El Centro Salesiano, pasadas las ocho y media de la noche, está vacío. Contrafarsa ensaya sin amplificación debajo de uno de los tableros de la cancha de básquetbol abierta que da a la calle Propios. Sebastián Bednarik indica movimientos y el “Pitufo” Lombardo, guitarra en mano, corrige alguna melodía mientras en el resto de la cancha y dentro del Centro los utileros y algunos colaboradores van y vienen. No hay mucho ruido, no hay mucha luz, no hay absolutamente nadie viendo el ensayo; la medida de trabajar a puertas cerradas hasta las diez de la noche se cumple, salvo por nosotros, a rajatabla. Cuando todavía falta media hora para que abran el portón de entrada comienzan a llegar las primeras personas. A falta de diez minutos para las diez son casi cien los que, tranquilamente, esperan en la puerta y miran a la Contra desde afuera, pese a no escuchar. A las diez y veinte, con la puerta abierta, el lugar parece otro, el clima cambió; hay cerca de doscientos espectadores desparramados alrededor de la murga. Contrafarsa canta la presentación, la retirada y una parte del cuplé haciendo algunos cortes y corrigiendo. El coro suena bien, pese a que la amplificación no ayuda; la retirada gusta mucho, es buena. Luego de algunas repeticiones más el ensayo termina. Es casi medianoche y el cansancio se le nota a más de uno. Mientras los utileros desarman la gente abandona el lugar lentamente; algunos murguistas se quedan conversando un poco, otros ya se están yendo. Termina otra noche de ensayos y Contrafarsa espera, tranquila, la llegada de un nuevo Carnaval…
- ¿Sobre qué gira la historia de Contrafarsa para este 2002?
“Pitufo” Lombardo - Gira un poco en lo que puede pasar en cualquier barrio, con situaciones de cualquier vecino. Y por otro lado en lugares que existen en los barrios y en lugares que ya no existen más en los barrios, que han desaparecido por la globalización, etcétera; y bueno, pasamos por diferentes lugares ahí pero dentro de todo eso hay… hay de todo.
- ¿Les falta mucho todavía en ajustes varios, en aprenderse letras? Vi que todavía están un poquito abajo en los tiempos ¿no?
- Sí, sí, nos falta bastante. Yo creo que a mediados de la semana que viene ya vamos a estar un poquito más armados. Pero estamos trabajando tranquilos también y viendo cada cosita. Estamos contentos con lo que hay, con el material que hay.
- Siempre hay distintos factores que alteran un poco los tiempos, ¿este año hubo algo en especial que incidiera en eso?
- No, en realidad este año estamos mejor en llegada de texto que el año pasado, lo que pasa es que en el caso de la despedida, por ejemplo, hay temas que son bastante complicados en cuanto a la parte vocal y estuvimos en eso bastante tiempo. En cuanto a la parte texto es el año en que en realidad se llegó bastante temprano, pero bueno, estamos bastante ladillas en la cuestión de seleccionar lo que va a ir y lo que no va a ir.
- Hay un cambio de integrante en este Carnaval; vuelve el Lolo Iribarne…
- Vuelve el Lolo. Sí, porque bueno, Dieguito (Berardi) planteó que este año consiguió un trabajo de noche y no podía y bueno… está el Lolo de vuelta que es un viejo compañero de Contrafarsa, nos encontramos bárbaro con él y tá, no precisa integración, digamos, en el grupo ya está integrado hace tiempo.
- ¿Notás a nivel de los medios que hay un poco más de interés hacia el Carnaval este año?
- Yo creo que sí, que hay una cuestión no solamente radial sino que televisiva también. Hay un poco más de interés.
- Como que se avivaron ¿no?
- Y… el Carnaval es una fiesta increíble donde se ven espectáculos increíbles; y es una escuela callejera donde podés ver excelentes músicos, cantantes, actores… Con una escuela callejera, ya te digo, que tiene exactamente el mismo valor que una escuela académica.
- ¿Cómo la ves a la Contra para este año?
- A mí me gusta, yo que sé. Nos está gustando, estamos muy contentos todos con lo que estamos haciendo. Y me parece que ese es el fuerte de la cosa, estar conforme con lo que uno hace. Vamos a ver si al público le gusta, esperemos que sí. Nosotros nos estamos divirtiendo mucho.
Juan Castel