lograda, sin que sonara forzado un tema de Sumo hecho candombe. Creo que se integran perfectamente bien esas cosas, porque a veces pasa que uno mete una lonja para decir bueno hacemos candombe y no está respetando el tema ni lo está enriqueciendo, sino que es una simple apuesta de marketing o un intentar forzar. Es como tener unos championes divinos y querer combinarlos con un traje. Tan divinos los championcitos, pero hay cosas que no combinan. Para mí "Mañana en el abasto" es uno de los mejores temas del disco.
Y el otro cover...
Y el otro cover es algo más raro todavía ¿no? porque cuando dijeron vamos a hacer "Azuquita pal’ café", habríamos más los ganchos ¿no? Hay toda una predisposición negativa para con la cumbia y más en este ambiente. No a nivel filosófico sino a nivel de género. Igual el tema participa de una época de la cumbia que considero mucho mejor que la actual. Hubo toda una época vieja de la cumbia que es la que yo conozco, de los ‘70 a principios del ‘80, en donde se ve toda una posición del cantante y laburos melódicos muy rescatables. Y en "Azuquita" si te ponés a escuchar la letra, te das cuenta que no está nada mal. Además melódicamente es un tema lindo. Igual te digo que generó reticencias, pero al final la empezamos a trabajar y le encontramos ese color y no quedó forzado. No sé si quedó tan copado –para mi gusto personal- como "Mañana en el abasto", pero creo quedó un tema también extremadamente bailable y quedamos conformes con el resultado.
Hablemos de los temas propios, por ejemplo: ¿cuál es la historia del tema "Tres balas en el tambor"?
Esa es una co-autoría entre Daniel Hazan y Santiago Montoro que fue el primer guitarrista de La Sonora del Sur. Santiago tenía parte de una música y parte de una letra, y Daniel le aportó la otra y es un tema representativo del estilo de letras que se hacemos nosotros. Es una historia ciudadana, de cosas que nos suceden, de miserias humanas, de las complejidades de la vida, pero contada de un modo poético, sin caer en el amarillismo ni en el panfletarismo. Simplemente intentamos buscarle el lado poético, no a la situación en sí, sino a la historia. Hay muchas historias que son de ese tipo, no solamente por las miserias humanas, sino por las alegrías, por la complejidad del hombre. Hay mucha ambigüedad en esta banda, desde la esencia y eso se traduce en la música que hacemos, que va por toda la paleta entre lo sublime y lo perverso, porque así somos nosotros. No somos ni elitistas intelectuales, ni somos grasas al mango, somos una mezcla de todas las cosas y dependiendo de las circunstancias, del lugar, el alter ego dispara alguna de esas personalidades o las mezcla. Y con las letras pasa lo mismo.
Otro tema: "Rambla"
Ese es un tema del Rafa. Es un toco -que es un género musical que utilizó mucho Eduardo Mateo- y además es muy beatleano -porque el Rafa es un fanático de Los Beatles- pero con esa base de ritmo toco. Mateo también era fanático de Los Beatles y también se identificaba mucho con su música.
"Rambla" una de las dos baladas que hay en el disco, que generalmente no tocamos porque como vamos a lugares más bien bailables se nos presentan muy pocas oportunidades, pero es de esos temas que necesitamos mucho nosotros, porque nos pasamos de revoluciones al hacer espectáculos tan intensos y a veces necesitamos un momento de sosiego dentro de todo esa locura.
Es una canción muy linda, pero capaz que el público que habitualmente nos va a ver no la conoce tanto, porque no las hacemos siempre en vivo. Así que hay que comprar el disco para descubrirla (risas).
Y cuando comprás el disco, ves la tapa, ves el arte, ves al cuadro entero y ¿qué más ves?
Y ves que el fútbol es el elemento arquetípico de la cultura uruguaya. Ya pasamos por el candombe, pasamos por la murga y que faltaba... el ballompié. Nosotros somos todos muy futboleros, somos todos hombres, aunque los músicos por lo general no son muy futboleros, en esta banda somos todos muy, muy futboleros. El disco "Haciendo tiempo" y la idea de aguantar la pelota contra el banderín, tiene un juego estético y filosófico en ese sentido. Creo que además es muy representativo de lo uruguayo. El disco tiene esas terminologías futboleras, esas maneras de decir las cosas. Además el fútbol y la cancha son muy rockanroleros de por sí.
Por otro lado creo que merece una mención el trabajo Sebastián Santana Camargo, que hizo un excelente arte de la tapa y del disco en general. Sebastián es un tipo impresionante, un personaje. Bueno en realidad La Sonora atrae a personajes de esa cualidad, a esa gente que tiene como chispazos de cosas locas que a veces uno no sabe si está medio "chalaca" o es un tipo maravilloso; convivimos con esa ambigüedad.
La producción artística fue del grupo, ¿cómo se sintieron en el rol de "productores"?
Al principio nos costó un poco, porque viste que el arte es algo complejo de definir -hay tantas visiones como personas y todas son válidas-, pero después apelando a esa cabeza unitaria que te decía hoy, encontramos como una manera, participando todos o la gran mayoría. Nos juntamos todos o pudimos hacer un sincretismo de esas cabezas y quedamos muy conformes con la producción. Todavía no hemos tenido la experiencia de trabajar con un productor artístico así que no puedo hacer una comparación, realmente no sé si sería mejor o peor. Creo que esa es una experiencia que hay que hacerla, por algo existen tantos productores artísticos y por algo tantos discos salen con un productor artístico con una cabeza por fuera de la banda que no esté contaminado, en el buen sentido de la palabra, por toda la canción. Pero realmente quedamos súper conformes con el hecho de hacerlo nosotros. Lo que no quita que en el próximo disco probemos hacerlo con algún productor y ver de qué va la cosa, capaz que sale algo muchísimo mejor o capaz que no; hasta no hacerlo no podemos emitir opinión.
Y ahora que ya está, ¿cuál es la idea, por dónde se sigue?
Bueno ahora viene una etapa brava, porque tenemos a varios que salen en Carnaval. La idea es seguir tocando permanentemente, o sea, que la banda sea conocida a partir de sus actuaciones, la idea es tocar y hacernos visibles. Además ya estamos en el génesis del próximo disco, hay como seis o siete temas nuevos que se están tocando en vivo. Ahora empieza toda la cabeza de tratar de conseguir financiación y eso.
Por otro lado también tenemos ganas de hacer un video, porque está el video de "La ventana" que mata pero que no es representativo de lo que está haciendo la banda hoy, es representativo del primer disco, pero no del segundo. Pero la inversión es terrible y todos los que tocamos en La Sonora del Sur excepto uno, vivimos de la música y tenemos obligaciones, entonces muchas veces hay que priorizar muchos aspectos laborales por encima de la banda de autor, por más que nosotros daríamos un brazo por decir: "vamos a componer, grabar discos y a tocar y nada más", pero no es la situación. El multiempleo en la música es moneda corriente, entonces febrero se hace difícil para tocar.
La última, ¿que nunca le falte qué, a La Sonora?
Vísceras, creo que esa sería la palabra. A nosotros a veces nos pasa que, por diferentes motivos hay ensayos que no son tan buenos, pero cuando nos subimos arriba del escenario se genera una cosa muy fuerte, muy intensa a nivel emocional que inmediatamente se traslada al toque y a la energía. Por más que tengamos todos diferentes cabezas y algunos seamos más tranquilos y otros más enérgicos, cuando nos subimos al escenario se genera una cosa visceral y emocional muy fuerte, entramos en un transe grupal, se disparan las cabezas y ya todo el mundo sabe qué rol cumple y cómo puede enriquecer al resto y cómo puede complementarse.
Leticia Fraga